En dos hechos aparentemente inconexos, el Estado español y su gobierno de turno han dado cuenta de su talante anti democrático, favorecedor del terrorismo, además de la doble cara de su política exterior.
Por una parte, el pasado martes 23 de junio Partido Socialista Obrero Español (PSOE) estableció un contubernio con la derecha franquista para impedir que se creara una comisión investigadora en el Congreso a fin de conocer de la participación directa del ex presidente Felipe González en la creación de “un grupo de mercenarios” que tenían como objetivos asesinar a miembros de la disuelta organización independentista vasca ETA. Esta información fue develada tras conocerse un informe de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA), en la que se menciona que González "acordó" la creación de tal estructura terrorista para que actuara al margen de la ley.