Aunque solo hace unas semanas, todo indicaba que el candidato colorado Peña sería el ganador en las elecciones salvo que se produjera algún hecho impredecible y sorpresivo. Tal evento tuvo lugar el 26 de enero pasado cuando Estados Unidos impuso sanciones económicas al vicepresidente de Paraguay Hugo Velázquez y al expresidente Horacio Cartes por "corrupción", tras haberles vetado la entrada al país hace meses.
Tal como ocurrió en Honduras con el expresidente Juan Orlando Hernández, Washington sostuvo sus candidaturas, las apoyó soslayando las acusaciones de organizaciones internacionales independientes y de parte importante de la opinión pública de sus propios países, para después arremeter contra ellos cuando ya no les sirven para su arremetida conservadora y contraria a los intereses de los pueblos.
Vale decir que existiendo condiciones objetivas y subjetivas para producir un cambio similar al que ha venido ocurriendo en buena parte de América Latina, la división de la izquierda no le permite a ésta, ser un actor electoral importante.
En medio de la dinámica electoral, el candidato del PLRA ha hecho algunas concesiones para atraerse a un sector de la izquierda que forma parte del Frente Guasú. Entre las declaraciones electoreras hechas por Alegre, resalta el anuncio de que en caso de ganar las elecciones, establecería relaciones con China, lo cual no pasa de ser una maniobra electorera según la opinión de la mayoría de los analistas paraguayos.