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jueves, 2 de julio de 2020

Las verdades de la historia.


Durante la Cumbre de las Américas realizada en Panamá en abril de 2015, el presidente Barack Obama llamó a los mandatarios de la región a “olvidarse de la historia” para pensar en un futuro promisorio que Estados Unidos ofrecía a la región. Tuvieron que salir al paso la presidenta argentina Cristina Fernández y el de Ecuador Rafael Correa para decirle a Obama que era imposible para nuestros países olvidar dos siglos de afrentas, porque como dijo el filósofo y poeta español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana “Quien olvida su historia está condenado a repetirla”. 

Previo a la Cumbre, el día 6 de abril en un artículo publicado en el periódico El Mundo de España, en el que vislumbraba los principales asuntos a tratar en el evento, el periodista argentino y conocido apologista del terrorismo Andrés Oppenheimer recordaba que en una anterior cumbre, la de Trinidad y Tobago, realizada seis años antes, el Comandante Hugo Chávez “…le regaló un libro antiestadounidense” al presidente Obama. 

Se trataba de “Las venas abiertas de América Latina”, uno de las más hermosas e interpretativas obras jamás escrita acerca de la epopeya de los pueblos latinoamericanos y caribeños a través de su historia, en tal sentido, el libro de Eduardo Galeano se ha transformado en documento identitario de lo que fuimos y de lo que somos para intentar proyectar lo que queremos ser. El propio autor al referirse al hecho acaecido en Puerto España el 18 de abril de 2009 expresó que “La única manera para que la historia no se repita es manteniéndola viva”. 

Obama refrendó su prédica al visitar La Habana un año después de la Cumbre de Panamá. Al hacer un llamado al pueblo cubano durante su visita a ese país, expuso que había que “… olvidar los más de 50 años de ruptura y enfrentamientos entre Cuba y Estados Unidos, y de no ser rehén de ese pasado…”.