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viernes, 26 de septiembre de 2025

La confrontación estratégica en Asia (II y final)

 


Ha sido este año 2025 cuando Estados Unidos ha intensificado sus acciones en Asia hasta alcanzar niveles nunca antes vistos. En el mes de abril, India y Pakistán dieron continuidad a su largo historial de conflictos tras el ataque del Frente de Resistencia (TRF), una rama del grupo terrorista pakistaní Lashkar-e-Tayyiba en Cachemira que produjo la muerte de 26 turistas hindúes y un trabajador local e hirió a más de 20 personas.

En respuesta, India acusó a Pakistán de apoyar el terrorismo transfronterizo expulsando diplomáticos pakistaníes y retirando los propios de Islamabad. Así mismo, se suspendió la emisión de visas, se cerraron las fronteras, al tiempo que Nueva Delhi se retiró del Tratado de las Aguas del [rio] Indo. Pakistán negó las acusaciones y respondió con restricciones al comercio, cierre del espacio aéreo y cruces fronterizos y la suspensión del tratado de paz firmado el 2 de julio de 1972 entre los dos países conocido como Acuerdo de Shimla.

Entre el 24 y el 29 de abril, los ejércitos indio y pakistaní se enfrentaron en escaramuzas e intercambiaron disparos con armas pequeñas, pero el 6 de mayo de 2025, India lanzó la Operación Sindoor, que implicó ataques con misiles contra Pakistán, sobre lo que denominó "infraestructura terrorista" en la Cachemira pakistaní.

El 10 de mayo hubo un acuerdo, que puso fin a los combates. Sin embargo, ambos países mantienen medidas de tensión, como la suspensión de acuerdos comerciales y de tratados bilaterales. Ambos países se atribuyeron la victoria pero mientras el primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, agradeció el "papel proactivo" de Estados Unidos para negociar el acuerdo, el primer ministro indio, Narendra Modi, dejó en claro al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que el alto el fuego se logró a través de conversaciones entre los dos ejércitos y no mediante la mediación estadounidense, como lo había anunciado al mundo sin rubor el presidente estadounidense.

El secretario de Relaciones Exteriores de India, Vikram Misri, en un comunicado de prensa fue enfático: “El primer ministro Modi le dijo claramente al presidente Trump que durante este período, no hubo conversaciones en ningún momento sobre temas como el acuerdo comercial entre India y Estados Unidos o la mediación estadounidense entre India y Pakistán”. Esto, unido a las presiones de Washington para que Nueva Delhi deje de comprar petróleo a Rusia, ha tensado las relaciones bilaterales y distanciando a dos países que en el pasado han sido sólidos aliados.

Cabe destacar que en marzo, Pakistán anunció la compra de una participación en el Nuevo Banco de Desarrollo (NDB), la institución financiera del grupo BRICS. Así mismo ha expresado su voluntad de unirse a este conglomerado. De igual manera, desde 2017 forma parte de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS). Por su parte, India es miembro fundador de BRICS y también participa desde ese mismo año 2017 en la OCS.


Más recientemente, en julio de este año estallaron combates en la frontera entre Tailandia y Camboya en lo que ha sido el enfrentamiento más grave entre ambos países en la última década. La violencia ha reavivado una disputa territorial de larga data y ha puesto a prueba la capacidad de la ASEAN para gestionar crisis de seguridad repentinas con consecuencias económicas directas.

El conflicto tiene sus raíces en las demarcaciones de la época colonial y la disputada soberanía del Templo de Preah Vihear. Si bien la Corte Internacional de Justicia falló a favor de Camboya en 1962 y reafirmó la decisión en 2013, las ambigüedades sobre las tierras adyacentes siguen generando tensión.

La Asociación de Estados del Sudeste de Asia (ASEAN,) jugó un papel fundamental para ayudar a detener este conflicto fronterizo pero sus manos estaban atadas en gran medida, debido a que las causas profundas del enfrentamiento están arraigadas en la dinámica interna de ambos lados.

Aunque pareciera que tanto China como Estados Unidos intervinieron para calmar las tensiones, lo cierto es que los dos países confrontados son activos miembros de la Ruta de la Seda. Además, desde 2014 Tailandia ha manifestado un mayor acercamiento a China que ha hecho grandes inversiones en el país. Vale decir que Tailandia se unió al bloque BRICS como País Socio a partir del 1° de enero de 2025 tras aceptar una invitación de Rusia entonces presidente pro tempore de la agrupación.

Por su parte, Camboya ha sido un tradicional y antiguo aliado de China. Sus vínculos se han acentuado desde el año 2010 cuando Beijing construyó un puerto marítimo de aguas profundas a lo largo de 90 km. de costas en el golfo de Tailandia que puede ser utilizado por cruceros, graneleros o buques de guerra.

El apoyo diplomático de Camboya a China ha sido inapreciable para los esfuerzos de Beijing por reclamar zonas en disputa en el Mar de China Meridional. Dado que Camboya es un firme aliado de China, actúa como contrapeso a las naciones del sudeste asiático que mantienen lazos más estrechos con Estados Unidos.

Más hacia el oeste y en los límites entre Asia y Europa, pero también en el trazado de la Ruta de la Seda, el 8 de agosto de 2025 se firmó un acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán para poner fin al conflicto del Alto Karabaj, que se había prolongado durante 37 años. El acuerdo incluyó disposiciones para la delimitación de fronteras, la cooperación en materia de seguridad y medidas para la normalización de las relaciones entre ambos países.

Hasta ahí todo parece normal y positivo para el logro de la paz en esta zona bastante conflictiva del Cáucaso meridional. Pero en paralelo a este acuerdo, el gobierno de Estados Unidos afirmó que Armenia le concedería durante 99 años los derechos exclusivos para desarrollar el corredor de Zangezur, rebautizado como la Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad Internacional (TRIPP), con el objetivo de conectar el ahora enclave de Najichevan con el resto de Azerbaiyán a través de Armenia, sin pasar por puestos de control armenios. Este corredor permitiría el tránsito de personas y mercancías desde Europa hacia Azerbaiyán y el resto de Asia Central sin necesidad de pasar por Rusia o Irán. Este acuerdo podría considerarse el logro más importante -y tal vez el único- obtenido por la diplomacia estadounidense y un golpe a los intereses tanto de Rusia como de Irán.

Casi cerrando este recuento es válido señalar que el pasado 25 de agosto se comenzaron a desarrollar protestas en Indonesia como consecuencia de un malestar social más amplio que tuvo su origen a principios de 2025 debido a la situación económica general del país y la propuesta de aumentar subsidios de vivienda para los parlamentarios. Las protestas que se concentraron principalmente en torno a la capital Yakarta, se intensificaron y se extendieron a todo el país.

El fin de las protestas que impidieron que el presidente Prabowo Subianto asistiera a la Cumbre de la OCS en Tianjin China a comienzos de este mes no implica el fin del conflicto. En la historia indonesia, los procesos sociales y políticos (incluso el más importante de ellos que condujo al fin de la dictadura de Haji Suharto en 1998) se producen a partir de la acumulación de fuerzas y experiencias que conducen a estadios superiores de lucha.

Pero en el plano geopolítico, es importante consignar que Indonesia se unió formalmente al bloque de países emergentes BRICS el 7 de enero de este año como miembro de pleno derecho, convirtiéndose en el décimo miembro y el primero del Sudeste Asiático en unirse al grupo.


Finalmente, es necesario referirse a Nepal, el segundo país más pobre del sur de Asia antes de Afganistán. Es una república nueva que accedió a esa condición solo en 2008 tras una década de guerra civil liderada por una fuerza militar autodenominada “maoísta” que cobró la vida de más de 17.000 personas. Sin embargo, el país no ha logrado una estabilidad económica y política deseada. El poder ha sido distribuido entre el Partido Comunista y el Congreso Nepalí que han dilapidado el capital político adquirido en la lucha contra la monarquía, todo lo cual estuvo en el germen de las protestas que se iniciaron el 8 de septiembre y que condujeron a la renuncia del primer ministro. Sharma Oli, al costo de más de 50 muertos, casi todos jóvenes, y pérdidas financieras que podrían ascender a unos 21.300 millones de dólares, casi la mitad del PIB del país.

Según el periodista y escritor srilankés residente en Hong Kong Nury Vittachi, lo cierto es que Estados Unidos gastó recientemente más de un millón de dólares para capacitar periodistas que acusaran al gobierno de corrupción, así mismo, para capacitar jóvenes de la llamada generación Z en activismo político. Todo ello, como respuesta a la decisión del gobierno donde manifestara su voluntad de establecer un modelo independiente de internet, de similar forma a como lo ha hecho China.

La inestabilidad en Nepal afecta de forma opuesta a sus poderosos vecinos China e India. Una primer mirada apunta a que el gran ganador es India toda vez que la primera ministra interina, Sushila Karki, nombrada tras la renuncia de Oli pertenece a la élite que se formó en India, además dos de los tres ministros interinos que se han elegido para gobernar Nepal hasta las elecciones, son próximos a los intereses indios. Por el contrario, China que fortaleció las relaciones con la nueva república del Himalaya tras el fin de la monarquía y que recientemente había firmado importantes acuerdos de cooperación con el primer ministro Oli, ha visto mermada su influencia en el país vecino. Una de las instituciones incendiadas por la furia de los manifestantes fue la sede de la Nueva Ruta de la Seda en Katmandú.

Por su parte, la embajada de Estados Unidos expresó “estar satisfecha por el vuelco político de Nepal”, aunque confía en estarlo aún más tras las elecciones previstas para dentro de seis meses.

Más allá de que algunas de estas protestas tienen su origen en justas demandas del movimiento social en contra de la crisis económica, la corrupción y el nepotismo, es necesario alertar que aun cuando no todas tienen su origen en la voluntad desestabilizadora de Estados Unidos y Europa en la región, es evidente que Occidente está pendiente de los acontecimientos a fin de introducirse en el corazón y el cerebro de estos para conducirlas hacia objetivos geopolíticos que nada tienen que ver con las demandas populares.

Cualquier persona de buena voluntad tiene el derecho a suponer que todos estos hechos son casuales y que no tiene validez enlazarlos como parte de una acción imperial desequilibrante, pero como dice un dicho popular atribuido a Miguel de Cervantes: “Las brujas no existen, pero de que vuelan…vuelan”

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jueves, 18 de septiembre de 2025

La confrontación estratégica en Asia (I)

 

Aunque parezca un lugar común, vale recordar para efectos de este análisis la profecía del geopolítico inglés Halford John MacKinder que a comienzos del siglo XIX afirmó que "quien domine Asia Central, dominará Eurasia y quien domine Eurasia, dominará el mundo". Sus puntos de vista esbozados en la “Teoría del Heartland”. establece que el control del vasto corazón continental de Eurasia, que incluye Asia Central, Rusia Central y Siberia, otorgaría una posición estratégica para dominar el resto de Eurasia y, por extensión, el mundo.

Más allá de la veracidad de tal teoría, lo cierto es que la nueva configuración del poder mundial que se ha estado verificando en los últimos años, se ha ido haciendo patente en el gran espacio euroasiático. En esta amplia extensión geográfica se manifiestan dos características, una política y otra geográfica que trastorna con profundidad inusual la geopolítica global. La primera es que se está hablando de una región donde no hay presencia hegemónica de Estados Unidos ni de Europa, sobre todo desde la derrota y huida de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán en agosto de 2021.

La segunda es que el territorio en cuestión es una gran masa terrestre que aun teniendo costas tanto al norte como al sur, el eje fundamental de la misma se encuentra muy alejada de los mares. En esa medida la configuración del poder bélico mundial que se ha estructurado desde hace al menos cinco siglos a partir de la primacía naval ha quedado sin efecto, obligando a realizar profundas adecuaciones doctrinarias, sobre todo en términos militares.


En primera instancia, China y Rusia han ido configurando una red de organizaciones y estructuras a las que se han ido incorporando paulatinamente otras naciones, algunas de ellas, muy poderosas e importantes en la dinámica regional y global hasta crear una telaraña de instituciones de diversa índole: económicas, financieras, de cooperación y de seguridad que van dando vida a una nuevo ordenamiento de la región y por ende del mundo. A ello, se le suma una enorme cantidad de recursos destinados a generar mecanismos de integración reales y efectivos y que se patentizan en carreteras, vías férreas, represas para generar energía hidráulica y una utilización óptima de las aguas, construcción de puertos y aeropuertos y hasta mecanismos de integración digital que están evidentemente beneficiando a los países participantes.

miércoles, 27 de agosto de 2025

Desnudando al The New York Times


Hace muchos años opté por no leer ni escuchar los medios de comunicación del enemigo. Durante el golpe de Estado contra el Comandante Chávez en abril de 2002 estaba fuera de Venezuela y desde la distancia, pude percibir la manera como las transnacionales de la comunicación “informaron” sobre el hecho. Tomé conciencia de que, lejos de informar, en realidad son aparatos de desinformación y guerra sicológica orientados a sostener el poder y el dominio imperial.

Nunca más los he consultado, salvo cuando debo recurrir a ellos para argumentar una mentira o una información falsa. No los he necesitado para estar bien enterado y sobre todo instruido acerca de la realidad. Respeto a aquellos que dicen que deben leerlos para saber “como piensa el enemigo”. Creo que hay otras formas de hacerlo. Muchos de los que logran “saber como piensa el enemigo” se transforman en propagandistas ciegos del él cuando replican esa misma información sin hacer un análisis crítico.

Ahora, quise saber como informa el New York Times (NYT) sobre el nuevo episodio de guerra sicológica imperial contra Venezuela. Este medio que trasunta de liberal y que por estar cerca del partido demócrata de Estados Unidos tiene contradicciones con la actual administración, no pasa de ser una de las principales herramientas de desinformación del despotismo imperial y ha sido desde siempre, un poderoso instrumento en manos del enemigo para enfrentar a Venezuela. Su manejo de la información trasluce la intención de utilizar elementos de la situación internacional para atacar a Trump y su ejecutoria a partir de una mirada interna de la política.


En estos días, el NYT ha publicado dos artículos sobre el asunto de los barcos en el Caribe. El primero de ellos, el 22 de agosto firmado por los periodistas
Charlie Savage, Helene Cooper y Eric Schmitt, pontifican desde Washington un análisis sobre Venezuela y la situación de los barcos bajo el título en forma interrogativa: “¿El gobierno de Trump se está preparando para una confrontación militar con Venezuela?”.

El escrito comienza reconociendo que es el gobierno de Estados Unidos el que “está intensificando las tensiones con Venezuela y su presidente, Nicolás Maduro” con el aparente objetivo de crear “condiciones que podrían desencadenar un enfrentamiento militar”. Para hacer esta afirmación, argumentan la “acumulación importante de fuerzas navales estadounidenses”, sin presentar ninguna prueba de ello. Se hacen eco de la agencia británica Reuters que es la que ha echado a correr esta noticia. Al no presentar pruebas mientras dan a conocer una operación bélica terrorista, ocultan la “otra operación”, la de carácter sicológico, también terrorista que se ha propuesto mantener a Venezuela y a toda América Latina en vilo desde hace más de una semana.

jueves, 21 de agosto de 2025

Alaska, algunos acuerdos y muchas señales

 


La reciente reunión entre los presidentes de Rusia y Estados Unidos en Alaska tiene connotaciones que superan las relaciones bilaterales y se adentran en una perspectiva de interés global. Vale decir para comenzar este análisis que el solo hecho de que los mandatarios de las dos principales potencias nucleares se reúnan cara a cara para dirimir diferencias, encontrar puntos en común y buscar solución a los conflictos, transmite cierto sosiego a nuestro atribulado planeta.

Es menester recordar que no estamos en la guerra fría cuando en el marco de un sistema internacional bipolar, las victorias de uno significaban derrotas del otro y viceversa. De ahí que el hecho de retomar el diálogo y la negociación como métodos de tramitación de las controversias, debe ser saludado y aplaudido.


Previo al encuentro propiamente tal de los presidentes, hubo una serie de asuntos de carácter simbólico que fueron creando una atmósfera positiva para este. En primer lugar, la decisión del presidente Putin de hacer una escala en la ciudad de Magadán en el extremo oriente ruso para rendir homenaje a los “Héroes de Alsibe” (Alaska-Siberia), pilotos soviéticos y estadounidenses que cooperaron durante la 2da. Guerra Mundial, enviaba una señal amistosa horas antes de la reunión. Putin depositó una ofrenda floral en el monumento a la cooperación de los dos países para enfrentar el expansionismo japonés en el Pacífico y el Asia Oriental durante la conflagración de mediados del siglo XX.

Putin voló 11 horas y atravesó 8 husos horarios para llegar a Magadán y estuvo listo para llegar a Anchorage -ciudad de Alaska donde se desarrollaría la reunión- casi simultáneamente con Trump. Ya estaba más cerca. Magadán y Anchorage están a cuatro horas de vuelo. Trump también hizo lo suyo. Voló 8 horas desde Washington y, como anfitrión, llegó un poco más temprano que su invitado. Sin que fuera necesario, ordenó a su protocolo desplegar una alfombra roja, símbolo de majestuosidad y también sin que el ceremonial lo indicara, esperó a su colega ruso en la propia loza del aeropuerto. Se había creado un ambiente de confianza y armonía que contrastaba con la tirantez y el espíritu confrontacional del pasado reciente.

domingo, 17 de agosto de 2025

A 80 años de la liberación de la República Popular Democrática de Corea (RPDC)

  


En 1905 Japón invadió Corea y en 1910 anexó sus territorios por la fuerza, poniendo fin a la dinastía Yi. Japón utilizó a Corea como proveedora de alimentos y fuente de mano de obra barata. El “tratado” de anexión, en realidad una humillante imposición, en su artículo 1 establecía que: “Su Majestad el Emperador de Corea concede completa y definitivamente toda su soberanía sobre todo el territorio coreano a Su Majestad el Emperador de Japón”.

Los empresarios japoneses se instalaron en la península, en particular en el norte y crearon condiciones que le facilitaran la extracción de su riqueza. Vale decir que el país tenía grandes reservas de metales no ferrosos, oro, plata, cobre y carbón, y también era un importante productor de madera, alimentos y ganado. Eso permitió que durante estos años, el norte del país se desarrollara industrialmente a fin de servir para los afanes guerreristas y expansionistas nipones.

La ocupación japonesa oprimió al pueblo coreano impidiéndole usar su lengua propia e incluso estableciendo la obligatoriedad de introducir los nombres y apellidos de la forma usada en Japón. Dos millones de ciudadanos coreanos fueron obligados a trasladarse a Corea, la mayoría de ellos para realizar trabajos forzados. Así mismo, los japoneses cometieron innumerables crímenes de guerra. Los pobladores que se negaron a acogerse a la administración nipona o que proporcionaron ayuda a los resistentes, eran cruelmente castigados, a menudo con la ejecución inmediata, violaciones, trabajos forzados, el saqueo, o la muerte por hambre.

Según archivos desclasificados, Japón experimentó las primeras armas biológicas en varios países asiáticos, incluyendo Corea a través del Escuadrón 731, una instalación secreta de experimentación médica con seres humanos vivos. Por otro lado, se calcula que hasta 200 mil mujeres​ asiáticas, fueron obligadas a prostituirse. Apenas en 2005, sesenta años después del final de la guerra, la monarquía y el gobierno nipón pidieron perdón por “el daño y sufrimiento" causados por su país en Asia en tiempos de la II Guerra Mundial. Una disculpa tardía y tenue si se considera que los asesinos siguen recibiendo el reconocimiento de las autoridades que no dejan de reivindicar “su obra”. Se suele hablar de la barbarie nazi en Europa, pero la japonesa en Asia y el Pacífico no fue menor y en algunas casos, hasta la superó.

jueves, 7 de agosto de 2025

Discurso de orden en la Sesión Solemne de la Asamblea Nacional de Venezuela en conmemoración del bicentenario de la creación de Bolivia


Al contrario de lo que podría suponerse y lo que nos han enseñado, la historia no es una suma de fechas, de líderes y lugares. Esos hitos son solo instrumentos metodológicos usados por los académicos para ordenar su estudio. La historia es continua y permanente. Es verdad que nos reunimos para conmemorar aquellas fechas que señalan jalones en el devenir de la construcción de las sociedades y los Estados. Pero si creyéramos que son solo algunos héroes los que deben ocupar un lugar en la historia, estaríamos negando el papel protagónico de los pueblos como principales hacedores de esta.

Nunca en los últimos 200 años, los pueblos han dejado de luchar, nunca en 200 años el pueblo boliviano ha dejado de luchar y si nos reunimos hoy aquí es porque queremos rendir merecido homenaje al pueblo boliviano en su larga lucha por la independencia y la libertad cuando se cumplen 200 años de creada la república. Especial realce tiene para nosotros, venezolanos y venezolanas esta efeméride, sabiendo que los dos más grandes hombres nacidos en esta tierra tuvieron un lugar privilegiado en este hecho histórico que es motivo de orgullo y esplendor para la venezolanidad.

La batalla de Ayacucho marcó el fin del imperio español en América del Sur, pero el pensamiento del Libertador volaba mucho más lejos. En su mirada, aún quedaban tareas por cumplir. Así se lo hace saber al Congreso Constituyente del Perú en la sesión solemne del 10 de febrero de 1824, al conmemorarse el primer aniversario de su dictadura constitucional. Tras informar de su gestión a los representantes del pueblo y dejar instalado formalmente el Congreso de la república, informa que sus responsabilidades ahora estaban en rendir el Callao y contribuir a la libertad del Alto Perú después de lo cual regresaría a Colombia a informar a los diputados de su país acerca del cumplimiento de su misión en el Perú, su independencia y la gloria del Ejército Libertador.

El gran estadista que era, incluso en las más difíciles condiciones de la guerra, no abandonaba sus responsabilidades políticas y económicas y sobre todo las internacionales. Pero ahora, imbuido de la necesidad de construir la gran nación de naciones que había soñado, comprendió que el esfuerzo principal debía ponerse en la diplomacia.

miércoles, 30 de julio de 2025

Venezuela y Estados Unidos ¿Han mejorado las relaciones?



El gobierno de Venezuela y el de Estados Unidos han logrado estabilizar una línea de comunicación permanente. Ello se debe más a definiciones de orden interno en Estados Unidos que a un mejoramiento real de los vínculos entre los dos países. Finalmente, en Estados Unidos se está imponiendo la pragmática propuesta MAGA (Make American Great Again) frente a la ideológica de los neoconservadores liderados por Marco Rubio.

La situación internacional y la aceptación de que China es el enemigo principal de Washington ha ido ganando espacios en la cúpula del poder estadounidense llevando a una buena parte del liderazgo de la administración a entender esta situación, obligando a los neoconservadores y a Marco Rubio a ceder.

Su política de máxima presión (que en Venezuela hoy solo sostiene el grupo de María Corina Machado), ha fracasado. La producción y exportación de petróleo se ha estabilizado e incluso ha crecido un poco por encima del millón de barriles diarios. En gran medida eso ha sido posible gracias al apoyo de China que parece asumir una posición más activa en cuanto a sus vínculos económicos y comerciales con Venezuela elevando las compras de petróleo y llenando el vacío que había dejado la suspensión de las licencias especiales otorgadas a Chevron para operar en Venezuela a pesar de las sanciones. Mientras la política estadounidense orientada al derrocamiento del presidente Nicolás Maduro sigue naufragando en Venezuela, la mirada estratégica del presidente Xi Jinping se terminó imponiendo al cortoplacismo y al mero interés de lucro de los empresarios chinos.


En este contexto, la liberación de 252 migrantes venezolanos que fueron detenidos en Estados Unidos y enviados a una cárcel en El Salvador ha sido expresión pública de un aparente mejoramiento de las relaciones. En realidad lo que ha ocurrido es un mejoramiento de la comunicación. Si no fuera así, no tendría porque seguirse vinculando al gobierno de Venezuela con la delincuencia organizada y el narcotráfico que sigue presente en la mirada y en la retórica política del Departamento de Estado.

jueves, 24 de julio de 2025

¿Qué está pasando en Siria…y en el Asia Occidental?

  


A Carlos Pereyra Mele,
profesor y maestro.
Uno de los más agudos y brillantes estudiosos de la geopolítica
que se nos fue ayer, antes de tiempo.
¡Hasta siempre Maestro!


Como se ha hecho habitual, paradójicamente los grandes medios corporativos trasnacionales de la información… se están dedicando a la desinformación. Esta aseveración es especialmente aberrante cuando se habla de los acontecimientos en Asia Occidental. Aunque la tergiversación de los hechos es una práctica cotidiana, en la actualidad esta situación es atroz cuando se trata de reconstruir las vicisitudes y las acciones que están sucediendo en la región desde hace dos años y medio.

En los últimos días, los hechos en Siria cubren el espectro informativo sobre la región. Como si el genocidio en Palestina o la agresión permanente contra el Líbano y la retórica belicista contra sus vecinos se hubiera detenido, como un todo único, la falsificación de los hechos oculta el verdadero trasfondo del asunto.


La situación geográfica de Siria y su ubicación a medio camino en el cruce de pueblos y civilizaciones ha hecho que a través de la historia sea una joya invaluable para quienes aspiran con hacerse del control de la región. La presencia de pueblos diferenciados en algunas zonas del país ha establecido áreas tradicionales de influencia de corrientes, líderes y tribus con identidad, cultura e historia propias. Así por ejemplo, los kurdos se ubican al norte, los drusos al sureste, los alauitas en la costa del Mediterráneo y los sunitas en el sector central.

Esta situación que había sido estabilizada sin grandes conflictos durante el gobierno de Bashar el-Assad, fue destruida por la intervención extranjera que, estimulando diferencias sectarias y religiosas en favor de sus intereses, generaron la división y con ello, la desaparición de tal seguridad sustentada en el equilibrio.

Más allá de cuál ha sido y cuál será la dinámica interna en Siria, tres poderes extranjeros han jugado sus cartas para generar la situación actual: Israel, Estados Unidos (con Francia como apéndice) y Turquía.

viernes, 18 de julio de 2025

¿Es Trump un loco o un típico niño rico extasiado por sus perversiones?

 


A Frantz Fanon,
en el centenario de su nacimiento,
por señalarnos el camino.


La extendida opinión de que lo que está ocurriendo en Estados Unidos y en el mundo tiene su origen en el hecho de que “Trump está loco” no deja de ser simplista y banal. Al contrario, creo que tras la actuación de Trump hay un plan muy bien elaborado y concebido por la Fundación Heritage, una organización de orientación conservadora fundada en 1973 y que tiene su sede en Washington.

Dicho plan, denominado “Proyecto 2025: la institucionalización del trumpismo” aderezado con el pensamiento realista de extrema derecha de Henry Kissinger, quien, aún fallecido, se mantiene siempre presente en las decisiones de la Casa Blanca constituyen la médula del propósito de Trump, no sólo para llevar adelante su gobierno, sino que, sobre todo, para fraguar una propuesta de largo plazo que entregue definitivamente Estados Unidos a ese llamado 1% de millonarios, a fin de controlarlo aún más y desde ahí intentar un asalto que los lleve a dominar el planeta en su totalidad.

No hay nada de locura en ello, en contraste, una racionalidad maligna paradójicamente estructurada en torno a la personalidad irracional del presidente de Estados Unidos. Pero el hecho de que no haya locura no significa que este personaje no tenga ciertos problemas sicológicos. Sé que me estoy metiendo en honduras, no soy sicoanalista, pero algunas características de Trump como el odio que manifiesta hacia muchos (incluso hacia algunos de sus amigos), el egocentrismo y la arrogancia, la retórica vulgar y sobre todo su propensión a mentir sin impudicia, apuntan hacia una personalidad, que, perteneciendo al líder de la mayor potencia mundial, colocan al planeta en una situación de incertidumbre e incredulidad absoluta respecto de lo que se diga o se haga.

Vale recordar que el sicoanálisis señala que existen una serie de tensiones originales tales como deseos, recuerdos, sentimientos y/o pensamientos en la personalidad de un individuo que necesitan ser satisfechas de manera natural. Según la destacada sicoanalista catalana, Cristina Agud “cuando la consciencia no permite que estas necesidades afloren, por condicionamientos sociales o contextuales, se quedan reprimidos en el inconsciente, transformándose posteriormente en problemas psicológicos”. En pocas palabras, el sicoanálisis establece que el comportamiento de un individuo está determinado por las experiencias de su pasado que están alojadas en su mente inconsciente.

jueves, 10 de julio de 2025

Diplomacia china: Mientras unos hacen la guerra, otros abogan por la paz

 


Mientras Estados Unidos diseña guerras, planifica invasiones, decide sanciones e implementa aranceles contra todo el mundo, China silenciosamente avanza en su diplomacia de paz. Al mismo tiempo que Washington retóricamente vomita su plan de destrucción planetaria que ejecuta maquiavélicamente suponiendo que de esa manera va a poder mantener su hegemonía global, Beijing, sin hacer mucho ruido, construye una dinámica de paz y cooperación a fin de hacer de la Tierra un espacio vivible para todos sus habitantes.

Sobre todo en los últimos dos meses, en forma simultánea al proyecto genocida de Estados Unidos y la entidad sionista contra el pueblo palestino y los ataques contra Irán, Yemen, Siria y Líbano, China se reunía con representantes de más de la mitad de los países del mundo para pensar en un futuro de armonía, concordia, equilibrio y ayuda mutua para el mejoramiento, la prosperidad y el progreso de la humanidad.

Atiborrados de malas noticias que nos hablan de guerra, destrucción y muerte, bien vale la pena hacer nota que en las antípodas del mundo, otra potencia trabaja por la paz, la construcción y la vida. Veámoslo cronológicamente para tener una idea más ordenada de cómo China va desarrollando una labor que señala que en el mundo también ocurren cosas buenas y positivas.

IV Foro China-CELAC 2025

Comenzamos hablando de un evento que tuvo directa relación con nuestra región. El 13 de mayo sesionó en Beijing el IV Foro China-CELAC (FCC). Dicha reunión reafirmó el compromiso mutuo con el fortalecimiento de la cooperación birregional a partir de una convergencia de intereses en áreas clave como el desarrollo sostenible, la innovación tecnológica y el comercio. A partir de ello, se delineó una hoja de ruta para la profundización de la Asociación Estratégica Integral entre China y América Latina y el Caribe.

sábado, 5 de julio de 2025

La ONU no vale nada, no vale medio[1]”

 


Es muy probable que los leales lectores de esta columna pensaban que esta semana iba a escribir acerca de las repercusiones de la agresión de Israel y Estados Unidos sobre Irán. Yo también creí que era necesario hacerlo pero después de leer el brillante artículo de Fernando Esteche en PIA Global bajo el título “Reflexiones apuradas sobre el alto el fuego en la guerra contra Irán”, no tengo nada que decir, no le agregaría ni le quitaría una coma. Además de felicitar a Fernando, quisiera recomendar su lectura. Ver link al final de este artículo.

En estas circunstancias, recurro a otro tema de suma importancia sobre el que vengo insistiendo hace muchos años. Por eso me place haber coincidido -aunque sea en parte- con el presidente Nicolás Maduro cuando en su programa “Con Maduro+” del pasado lunes 30 de junio se refiriera al mismo. Dijo el presidente que “frente a los horrendos crímenes del sionismo la ONU ´está rebasada, superada por esta situación… no vale nada la ONU, no vale medio`. Agregó que esto llevará al organismo multilateral al colapso y que cuando eso suceda ´los países que estamos impulsando este mundo multipolar, estaremos refundando la ONU`”.

Pido excusas a los lectores por no ser original, pero en esta ocasión voy a poner sobre la mesa algunas ideas pretéritas que podrían reforzar la opinión del presidente. En fecha tan lejana como el 25 de septiembre de 2011 escribí un corto artículo titulado “La ONU ha muerto” en el que decía: “A través de la historia, el fin de una guerra siempre ha traído nuevos repartos territoriales en distintas partes del mundo y con ello un sistema internacional que responde a la lógica de los vencedores. En nuestro entorno inmediato, Trinidad que fue española terminó siendo inglesa y Curazao, que era una posesión inglesa pasó a la historia como holandesa.

En el pasado más reciente, el fin de la primera guerra mundial vio nacer a la Sociedad de Naciones como organización donde se debían dirimir las controversias entre los países. Asimismo, al concluir la segunda guerra mundial se creó la Organización de Naciones Unidas (ONU) como instrumento para garantizar la paz en el planeta ante la devastación que las dos grandes guerras del siglo XX habían causado y sobre todo, para controlar la amenaza anunciada al mundo por Estados Unidos al lanzar innecesariamente las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki cuando la guerra ya había terminado. Antes, 5 países se reservaron el derecho de decidir por el resto del mundo generando una contradicción que aún hoy no se resuelve: la del carácter democrático de la Asamblea General y el autoritario y dictatorial del Consejo de Seguridad.

jueves, 19 de junio de 2025

Algunos elementos de análisis para entender los hechos recientes en Asia Occidental

 


Una vez más, las circunstancias obligan a una mirada amplia de los conflictos internacionales. Me parece reduccionista circunscribir los hechos recientes en Asia Occidental a la idea de un conflicto bilateral entre Israel e Irán. Lo que está sucediendo tiene implicaciones que van mucho más allá de una simple confrontación entre dos países, por muy brutal que sea el enfrentamiento bélico. En realidad, lo que está ocurriendo es expresión de un capítulo nuevo de la conflictividad que producen las contradicciones antagónicas de un sistema internacional marcado por un polo de poder en decadencia y otro que emerge como alternativa.

El sistema internacional actual irrumpió a partir del dolor de la segunda guerra mundial y el engaño de algunos de los vencedores acerca de las causas y consecuencias que la generaron. La triada de control mundial constituida por los instrumentos financieros (FMI y Banco Mundial) nacidos en Bretton Woods en 1944, los políticos, emanados de la creación de la ONU y sus agencias en 1945 y los militares estructurados en torno a la OTAN en 1949, han sido las herramientas que Occidente ha utilizado durante los últimos 80 años para sostener el dominio y la hegemonía sobre el planeta.

No obstante, ya en la década de los 60 del siglo pasado este sistema se vio carcomido por el déficit externo de Estados Unidos, que importaba más de lo que exportaba llevándolo a financiar la diferencia a través de la creación de dinero inorgánico. Ello “obligó” a Washington a suspender la convertibilidad del dólar en oro (emanada de Bretton Woods) para establecer el dólar como moneda de cambio internacional. Paradójicamente, es en este momento cuando se comienza a esbozar un proceso de crisis del sistema capitalista imperante que aún hoy, 65 años después no ha podido ser superado. Con ello se echaron las bases para construir un nuevo orden político y económico global.

El mismo no tuvo posibilidades inmediatas de desarrollarse a plenitud porque la alternativa que debió surgir de la Unión Soviética y el socialismo enfrentaba sus propios problemas económicos, más allá de la aparente estabilidad política que manifestaba. Pero la aprobación de la política de reforma y apertura en China en 1978, comenzó a cambiar todo. Fue el momento de despegue de Beijing hacia su transformación en gran potencia mundial que le puede hacer contrapeso a Estados Unidos, a Occidente y al capitalismo.

viernes, 13 de junio de 2025

Fentanilo. El uso de la droga como política

 


Durante la última década del siglo pasado, tras la desaparición de la Unión Soviética y el fin de la guerra fría, Estados Unidos se dio a la tarea de buscar un nuevo enemigo que sirviera de eje para reorganizar su política exterior y su política militar. En primera instancia lo encontró en el narcotráfico. Después del 11 de septiembre de 2001 agregó al terrorismo como instrumento de ordenación de su acción intervencionista y agresiva en el mundo, a fin de sustentar su hegemonía en particular en América Latina y el Caribe.

En la práctica, Estados Unidos -además de buscar respuesta a un tema de la agenda internacional- encontró de este modo, una salida a un problema interno, trasladando al exterior los costos políticos. Desde 1960 a partir de la Ley Antiabuso de Drogas se introdujo un conjunto de sanciones a los países productores, junto a ello comenzó un proceso de militarización de la lucha contra el narcotráfico. Así, se modificó el equilibrio de fuerzas en América Latina y el Caribe, debilitando además la relación cívico-militar y afectando la gobernabilidad y la democracia que se sostenían con diferentes grados de estabilidad. Era la vieja política de “ a río revuelto, ganancia de pescadores” aplicada por Washington para incrementar su control sobre la región.

Por otro lado, poco se ha hablado en profundidad del fracaso de Estados Unidos en el control de la demanda de drogas a fin de trasladar la presión de los países consumidores a los productores y de tránsito. A finales de la década de los 80 del siglo pasado, un oscuro senador estadounidense por el estado de Delaware llamado Joe Biden dijo en el Congreso de su país que a pesar que los programas antidrogas se habían incrementado, la producción de sustancias sicotrópicas había aumentado de forma considerable: 143% la cocaína, 84% el opio y 33% la marihuana. Es decir, el aumento de los recursos de control de la oferta no estaban acompañados de programas de reducción de la demanda, todo lo cual manifiesta el desinterés de Washington por solucionar el problema.

Esto tiene dos razones: la primera, apropiarse de los ingentes recursos que proporciona el tráfico de drogas, la mayor parte de los cuales fluye por el sistema financiero de Estados Unidos. De acuerdo al Instituto Nacional sobre Abuso de Drogas, a finales de la década de los 80 del siglo pasado, la venta anual de estas sustancias superaba los 110 mil millones de dólares, la mayor parte de los cuales venía a sostener las finanzas de Estados Unidos un país en el que -según la misma fuente- el 37% de su población había consumido algún tipo de droga.

jueves, 5 de junio de 2025

Estados Unidos siempre necesita justificaciones

 


El devenir de la historia ha demostrado fehacientemente que para desarrollar su afán intervencionista y militarista, Estados Unidos ha buscado subterfugios y construido falsas pruebas que la propia historia se ha encargado de desmentir o de poner su condición falsa en evidencia. La manipulación de pruebas a fin de conseguir un apoyo favorable de la opinión pública del país en primera instancia, y la del mundo como soporte global de los desmanes desestabilizadores, han sido una constante de la política exterior de Estados Unidos desde que inició su involucramiento en los asuntos mundiales en el desarrollo de su política imperialista a finales del siglo XIX. Valgan algunos ejemplos que en diferentes momentos del siglo XX y en lo que va del presente, muestran la continuidad de los falsos argumentos construidos para tal efecto.

La explosión del Acorazado Maine en 1898 en Cuba


En el año 1898, Cuba se encontraba en el proceso de lucha por su independencia política de España. Económicamente, Estados Unidos controlaba las principales propiedades de la isla y era el primer comprador del azúcar cubano. En esas condiciones, aprovechó la debilidad del gobierno colonial para irse introduciendo en los asuntos internos de la isla antillana “apoyando” a los partidarios de la independencia con la intención oculta de provocar una guerra contra España y arrebatarle sus posesiones coloniales dejando a Cuba dentro de su zona de influencia.

A comienzos de 1898 el presidente McKinley envió al acorazado Maine al puerto de La Habana para “proteger” los intereses de los estadounidenses que en la isla pudiesen verse afectados por la lucha que sostenían los independentistas cubanos. Este hecho fue avalado en Estados Unidos utilizando la propaganda y manipulación mediática realizada por William Randolph Hearst y Joseph Pulitzer dueños de dos de los principales medios de comunicación y defensores connotados de las tesis imperialistas.

El 15 de febrero de 1898, en circunstancias “extrañas” el Maine estalló frente al puerto de La Habana perdiendo la vida 260 oficiales y soldados, de los 355 que había a bordo lo que provocó el reclamo inmediato de Estados Unidos a España, responsabilizándola por lo ocurrido (las investigaciones posteriores arrojaron que los españoles no tuvieron nada que ver, se cree que fue una explosión interna debido a la cantidad de explosivos que había dentro del barco).

Hearst y Pulitzer se encargaron de manipular este acontecimiento con el objetivo de que el gobierno estadounidense tuviera el aval de la ciudadanía para emprender una guerra contra España, lo que lograron cuando el gobierno de Washington envió un ultimátum -casi declaración de guerra- a Madrid, obligando a ésta a iniciar hostilidades. Este conflicto, conocido como guerra hispano–cubano-norteamericana, le dio la posibilidad a Estados Unidos de intervenir ante el inminente triunfo de los patriotas cubanos para producir una independencia mediatizada que se legalizó posteriormente a través de la Enmienda Platt, lo cual permitió una descarada injerencia de Estados Unidos en Cuba por sesenta años.

Filipinas 1898

Filipinas fue otro de sus botines de guerra. El gobierno de Washington estaba influido por las tesis de Alfred Mahan quien afirmaba que Estados Unidos como la gran nación que era, debía expandirse fuera de sus fronteras e incorporarse a la carrera que mantenían las grandes potencias europeas “de ocupar todos los lugares baldíos de la tierra”.

El gobierno estadounidense antes de los acontecimientos ocurridos con el acorazado Maine y sabiendo que al igual que Cuba, en Filipinas existían grupos que promovían la independencia, decidieron reclutar a uno de sus líderes, Emilio Aguinaldo y convertirlo inicialmente en uno de sus aliados. La flota estadounidense destrozó a la armada española, pero todavía no tenían el control territorial, por lo que trasladaron de Hong Kong a Filipinas a Emilio Aguinaldo (el cual estaba exiliado), para que organizara un ejército filipino que en conjunto con soldados estadounidenses tomaran Manila y expulsaran definitivamente a los españoles. Con la firma del Tratado de Paris de diciembre de 1898, España cedió la soberanía de Filipinas a Estados Unidos.

Pearl Harbor 1941


El 7 de diciembre de 1941 Japón atacó y destruyó la base naval estadounidense de Pearl Harbor, en Hawái, hundiendo 18 barcos entre ellos 5 acorazados, con el saldo de 3.435 militares y civiles muertos, convirtiendo este hecho en la justificación de Estados Unidos para entrar formalmente en la segunda guerra mundial, sin embargo, es poco mencionado que antes de este acontecimiento ya las relaciones bilaterales eran muy tensas, no por las acciones imperialistas que había realizado Japón en China sino por las medidas que Estados Unidos había adoptado unilateralmente contra el imperio japonés.

Se sabe que los servicios de inteligencia de la armada estadounidense conocían de la posibilidad de un ataque a la base naval desde varios días antes de que el mismo se produjera, los radares en Hawái detectaron los aviones japoneses, pero el alto mando dejó que ocurriera el ataque y no hizo nada para evitarlo. La consecuencia de este hecho fue la unificación de la opinión pública estadounidense a favor de la participación en la guerra, por lo que el Congreso aprobó la Declaración de Guerra contra Japón, y provocó que Alemania e Italia –a su vez- hicieran lo mismo permitiendo de esa manera el crecimiento y fortalecimiento de la maquinaria industrial estadounidense, convirtiendo a ese país en la principal potencia militar del mundo.

El golfo de Tonkín. Vietnam. 1964


El golfo de Tonkín está ubicado frente a la costa de lo que anteriormente se conocía como Vietnam del Norte. El respaldo popular en Vietnam del Sur a las ideas y postulados de Ho Chi Minh aumentaba de manera considerable, tanto que pusieron en riesgo la estabilidad del gobierno pro estadounidense rechazado por la mayoría. Ante esta situación Estados Unidos decidió intervenir directamente en el conflicto. A comienzos de agosto de 1964 una serie de acontecimientos en el golfo de Tonkín “justificaron” esta intervención militar al acusar a Vietnam del Norte de lanzar un ataque con torpedos al destructor estadounidense Maddox cuando –según la información oficial– realizaba una misión rutinaria en aguas internacionales, el 2 de agosto.

Dos días después se acusó nuevamente al gobierno norvietnamita de querer torpedear al destructor Turner Joy. La mentira del presidente estadounidense Lyndon Johnson y el secretario de Estado Robert McNamara ante la opinión pública, sirvió como argumento principal para la escalada del conflicto y el incremento de la presencia directa de las tropas estadounidenses en la región. Con la aprobación del Congreso, se otorgó al presidente Johnson “el poder para tomar las medidas militares que creyera necesarias en el sudeste asiático”.

Granada, 1983

El 13 de marzo de 1979, el líder revolucionario Maurice Bishop y su movimiento de la Nueva Joya, tomaron el poder en Granada, instaurando un nuevo gobierno que no contó con el respaldo de Estados Unidos. Washington comenzó a presionar congelando todos los créditos internacionales de manera de ir creando un clima político propicio que debilitara al movimiento popular.

En octubre de 1983, una conjura militar encabezada por el vice primer ministro Bernard Coard logró derrocar a Bishop, disponiendo su arresto domiciliario y posterior asesinato, lo que provocó una revuelta social en la isla que derivó en la intervención estadounidense al territorio de Granada. El presidente Ronald Reagan informó a la ciudadanía que a causa del golpe de estado en Granada corría peligro la vida de un grupo de estudiantes estadounidenses que cursaban sus estudios de medicina en la isla, por lo que se hacía necesaria la presencia de sus tropas. Fueron enviados 7.000 soldados para combatir a las fuerzas leales a Bishop que en términos numéricos no superaba los 2.000 combatientes incluyendo colaboradores cubanos que se encontraban en la isla.

El historiador estadounidense Howard Zinn afirmó que un ex oficial de la CIA le había confesado que “la verdadera razón de la invasión era una oportunidad que se brindaba a Estados Unidos (que quería sobreponerse al sentimiento de derrota cosechado en Vietnam) para mostrar que si era una nación poderosa”.

Irak, 2003

Después de las acciones terroristas realizadas del 11 de septiembre de 2001 en que Estados Unidos fue golpeado por primera vez en su territorio, el presidente George W. Bush, inmediatamente declaró “la guerra contra el terrorismo”, afirmando que “no debemos hacer distinciones entre los terroristas y los países que albergan a los terroristas”, y con el aval del Congreso, su gobierno tuvo carta blanca para ejecutar acciones militares en cualquier parte del mundo.

A Bush se le presentó el momento histórico y la oportunidad “perfecta” para darle continuidad y concretar el antiguo anhelo imperial de destruir al gobierno de Irak con el argumento falso de que poseía armas de destrucción masiva, nucleares, biológicas y químicas, y que era una de las naciones que albergaba y “protegía” a grupos terroristas, entre ellos Al Qaeda, “responsable” del ataque contra las torres gemelas.

Fue así como sin declaración de guerra formal Estados Unidos inició el 20 de marzo de 2003 el conflicto bélico contra Irak, toda vez que el Congreso le confirió tal potestad al gobierno sin el aval del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Investigaciones posteriores demostraron con claridad que tales armas de destrucción masiva no existieron y que todo fue un argumento esbozado por las agencias de inteligencia para justificar la agresión y ocupación del país árabe.

Libia, 2011

Libia siempre fue considerada como un “país sospechoso de apoyar al terrorismo” y su líder Muammar Al Gadafi, enemigo estadounidense a tal punto que el presidente Obama expresó públicamente su intención de “salir” del gobernante libio.

En febrero de 2011, se iniciaron en la ciudad de Bengasi una serie de manifestaciones exigiendo mayor libertad de expresión. Al parecer, inspirados en lo que ocurrió meses antes en Egipto y Túnez -acontecimientos bautizados como primavera árabe– poco a poco estas manifestaciones degeneraron en actos de violencia, responsabilizando por ello a Gadafi a través de una fuerte y manipuladora campaña mediática realizada por medios de comunicación occidentales y la cadena de televisión catarí Al Jazeera. Esto fue el inicio del proceso de desestabilización en Libia, que llevó a la intervención de la Organización del Atlántico Norte (OTAN) y al derrocamiento del gobierno de Gadafi. Sin presentar pruebas, Estados Unidos acusó al “régimen libio” de asesinar a miles de ciudadanos que exigían mayor democracia y alentó a que los rebeldes se constituyeran en gobierno paralelo.

Venezuela. 2025.


En marzo de 2015, Venezuela fue declarada por el presidente Barack Obama (demócrata) “amenaza inusual y extraordinaria a la seguridad nacional y a la política exterior de Estados Unidos”. Esta decisión se ha mantenido inamovible durante la administración de sus sucesores, Donald Trump (republicano) y Joe Biden (demócrata).

El regreso de Trump a la Casa Blanca no ha estado exento de contradicciones entre las variadas tendencias que pululan al interior de la administración. Estas diferencias no han estado ajenas a la política de Estados Unidos respecto de Venezuela. Los “revolcones” entre neoconservadores, outsiders, amigos personales del presidente y MAGAs (seguidores irrestrictos de la consigna de Trump “make America great again”) están presentes en cada decisión de política exterior del rubicundo presidente permitiendo la omnipresencia de los necoconservadores representados por Marco Rubio en la política hacia América Latina.

El Secretario de Estado llamado por Trump “pequeño Marco” desarrolla su accionar a partir de su visceral odio a Cuba, Nicaragua y Venezuela. No es posible analizar en términos políticos la irracionalidad de Rubio toda vez que su resentimiento, rencor y animadversión hacia estos tres países, supera cualquier consideración. Excluidos de las decisiones respecto de los temas más relevantes de la política exterior, los neoconservadores han desatado toda su furia contra La Habana, Managua y Caracas.

Como ha sido habitual en la política exterior de Estados Unidos, en esta ocasión la administración Trump ha esgrimido falsos documentos para argumentar acerca de una supuesta relación entre el gobierno venezolano y el extinto grupo criminal “Tren de Aragua”. Para ello han acudido a la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, la cual establece que un combatiente foráneo puede ser deportado sin proceso judicial cuando Estados Unidos esté en guerra con otro Estado.

Trump debía demostrar que el “Tren de Aragua” era una organización direccionada por el Estado venezolano. Sin embargo, el juez federal Fernando Rodríguez, quien por cierto llegó al cargo designado por el propio Trump, dictó sentencia en contra, argumentando que la aplicación de esta ley era ilegal ya que la misma solo aplica cuando la nación se enfrenta a un ataque organizado, lo cual no es el caso. Lo cierto es que el odio de la administración Trump hacia Venezuela se ha manifestado como argumento para deportar sin debido proceso a sus ciudadanos a El Salvador.

Se ha sabido que se han producido debates internos dentro del gabinete de Trump sobre la base de informaciones manejadas por las agencias de inteligencia que han verificado que no existe relación alguna entre el “Tren de Aragua” y el gobierno venezolano. No obstante, el FBI -en total soledad- ha “demostrado” lo contrario. Esto fue confirmado por la Directora de Inteligencia Tulsi Gabbard en una entrevista reciente, donde afirmó que el tema fue discutido internamente. Gabbard defendió la medida basada en el informe del FBI. En esa misma entrevista, la funcionaria admitió que se estaba filtrando información de esas reuniones a la prensa, incluyendo este tema de Venezuela.

El informe de las agencias de inteligencia conocido extraoficialmente por la prensa, señala textualmente que: "Mientras el clima de permisibilidad permite que el Tren de Aragua opere, el régimen de Maduro probablemente no tiene una política de cooperar con el Tren de Aragua y no dirige los movimientos y operaciones del mismo en Estados Unidos".

El tema del “Tren de Aragua” ya le había dado resultados positivos a Trump durante su campaña electoral después que un video que mostraba “criminales en armas” azotando a los habitantes de un edificio en Colorado, se hizo viral. A esto habría que agregar también el caso de una estudiante de enfermería que fue asesinada brutalmente por un "ilegal" venezolano y que también fue noticia de primera página en todos los medios estadounidenses. Este hecho fue utilizado por Trump para presentar a Estados Unidos como víctima de asesinos y violadores migrantes.

A partir de entonces, Trump creyó útil utilizar el “Tren de Aragua” como una muletilla contra Biden, a quien acusó de mantener una política de puertas abiertas a la inmigración prometiendo realizar deportaciones masivas cuando fuera elegido presidente, lo cual se convirtió en su primera y más importante oferta electoral. Fue tanto así, que Biden debió ponerle freno al paso en la frontera a último minuto para tratar de detener el drenaje de votos que sufría su partido.

Y así como le sirvió entones, ahora Trump procura que le sirva de nuevo ante lo que ha sido un fracaso en su promesa de deportaciones masivas, verdadero trasfondo del problema. Veamos. De acuerdo a cifras oficiales de la propia administración Trump, existen alrededor de 30 millones de "ilegales" en Estados Unidos. El presidente se ha propuesto deportar al menos 1 millón este año, pero en lo que va de su mandato, solo ha expulsado a cerca de 53.250 personas (hasta mediados de mayo). Estos datos podrían incluso estar inflados, dado que el gobierno de Trump dejó de publicar las cifras mensuales.

Trump ha dicho que su prioridad es deportar a criminales, pero de acuerdo a datos oficiales obtenidos por NBC, la mitad de los deportados no tienen registros que avalen esa condición y más de la mitad de los actualmente detenidos, no tienen cargos. Aun así, solo el año pasado el gobierno reportó que tenía identificado a medio millón de migrantes "ilegales" con condenas penales. A este ritmo, la meta de 1 millón es risible. Trump apenas podría llegar a deportar alrededor de unos 100 mil por año, aunque algunos se atreven a pronosticar que pudieran ser 500 mil, lo cual sigue siendo un fracaso.

Lo cierto es que las cifras actuales de Trump están muy por debajo de las deportaciones que ocurrieron en los gobiernos demócratas anteriores. Según el Washington Post, Obama deportó unas 400 mil personas al año, más de lo que Trump podría deportar ahora. Las cifras de Biden son incluso superiores, llegando a deportar casi 700 mil en 2024.

Siguiendo la tradición de su política intervencionista, Trump debe recurrir a la mentira para justificar sus actuaciones. Una opinión pública como la estadounidense, idiotizada por los medios de comunicación que exaltan la idea de “nación elegida”, es fácilmente manejable y manipulable por el poder. El disfraz de su política que sirve para ocultar la deshumanización de la misma, es parte del ADN de su privilegiada clase política y de ese 1% que es quien verdaderamente ostenta el poder. Pero para sostenerlo, siempre necesita justificaciones.

sergioro07.blogspot.com

sábado, 31 de mayo de 2025

La guerra [integral] no declarada de Estados Unidos contra China (IV y final)

 


No obstante la pragmática decisión de Trump de buscar un acercamiento con China que impulsara una permanente comunicación de alto nivel conducente a estimular la cooperación, un ambiente de incertidumbre comenzó a rodear la relación entre los dos países, dadas las contradictorias señales que emanaban desde Washington. La conversación entre los presidente del 10 de febrero de 2017 no sirvió para apaciguar los aires de conflicto que soplaban en dirección al este. En un artículo publicado en “Asia Times” el investigador Richard A. Bitzinger, de la Universidad Tecnológica de Nanyang en Singapur opinaba que “en ambos países había voces que exponían esta posibilidad”

En el artículo, Bitzinger recordaba que en marzo de 2016 el jefe de estrategia de la Casa Blanca y consejero de Trump, Steve Bannon, afirmó de forma rotunda –cuando aún no tenía responsabilidades en la administración- que la guerra entre Beijing y Washington era ineludible en el Mar de la China Meridional en un plazo que iba de entre 5 a 10 años. Pero ahora su punto de vista cobraba mucho valor, toda vez que había asumido una alta responsabilidad muy cerca de Trump. Como respuesta el mismo 20 de enero, día de la asunción de Trump, el Ejército Popular de Liberación de China expuso a través de su página oficial que "'una guerra dentro del mandato presidencial [de Trump] o una 'guerra que estalle esta noche' dejaron de ser solo eslóganes y empiezan a ser una realidad".

Al mismo tiempo que los presidentes conversaban a comienzos de febrero, la Armada de Estados Unidos desplegaba el grupo de ataque del portaviones USS Carl Vinson y el destructor de misiles guiados USS Wayne E. Meyer en el Mar Meridional de China para llevar a cabo lo que denominó “operaciones de rutina”. Además del rechazo inmediato de la cancillería china que caracterizó dichas acciones como amenazantes y dañinas para la soberanía y la seguridad de la región, el periódico chino Global Times publicó un fuerte artículo que señalaba que la actitud de China sería pacífica en la medida que Estados Unidos no realizara maniobras provocadoras en sus mares adyacentes, caso contrario, China se vería obligada a desplegar todo tipo de armas y combatientes en el área.

El periódico se preguntaba si las acciones de la armada de Estados Unidos no eran expresión clara del intento de militarizar el Mar Meridional de China y si las declaraciones públicas del Ejército estadounidense no eran manifestación de una amenaza militar directa. Respondía que: "El mar de la China Meridional no es el Caribe", y agregaba que esa región no era “un lugar para que Estados Unidos se comporte de manera imprudente. Los generales estadounidenses dijeron que están listos para luchar cuando sea necesario. El Ejército Popular de Liberación también está haciendo preparativos”.

miércoles, 21 de mayo de 2025

La guerra [integral] no declarada de Estados Unidos contra China (III)

 

En 2011, mucho antes de incorporarse a la política activa, Donald Trump en un tweet, afirmó que China era el enemigo de Estados Unidos y que su objetivo era destruirlo. Así mismo, en una ocasión posterior aseguró que: "En el ámbito comercial, los chinos son unos tramposos". Un año después, en 2012 comentó que: "El concepto de calentamiento global fue creado por y para los chinos para hacer que la manufactura de Estados Unidos no sea competitiva". Aunque cuatro años después “confesó” que esto último había sido una broma, los antecedentes mencionados son expresión de una predisposición manifiesta en contra de China.

Ya en la campaña presidencial de 2016, Donald Trump comenzó a culpar a China de ser responsable del déficit comercial de Estados Unidos y del desempleo creciente debido a la fuga de las compañías estadounidenses hacia el país de Asia, prometiendo “mano dura” frente a Beijing, anunciando la imposición de un impuesto del 45 % a los productos procedentes de China.

Era evidente que los tempranos anuncios proteccionistas y nacionalistas de Trump estaban dirigidos contra China, a quien responsabilizaba de la globalización y de los problemas económicos y sociales de Estados Unidos, obviando que el problema se había generado a partir de la deslocalización de las empresas estadounidenses y su ubicación en países donde había menores costos de producción, lo cual les permitía maximizar el lucro. En el país, las grandes empresas también incrementaban sus ganancias exponencialmente simultáneamente con la disminución de los salarios. Al mismo tiempo, China mostraba una economía boyante con altos niveles de crecimiento que incluso le permitieron enfrentar exitosamente la crisis de 2008 y hacer una contribución importante para que la misma fuera superada en el planeta.