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domingo, 29 de abril de 2012

Un nuevo reparto de África ha comenzado


En el año 1884 Etiopía era la única nación independiente de África. La voracidad de más de tres siglos de colonialismo en el continente había producido una repartición de facto que amenazaba con desplegar conflictos entre las potencias ocupantes. Por ello, durante ese año, convocados por Francia y el Reino Unido se reunieron en Berlín 14 países que poseían colonias o, que tenían intereses en África. Durante tres meses desde noviembre de 1884 hasta febrero de 1885, sin la presencia de ningún representante africano decidieron consumar y “legalizar” la injerencia en el vasto y rico territorio continental.

Esto condujo a que en algunos territorios habitados desde tiempos inmemoriales, sus pueblos advirtieron de pronto, que sus espacios geográficos habían sido divididos por líneas fronterizas sobre las cuáles no les consultaron. Por ejemplo, los herero viven ahora en Angola, Botswana y Namibia; los afar en Djibuti y Etiopía; los acholi en Uganda y Sudán. En todos estos países conviven diferentes pueblos originarios y tribus con características propias y culturas, lenguas, tradiciones y religiones diferentes entre sí. Algunas de ellas quedaron divididas entre dos y a veces tres potencias coloniales y, después de la Independencia, en estados nacionales. Así mismo, naciones sin identidades comunes quedaron integradas por vía de la fuerza bajo un mismo dominio colonial que devinieron en países con unidad territorial, pero no cultural, étnica, lingüística ni religiosa al acceder a la Independencia. Ese proceso se mantuvo a través de la historia, lo cual condujo a conflictos y guerras que heredaron los estados nacionales en períodos posteriores a la Independencia. Por ejemplo, Libia es la unión colonial de Cirenaica, Tripolitania y Fezzan o Sudán, donde convivieron 570 grupos étnicos, los de ascendencia árabe y religión musulmana en el centro y norte del país y las etnias de raza negra y religión cristiana en el sur hasta que después de una larga guerra convinieron en configurar la República de Sudán del Sur en enero de 2011.

Hoy, las potencias coloniales han vuelto a poner su mirada sobre África. Una serie de hechos acaecidos en los últimos dos años marcan el nuevo derrotero a seguir a fin de producir otro reparto que considere las actuales hegemonías y las “necesidades de distribución” de riquezas no descubiertas cuando se reunieron en Berlín al finalizar el siglo XIX.

La ya mencionada partición de Sudán, las intervenciones armadas de la OTAN amparadas por la ONU en Sierra Leona y Libia para derrocar sus gobiernos durante el año 2011 y los recientes golpes de estado en Mali en marzo -que devino en la proclamación por parte de un movimiento político del pueblo tuareg en la secesión de la región de Azawad- y en Guinea Bissau en abril, dan muestra de una creciente inestabilidad alimentada por las potencias imperiales que ansían tal situación para aumentar los mecanismos de control y apropiación de los cada vez mayores recursos naturales del empobrecido continente.

domingo, 22 de abril de 2012

Francia, ambivalentes resultados electorales


El resultado de la primera vuelta de los comicios presidenciales de Francia tiene resultados ambivalentes, pudieran darse distintas lecturas, que no deberían quedar en lo meramente electoral, toda vez que el futuro del país galo y también del de Europa estará definido, –en gran medida- por lo que ocurra en la segunda vuelta a realizarse el próximo 6 de mayo. Francia es además miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, por lo que pertenece a esa reducidísima élite mundial que está posibilitada para tomar decisiones que atañen a todo los habitantes del planeta.

Lo primero que se puede observar es que este proceso electoral sigue la pauta de lo que ha estado ocurriendo en Europa, la crisis castiga por igual a gobiernos de derecha o centro izquierda por su incapacidad para dar respuestas a las acuciantes necesidades de la población. En este caso, es la primera vez en Francia que un presidente en ejercicio pierde la primera vuelta cuando está aspirando a la reelección


La percepción previa de este fenómeno llevó a Sarkozy a endurecer su discurso, proponiendo un país más fuerte internamente y en sus relaciones exteriores, mayores restricciones a los inmigrantes y disciplina y austeridad para reorientar la economía a fin de crear empleo. Sin embargo, no logró arrebatar espacio a la ultra derecha, que vio doblegado su caudal de votos respecto de las elecciones de 2007


Que la derecha haya obtenido entre todos sus candidatos más del 50% de la votación muestra el talante de los franceses que atribuye a los inmigrantes y a la inversión social la causa de todos sus males, desconociendo el carácter estructural de la crisis que viven.

A pesar de ello, todas las encuestas realizadas después de finalizado los comicios del pasado domingo, dan como ganador por un amplio margen al candidato del partido socialista Francois Hollande en la segunda vuelta. Eso, porque Marine Le Pen, dirigente máxima del neofascista Frente Nacional pretende distanciarse de Sarkozy de cara a las elecciones parlamentarias de junio donde aspira a transformarse en líder de la derecha y de la oposición ante un eventual Gobierno Hollande. La misma noche del domingo lo manifestó diciendo “Somos la nueva derecha. Vamos a construir el futuro".


Vale también destacar la importante votación obtenida por el aspirante de izquierda Jean-Luc Mélenchon. Aunque no obtuvo el 15% deseado y que le concedían las encuestas, su 11,7% supera en 6 veces lo obtenido por la izquierda en la elección anterior cuando no llegó al 2%. Su postulación es una candidatura de futuro como lo fueron en su momento las de Salvador Allende y Lula Da Silva que llegaron a la presidencia en su tercer intento, pero que en ese transcurrir cohesionaron a importantes sectores del movimiento social para transformarse -en los hechos- en una alternativa al modelo de la derecha.

domingo, 15 de abril de 2012

Estados Unidos construye un cerco en el sur de nuestra región


Quienes creen que la obcecada actividad imperial de la primera potencia mundial para contener a China en el “Siglo asiático de Estados Unidos” y su consecuente obsesión por derrocar al gobierno de Siria e imponer sanciones a Irán para generar tensión en el Medio Oriente como paso imprescindible en su desplazamiento en dirección a Asia, le hacen olvidar su “patio trasero” están equivocados.


En semanas recientes las acciones agresivas de Estados Unidos y la OTAN han seguido su escalada. Su condición de potencia global la hace mirar nuestra región con una visión distinta que la sitúa no sólo como proveedora de materias primas, que debe ser controlada para impedir la competencia de otras potencias, sino que también como ruta marítima, en la eventualidad de conflictos en el Medio Oriente que cierren las vías tradicionales de transporte de energía.


A la denunciada presencia de navíos militares portadores de armas nucleares británicos en las Malvinas, se viene a sumar ahora la instalación en el aeropuerto de la ciudad de Resistencia en la provincia del Chaco al norte de Argentina y en el Fuerte Aguayo de la ciudad de Concón, a unos 20 Km. al norte de Valparaíso, principal puerto chileno y segunda ciudad del país de sendas bases militares del Comando Sur de Estados Unidos. La primera ha sido disfrazada como “Centro de respuesta a emergencias” según declaraciones del consejero de la embajada de EE.UU en Argentina, Jefferson Brown, y la segunda se la ha presentado como apoyo a “…la capacitación de personal encargado de ejecutar operaciones de mantención de la paz o de estabilidad civil”, como anuncia el sitio web del consulado estadounidense en Chile.


Quienes observen un mapa podrán constatar que estas acciones han permitido establecer un gigantesco triángulo con capacidad de controlar las rutas marítimas del sur del Océano Atlántico, el estuario del río de la Plata que conduce a las profundidades del continente a través de una concatenada red fluvial, el deseado acuífero guaraní, la mayor reserva de agua dulce del planeta en la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay y la región sur del Océano Pacífico donde se encuentra el estrecho de Magallanes, único paso natural marítimo entre los dos océanos y por tanto entre los dos hemisferios del planeta.

En ese contexto, es inevitable suponer que la recalada que iba a hacer la fragata de la Armada Real británica HMS Montrose procedente de Malvinas a la base naval de El Callao, contigua a Lima, la capital de Perú y que fue dejada sin efecto el pasado 19 de marzo por el gobierno peruano, respondía a una inocente visita de amistad.

Más que suposiciones, son hechos concretos que demuestran una agresiva escalada imperial contra los países de Unasur. No debería sorprender que el próximo paso sea intentar establecerse militarmente en alguna de las 3729 islas chilenas del Pacífico. Entre ellas, las más importantes son el archipiélago Juan Fernández cercano al territorio continental e Isla de Pascua en la Polinesia. Cualquiera de ellas podría servir para seguir construyendo un cerco imperial sobre el sur de nuestra región.

domingo, 8 de abril de 2012

Dime con quién andas y te diré quién eres


Un antiguo adagio popular enuncia  “dime con quién andas y te diré quién eres”. La máxima nos señala con prístina transparencia hacía dónde iría Venezuela en caso de que el candidato de la derecha triunfara en las próximas elecciones presidenciales.

En fecha reciente, Capriles Radonsky realizó una visita a Colombia donde se entrevistó con el ex presidente Álvaro Uribe conocido protector del narcotráfico como lo han señalado importantes organizaciones internacionales entre las que destaca el propio FBI de Estados Unidos. Los vínculos de Uribe con el paramilitarismo  se pueden evidenciar en un documento elaborado por la prestigiosa Corporación Nuevo Arco Iris de Colombia, en una investigación financiada por la Agencia Noruega de Cooperación.

Así mismo,  en una entrevista realizada al candidato de la derecha venezolana, por el periódico El Mercurio de Santiago de Chile el 25 de marzo pasado y ante la consulta del periodista acerca de si “políticos chilenos asesoraron a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) antes de las primarias” y la posterior pregunta de si “¿Mantiene contactos con los políticos de este país?”, Capriles respondió” La MUD hizo un trabajo muy importante para recoger las experiencias políticas  de Chile. Ése puede considerarse como un proceso inspirador para cualquier país que valore el sistema democrático, como lo hacemos en Venezuela.”

En ambos casos, Capriles apela a la asesoría de connotados personeros de la ultra derecha más retrograda, acusada de aberrantes violaciones a los derechos humanos cuando han sido gobierno en sus países. Una revisión de sus políticas públicas nos podría llevar a adelantar algunas medidas de un probable plan de gobierno si Capriles llegara a dirigir el país:

1.     Se establecerán los asesinatos extrajudiciales, más conocidos como “falsos positivos”
2.    Se le usurparán las tierras a los campesinos, produciendo el desplazamiento y el éxodo forzado de millones de ellos
3.    Se invadirá cualquier país vecino actuando al margen del derecho internacional
4.    Se establecerán campos de concentración para los opositores políticos
5.    Se cerrarán universidades acusadas de subversivas
6.    Se detendrán y desaparecerán a líderes políticos, sociales, sindicales, y estudiantiles, a intelectuales y artistas
7.    Se privatizará la educación, la salud y la seguridad social
8.    Se desnacionalizará y venderá todos nuestros recursos naturales, incluyendo el petróleo, los ríos, los lagos, los bosques y los mares a empresas privadas extranjeras
9.    A los opositores, se les podrá torturar, degollar, violar  quemar  vivos y arrojar al mar y a los que queden vivos se les enviará al exilio sin contemplaciones.

Si alguien cree que estoy exagerando, revise los juicios que se han adelantando ante la justicia chilena y colombiana o ante tribunales internacionales en contra de Uribe y Pinochet y los miembros de sus gobiernos.

El señor Capriles Radonsky debería aclarar si esas medidas forman parte del “proceso inspirador” que orientaría su particular concepto de democracia.