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viernes, 18 de enero de 2013

2013. Crisis y conflictos en el panorama internacional


En la situación actual cuesta mucho abstraerse de lo que está ocurriendo y  comenzar el año escribiendo de otra cosa que no sea expresando nuestro sentimiento de solidaridad con el Comandante Chávez y su familia y el deseo de que lo más pronto posible se produzca su restablecimiento.

El pueblo venezolano y los de las más disimiles regiones del planeta han  desarrollado su mayor creatividad para encontrar distintas maneras de expresar su respaldo y transmitir un apoyo que ha rebasado todas las fronteras para generar una corriente de energía que ha unido opiniones, tendencias y religiones.

Intentaremos mantener y elevar el debate sobre las variables que mueven las relaciones internacionales, tratar de comprender mejor las dinámicas que están en el centro de la problemática planetaria en su lucha por salvaguardar la vida, mantener la paz, resolver los acuciantes dificultades que enfrenta la humanidad y avanzar hacia la construcción de una sociedad más justa, equitativa y solidaria.  Así, apoyaremos de manera permanente al Comandante Chávez que ha sido un infatigable combatiente internacional y que hoy lucha por su vida con el mismo ahínco y la misma pasión que derramó por las más diversas latitudes de la esfera mundial.


Es imposible pensar el mundo del 2013 y el mundo del mañana al margen de la crisis que vive el sistema capitalista. Es muy temprano para aventurarse a decir que es una crisis terminal, pero, a diferencia del pasado, su carácter transversal que involucra a diferentes estamentos nos permite avizorar que el capitalismo comienza a mostrar más que fisuras, verdaderas grietas que afectan las bases del edificio sobre el que se sostiene.

Hay que detenerse para entender la crisis como un factor internacional.  Tiene una serie de elementos que permiten afirmar que no es como otras tantas crisis cíclicas que ha habido durante el desarrollo del capitalismo, la más importante de las cuales fue la de 1929 a 1933. Ahora, se puede conjeturar que en esta crisis, concurren una serie de elementos que están encaminados a tratar de salvaguardar el sistema y, a mantener el modelo de consumo y de desarrollo capitalista.  Además de ser financiera y  económica, se adentra en otros aspectos de la vida, del Estado y de la sociedad, por cierto, de la sociedad internacional.  Es energética, porque tiene que ver con un modelo de consumo que se agota.

Es una crisis también alimentaria, porque a pesar que la Tierra tiene la superficie suficiente y los recursos para la producción de alimentos para los 7 mil millones de habitantes del planeta, lejos de avanzar en el cumplimiento de los objetivos del milenio para el año 2015, ha crecido la pobreza y –al contrario-  nos alejamos de la posibilidad de solucionar el problema del hambre.

Es una crisis política, porque el modelo occidental que se sustenta en la democracia representativa, ya no da solución a las demandas más elementales de los ciudadanos, de los pueblos y hoy se descubre con sorpresa las ambigüedades y falencias del modelo de democracia que han venido desde el norte. Las demandas democráticas en distintos países de la geografía de la Tierra,  ha llevado a que los pueblos se movilicen parar reclamar un sistema político que sea capaz de solucionar los problemas básicos de los seres humanos, -que además son derechos consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas-,  lo que ha conllevado  a la búsqueda de nuevas formas de participación, de quehacer político y a través de la movilización social, cuestionar los modelos políticos en distintos países.

La crisis tiene un carácter ambiental y ecológico. El analista Iñaki Gil de San Vicente  explica que “Para sobrevivir, el capital ha de crecer, lo que le obliga a devorar primero a la especie humana y al planeta, y luego devorarse a sí mismo. Por ejemplo, cada vez hay más lugares en los que el agua potable es más cara que la coca-cola, u otro ejemplo, para producir un filete de ternera se necesitan 7000 litros de agua…” y agrega “…Para conocer 2013 hay que estudiar las contradicciones del capital en su momento auténtico, en sus crisis. Por ejemplo, el nivel de los mares seguirá aumentando, ya lo ha hecho en 11 milímetros desde 1992, superando las peores expectativas de la ONU y desencadenando una sinergia destructora aún desconocida“.

También la crisis es moral y es ética, porque los basamentos ideológicos con los cuales se sustentaba el modelo ya no son capaces de explicarlo. Hoy, la televisión, los medios de comunicación masivo han venido a sustituir el papel que juegan los partidos políticos y otros estamentos de la sociedad como vehículo catalizador de la preocupación y de la actividad política de los pueblos y, en esa medida hay un factor distorsionador porque finalmente los medios de comunicación responden a una minoría que se agrupa en grandes monopolios, responden a las potencias y a ese mismo modelo que está en crisis, el cual, sin embargo, se sigue mostrando como una panacea para los pueblos.

En esta medida, podemos llegar a la conclusión, de que el fin de la crisis que se vive no se avizora pronto. Hoy sí podemos decir que este trance está vinculado a una crisis del sistema y del modelo capitalista, que además  lleva varios años, empezó en 2008, en 2009 se inyectaron gigantescos recursos para tratar de paliarlo,  cuando en realidad lo que se hizo fue “correr la arruga”, porque  resurgió con más fuerza en 2010,  se ha profundizado en estos dos últimos años y va a hacer de 2013 un año muy difícil, tal vez el más difícil en mucho tiempo, porque estos “pañitos tibios” que se pusieron en el 2009, tratando de salvar a los bancos, no a los pueblos, alcanzó apenas hasta  2012 por lo que en este año que comienza  se prevé una probable cesación de pagos en algunos países como los que ya vimos en Grecia, que se manifestó de alguna manera en Irlanda, se está comenzando a ver en España, Italia e incluso en Gran Bretaña. En la medida que no hay capacidad de respuesta -porque esto no tiene que ver con el color político de los gobiernos-, han sido afectados por igual gobiernos socialdemócratas y de derecha, mientras los pueblos ven cada vez más constreñidos sus beneficios sociales.

En ese marco, la contradicción fundamental de las relaciones internacionales se seguirá desplazando en dirección a Asia y se instalará definitivamente en esa región.  Estados Unidos continuará implementando su política de explotar la mayor debilidad de China: su necesidad de energía, concentrando su potencial militar en las inmediaciones del gigante asiático a fin de controlar las rutas comerciales por las que transita el indispensable oro negro que le debe permitir trazar planes de futuro en materia de desarrollo económico y tecnológico. Así mismo, Estados Unidos reincidirá en su política de incentivar conflictos en el mar de la China meridional a fin de que los diferendos limítrofes de China con sus vecinos no se negocien a través de la diplomacia y los métodos pacíficos de resolución de controversias, así se mantendrá un estado de tensión permanente que “justifique” la presencia e incremento de la fuerza militar estadounidense en la región.

Por su parte, en Europa se prolongará la profundización de la crisis, incorporando a nuevos países en la línea roja de la recesión y el default. Hoy, incluso se habla de que Alemania podría entrar en recesión a  final de año después que la Eurozona lo hiciera en el tercer trimestre de 2012 al registrar su Producto Interno Bruto (PIB) una contracción de 0,1 % y acumular cuatro trimestres consecutivos sin crecimiento. De la misma manera, los 27 países de la Unión Europea (UE) en su conjunto, evitaron la recesión técnica debido a un ínfimo crecimiento de 0,1 % en el tercer trimestre, en relación con los tres meses anteriores. En esta medida, el papel de la UE como actor relevante se mantendrá sólo por el peso político y militar conseguido después de la segunda guerra mundial lo que le concedió dos puestos permanentes en el Consejo de Seguridad de la ONU. El papel imperial de las potencias europeas tiene un carácter estructural. Queda demostrado en la actitud intervencionista del gobierno del “socialista” Hollande  que no ha variado la política de Sarkozy su antecesor, sobre todo en relación a África y el Medio Oriente.

América Latina tratará de seguir profundizando su crecimiento económico y las dinámicas integracionistas. Sería deseable que el nuevo gobierno del PRI en México retorne a su tradicional política de acercamiento a América Latina. Hoy, tal vez, México lo necesite más que el resto del continente si quiere salir airoso de su lucha contra el narcotráfico que se ha desarrollado con la connivencia de Estados Unidos en su afán de utilizar este flagelo como   instrumento de penetración e intervención en la región.

Habrá elecciones en Ecuador, Paraguay, Honduras y Chile. El presidente Rafael Correa será reelegido pudiendo dar continuidad a la revolución ciudadana y a su política internacional independiente y de defensa de la soberanía. Honduras y Paraguay,  a pesar de los golpes de Estado que derrocaron a sus presidentes  no se han podido liberar del permanente tutelaje de las oligarquías terratenientes que son las que verdaderamente ejercen el poder, tratarán de retomar un camino que los ubique –nuevamente- en la ruta de sus pares del continente.  En Chile, las permanentes y continuadas movilizaciones de mapuche, estudiantes y trabajadores no parecen haber confluido hacia la construcción de una alternativa electoral de cambio. La disyuntiva entre dos sectores de la derecha: la alianza pinochetista y la concertación bacheletista parecen copar el escenario de cara a las elecciones de fin de año. Sin embargo, la movilización y la lucha de su pueblo conducirán irremediablemente “más temprano que tarde” a construir la conjunción de fuerzas que desplace del poder al duopolio de la derecha.

Las conversaciones en La Habana entre el gobierno colombiano y las FARC son una esperanza para ese país y para toda la región que ve con esperanza la posibilidad de terminar con la guerra más antigua del continente. Un resultado favorable generaría un clima de paz que redundaría positivamente más allá de sus fronteras nacionales.

El Medio Oriente y el mundo musulmán seguirá moviéndose en torno al conflicto palestino-israelí, la intervención extranjera en Siria y los preparativos para un futuro ataque occidental a Irán. Sin embargo, nuevos peligros se adicionan a la inestabilidad de la región, el ataque permanente de Estados Unidos -a través de drones- contra Pakistán causan cientos de muertos entre la población civil  y amenaza con la inestabilidad a  un país que posee armas nucleares y que se encuentra en una encrucijada estratégica en el Asia Central.  Así mismo, la lucha del pueblo kurdo por conquistar un territorio para su nación genera inseguridad en toda la región, toda vez que el área que reivindican como propio se encuentra en Irán, Irak, Siria y Turquía, países involucrados directamente en el conflicto sirio que tiende a escalar.    El papel relevante que comienza a jugar el gobierno egipcio de Mohamed Mursi cambia la correlación de fuerzas en la región y visualiza de otra manera el manejo de los conflictos en la misma, sobre todo en relación a la ocupación de Palestina por Israel. Así mismo, habrá que dar seguimiento al problema generado en las provincias  chiitas del este de Arabia Saudita fronterizas con Bahréin, país a su vez de mayoría chiita con un gobierno sunita, donde  se encuentra estacionada la V Flota de las fuerzas navales de Estados Unidos. Finalmente, el despliegue de misiles Patriot  en la frontera turca-siria con un criterio supuestamente defensivo  por parte de Turquía y la OTAN  fueron una excusa que en realidad tiene que ver con Irán y su potencial nuclear.  Ahí, se ha instalado uno de los puntos de mayor tensión de la región y el planeta, dado el alto nivel de belicosidad de las partes en contienda.

En África, además de las persistentes epidemias de enfermedades y la hambruna que afecta a cientos de miles de habitantes, los países donde parecieran concentrarse las mayores tensiones son Congo, Sudán y Mali.

Congo es el tercer productor mundial de tantalio, metal usado en la alta tecnología electrónica. Incluso un corte temporal de su suministro le supondría una sacudida seria a la industria electrónica con consecuencias de largo alcance. Además, el país posee extensas reservas no explotadas de petróleo, oro, diamantes, cobre, uranio, cobalto y otros minerales. La posibilidad de una guerra civil alentada por las empresas transnacionales sería un drama de gigantescas proporciones para un país que prácticamente no ha tenido paz desde su independencia.

Por su parte, en Sudán sigue habiendo una guerra a pesar que las potencias coloniales que habían creado el país, ahora lo dividieron.  En el territorio del estado recién surgido, Sudán del Sur  existen importantes yacimientos de petróleo pero, para ser exportado debe pasar necesariamente por Sudán, lo cual ha derivado en el conflicto actual, toda vez que no ha habido un acuerdo en ese sentido.

La situación en Mali es cada vez más dramática. El régimen que se ha consolidado en el norte del país  ha prosperado en el control territorial y ha avanzado hacia el sur. El problema surge  de la activa presencia de Al Qaeda entre sus fuerzas principales, creando una situación de caos y desestabilización que amenaza a toda la región, incluyendo Argelia, Níger y Mauritania. En esta zona se encuentra  el aeropuerto más grande de toda África Occidental capaz de recibir a los aviones más pesados a través del cual  se trafican drogas desde América Latina para su distribución a través de Guinea-Bissau y otros estados costeros africanos. La intervención militar de la OTAN a través de Francia pudiera contener el esfuerzo bélico de los insurgentes estableciendo la ocupación militar imperial en la región.

Sin tener la posibilidad de esbozar en tan pocas líneas toda la dinámica internacional que se prevé para este año, pareciera que lo expuesto en las líneas anteriores podría constituir algunos de los ejes sobre los que girará el mundo y los conflictos más relevantes del año 2013.

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