Este lenguaje, alejado de la tradición diplomática china sustentada en la mesura y el autocontrol, es expresión de cambios que se manifiestan no solo en la retórica y el discurso, sobre todo en la práctica y la propuesta. En algún momento, Deng Xiaoping expuso que la diplomacia china se debía caracterizar por “esconder la fuerza y aguardar el momento”. Es evidente que eso ha quedado en el pasado. Los meses transcurridos de este año 2023, han sido testigo no sólo de una transformación de la retórica, también ha sido ostensible una intensa actividad diplomática por parte de China que pareciera querer ocupar el lugar que verdaderamente le corresponde en el sistema internacional como actor destacado y protagonista del proceso de trasformación que a todas luces, está iniciando.
Qin Gang, que el próximo 19 de marzo cumple 57 años, es parte de una nueva generación, tenía 10 años cuando fallecieron Mao Zedong y Chou Enlai y 12 cuando dio inicio la política de Reforma y Apertura en 1978. Es completamente ajeno a esa época. A los 26 años ingresó en el servicio exterior y tenía 46 cuando Xi Jinping fue electo como Secretario General del Partido Comunista de China por primera vez en 2012. En ese momento, ocupaba el cargo de director general adjunto del Departamento de Información del Ministerio de Relaciones Exteriores. En sólo 12 años ascendió a la más alta responsabilidad de la cancillería de su país.