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domingo, 27 de septiembre de 2020

“Dios los cría y el diablo los junta”



Hace ocho años, en marzo de 2012, escribí un artículo titulado “El conflicto árabe-israelí. Una falacia imperial”. En dicho texto exponía algunos puntos de vista que causaron mucha polémica e incluso rechazo por parte de algunos lectores. En esa ocasión explicaba que: 

“Es común escuchar hablar de un supuesto “conflicto árabe-israelí” No existe tal conflicto, por lo menos en lo que a la mayoría de los gobiernos se refiere. Lo que ocurre en realidad es la confrontación entre los aliados de Estados Unidos y Europa y los pueblos árabes doblemente oprimidos por la intervención imperial en sus territorios en connivencia con sus gobiernos y el carácter represivo, autoritario y antidemocrático de la mayoría de los gobiernos de la región. Es así, que Israel tiene excelentes relaciones con varios gobiernos árabes con los que supuestamente está en conflicto 

Israel, las monarquías autocráticas y los gobiernos árabes han establecido una virtual alianza bajo la égida de Gran Bretaña primero y Estados Unidos después, en las que la voluntad de Palestina por construir su nación, la lucha por la soberanía del Sahara Occidental y el espíritu liberador y democrático de los pueblos árabes más recientemente, han sido, a través de la historia, moneda de cambio para perpetuar el dominio de unos y otros en una lógica imperial que la da a esta región importancia geopolítica trascendental por ser la mayor compradora de armas y la más importante productora de energía del planeta. 

lunes, 21 de septiembre de 2020

Juan Guaidó y “La venganza de Analía”




Llenar los largos días de cuarentena, ha devenido en tarea necesaria para la salud y la vida. Así yo, que considero la televisión un instrumento deplorable que casi no utilizo, me he visto obligado a recurrir a ella para estirar las horas de esparcimiento tras las extensas jornadas de trabajo. 

En esta situación, he comenzado a ver una serie llamada “La venganza de Analía”. No viene al caso hacer ahora un relato de la misma. Sólo decir que existe el personaje de una mujer cuyo esposo le ha pedido un divorcio que no desea, lo cual la ha llevado a un estado de paroxismo, histeria y alejamiento de la realidad que la condujo -instigada por una mente criminal- a recurrir a una abogada de dudosa reputación para que la asesora en su proceso de destruir públicamente al hombre que fue su esposo, amenazándolo con quitarle la hija de ambos. 

En su desesperación, la mujer delira, fabrica fantasías, refuta los argumentos jurídicos de su propio abogado y no escatima ni siquiera en hacer daño a su hija de 12 años para lograr su objetivo cuya causa es el despecho y el rechazo de un hombre a quien se le acabó el amor, sin querer hacer juicios morales que quedan en el escrutinio de cada quien. 

Esta historia me ha venido a la cabeza después de leer dos tweets del diputado Juan Guaidó, que en el mejor de los casos reflejan un estado de locura y/o alucinación que solo puede ser producido por las drogas o por la desesperación en que se encuentra cuando vislumbra que la “gallina de los huevos de oro” que está en Washington podría cambiar el objeto de su devoción. 

En otro contexto, se podría suponer que los desesperados sean Pompeo, Abrams y Story cuya impotencia por mostrar resultados cuando se acercan las elecciones aquí y allá -que en ambos casos no vislumbran cifras positivas para el interés imperial- los ha llevado a hacer uso del milagroso polvo blanco que les envía Duque a raudales con el visto bueno de Story y el Comando Sur. 

En el primer tweet, esta Carolina venezolana (así se llama el personaje de la serie) dice que emitió un decreto en el que declara el estado de alarma en el estado Aragua por los estragos que han causado las lluvias. Así mismo, ordena a la Fuerza Armada que se movilice para brindar la protección necesaria a las comunidades afectadas. 

¿Sabrá el autonombrado y alucinado diputado que el mismo 9 de septiembre (hace más de una semana) el gobierno nacional por instrucciones del presidente Maduro desplegó a las Fuerzas Armadas en el estado Aragua y todo el centro del país para atender a la población ante el desbordamiento del río El Limón? Además de eso, el presidente constitucional de Venezuela llamó a la movilización del gobernador, alcaldes y ministros y a la Gran Misión Barrio Tricolor para que tomaran todas las medidas necesarias para el restablecimiento de la situación y la protección de los afectados. Fue la respuesta inmediata de un gobierno sensible al que le importa la vida de los ciudadanos en primera instancia. ¿Sabrá Guaidó que las fuerzas armadas llegaron al lugar de los hechos hace más de una semana cumpliendo con la orden del único Comandante en Jefe que reconocen? 

Guaidó tuvo que esperar instrucciones de Washington para decir algo, no importa cuán alejado esté la realidad, pero necesita seguir cumpliendo con la actuación de títere teledirigido a cambio de los sustanciales ingresos que “este trabajo” le genera a él y a sus amigos. 

En el segundo tweet, no sé si más o menos insólito que el anterior, el autoproclamado afirma que la periodista Patricia Poleo con quien se encuentra enfrentado por las diferencias producidas por una inequitativa distribución de los recursos robados a Venezuela por Estados Unidos y Colombia y que por ello lo ha denunciado públicamente por corrupción y otras bellezas, habría recibido dinero del canciller Jorge Arreaza “para crear publicidad negativa a la oposición venezolana”. 

Además de ser falso, además de no tener ninguna prueba y además de que nunca la va a encontrar, lo primero que debería saber esta Carolina emergida de las cloacas de Voluntad Popular es que no es necesario pagarle a nadie para que haga “publicidad negativa” a la oposición venezolana. Eso lo hace ella solita con sus actos, con sus llamados a una invasión militar extranjera, con sus arengas por mayores sanciones, por la felicidad que públicamente manifiestan por el bloqueo y los actos terroristas. En definitiva, el único que paga por la publicidad negativa de la oposición es el gobierno de Estados Unidos que le concede generosas dádivas a Guaidó por hablar. No hace falta casi nada más. Guaidó, su propia existencia es la mejor propaganda negativa para la oposición venezolana. 

En el momento en que el abogado discute con Carolina, cuando el jurista renuncia a seguirla defendiendo ante la conminación a que viole la ley, le dice le va a dar un consejo final por el que no le va a cobrar, y le recomienda que acuda a recibir ayuda sicológica.

jueves, 17 de septiembre de 2020

El Vía Crucis de Europa II.



Falsamente aprisionada entre la necesidad de su autonomía o su subordinación a Estados Unidos, en realidad Europa se debate entre la eclosión que ha producido el abandono del Estado de bienestar y el gran esfuerzo por sostener una importante inversión social durante la mayor parte del siglo XX como necesidad de confrontar a la Unión Soviética durante la guerra fría.

La desaparición del campo socialista permitió darle a su economía la verdadera orientación deseada por las élites, así, se impusieron modelos neoliberales que excluyeron a las grandes mayorías. Por supuesto, en estas condiciones, “arrimarse” a Estados Unidos y vivir bajo su cobijo era la opción natural en el nuevo escenario global. 

Cónsono con esta situación, se impuso también el supremacismo racista que persigue a las minorías y declara indeseables a los millones de migrantes que abandonaron sus países por las guerras coloniales e imperiales que la propia Europa desató y/o promovió. Ven con horror que en algunos años más serán un continente con mayoría de negros, árabes y ciudadanos del sur de Asia y que su religión predominante será la musulmana. 

jueves, 10 de septiembre de 2020

El Vía Crucis de Europa I

En un editorial del 3 de mayo del periódico francés Le Monde se hace un análisis acerca de cómo la crisis producida por el coronavirus ha transformado el entorno geopolítico global. En la publicación se señala que Estados Unidos ha perdido el liderazgo mundial y que el orden internacional creado al final de la segunda guerra mundial "ya no se adapta a la realidad del equilibrio de poder del siglo XXI". 

El vespertino parisino aprecia que este sistema ya era frágil antes de la pandemia, aunque reconoce la opinión de aquellos que estiman que lo era incluso antes, es decir desde el momento en que se produjo el fin de la guerra fría. También valora que estos hechos, a los que suma la emergencia de China “desequilibraron gradualmente” el orden bipolar, dando paso a uno de carácter multipolar. 

En este contexto, el editorial establece que la unidad de Europa no resistió el golpe propinado por la pandemia, toda vez que no fue capaz de dar una respuesta solidaria con los miembros más afectados. Así mismo, el artículo deplora el “egoísmo” de algunos países que han optado -en la práctica- por restituir sus fronteras poniendo en riesgo “dos pilares de la Unión Europea”: el espacio Schengen y el mercado único. Finaliza diciendo que a pesar que Europa cree en el multilateralismo está siendo “abandonada por Estados Unidos, codiciada por China, fría con Rusia", por lo cual si desea tener una participación protagónica en el mundo de la post pandemia, debería comenzar por restablecer su organización interna. 

Tres días después de la publicación de este editorial, se realizó de forma virtual la reunión cumbre de la Unión Europea (UE) conducida desde Zagreb, Croacia, país que ocupa la presidencia rotatoria de esa alianza. A pesar que el tema principal fue la lucha conjunta contra el coronavirus y las medidas a tomar para la recuperación económica del conglomerado, no se tomó ninguna resolución que indicara la voluntad de los 27 por ampliar su membrecía, a la que aspiran 6 países de los Balcanes. 

Los esfuerzos desesperados de Serbia para aceptar ser incluida en la organización regional europea ha llevado al presidente de ese país Aleksander Vučić a contradictorias opiniones que han ido desde la aceptación en marzo de este año de que “la solidaridad europea no existe” y que “solo China nos puede ayudar” hasta la decisión ahora en septiembre, bajo influjo de Estados Unidos, de hacer un acuerdo comercial con Kosovo, país al que no reconoce, al mismo tiempo que ambos (Serbia y Kosovo) decidieran instalar sus embajadas en Jerusalén, violando una resolución de Naciones Unidas. 

Tal vez este hecho sea sintomático, más que ningún otro, de la pérdida de brújula y de los desvaríos de Europa en materia internacional lo cual ha repercutido en la merma de su prestigio y la pérdida de posicionamiento y protagonismo en el escenario global. Su indefinición identitaria que la ha llevado a ir abandonando su vocación europeísta para ir asumiendo una de carácter atlantista que la subordina a Estados Unidos (a pesar de las evidentes contrariedades y conflictos que le genera), auguran un futuro complicado para la alianza que agrupa a una buena parte de los países del Viejo Continente. 

En primera instancia, la preocupación inmediata de la UE es intentar reparar los daños de la crisis” y preparar un futuro mejor para la próxima generación” según señaló la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen al presentar en el Parlamento Europeo las líneas principales de su propuesta de fondo de recuperación en la UE frente a la crisis del coronavirus. Sin embargo, para el Dr. Juan Torres López Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, “los propios términos utilizados y la naturaleza de las medidas adoptadas indican que lo que se puede conseguir con ese plan es algo muy distinto [de] lo que se dice”. 

Más allá de las complicaciones internas y de la ineficiencia mostrada en el manejo de la crisis de la pandemia, la UE confronta otros problemas que, como se dijo antes, dicen referencia a definiciones de carácter identitario. Una de ellas, es su decisión aún no establecida de definir si es aliada o subordinada a Estados Unidos. En este ámbito, Alemania, la principal potencia regional, que ha sido caracterizada como la “locomotora económica” de la Unión enfrenta un variado menú de presiones por parte de Estados Unidos. 

Por una parte, Trump amenazó con la retirada de 9.500 de sus 34.500 soldados estacionados en el país centroeuropeo en una decisión unilateral de su gobierno que no fue consultada con su contraparte. En una tibia y vergonzosa respuesta el ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, comentó que "la decisión” no fue consensuada al 100% dentro del Gobierno de Estados Unidos por lo que "no sorprende" que no haya acordado la iniciativa con Berlín. Al consultársele al alto funcionario alemán sobre la relación bilateral con su “aliado” norteamericano, Maas se limitó a decir que la relación entre los dos países era "complicada". 

Por su parte, en la víspera de que Alemania asumiera la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea el 1° de julio, la canciller de ese país, Angela Merkel, sorpresivamente aseguró que la hora de la soberanía estratégica europea aún no ha llegado, pues todavía existen "sobradas razones", como China o India, (Ojo, no mencionó a Rusia) para "continuar apostando por una alianza transatlántica de defensa y por un escudo protector nuclear común". Una primera mirada a esta declaración refleja las dudas de la principal líder europea respecto de su capacidad de defenderse a sí misma y la justificación –por tanto- de la necesaria subordinación a Estados Unidos. Merkel lo dejó claro cuando afirmó que el actual entorno mundial requiere que la UE "aporte más" a la causa común de la OTAN, que en épocas de la Guerra Fría cuando Estados Unidos y la Unión Soviética luchaban por alcanzar el rol de ser la mayor potencia mundial. Resulta más que curioso que el hecho de no haber un aporte mayor de Alemania a la OTAN sea la causa esgrimida por Trump para retirar los soldados estadounidenses de las bases militares en ese país. 

No obstante esto y agregando una nueva arista al juego geopolítico mundial, Merkel se ha visto obligada a reconocer -a despecho de Trump- que China tiene un papel relevante en las decisiones políticas y económicas en el mundo. Por ello, la canciller alemana ha dejado claro que Berlín va a continuar colaborando con Beijing. 

Incluso en la presidencia rotativa alemana de la Unión Europea, el gobierno de Merkel y ella misma están trabajando para llevar a cabo la primera cumbre entre la UE y China en formato 27+1 por primera vez en 45 años, a pesar de los aplazamientos debidos al coronavirus y de las tensiones surgidas entre Occidente y China tras los sucesos de Hong Kong. Alemania no puede olvidar –también a despecho de Trump- que China es su principal inversor externo. 

Es por ello que Alemania no ha asumido las mismas medidas que Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia en relación a Hong Kong, no adoptando sanciones contra China y tratando de mantener una neutralidad que no genere reticencias en Beijing donde también están viendo la presidencia alemana como una posibilidad de incrementar los vínculos. 

Aquí se manifiesta una de las expresiones del “Vía crucis” al que me refiero. Aunque Europa sabe que las negociaciones con China no serán fáciles si se considera que debe tomar una decisión que se presenta antagónica entre la necesidad de contar con el mercado chino, el comercio creciente entre las dos partes y sobre todo la inversión que está fluyendo a raudales desde la potencia asiática por una parte, y por otra, la necesidad de contar con Estados Unidos para que la proteja de un enemigo que ellos mismos han fabricado a expensas de la voluntad de Estados Unidos, toda vez que no hay amenaza creíble a Europa ni desde Rusia ni desde Irán. 

Se trata de definir hasta donde llega la autonomía real de la UE respecto de Estados Unidos, eso que parecía evidente en tiempos de De Gaulle, hoy ya no lo es tanto. Europa busca desesperadamente encontrar un enfoque equilibrado y pragmático como lo señala el vicedirector del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia, Vladislav Belov. 

Europa pareciera estar resolviendo el asunto de su relación con China, lo hace por razones económicas ineludibles y por pragmatismo forzoso, pero la agenda internacional está nutrida de muchos elementos en los que no se manifiesta la misma condición en tanto no hay exigencias económicas obligatorias. Ese mismo pragmatismo la lleva a no mostrar rubor en el momento de postrarse ante el amo imperial que la acosa y la humilla. 

Continuará la próxima semana

lunes, 7 de septiembre de 2020

La tarea más honrosa y revolucionaria del momento



La humanidad vive el momento más difícil de su historia. Nunca antes como ahora se había producido una concurrencia de eventos que son expresión de la crisis más profunda de la que se tiene conocimiento. 

Agobiados por el enfrentamiento de una cotidianidad que se ha tornado muy agresiva para todos, pero sobre todo para aquellos pueblos a los que Estados Unidos les ha declarado la guerra, a veces no logramos percibir que esta inédita situación se manifiesta porque también es primera vez que damos la cara a elementos que se relacionan con la crisis estructural de la sociedad de clases que hoy es capitalista pero que antes fue esclavista y feudal. 

En todas ellas, las clases privilegiadas tuvieron capacidad para superar las crisis e incluso adoptar perspectivas revolucionarias y transformadoras dando paso a nuevas formaciones económico sociales que apuntaban al perfeccionamiento de la explotación. 

En esa medida, el capitalismo no tiene futuro, su fase superior imperialista está siendo partera de su propia destrucción en tanto en su expresión neoliberal, destruye las propias bases del capitalismo, tales como la libre competencia y el libre mercado, de la misma manera que el individualismo, el consumismo y el derroche como testimonios y afirmación de valores que pueden proporcionar felicidad y éxito momentáneo, no solucionan los grandes problemas de la humanidad. He ahí su fracaso. 

La pandemia de coronavirus ha sido el símbolo de un estrepitoso fiasco. Los sistemas de salud han colapsado incluso en aquellos países ricos y desarrollados. Pero no es solo eso. En simultánea asistimos a la destrucción del sistema multilateral que a pesar de sus deficiencias ha provisto al mundo de un instrumento para la solución de los conflictos y una estructura jurídica que evite la anarquía y el caos en el planeta. 

Igualmente, nos vemos confrontados a la posibilidad de la guerra, a la impunidad de los poderosos, a la destrucción del planeta como resultado del cambio climático, a una crisis económica de dimensiones desconocidas y novedosas en la historia de la humanidad y como consecuencia de todo ello, a la exacerbación del racismo, la misoginia, la homofobia y la persecución de las minorías como práctica política que cercena las bases de la falsa democracia representativa que es solo un sofisticado instrumento de dominación de clases, adaptado a la modernidad que inició la revolución francesa. 

Ni siquiera los preceptos que la sostuvieron y que dieron relevancia a esa revolución burguesa pueden ser hoy sostenidos por las élites de poder. La solidaridad, la igualdad y la fraternidad, vendidas al mundo como panacea de la nueva transformación que se anunció en Francia en 1789 tras el aplastamiento del sistema monárquico feudal, hoy son entelequias que la furia de los poderosos (no necesariamente de los pueblos como hubiera sido deseable) se está encargando de destruir. 

Ante esto, un grito de alerta que emerge del pensamiento y la voz de Noam Chomsky, un respetado intelectual estadounidense deja ver todo el sentido del instante: “Nunca ha habido un momento (…) en el que haya surgido una confluencia de crisis [como esta] y las decisiones sobre ellas tienen que tomarse muy pronto, no se pueden retrasar”. 

De ahí que cuando se resiste y se lucha en cualquier lugar del mundo, se está haciendo en primera instancia por la salvaguarda de la vida en el planeta. Hoy, no existe tarea más revolucionaria y más honrosa que esta. 

miércoles, 2 de septiembre de 2020

Rebelión en la Granja


En su afán de destrucción del sistema multilateral Donald Trump no se para ni siquiera en el avasallaje de aquellas instituciones creadas por Estados Unidos para sostener su dominio imperial. Esto es particularmente ostensible en América Latina y el Caribe donde no contento con todos los desmanes que realizan tales instituciones con el aval de la potencia hegemónica, las arma y desarma a su antojo.

El caso más palpable fue cuando ante la impotencia y el fracaso de la OEA en su intento por derrocar al gobierno de Venezuela, agrupó a sus súbditos quienes en la capital peruana tomaron el bastón para aspirar a conseguir lo que la OEA no pudo. Al final, todo terminó en una bufonada más a cargo del director de la CIA que funge como secretario de Estado. 

Se ha hecho más evidente que nunca que la política exterior de Estados Unidos no puede obtener logros a través de las vías diplomáticas proclives a la negociación y el diálogo y solo se puede imponer a través del sometimiento, la fuerza, la amenaza y el chantaje. Por supuesto, en América Latina y el Caribe tiene éxito porque las élites de derecha no tienen empacho en someterse, ser sujetos de amenaza y chantaje y aceptar la fuerza sin importar los intereses nacionales ni la soberanía, si de defender sus mezquinos intereses se trata.