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sábado, 19 de diciembre de 2020

¿Vientos de cambio en la OEA?


Aunque se ha vendido como una gran victoria, la resolución aprobada por la Organización de Estados Americanos (OEA) el miércoles 8 a través de la cual no reconoce el resultado de las elecciones parlamentarias de Venezuela, en realidad es expresión de la profunda crisis por la que atraviesa la institución. Que la resolución haya sido presentada por Estados Unidos, Brasil y Colombia transforma el panfleto en una condecoración que honra a la nación bolivariana. 

Conformada por 33 países después del formal retiro de Venezuela en 2019 y la expulsión de Cuba en 1962, más de un tercio de sus miembros no apoyaron la resolución lo cual muestra una organización dividida y carente de liderazgo que en realidad en su ejecutoria práctica se muestra como una alianza de gobiernos de derecha dirigidos por Estados Unidos para mantener y profundizar su dominio sobre la región. 

Incluso su tradicional caracterización como ministerio de colonias de Estados Unidos se ha reducido casi exclusivamente a la organización de fraudes electorales y golpes de Estado. En este sentido, tuvo éxito al imponer a Juan Orlando Hernández en Honduras en 2017 y a Jeanine Añez en Bolivia en 2019, pero ha fracasado estrepitosamente en Nicaragua (2018) cuando aupó la insurrección golpista contra el gobierno del comandante Daniel Ortega, en San Vicente y las Granadinas así como en Guyana durante este 2020 donde infructuosamente intentó “ensuciar” las elecciones para que se declarara fraude y poder imponer a sus candidatos. 

Ni hablar de Venezuela donde desde su elección como secretario general, Luis Almagro, de manera continua ha intentado derrocar al gobierno del presidente Maduro utilizando para ello todo tipo de velados y abiertos subterfugios así como los variados instrumentos que Washington ha puesto a su alcance para lograr tal fin. En la búsqueda de este objetivo se asemeja al Cártel de Lima, su hijo putativo, parido contra natura, que también ha fracasado. 

Si nos atenemos al desprecio que ha manifestado el presidente Donald Trump contra el multilateralismo y sus instituciones, al punto que ni siquiera quiso “ensuciar su reputación” formando parte del Cartel de Lima, deberíamos concluir que Almagro ha actuado por iniciativa propia en su interés personal de servir a Estados Unidos como forma de prolongar su estadía en la secretaría general, llegando al paroxismo cuando en septiembre de 2018, anunció que no se podía descartar una intervención armada contra Venezuela, pasando por encima incluso de la Carta de la ONU. 

Sin embargo, pareciera que el golpe de Estado contra Evo Morales en 2019 que Almagro ha reivindicado como de autoría propia en un reciente libro publicado el pasado noviembre bajo el título "Luis Almagro no pide perdón", ha rebasado toda tolerancia, incluso de aquellos que lo promovieron y auparon. 

Por supuesto, todo se produce cuando Trump ya va de salida. En los últimos 4 años, ciertas fuerzas y personajes guardaron silencio cómplice antes los desmanes y tropelías del ex ministro de relaciones exteriores del gobierno de José Mujica. Uno de ellos es el ex presidente colombiano Juan Manuel Santos quien afirmó recientemente que:”La OEA no está funcionado”. Según el periódico bogotano “El Espectador”, Santos hizo esta aseveración el pasado jueves 10 de diciembre durante un foro virtual organizado por el think tank Dialogo Interamericano con sede en Washington, en el que también participaron los ex mandatarios Ricardo Lagos de Chile, Ernesto Zedillo de México y Laura Chinchilla de Costa Rica. 

Ahondando en el asunto, Santos aseveró que los países de la región han sido incapaces de acordar una visión básica o un objetivo para la institución en el mundo actual y remató ratificando que no creía que hubiera liderazgo alguno dentro de la OEA. El ex presidente colombiano se lamentó de la situación de la organización panamericana construida bajo el alero de Washington certificando que: “Es muy triste decirlo, pero es la realidad, ahora mismo la OEA no está abordando los problemas que debería abordar”. 

Santos cree que es necesario crear un nuevo tipo de liderazgo para “revitalizar” estas organizaciones para que puedan cumplir con sus objetivos básicos. Remató su intervención diciendo que: “Si no lo hacemos, estas organizaciones van a seguir siendo algo irrelevantes”, porque “las instituciones internacionales son lo que los países miembros quieren que sean”. 

Por su parte, Ricardo Lagos, quien fue el primer mandatario en todo el mundo en manifestar su apoyo al golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez en 2002, llamó a “repensar” el sistema. Lagos opinó que le parecía que había llegado el momento de una “revisión” del sistema interamericano, ya que su “arquitectura es un poco anticuada”. 

En una propuesta propia de Lagos y de los últimos presidentes chilenos que actúan “tirando la piedra y escondiendo la mano”, el expresidente que protegió a Pinochet durante su prisión en Londres, propuso un sistema que sea como la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), “pero sin carácter militar”, algo difícil de entender y mucho más de ejecutar pero que pudiera ser entendido como la fusión de la OEA con el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). Según Lagos: “…eso sería mucho más importante en lugar de tener un sistema interamericano extremadamente anticuado”. 

Para el expresidente chileno llegó el momento de “repensar” qué tipo de institución es necesaria para tener un entendimiento entre los países de América Latina y el Caribe y Estados Unidos, y destacó que en esto, el rol de Canadá es “extremadamente importante”. 

En el caso de Santos, es claro que ambiciona ponerse en la mira de Biden por si éste, en interés de hacer efectiva su doctrina multilateralista de agresiones e intervenciones coordinadas, comienza a pensar en la sustitución de Almagro, quien es cada vez más impresentable y contrario a la necesidad de estabilidad que Estados Unidos -verdadero elector y mentor de la OEA- necesita para mantener su “patio trasero”. Hay que recordar que el gobierno de Obama en el cual Biden fue vicepresidente, tuvo una excelente relación con Santos en el tiempo en que éste fue la máxima autoridad política de su país. Obama incluso apoyó en todo momento a Santos durante las negociaciones de paz con la guerrilla de las FARC que concluyeron en La Habana en 2016 y fue pieza fundamental para el Premio Nobel que le compraron en Oslo. 

De la misma manera, una eventual destitución de Almagro serviría de alguna forma de equilibrio en las instituciones regionales tras el nombramiento por parte de Trump de Mauricio Claver-Carone como presidente del Banco interamericano de Desarrollo (BID). Este americano de origen cubano, fue “sembrado” por Trump en esa responsabilidad burlando la tradición que señalaba ese puesto para un latinoamericano Así mismo, con tal designación Trump honró su compromiso con el republicano Marco Rubio y el exilio cubano de Miami. Florida y Miami votaron por Trump y tal vez Biden quiera desquitarse sacando del juego a Almagro quien se ha transformado en una pieza sólida del terrorismo cubano y venezolano asentados en el sur de la Florida. Así, Biden también intentaría poner en la OEA un peón más “digerible” en su afán de construir la “diplomacia coercitiva” que ha propugnado el futuro secretario de Estado, Anthony Blinken.

martes, 15 de diciembre de 2020

Allamand, un cachorro de la dictadura pinochetista


Mientras su policía arreciaba la represión contra los manifestantes que exigen una transformación del país a partir de la elaboración de una nueva constitución, el canciller chileno se paseaba por Europa hablando de democracia y atacando a Venezuela con el objetivo de ganar apoyos internacionales para la trampa electoral que entre “gallos y medianoche” urdieron las élites del país el 15 de noviembre de 2019 a fin de –una vez más- engañar al pueblo de la misma manera que lo hicieron en los estertores de la dictadura. 

El talante represivo, fascista y antidemocrático de Andrés Allamand le viene en el ADN. Ya en 1972 con 16 años fue aspirante a presidente de la Federación de Estudiantes Secundarios de Santiago (FESES) y como no ganó, optó por dividir la institución, quebrando un unitario instrumento de lucha de los estudiantes. Estas actividades como dirigente estudiantil las simultaneaba con su militancia en la organización terrorista “Comando Rolando Matus”, donde destacaba por su fervor anti comunista y un discurso de odio propio del fascismo. 

Aunque se le ha querido presentar como un profesional brillante, lo cierto es que se demoró 10 años en graduarse de abogado. Tras el golpe de Estado de Pinochet era tal su afán de protagonismo a fin de ponerse bajo el manto protector del dictador que creó un movimiento fascista denominado Movimiento de Unión Nacional (MAN) que tuvo efímera existencia, por lo que recaló en Renovación Nacional (RN) de la mano de Sergio Onofre Jarpa, uno de los principales líderes del golpe de Estado cívico-militar que derrocó a Allende. Ese partido fue el principal soporte ideológico de la dictadura. Jarpa, el mentor político de Allamand fue ministro del interior de la dictadura en el período de mayor represión y terror. 


Según el informe elaborado por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, conocida como Comisión Valech, un organismo creado para investigar y recoger testimonios de todos los casos de abusos, torturas y asesinatos cometidos durante la dictadura, que publicó sus conclusiones en 2004 y las amplió en 2011, las víctimas de violación de derechos humanos entre 1973 y 1990 fueron 31.686 personas, de las cuales 28.459 casos fueron víctimas de tortura y 3.227 casos fueron víctimas ejecutadas o desaparecidas (2.125 muertos y 1.102 desaparecidos). Allamand fue cómplice de estos delitos contra la humanidad desde el silencio de su militancia en MAN y RN. 

El 5 de octubre de 1988 se convocó en Chile un referéndum para decidir sobre la continuidad de Pinochet como presidente de la República. Allamand se ubicó entre la minoría que pretendía que Pinochet continuara en el poder por 8 años más, sin embargo, disfrazado de demócrata, se las ha arreglado por 26 años para usufructuar desde los poderes ejecutivo y legislativo del régimen de pos dictadura que existe hasta hoy y contra el cual el pueblo chileno se ha rebelado. 

Curiosamente en 2016 escribió un libro titulado “La salida. Como derrotar a la Nueva Mayoría” copiando de esa manera el nombre del movimiento terrorista liderado por Leopoldo López en 2014 que precisamente pretendía derrotar al gobierno del presidente Nicolás Maduro. 

Poco puede decir Allamand de democracia y de derechos humanos. Finalmente, lo que sale de su boca es lo mismo que expulsa por su tracto digestivo.

jueves, 10 de diciembre de 2020

Rumania y Venezuela: elecciones el pasado 6 de diciembre.

 


El pasado 6 de diciembre hubo elecciones parlamentarias en Venezuela y en Rumania. Los resultados no tienen el mismo impacto porque estamos hablando de disimiles regímenes políticos, presidencial el sudamericano y parlamentario el europeo, sin embargo una simple revisión de cómo fueron manejados ambos eventos por las grandes agencias internacionales de prensa muestra claramente que la “objetividad” que enarbolan es falsa y que finalmente dicen lo que se les ordena desde Washington y Bruselas. 

Rumania vivió una extraña jornada electoral en la que la oposición social demócrata se “alzó con la victoria de manera sorpresiva”, pero perdió según la ley, como lo señalan casi todos los medios de prensa “dueños de la verdad universal”. El Partido Socialdemócrata (PSD) obtuvo 30 % de los votos y el gobernante Partido Nacional Liberal (PNL) de derecha logró un 25% de apoyo. 

La derrota del PNL significó que el primer ministro Ludovic Orban dimitiera del cargo. La tradición de los sistemas parlamentarios es que a la agrupación más votada le corresponda formar gobierno. Sin embargo, lo que no resultó sorpresivo fue que los ganadores resultaran perdedores por obra y gracia de la decisión del presidente rumano Klaus Iohannis quien designó como primer ministro al titular de Defensa, general Nicolae Ciuca, quien llegó al Ejecutivo en noviembre de 2019 tras derrocar al anterior gabinete socialdemócrata en una moción de censura 

jueves, 3 de diciembre de 2020

Entre falsos positivos, ocultamiento de información y parecerse a la OTAN. La intríngulis de las Fuerzas Armadas de Colombia


La crisis institucional de Colombia es de larga data a un punto tal que ya es parte del sistema político, dicho de otra manera, las élites diseñaron un modelo a través del cual la crisis es vista y aceptada como expresión de democracia. Claro, el resquebrajamiento del Estado tiene límites en tanto no afecte los intereses oligárquicos que controlan ese país desde la independencia. 

Las fuerzas armadas no son ajenas a este fenómeno. Fueron creadas para “… la defensa de la soberanía, la independencia, la integridad del territorio nacional y del orden constitucional” según reza el artículo 217 de la Constitución política. Sin embargo, toda vez que los únicos conflictos externos que ha tenido Colombia desde 1948 han sido provocados por Bogotá: la incursión de la corbeta Caldas en 1987 en aguas jurisdiccionales de Venezuela y la invasión a Ecuador en 2008, el estamento castrense ha sido involucrada en una guerra interna -que no han podido ganar en el terreno militar- por más de 60 años en defensa de ese “orden constitucional” que sirve a las élites y margina al pueblo que se encuentra sumido en altos niveles de pobreza y exclusión. 


En el caso de las fuerzas armadas, el más alto grado de descomposición se manifestó a través de la política de falsos positivos mediante la cual el binomio Uribe-Santos prostituyó a una parte importante del componente militar colombiano. Ese delito que según la Corte Penal internacional (CPI) “puede ser catalogado como de lesa humanidad y de guerra” se convirtió en 2012 en política de Estado si se considera que estos asesinatos fueron cometidos para aumentar los índices de éxito militar, transformando la muerte de civiles en instrumento de obtención de mayores recursos internacionales para el logro de sus objetivos 

sábado, 28 de noviembre de 2020

Trujillo 1820: La Guerra y La Paz.



En el marco del bicentenario de la firma de los tratados de armisticio y regularización de la guerra entre Simón Bolívar y Pablo Morillo, se presenta el  documental Trujillo 1820, La Guerra y la Paz. 

Realizado por el Centro de Estudios Simón Bolívar y la Gobernación Bolivariana del Estado de Trujillo. 

Caracas, noviembre 27 de 2020.



jueves, 19 de noviembre de 2020

¿Qué ha pasado con la guerra comercial de Estados Unidos contra China?

 


En marzo del próximo año se cumplirán tres años desde que el presidente Donald Trump desatara la llamada “guerra económica” contra China. Los resultados están a la vista y no son halagadores para Estados Unidos. El fracaso del gobierno es ostensible. 

Esta “guerra” que ha sobrepasado lo estrictamente comercial para adentrarse en un espectro más totalizante que incluye las áreas de desarrollo científico, militar y tecnológico, oculta en realidad el trasfondo político e ideológico que conlleva y que es expresión de un choque de modelos de sociedad de carácter antagónico. 

Por otro lado, el análisis de los énfasis y las prioridades presupuestarias en Estados Unidos y China son expresión de la orientación más general que le quiere dar cada país a su economía y en último término, de su proyección al futuro. En este sentido, mientras el gasto militar anual de China en 2019 fue de $178 mil millones, el de los Estados Unidos fue de $658 mil millones. 

A comienzos de este año, se verificó una fuerte disputa en el Congreso de Estados Unidos para dirimir el proyecto de ley para el gasto del Departamento de Defensa en 2021 que pretendía ser reducido por un sector demócrata mientras que una alianza de otro grupo de demócratas con republicanos y liderada por estos últimos se proponía incrementar el gasto para “mantenerse competitivos” ante las aparentes amenazas de Rusia y China. 

viernes, 13 de noviembre de 2020

¿Hasta cuándo Perú?


En sus “Siete ensayos de interpretación de la realidad peruana” José Carlos Mariátegui señala que los colonizadores españoles en el Perú destruyeron -sin poder reemplazarla- la fenomenal “máquina de producción” incaica caracterizada por la agrupación de comunas agrícolas y sedentarias que hacía que el pueblo viviera con bienestar material. 

Ahí comenzó el problema, toda vez que esto significó la disolución de la unidad de la sociedad indígena en comunidades desperdigadas. La explotación colonial de las minas de oro y plata y de los suelos, transformaron una economía socialista originaria en una de carácter feudal. 

Esto condujo a que un virreinato tan rico, deviniera en una “empresa militar y eclesiástica” más que en una estructura política y económica. Ese es el origen de la clase política peruana que en su primer momento estuvo conformada por una ínfima población de “virreyes, cortesanos, aventureros, clérigos, doctores y soldados”. Según Mariátegui, el más extraordinario pensador peruano de la historia, en 1928, cuando escribió esta colosal obra, las bases de esa economía colonial mantenían aun tal estructura, aunque comenzaba su tránsito hacia una economía burguesa. 

lunes, 9 de noviembre de 2020

Un evento trascendental de dimensiones planetarias.

 


En el último tiempo se suele dar categoría de “histórico” a cualquier hecho que ocurre en todo lugar y momento. Es tal la manipulación del término que en ocasiones los sucesos que verdaderamente tienen tal categoría, pueden pasar inadvertidos. 

Pues bien, me parece necesario que pongamos nuestra atención en un acontecimiento ocurrido en días pasados que desde mi modesta opinión, tiene repercusiones trascendentes para toda la humanidad. 

Entre los días lunes 26 y jueves 29 de octubre se realizó el 5to. Pleno del XIX Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh). Durante el evento se aprobó un comunicado y se adoptaron las propuestas del Comité Central del PCCh para la formulación del XIV Plan Quinquenal (2021-2025) y lo más novedoso por lo inédito fue la aprobación de un documento denominado “Objetivos 2035” que establece compromisos estratégicos para avanzar hacia la construcción de una sociedad socialista moderna en el país. 

El pleno realizó una evaluación del quinquenio que concluye (2015-2020) destacando entre las principales metas logradas que el próximo año -tal como se lo propusieron- el pueblo chino podrá considerar que ha conseguido construir una “sociedad modestamente acomodada”. En el período 55.75 millones de ciudadanos salieron de la pobreza, eliminando ese flagelo del país. Este año, el PIB del país alcanzó aproximadamente 16 billones de dólares. Así mismo, fueron creados 60 millones de nuevos puestos de trabajo y la producción anual de cereales va a cerrar en 650 millones de toneladas en este 2020. De la misma manera es de resaltar que hoy, 1.3 mil millones de ciudadanos tienen acceso al seguro médico básico y mil millones al seguro básico de pensiones. 

Los objetivos fundamentales trazados para el XIV Plan Quinquenal que comienza en 2021 son: 

1. Lograr un mayor desarrollo socio-económico sustentable basado en la elevación de la calidad y la eficiencia. 

2. Conseguir nuevos progresos en la política de reforma y apertura. 

3. Elevar notablemente el nivel de la civilización social. 

4. Obtener nuevos éxitos en la construcción de la civilización ecológica. 

5. Lograr un nivel superior en el bienestar del pueblo. 

6. Continuar aumentando la eficiencia y la capacidad de gobernanza nacional. 

Este plan quinquenal comenzará en una situación crítica para la economía china. Aunque el país ha logrado frenar exitosamente la pandemia de covid-19 y ha iniciado rápidamente un camino de recuperación económica constante con un crecimiento de 4,9% en el tercer trimestre del año, el virus sigue azotando al mundo, que además está inmerso en tensiones comerciales y geopolíticas. 

El otro documento aprobado es considerado una hoja de ruta para la modernización socialista del país, objetivo que pretende ser logrado en 2049 cuando se conmemore el centenario de la fundación de la República Popular China. En esa medida, se propone importantes líneas de trabajo en materia de innovación, mejoramiento de la economía real, fortalecimiento del mercado interno, vigorización de las zonas rurales y desarrollo verde. 

En el camino de convertirse en menos de tres décadas en la primera potencia económica del planeta, el partido comunista se ha trazado como objetivos específicos para logar la modernización socialista: 

1. Incrementar considerablemente la fuerza económica y tecnológica y la fuerza nacional integral de China. 

2. Producir una nueva industrialización, aplicando la tecnología informática y fomentando la urbanización y la modernización agrícola. 

3. Modernizar el sistema político y la capacidad de gobernanza. 

4. Convertir el país en una fuerza cultural, educativa, deportiva, con amplio desarrollo del talento humano y elevada salud. 

5. Desplegar los métodos de vida y trabajo ecológicos. 

6. Ampliar la política de reforma y apertura. 

7. Implementar la iniciativa de una China de paz, al mismo tiempo que se moderniza la defensa y el Ejército Popular de Liberación. 

8. Garantizar una vida mejor para el pueblo. Elevar el PIB hasta los niveles de los países medianamente desarrollados, asegurando el acceso de todo el pueblo a los servicios públicos y reduciendo notablemente las desigualdades. 

Todos estos planes se realizarán bajo un nuevo paradigma de desarrollo caracterizado por lo que se ha dado en llamar la “circulación dual” en la que un mercado interno fuerte será el pilar de la economía del país al mismo tiempo que el comercio interior y el internacional se complementarán y se reforzarán mutuamente. Vale decir que la palabra más utilizada en el informe fue “innovación”. 

En la V sesión plenaria, los comunistas chinos constataron que el principal problema que tienen por delante es superar la contradicción que produce el incremento de la demanda social y la posibilidad de que se produzca un desarrollo desequilibrado. Evitar que ello conduzca a una situación conflictiva será misión fundamental del partido comunista. 

Otro acuerdo importante es que a la celebración ya anunciada de los dos centenarios: 2021, el de la fundación del Partido Comunista de China y 2049, el de la creación de la República Popular China, ahora se agrega un tercero: 2027, el de la fundación del Ejército Popular de Liberación, haciendo patente de esta manera su voluntad de fortalecer la defensa de la soberanía, la unidad nacional y la integridad territorial además de luchar contra el terrorismo, el extremismo y el separatismo. 

El evento abogó por la necesidad de una dirección integral del Partido Comunista de China y un liderazgo unido y centralizado de su Comité Central a fin de cumplir con los objetivos planteados, para lo cual se proponen hacer un esfuerzo superior para “movilizar todos los factores positivos y todas las fuerzas que pueden ser reunidas con el fin de conformar una fuerte sinergia para impulsar el desarrollo del país” y promover la construcción de una sociedad socialista, mejorando la planificación y la ejecución de las tareas. 

En cuanto a su política internacional, el V Pleno ratificó que China hará su mayores esfuerzos para sostener la paz en el planeta, al mismo tiempo que promoverá el desarrollo, la cooperación y el beneficio mutuo, para lo cual orientará su diplomacia en dirección de crear un ambiente internacional favorable a partir de la construcción de un nuevo tipo de relaciones internacionales y una comunidad con un futuro compartido para la humanidad. 

viernes, 6 de noviembre de 2020

España y Chile: “No es lo mismo, pero es igual”


Créditos da foto: Franco e Pinochet (Reprodução)

Las derechas chilenas neoliberales (la gubernamental y la de oposición) han vociferado durante años que el sistema político chileno se construyó a imagen y semejanza del español. Los Pactos de la Moncloa significaron un acuerdo de clases para desmontar formalmente el sistema franquista, dándole continuidad ahora en condiciones de democracia. Por supuesto que hay particularidades en cada caso, pero en lo sustancial, las élites políticas chilenas modelaron el sistema con la vista puesta en el que se pactó en Madrid (veleidades de la historia) un 25 de octubre pero de 1977. 

Efectivamente, una serie de características dan cuenta de la similitud entre ambos procesos: ambos emergieron de pactos multi partidistas y multi clasistas en los que participaron liderazgos domesticados incluso de izquierda que se plegaron a la corriente hegemónica que sin estar en la oposición al régimen saliente, manejaron el proceso en dirección de sus intereses prioritarios. La izquierda y las corrientes sindicales que llevaron la parte más difícil de la lucha contra la dictadura fueron excluidas de cualquier participación en la toma de decisiones, aceptando ser “furgón de cola” del tren de la “nueva sociedad” que nacía. 

En los dos casos, los dictadores (Franco y Pinochet) dejaron claramente trazada la ruta que habría de venir. En España, a través del restablecimiento de la monarquía borbónica y en Chile, fijando “candados” que parecían hacer inamovible la Constitución impuesta a sangre y fuego por el tirano. Ambos modelos se sustentaban en el establecimiento de férreos sistemas represivos estructurados para favorecer al capital y marginar a las clases populares, atraídas por la necesidad de poner fin a las dictaduras. 

miércoles, 28 de octubre de 2020

Chile, la madre de todas las batallas


Han pasado solo tres días del plebiscito mediante el cual el pueblo chileno le arrancó una convención constitucional a las élites del país. Es verdad que lo deseable hubiera sido una asamblea constituyente originaria que desde las mismas bases de la sociedad redactara una nueva Constitución que sembrara la democracia en el país después de 47 años de dictadura, directa durante los primeros 17 y de administración indirecta de la misma en los 30 posteriores. 

Ríos de tinta han corrido en estas 72 horas. Superada la alegría inicial comprensible en un país cuyo pueblo desde hace muchos años está falto de victorias y donde lo tradicional es celebrar las derrotas, se vuelve a poner los pies en la tierra para entender que (disculpen el lugar común) “se ha ganado una batalla, no la guerra”. 

¿Cómo intentar hablar del tema tratando de ser original y no caer en lo repetitivo? Confieso que dudé en hacerlo, pero me ganó la emoción, porque a pesar de la lejanía, percibo la efusividad de un todo que hizo posible este día. Pero la emoción también se manifiesta como indignación al ver cómo los causantes del desastre que ha vivido Chile en estos 47 años, ahora buscan apoderarse de la victoria intentando desplazar a sus verdaderos protagonistas. 

sábado, 24 de octubre de 2020

“Una lucha simultánea en la misma extensión de este hemisferio”


 
Durante los meses finales del año pasado escribí dos artículos en meses sucesivos bajo los títulos “¡Arde América Latina!” y “Algunas reflexiones sobre los recientes acontecimientos en la región” en los que observaba que comenzaban a soplar tenues vientos de cambio. Al respecto, varios lectores me escribieron con opiniones que iban desde “gracias por transmitir optimismo” hasta “¿es posible ser optimistas?”. 

Uno de esos artículos finalizaba diciendo que la participación popular que los gobiernos progresistas habían generado en la región en los primeros quince años de este siglo permitirían que emergiera un “nuevo liderazgo que llevará la lucha a estadios superiores hasta lograr la independencia y la libertad definitiva”. 

Hoy, un año después, vengo a ratificar que tal mirada fue correcta a la luz de los acontecimientos ocurridos en el continente en días recientes. No se trata de ser optimistas solo por razón de vida, también de la observación de hechos reales sometidos a la lupa de un análisis dialéctico que estudia acontecimientos que van negando los anteriores y que van produciendo cambios cuantitativos que transforman la calidad de la lucha. 

lunes, 19 de octubre de 2020

Democracia. ¿Cuál democracia?



A veces, da la impresión de que en ciertos sectores se asume la defensa de la democracia representativa como si esta fuera un inmaculado sistema de protección de los derechos de las mayorías. Se llega incluso a la sacralización de sus postulados en el mismo momento que la burguesía que la creó, la torpedea para hacerla inviable cuando sus afanes de lucro y poder se ven afectados por la crisis del capitalismo que la pandemia de Covid-19 ha puesto en evidencia. 

En ocasiones olvidamos que los sectores conservadores la han destruido recurriendo a las dictaduras y a formas de imposición autoritaria cuando su poder está en juego o se ha debilitado. Nadie cuestiona que el presidente Roosevelt haya sido reelegido tres veces cuando Estados Unidos pasaba por la crisis económica iniciada en el año 1929, seguida por el estallido de la segunda guerra mundial. Ahí se les olvidó el “discursito” de la alternancia.

Ni que hablar de la separación de poderes, cuando es ostensible que los poderes judiciales o legislativos actúan a instancias del ejecutivo. Si no, vean lo que pasa en Chile, Colombia o Brasil.

Tampoco vale eso de que “la democracia es el gobierno de la mayoría”, puede ser de la minoría como en Estados Unidos donde el actual presidente obtuvo 3 millones menos de votos que su contendiente en las últimas elecciones.

Por si eso fuera poco, la utilización de la supuesta democracia para avasallar las Constituciones de los países, amparados en la fuerza y el poder se va haciendo normal siguiendo el “ejemplo que Washington dio”. En la Cumbre virtual de la Internacional Progresista, realizada en septiembre pasado Noam Chomsky afirmó que el mundo está bajo amenaza de una guerra nuclear, una catástrofe medioambiental y el deterioro de la democracia, asegurando que esta última es la única que podría dar una esperanza para escapar de las dos amenazas de extinción, pero se necesita que sea una “democracia vibrante en la que ciudadanos preocupados e informados participen plenamente en la deliberación, la formación de políticas y la acción directa”.

Es decir la democracia además de representativa, debe ser participativa, consultiva y garantizar el protagonismo popular, lo cual en Venezuela tiene valor constitucional. De no ser así no cumple su objetivo y no debemos defenderla, sino cuestionarla, transformarla y fortalecerla hasta que responda realmente a la definición intrínseca que conlleva: gobierno del pueblo.

Durante siglos nos vendieron que la democracia era sinónimo de elecciones. Cuando aprendimos a ganar, entonces dijeron que eran fraudulentas, recurrieron a llevar a prisión a los candidatos o a impedirle participar, hasta llegar al absurdo de sabotearlas como en el caso de Venezuela. La OEA, cuya sigla podrían entenderse como (Organizando Elecciones Amañadas) fue la artífice del golpe de Estado en Bolivia, de la imposición del narcotraficante Juan Orlando Hernández en Honduras, del intento de desconocer los resultados de Guyana y de la confirmación del alevoso fraude que permitió mantener al uribismo controlando los destinos de Colombia.

Pero ahora, cuando se comete todo tipo de aberraciones “democráticas” en Estados Unidos, los defensores a ultranza de este sistema guardan cómplice silencio. En reciente artículo, el periodista italiano Roberto Savio ha dicho que: ”El sistema electoral americano es poco conocido, pero desastroso. También es el más antidemocrático que podamos imaginar”. ¿Dónde están Almagro, Bachelet y el grupo de Lima para investigar la veracidad de esta afirmación de tan prestigiado comunicador social?

jueves, 15 de octubre de 2020

En las antípodas del planeta, dos llamados a la salvación de la humanidad

 


La semana pasada por vías diferentes hablaron los dos mayores líderes mundiales. Por una parte Xi Jinping, máximo dirigente de 1.396 millones de ciudadanos de su país y Francisco I, guía espiritual de 1.313 millones de católicos en todo el mundo. Ubicados en las antípodas del planeta, en los opuestos ideológicos y en antagónicas posiciones filosóficas, el primero, chino, comunista y marxista, el otro, argentino, cristiano e idealista, coincidieron en la necesidad de que el mundo retome un camino que lo dirija a la paz y a una concordia que permita superar los graves problemas que aquejan a la humanidad. 

Al participar en la 75ta. Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas, Xi fue claro al rechazar que un país pretenda sacar provecho del sufrimiento de los otros y quedarse “de brazos cruzados” ante las desgracias ajenas”. Apeló a la aceptación de que vivimos en un mundo interdependiente, en el que no caben los juegos suma cero haciendo un llamado a “superar la trampa del choque de civilizaciones y respetar mutuamente el camino y la modalidad de desarrollo escogidos soberanamente por cada país”. 

El presidente chino apeló a comprender que la diversidad del planeta es una poderosa fuerza que puede conducir a los ciudadanos al progreso siempre que se preserve la condición humana de todas las civilizaciones. En cuanto al papel de China de cara al futuro, Xi fue enfático: “… nunca pretendemos la hegemonía ni la expansión, y nunca procuramos las supuestas esferas de influencia. No tenemos la menor intención de entrar ni en la guerra fría ni en la guerra caliente con ningún país. Al contrario, siempre persistimos en solventar las diferencias mediante diálogos y solucionar las disputas a través de negociaciones. La supremacía no es nuestro objeto, y tú pierdes y yo gano no es nuestra lógica”. 

De la misma manera, en su nueva Encíclica “Fratelli tutti” (Hermanos todos), Francisco convoca al mundo a “rehabilitar la política” para hacer frente a la pandemia y “hacer posible el desarrollo de una comunidad mundial” afirmando que “el mercado solo no resuelve todo”, al contrario cree que la especulación financiera genera “estragos” en el mundo. 

El Papa se pregunta “Qué significan hoy algunas expresiones como democracia, libertad, justicia, unidad?. Han sido manoseadas y desfiguradas para utilizarlas como instrumento de dominación, como títulos vacíos de contenido que pueden servir para justificar cualquier acción”. 

Concluye con una fuerte crítica al mercado, que se ofrece como solución mágica de todos los problemas, “aunque otra vez nos quieran hacer creer este dogma de fe neoliberal”, y afirma que esta propuesta no es más que “un pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente”.

miércoles, 7 de octubre de 2020

Nada ni nadie podrá romper la eterna amistad entre Argentina y Venezuela

 


“Poco sabemos de las opiniones que prevalecen en Buenos Aires, Chile, y el Perú. Juzgando por lo que se trasluce, y por las apariencias en Buenos Aires habrá un Gobierno Central en que los militares se lleven la primacía por consecuencia de sus divisiones intestinas y guerras externas. Esta Constitución degenera necesariamente en una oligarquía o una monocracia con más o menos restricciones, y cuya denominación nadie puede adivinar. Seria doloroso que tal cosa sucediese, porque aquellos habitantes son acreedores a las más espléndidas glorias” 

Simón Bolívar. Carta de Jamaica. 6 de septiembre de 1815. 

“Reciba pues V.E sus votos eficaces por la gloria y el acierto, sírvase admitir igualmente mi reconocimiento a ínterin llega la ocasión favorable de reiterar a V.E mis respetos y espero que la unidad de la causa que anima a ambos ángulos de la América contribuirá a franquear la hospitalidad y acogida que reclamen en el territorio de V.E los ciudadanos pertenecientes a las Provincias Unidas de Sud América, cuya suprema dirección me está encargada, como me honraré en dispensarla deliberadamente a los súbditos de V.E”. 

Juan Martín de Pueyrredón. Carta a Bolívar. 19 de noviembre de 1816 

“Llegará el día en que coronado de laureles, vayan a unirse nuestras armas triunfantes llevando los extremos del continente austral al centro oscuro donde mora en sus últimas trincheras el despotismo agonizante, la paz, la fraternidad y la libertad: objetos adorados de tantos anhelos y de tantos trabajos” 

Proclama de Pueyrredón a “los generosos habitantes de tierra firme en Sud América” 19 de noviembre de 1816. 

jueves, 1 de octubre de 2020

Estados Unidos y Colombia. Con estas democracias, no se necesita de dictaduras

 

Para nadie es un secreto que Estados Unidos y Colombia configuran el dúo dinámico fundamental a través del cual gira la ejecución de la política intervencionista contra Venezuela. Más allá que ambos países son administrados por gobiernos de la ultra derecha extremista que con características propias, en lo interno, desarrollan políticas de apoyo de los sectores minoritarios que se encuentran en el pináculo de la sociedad, y en lo externo son rey y peón en la agresión a otros países. Algunos analistas se preguntan si lo que acontece, no es más bien, expresión de las propias crisis internas que atraviesan a su sociedad y su Estado. 

En este sentido, el fin de semana pasado con pasmosa coincidencia fueron publicados dos artículos que muestran sin cortapisas las complicadas situaciones que se desprenden de la crisis institucional y el déficit democrático de dos naciones que se venden como ejemplos a seguir en esas materias. 

El primero, un artículo titulado “Estados Unidos. Receta para el caos: las elecciones de 2020 amenazan con romper a un país ya llevado al límite”, escrito el pasado sábado 26 de septiembre por David Smith corresponsal del periódico británico The Guardian en Washington, hace un largo análisis respecto de la ostensible carencia de garantías electorales de cara a las próximas elecciones en el país norteamericano. El periodista alerta que estas elecciones “podrían quebrar a Estados Unidos”, un dilema que supera la definición de quien ocupará la Casa Banca por los próximos cuatro años. 

Smith opina que: “Existe una sensación generalizada de que el destino de la democracia constitucional más antigua del mundo está en juego”. Cree, que a los efectos de la pandemia de coronavirus, el colapso económico y el remezón producido por el rechazo al racismo, se le suma ahora la posibilidad de una elección que no ofrece garantías democráticas, todo lo cual reúne “una receta para el caos”. 

En todo esto, el elemento más perturbador es la actitud del presidente Trump que ha estado creando condiciones para justificar lo que él llama “la elección más manipulada de la historia”, ante la cual se ha negado a confirmar si en caso de perder, permitirá una transferencia pacifica del poder. En esta situación, el país podría ser conducido a una crisis constitucional de inéditas consecuencias, que podría significar incluso el enfrentamiento armado si las huestes de Trump salen a la calle a manifestarse a favor de su “engañado” líder. 
Los instrumentos de Trump para generar desconfianza respecto del voto por correo que se supone será mayoritario a favor de los demócratas, ha pasado por el nombramiento de Louis DeJoy, un donante republicano como nuevo director general de correos. DeJoy se apresuró a tomar medidas para hacer que el voto por correo sea más difícil, incluyendo “la eliminación de los buzones de correo de las calles y la codificación de las máquinas clasificadoras”. 

En este sentido, Smith cita a Neil Sroka, portavoz del grupo progresista Democracy for America, quien afirmó que: “Donald Trump tiene los dedos en las palancas del poder y claramente las está maniobrando de todas las formas posibles, legales y posiblemente ilegales, para tratar de asegurar una victoria estrecha en noviembre”, agregando que: “La amenaza de supresión de votantes es muy real. Ya estamos viendo llamadas automáticas en lugares como Pensilvania que disuaden a las personas de votar anticipadamente, votar en ausencia o divulgar información errónea”. 

Estas acciones están encaminadas a mostrar en primera instancia a un Trump triunfante en las urnas cuyos resultados son obtenidos el mismo día de las elecciones, de manera que cuando se comiencen a registrar la mayoría de votos demócratas provenientes del correo, ya el presidente haya declarado su victoria generando en la opinión pública la idea de que tal modificación de las cifras son producto de un fraude. 

El periodista británico avizora que este escenario podría también ejercer una tremenda presión sobre los medios de comunicación, que evitarán manifestarse como hicieran la noche de las elecciones de 2000 entre George W. Bush y Al Gore. 

En otro ámbito de este conflictivo escenario se inscribe el reemplazo de la fallecida jueza liberal de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg, porque si como todo indica va a ser sustituida por la ultra conservadora Amy Coney Barrett romperá el equilibrio en la correlación de fuerzas dentro de la máxima instancia judicial del país que sería el ente encargado de definir una eventual controversia en relación al resultado electoral. 

Smith recuerda que en el año 2000, fue la Corte Suprema la que decidió a favor de Bush y en contra de Gore en una votación 5-4 “siguiendo líneas ideológicas”. Si las elecciones de 2020 se disputan de manera similar, el tribunal podría volver a ser el árbitro final, en una contienda mucho menos reñida si se confirma el nombramiento de Coney Barret que configurará una correlación 6-3 a favor de los republicanos. De ahí la prisa de Trump por nominar a la nueva jueza, lo cual según Smith “ha alimentado un sentido más profundo de déficit democrático, un abismo creciente entre el gobierno de la minoría blanca de derecha y los valores de la mayoría diversa. Trump perdió el voto popular ante Hillary Clinton por casi 3 millones de boletas, y su último nombramiento en la Corte Suprema significará que la mayoría de los jueces fueron nominados por un presidente que inicialmente no ganó el voto popular”. 

Además, la matemática electoral en el sistema político estadounidense expone una falsa mayoría en el Congreso si se parte de la base de que todos los estados eligen dos senadores independientemente de su población. Por ejemplo, Montana con un millón de votos tiene la misma representación que California con cuarenta millones, eso hace que los 53 senadores republicanos representen 15 millones menos de votos que los 47 demócratas. 

Finalmente, el artículo exterioriza el peligro que significa que Trump se niegue a abandonar el cargo ante una probable derrota. El presidente ha dicho que: “La única forma en que vamos a perder esta elección es si está amañada”, lo cual es entendido como que hará uso de todos los instrumentos legales o ilegales para no abandonar el poder. Al respecto, el autor del escrito cita a Rashad Robinson, presidente de Color of Change, una organización de justicia racial quien al referirse a Trump dice que: “Lo que sí tiene de su lado es que controla la infraestructura federal y entonces la pregunta será, ¿usa esa infraestructura federal para hacer trampa? Y lo que sabemos sobre Donald Trump es que no ha hecho nada en su vida sin hacer trampa”. 

Esta situación obliga a los demócratas a una amplia victoria si quieren volver a la Casa Blanca. Es la única manera de anular los instrumentos ilegales que el presidente utilizará para sostenerse en el poder. La incerteza de que se produzca esa dilatada diferencia es lo que está generando incertidumbres, dudas y angustias respecto del futuro inmediato en la que se ha autodenominado la más perfecta democracia del planeta. 

En tono similar pero no referido de manera directa a una dinámica electoral inmediata, el domingo 27 de septiembre el senador colombiano Gustavo Petro escribió un artículo en el portal Cuarto de Hora al que tituló “Un Congreso de la República de pacotilla” en el que advierte respecto al peligroso rumbo que ha tomado su país, sustentando su punto de vista en: “La debilidad manifiesta de Duque, tanto para gobernar como para ganarse el apoyo popular; la debacle política de Uribe y del uribismo que ya no tienen propuestas serias para solventar la crisis que vive la sociedad colombiana, como no sea entregar más y más recursos a las grandes corporaciones privadas del país sin importar la ruina de la economía o del pueblo hambriento”. 

Tan atrevida aseveración se fundamenta en que el país está siendo conducido hacia la extrema derecha que se propone “construir una dictadura violenta” a partir de la “destrucción física de sus oponentes”. 

El senador de la Colombia Humana señala en su artículo que el ministro de defensa Carlos Holmes Trujillo se ha dedicado a proyectar su candidatura presidencial ante el fracaso de Duque y el desprestigio crecente de Uribe. Sin embargo, opina que lo está haciendo “simplemente dejando matar gente por la fuerza pública, que sin estrategia alguna, termina en manos de la corrupción, la violencia y el asesinato” y asevera en forma determinante que: “La campaña política de Holmes Trujillo le ha costado muchos muertos al país”. 

Pero lo que resulta más peligroso es que según Petro la crisis del gobierno y del uribismo se pretende resolver en primer lugar, concentrando todo el poder público y en segundo, a través de un quiebre constitucional que se manifiesta en “la masacre de Bogotá, la muerte de Juliana [Giraldo, por un miembro del ejército], y el desacato repetido del ministro de defensa a la Corte Suprema de Justicia”, señalando que todo esto es producto de la desmoralización de la fuerzas de seguridad a partir de la formación que reciben, enmarcada en una doctrina sustentada en el ensañamiento contra el pueblo a partir de su definición como enemigo, heredada de la guerra fría que aún se mantiene en Colombia. 

Señala que la exaltación de esta doctrina por parte de los políticos conduce a que se militarice la lucha contra el delito y se comience a considerar a los luchadores sociales como criminales. De la misma manera, se necesita revivir enemigos externos para ser usados como “chivos expiatorios” que le permitan sostener su política, entre ellos reseña “al comunismo soviético, a Castro, a Chávez…” 

Considera que la mayor causa de debilidad de la democracia es la desigualdad social que en el caso de Colombia “es la tercera más alta del mundo”, concluyendo que: “La articulación de doctrinas de extrema derecha, enemigo interno, violencia, militarización del narcotráfico, régimen de privilegios, genera el ambiente propicio para la dictadura” que se comienza a expresar como un quiebre constitucional, el cual a su vez se manifiesta como desacato a la justicia, masacres y burla de los asesinados por los gobernantes. 

En otra arista del problema apunta que la prensa renunció a jugar su papel de freno a los desmanes del poder, transformándose en propagandista del mismo, “defensora a ultranza de Uribe, destructora de la independencia judicial y macartizadora de la juventud que se rebela”. 

Finalmente, en lo que parecer ser el aspecto más importante de su desesperado análisis, el Senador le atribuye al Congreso el papel más triste en este contexto al renunciar a ser contrapeso del gobierno. En este aspecto denuncia que el parlamento se sometió a un auto silencio que ha permitido el desacato del ministro de defensa ante la paralización que ha impuesto el máximo ente legislativo para lo cual inventan “cuanta excusa sea posible para evitar que los parlamentarios se reúnan en su sede”. Considera que este silencio “es el símbolo de la dictadura”. 

Denuncia que la alianza entre Duque y el presidente del congreso Arturo Char, ha logrado paralizar ese ente, haciéndolo inexistente e imposibilitándolo de hacer cambios en la situación porque sus mayorías están acostumbradas a “ordeñar” al Estado “a partir de cupos de contratación [y] de la entrega de sectores estatales a sus bolsillos…” 

Petro concluye afirmando que la crisis de Colombia se ve reflejada en la crisis del Congreso que caracteriza como “de pacotilla” y de “hazmerreir permanente” al mantener un silencio cómplice ante lo que ocurre en el país. 

El Senador opositor cree que el presidente del Congreso es cómplice de la muerte de esa instancia parlamentaria y en general de la democracia, instando a su defensa y a la derrota de la dictadura para permitir que Colombia se transforme en “un país pacífico, productivo y libre”. 

Venezuela, un país que como todos, tiene muchos problemas por resolver, debería meditar ante la posibilidad que estos dos países que se han asumido como nuestros principales enemigos, nos quieran imponer a través de la violencia y la fuerza estos modelos de “democracia” que a todas luces adolecen de algunos de los más elementales sustentos que la pueden hacer acreedora de tal condición.

domingo, 27 de septiembre de 2020

“Dios los cría y el diablo los junta”



Hace ocho años, en marzo de 2012, escribí un artículo titulado “El conflicto árabe-israelí. Una falacia imperial”. En dicho texto exponía algunos puntos de vista que causaron mucha polémica e incluso rechazo por parte de algunos lectores. En esa ocasión explicaba que: 

“Es común escuchar hablar de un supuesto “conflicto árabe-israelí” No existe tal conflicto, por lo menos en lo que a la mayoría de los gobiernos se refiere. Lo que ocurre en realidad es la confrontación entre los aliados de Estados Unidos y Europa y los pueblos árabes doblemente oprimidos por la intervención imperial en sus territorios en connivencia con sus gobiernos y el carácter represivo, autoritario y antidemocrático de la mayoría de los gobiernos de la región. Es así, que Israel tiene excelentes relaciones con varios gobiernos árabes con los que supuestamente está en conflicto 

Israel, las monarquías autocráticas y los gobiernos árabes han establecido una virtual alianza bajo la égida de Gran Bretaña primero y Estados Unidos después, en las que la voluntad de Palestina por construir su nación, la lucha por la soberanía del Sahara Occidental y el espíritu liberador y democrático de los pueblos árabes más recientemente, han sido, a través de la historia, moneda de cambio para perpetuar el dominio de unos y otros en una lógica imperial que la da a esta región importancia geopolítica trascendental por ser la mayor compradora de armas y la más importante productora de energía del planeta. 

lunes, 21 de septiembre de 2020

Juan Guaidó y “La venganza de Analía”




Llenar los largos días de cuarentena, ha devenido en tarea necesaria para la salud y la vida. Así yo, que considero la televisión un instrumento deplorable que casi no utilizo, me he visto obligado a recurrir a ella para estirar las horas de esparcimiento tras las extensas jornadas de trabajo. 

En esta situación, he comenzado a ver una serie llamada “La venganza de Analía”. No viene al caso hacer ahora un relato de la misma. Sólo decir que existe el personaje de una mujer cuyo esposo le ha pedido un divorcio que no desea, lo cual la ha llevado a un estado de paroxismo, histeria y alejamiento de la realidad que la condujo -instigada por una mente criminal- a recurrir a una abogada de dudosa reputación para que la asesora en su proceso de destruir públicamente al hombre que fue su esposo, amenazándolo con quitarle la hija de ambos. 

En su desesperación, la mujer delira, fabrica fantasías, refuta los argumentos jurídicos de su propio abogado y no escatima ni siquiera en hacer daño a su hija de 12 años para lograr su objetivo cuya causa es el despecho y el rechazo de un hombre a quien se le acabó el amor, sin querer hacer juicios morales que quedan en el escrutinio de cada quien. 

Esta historia me ha venido a la cabeza después de leer dos tweets del diputado Juan Guaidó, que en el mejor de los casos reflejan un estado de locura y/o alucinación que solo puede ser producido por las drogas o por la desesperación en que se encuentra cuando vislumbra que la “gallina de los huevos de oro” que está en Washington podría cambiar el objeto de su devoción. 

En otro contexto, se podría suponer que los desesperados sean Pompeo, Abrams y Story cuya impotencia por mostrar resultados cuando se acercan las elecciones aquí y allá -que en ambos casos no vislumbran cifras positivas para el interés imperial- los ha llevado a hacer uso del milagroso polvo blanco que les envía Duque a raudales con el visto bueno de Story y el Comando Sur. 

En el primer tweet, esta Carolina venezolana (así se llama el personaje de la serie) dice que emitió un decreto en el que declara el estado de alarma en el estado Aragua por los estragos que han causado las lluvias. Así mismo, ordena a la Fuerza Armada que se movilice para brindar la protección necesaria a las comunidades afectadas. 

¿Sabrá el autonombrado y alucinado diputado que el mismo 9 de septiembre (hace más de una semana) el gobierno nacional por instrucciones del presidente Maduro desplegó a las Fuerzas Armadas en el estado Aragua y todo el centro del país para atender a la población ante el desbordamiento del río El Limón? Además de eso, el presidente constitucional de Venezuela llamó a la movilización del gobernador, alcaldes y ministros y a la Gran Misión Barrio Tricolor para que tomaran todas las medidas necesarias para el restablecimiento de la situación y la protección de los afectados. Fue la respuesta inmediata de un gobierno sensible al que le importa la vida de los ciudadanos en primera instancia. ¿Sabrá Guaidó que las fuerzas armadas llegaron al lugar de los hechos hace más de una semana cumpliendo con la orden del único Comandante en Jefe que reconocen? 

Guaidó tuvo que esperar instrucciones de Washington para decir algo, no importa cuán alejado esté la realidad, pero necesita seguir cumpliendo con la actuación de títere teledirigido a cambio de los sustanciales ingresos que “este trabajo” le genera a él y a sus amigos. 

En el segundo tweet, no sé si más o menos insólito que el anterior, el autoproclamado afirma que la periodista Patricia Poleo con quien se encuentra enfrentado por las diferencias producidas por una inequitativa distribución de los recursos robados a Venezuela por Estados Unidos y Colombia y que por ello lo ha denunciado públicamente por corrupción y otras bellezas, habría recibido dinero del canciller Jorge Arreaza “para crear publicidad negativa a la oposición venezolana”. 

Además de ser falso, además de no tener ninguna prueba y además de que nunca la va a encontrar, lo primero que debería saber esta Carolina emergida de las cloacas de Voluntad Popular es que no es necesario pagarle a nadie para que haga “publicidad negativa” a la oposición venezolana. Eso lo hace ella solita con sus actos, con sus llamados a una invasión militar extranjera, con sus arengas por mayores sanciones, por la felicidad que públicamente manifiestan por el bloqueo y los actos terroristas. En definitiva, el único que paga por la publicidad negativa de la oposición es el gobierno de Estados Unidos que le concede generosas dádivas a Guaidó por hablar. No hace falta casi nada más. Guaidó, su propia existencia es la mejor propaganda negativa para la oposición venezolana. 

En el momento en que el abogado discute con Carolina, cuando el jurista renuncia a seguirla defendiendo ante la conminación a que viole la ley, le dice le va a dar un consejo final por el que no le va a cobrar, y le recomienda que acuda a recibir ayuda sicológica.

jueves, 17 de septiembre de 2020

El Vía Crucis de Europa II.



Falsamente aprisionada entre la necesidad de su autonomía o su subordinación a Estados Unidos, en realidad Europa se debate entre la eclosión que ha producido el abandono del Estado de bienestar y el gran esfuerzo por sostener una importante inversión social durante la mayor parte del siglo XX como necesidad de confrontar a la Unión Soviética durante la guerra fría.

La desaparición del campo socialista permitió darle a su economía la verdadera orientación deseada por las élites, así, se impusieron modelos neoliberales que excluyeron a las grandes mayorías. Por supuesto, en estas condiciones, “arrimarse” a Estados Unidos y vivir bajo su cobijo era la opción natural en el nuevo escenario global. 

Cónsono con esta situación, se impuso también el supremacismo racista que persigue a las minorías y declara indeseables a los millones de migrantes que abandonaron sus países por las guerras coloniales e imperiales que la propia Europa desató y/o promovió. Ven con horror que en algunos años más serán un continente con mayoría de negros, árabes y ciudadanos del sur de Asia y que su religión predominante será la musulmana. 

jueves, 10 de septiembre de 2020

El Vía Crucis de Europa I

En un editorial del 3 de mayo del periódico francés Le Monde se hace un análisis acerca de cómo la crisis producida por el coronavirus ha transformado el entorno geopolítico global. En la publicación se señala que Estados Unidos ha perdido el liderazgo mundial y que el orden internacional creado al final de la segunda guerra mundial "ya no se adapta a la realidad del equilibrio de poder del siglo XXI". 

El vespertino parisino aprecia que este sistema ya era frágil antes de la pandemia, aunque reconoce la opinión de aquellos que estiman que lo era incluso antes, es decir desde el momento en que se produjo el fin de la guerra fría. También valora que estos hechos, a los que suma la emergencia de China “desequilibraron gradualmente” el orden bipolar, dando paso a uno de carácter multipolar. 

En este contexto, el editorial establece que la unidad de Europa no resistió el golpe propinado por la pandemia, toda vez que no fue capaz de dar una respuesta solidaria con los miembros más afectados. Así mismo, el artículo deplora el “egoísmo” de algunos países que han optado -en la práctica- por restituir sus fronteras poniendo en riesgo “dos pilares de la Unión Europea”: el espacio Schengen y el mercado único. Finaliza diciendo que a pesar que Europa cree en el multilateralismo está siendo “abandonada por Estados Unidos, codiciada por China, fría con Rusia", por lo cual si desea tener una participación protagónica en el mundo de la post pandemia, debería comenzar por restablecer su organización interna. 

Tres días después de la publicación de este editorial, se realizó de forma virtual la reunión cumbre de la Unión Europea (UE) conducida desde Zagreb, Croacia, país que ocupa la presidencia rotatoria de esa alianza. A pesar que el tema principal fue la lucha conjunta contra el coronavirus y las medidas a tomar para la recuperación económica del conglomerado, no se tomó ninguna resolución que indicara la voluntad de los 27 por ampliar su membrecía, a la que aspiran 6 países de los Balcanes. 

Los esfuerzos desesperados de Serbia para aceptar ser incluida en la organización regional europea ha llevado al presidente de ese país Aleksander Vučić a contradictorias opiniones que han ido desde la aceptación en marzo de este año de que “la solidaridad europea no existe” y que “solo China nos puede ayudar” hasta la decisión ahora en septiembre, bajo influjo de Estados Unidos, de hacer un acuerdo comercial con Kosovo, país al que no reconoce, al mismo tiempo que ambos (Serbia y Kosovo) decidieran instalar sus embajadas en Jerusalén, violando una resolución de Naciones Unidas. 

Tal vez este hecho sea sintomático, más que ningún otro, de la pérdida de brújula y de los desvaríos de Europa en materia internacional lo cual ha repercutido en la merma de su prestigio y la pérdida de posicionamiento y protagonismo en el escenario global. Su indefinición identitaria que la ha llevado a ir abandonando su vocación europeísta para ir asumiendo una de carácter atlantista que la subordina a Estados Unidos (a pesar de las evidentes contrariedades y conflictos que le genera), auguran un futuro complicado para la alianza que agrupa a una buena parte de los países del Viejo Continente. 

En primera instancia, la preocupación inmediata de la UE es intentar reparar los daños de la crisis” y preparar un futuro mejor para la próxima generación” según señaló la presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen al presentar en el Parlamento Europeo las líneas principales de su propuesta de fondo de recuperación en la UE frente a la crisis del coronavirus. Sin embargo, para el Dr. Juan Torres López Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, “los propios términos utilizados y la naturaleza de las medidas adoptadas indican que lo que se puede conseguir con ese plan es algo muy distinto [de] lo que se dice”. 

Más allá de las complicaciones internas y de la ineficiencia mostrada en el manejo de la crisis de la pandemia, la UE confronta otros problemas que, como se dijo antes, dicen referencia a definiciones de carácter identitario. Una de ellas, es su decisión aún no establecida de definir si es aliada o subordinada a Estados Unidos. En este ámbito, Alemania, la principal potencia regional, que ha sido caracterizada como la “locomotora económica” de la Unión enfrenta un variado menú de presiones por parte de Estados Unidos. 

Por una parte, Trump amenazó con la retirada de 9.500 de sus 34.500 soldados estacionados en el país centroeuropeo en una decisión unilateral de su gobierno que no fue consultada con su contraparte. En una tibia y vergonzosa respuesta el ministro de Exteriores de Alemania, Heiko Maas, comentó que "la decisión” no fue consensuada al 100% dentro del Gobierno de Estados Unidos por lo que "no sorprende" que no haya acordado la iniciativa con Berlín. Al consultársele al alto funcionario alemán sobre la relación bilateral con su “aliado” norteamericano, Maas se limitó a decir que la relación entre los dos países era "complicada". 

Por su parte, en la víspera de que Alemania asumiera la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea el 1° de julio, la canciller de ese país, Angela Merkel, sorpresivamente aseguró que la hora de la soberanía estratégica europea aún no ha llegado, pues todavía existen "sobradas razones", como China o India, (Ojo, no mencionó a Rusia) para "continuar apostando por una alianza transatlántica de defensa y por un escudo protector nuclear común". Una primera mirada a esta declaración refleja las dudas de la principal líder europea respecto de su capacidad de defenderse a sí misma y la justificación –por tanto- de la necesaria subordinación a Estados Unidos. Merkel lo dejó claro cuando afirmó que el actual entorno mundial requiere que la UE "aporte más" a la causa común de la OTAN, que en épocas de la Guerra Fría cuando Estados Unidos y la Unión Soviética luchaban por alcanzar el rol de ser la mayor potencia mundial. Resulta más que curioso que el hecho de no haber un aporte mayor de Alemania a la OTAN sea la causa esgrimida por Trump para retirar los soldados estadounidenses de las bases militares en ese país. 

No obstante esto y agregando una nueva arista al juego geopolítico mundial, Merkel se ha visto obligada a reconocer -a despecho de Trump- que China tiene un papel relevante en las decisiones políticas y económicas en el mundo. Por ello, la canciller alemana ha dejado claro que Berlín va a continuar colaborando con Beijing. 

Incluso en la presidencia rotativa alemana de la Unión Europea, el gobierno de Merkel y ella misma están trabajando para llevar a cabo la primera cumbre entre la UE y China en formato 27+1 por primera vez en 45 años, a pesar de los aplazamientos debidos al coronavirus y de las tensiones surgidas entre Occidente y China tras los sucesos de Hong Kong. Alemania no puede olvidar –también a despecho de Trump- que China es su principal inversor externo. 

Es por ello que Alemania no ha asumido las mismas medidas que Estados Unidos, Gran Bretaña y Australia en relación a Hong Kong, no adoptando sanciones contra China y tratando de mantener una neutralidad que no genere reticencias en Beijing donde también están viendo la presidencia alemana como una posibilidad de incrementar los vínculos. 

Aquí se manifiesta una de las expresiones del “Vía crucis” al que me refiero. Aunque Europa sabe que las negociaciones con China no serán fáciles si se considera que debe tomar una decisión que se presenta antagónica entre la necesidad de contar con el mercado chino, el comercio creciente entre las dos partes y sobre todo la inversión que está fluyendo a raudales desde la potencia asiática por una parte, y por otra, la necesidad de contar con Estados Unidos para que la proteja de un enemigo que ellos mismos han fabricado a expensas de la voluntad de Estados Unidos, toda vez que no hay amenaza creíble a Europa ni desde Rusia ni desde Irán. 

Se trata de definir hasta donde llega la autonomía real de la UE respecto de Estados Unidos, eso que parecía evidente en tiempos de De Gaulle, hoy ya no lo es tanto. Europa busca desesperadamente encontrar un enfoque equilibrado y pragmático como lo señala el vicedirector del Instituto de Europa de la Academia de Ciencias de Rusia, Vladislav Belov. 

Europa pareciera estar resolviendo el asunto de su relación con China, lo hace por razones económicas ineludibles y por pragmatismo forzoso, pero la agenda internacional está nutrida de muchos elementos en los que no se manifiesta la misma condición en tanto no hay exigencias económicas obligatorias. Ese mismo pragmatismo la lleva a no mostrar rubor en el momento de postrarse ante el amo imperial que la acosa y la humilla. 

Continuará la próxima semana

lunes, 7 de septiembre de 2020

La tarea más honrosa y revolucionaria del momento



La humanidad vive el momento más difícil de su historia. Nunca antes como ahora se había producido una concurrencia de eventos que son expresión de la crisis más profunda de la que se tiene conocimiento. 

Agobiados por el enfrentamiento de una cotidianidad que se ha tornado muy agresiva para todos, pero sobre todo para aquellos pueblos a los que Estados Unidos les ha declarado la guerra, a veces no logramos percibir que esta inédita situación se manifiesta porque también es primera vez que damos la cara a elementos que se relacionan con la crisis estructural de la sociedad de clases que hoy es capitalista pero que antes fue esclavista y feudal. 

En todas ellas, las clases privilegiadas tuvieron capacidad para superar las crisis e incluso adoptar perspectivas revolucionarias y transformadoras dando paso a nuevas formaciones económico sociales que apuntaban al perfeccionamiento de la explotación. 

En esa medida, el capitalismo no tiene futuro, su fase superior imperialista está siendo partera de su propia destrucción en tanto en su expresión neoliberal, destruye las propias bases del capitalismo, tales como la libre competencia y el libre mercado, de la misma manera que el individualismo, el consumismo y el derroche como testimonios y afirmación de valores que pueden proporcionar felicidad y éxito momentáneo, no solucionan los grandes problemas de la humanidad. He ahí su fracaso. 

La pandemia de coronavirus ha sido el símbolo de un estrepitoso fiasco. Los sistemas de salud han colapsado incluso en aquellos países ricos y desarrollados. Pero no es solo eso. En simultánea asistimos a la destrucción del sistema multilateral que a pesar de sus deficiencias ha provisto al mundo de un instrumento para la solución de los conflictos y una estructura jurídica que evite la anarquía y el caos en el planeta. 

Igualmente, nos vemos confrontados a la posibilidad de la guerra, a la impunidad de los poderosos, a la destrucción del planeta como resultado del cambio climático, a una crisis económica de dimensiones desconocidas y novedosas en la historia de la humanidad y como consecuencia de todo ello, a la exacerbación del racismo, la misoginia, la homofobia y la persecución de las minorías como práctica política que cercena las bases de la falsa democracia representativa que es solo un sofisticado instrumento de dominación de clases, adaptado a la modernidad que inició la revolución francesa. 

Ni siquiera los preceptos que la sostuvieron y que dieron relevancia a esa revolución burguesa pueden ser hoy sostenidos por las élites de poder. La solidaridad, la igualdad y la fraternidad, vendidas al mundo como panacea de la nueva transformación que se anunció en Francia en 1789 tras el aplastamiento del sistema monárquico feudal, hoy son entelequias que la furia de los poderosos (no necesariamente de los pueblos como hubiera sido deseable) se está encargando de destruir. 

Ante esto, un grito de alerta que emerge del pensamiento y la voz de Noam Chomsky, un respetado intelectual estadounidense deja ver todo el sentido del instante: “Nunca ha habido un momento (…) en el que haya surgido una confluencia de crisis [como esta] y las decisiones sobre ellas tienen que tomarse muy pronto, no se pueden retrasar”. 

De ahí que cuando se resiste y se lucha en cualquier lugar del mundo, se está haciendo en primera instancia por la salvaguarda de la vida en el planeta. Hoy, no existe tarea más revolucionaria y más honrosa que esta.