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jueves, 31 de marzo de 2022

Algunas enseñanzas para recordar. En el 40 aniversario de la guerra por Malvinas



En 1982 me encontraba en Nicaragua. Se vivían los primeros años de la revolución sandinista y yo trabajaba en el Ejército. Un día de abril, alguien cuyo nombre lamentablemente no he podido recordar me preguntó si estaba dispuesto a ir a las Malvinas a combatir junto al pueblo argentino en la lucha por recuperar las islas del dominio colonial británico.

Tenía poco más de 25 años y nunca antes me había visto obligado a enfrentar un dilema ético de tamañas dimensiones. Se trataba de hacer un aporte a la justa aspiración argentina de rescate de la soberanía de un territorio que por historia y por justicia le pertenece, pero también significaba ponerse a las órdenes de una dictadura sátrapa, violadora de los derechos humanos por lo que era repudiada por la amplia mayoría de la humanidad decente del planeta.

Aunque la incorporación al combate del contingente que había dado el visto bueno para su participación en la contienda no se concretó, fue imposible evitar la controversia interna que emergió de la necesidad de resolver la polémica que en términos morales nos acosó durante varias semanas.

jueves, 24 de marzo de 2022

Chile, ante la desazón y el engaño, “Aún tenemos Patria, ciudadanos”

 


El 26 de mayo de 2018 debió haberse recordado en Chile el bicentenario del asesinato de Manuel Rodríguez, figura señera en la lucha por la independencia de Chile del colonialismo español, sin embargo, la fecha transcurrió casi absolutamente ignorada y olvidada sin que hubiera una conmemoración oficial que pusiera en su verdadera dimensión la importancia del papel que jugó este personaje en la gran gesta librada a comienzos del siglo XIX.

En 1985 se cumplieron 200 años del nacimiento del héroe, la efeméride discurrió de manera similar. Podría comprenderse que la dictadura no quisiera rememorar la vida y obra de tan insigne patriota, pero que el comportamiento de un gobierno democrático se exprese en términos análogos, solo puede entenderse como la cercanía entre uno y otro en cuanto al conocimiento e interpretación de la historia a fin de alejarla de cualquier elemento que permita comprender que el verdadero protagonista de los acontecimientos de la vida de una sociedad es el pueblo y que solo él puede engendrar aquellos actores relevantes que operan el factor subjetivo, para acelerar, adelantar y darle un curso positivo a los procesos sociales.

Para recordar a Manuel Rodríguez, junto a tres colegas: Marcos Roitman, Luis Rojas y Tito Tricot emprendimos durante tres años la titánica tarea de buscar a alguna editorial que se interesase en el tema. Algunas, por desprecio al personaje, otras por su alta sofisticación elitista, además de aquellas –hay que decirlo- que interesadas en el tema, pero aplastadas por la crisis económica generada por la pandemia no tuvieron capacidad para encarar la publicación, hicieron de la tarea una misión casi imposible.

jueves, 3 de marzo de 2022

El escenario bélico del conflicto en Ucrania

 


El Consejo de Seguridad de la ONU no logró aprobar una resolución contra Rusia, que la vetó. Así funciona la estructura de poder mundial, mientras no se cambie y surja algo mejor. Lo cierto es que las Naciones Unidas, tal como está hoy, no tiene razón de existir, es incapaz de evitar la guerra, mucho menos un genocidio cuando el que lo comete es una potencia global. La semana pasada, una cosa condujo a la otra, y ante la imposibilidad de que los organismos multilaterales, el derecho internacional, el diálogo y la negociación consiguieran evitar el exterminio humano, la guerra (que es la continuación de la política por otros medios) hizo su aparición como vía de consagrar el primer derecho humano: el derecho a la vida. ¡Que paradójico!

En estos primeros días de la denominada operación especial de las Fuerzas Armadas de Rusia, la característica fundamental ha sido el avance arrollador y sin grandes contratiempos de las fuerzas armadas de Rusia y sus aliados de Donetsk y Lugansk en la profundidad del territorio ucraniano. El parte de hoy del ministerio de Defensa de Rusia arroja que 1533 instalaciones de infraestructura militar, entre ellas 54 puestos de control y comunicación, 39 complejos de defensa antiaérea, 52 radares, 484 tanques, 58 aviones, 63 sistemas de lanzacohetes múltiples, 217 piezas de artillería, 336 vehículos y 47 drones han sido destruidos. Un resultado devastador para cualquier ejército en una semana de “combate”. Mientras tanto, la actividad principal de las fuerzas armadas ucranianas ha sido rendirse, no se sabe si es porque no están dispuestos a inmolarse por Washington y Bruselas, por miedo o por la superioridad avasalladora de Rusia.

El operativo ruso está diseñado en 4 direcciones:


1. El Frente Sur actuando desde Crimea, el Mar de Azov y el Mar Negro avanza hacia el norte, tomando las importantes ciudades de Jersón y Melitópol y han bloqueado cualquier posibilidad de las fuerzas navales de Ucrania en el mar de Azov. Así mismo, capturaron la central nuclear de Zaporozhie.