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jueves, 18 de septiembre de 2025

La confrontación estratégica en Asia (I)

 

Aunque parezca un lugar común, vale recordar para efectos de este análisis la profecía del geopolítico inglés Halford John MacKinder que a comienzos del siglo XIX afirmó que "quien domine Asia Central, dominará Eurasia y quien domine Eurasia, dominará el mundo". Sus puntos de vista esbozados en la “Teoría del Heartland”. establece que el control del vasto corazón continental de Eurasia, que incluye Asia Central, Rusia Central y Siberia, otorgaría una posición estratégica para dominar el resto de Eurasia y, por extensión, el mundo.

Más allá de la veracidad de tal teoría, lo cierto es que la nueva configuración del poder mundial que se ha estado verificando en los últimos años, se ha ido haciendo patente en el gran espacio euroasiático. En esta amplia extensión geográfica se manifiestan dos características, una política y otra geográfica que trastorna con profundidad inusual la geopolítica global. La primera es que se está hablando de una región donde no hay presencia hegemónica de Estados Unidos ni de Europa, sobre todo desde la derrota y huida de Estados Unidos y la OTAN en Afganistán en agosto de 2021.

La segunda es que el territorio en cuestión es una gran masa terrestre que aun teniendo costas tanto al norte como al sur, el eje fundamental de la misma se encuentra muy alejada de los mares. En esa medida la configuración del poder bélico mundial que se ha estructurado desde hace al menos cinco siglos a partir de la primacía naval ha quedado sin efecto, obligando a realizar profundas adecuaciones doctrinarias, sobre todo en términos militares.


En primera instancia, China y Rusia han ido configurando una red de organizaciones y estructuras a las que se han ido incorporando paulatinamente otras naciones, algunas de ellas, muy poderosas e importantes en la dinámica regional y global hasta crear una telaraña de instituciones de diversa índole: económicas, financieras, de cooperación y de seguridad que van dando vida a una nuevo ordenamiento de la región y por ende del mundo. A ello, se le suma una enorme cantidad de recursos destinados a generar mecanismos de integración reales y efectivos y que se patentizan en carreteras, vías férreas, represas para generar energía hidráulica y una utilización óptima de las aguas, construcción de puertos y aeropuertos y hasta mecanismos de integración digital que están evidentemente beneficiando a los países participantes.

miércoles, 27 de agosto de 2025

Desnudando al The New York Times


Hace muchos años opté por no leer ni escuchar los medios de comunicación del enemigo. Durante el golpe de Estado contra el Comandante Chávez en abril de 2002 estaba fuera de Venezuela y desde la distancia, pude percibir la manera como las transnacionales de la comunicación “informaron” sobre el hecho. Tomé conciencia de que, lejos de informar, en realidad son aparatos de desinformación y guerra sicológica orientados a sostener el poder y el dominio imperial.

Nunca más los he consultado, salvo cuando debo recurrir a ellos para argumentar una mentira o una información falsa. No los he necesitado para estar bien enterado y sobre todo instruido acerca de la realidad. Respeto a aquellos que dicen que deben leerlos para saber “como piensa el enemigo”. Creo que hay otras formas de hacerlo. Muchos de los que logran “saber como piensa el enemigo” se transforman en propagandistas ciegos del él cuando replican esa misma información sin hacer un análisis crítico.

Ahora, quise saber como informa el New York Times (NYT) sobre el nuevo episodio de guerra sicológica imperial contra Venezuela. Este medio que trasunta de liberal y que por estar cerca del partido demócrata de Estados Unidos tiene contradicciones con la actual administración, no pasa de ser una de las principales herramientas de desinformación del despotismo imperial y ha sido desde siempre, un poderoso instrumento en manos del enemigo para enfrentar a Venezuela. Su manejo de la información trasluce la intención de utilizar elementos de la situación internacional para atacar a Trump y su ejecutoria a partir de una mirada interna de la política.


En estos días, el NYT ha publicado dos artículos sobre el asunto de los barcos en el Caribe. El primero de ellos, el 22 de agosto firmado por los periodistas
Charlie Savage, Helene Cooper y Eric Schmitt, pontifican desde Washington un análisis sobre Venezuela y la situación de los barcos bajo el título en forma interrogativa: “¿El gobierno de Trump se está preparando para una confrontación militar con Venezuela?”.

El escrito comienza reconociendo que es el gobierno de Estados Unidos el que “está intensificando las tensiones con Venezuela y su presidente, Nicolás Maduro” con el aparente objetivo de crear “condiciones que podrían desencadenar un enfrentamiento militar”. Para hacer esta afirmación, argumentan la “acumulación importante de fuerzas navales estadounidenses”, sin presentar ninguna prueba de ello. Se hacen eco de la agencia británica Reuters que es la que ha echado a correr esta noticia. Al no presentar pruebas mientras dan a conocer una operación bélica terrorista, ocultan la “otra operación”, la de carácter sicológico, también terrorista que se ha propuesto mantener a Venezuela y a toda América Latina en vilo desde hace más de una semana.

jueves, 21 de agosto de 2025

Alaska, algunos acuerdos y muchas señales

 


La reciente reunión entre los presidentes de Rusia y Estados Unidos en Alaska tiene connotaciones que superan las relaciones bilaterales y se adentran en una perspectiva de interés global. Vale decir para comenzar este análisis que el solo hecho de que los mandatarios de las dos principales potencias nucleares se reúnan cara a cara para dirimir diferencias, encontrar puntos en común y buscar solución a los conflictos, transmite cierto sosiego a nuestro atribulado planeta.

Es menester recordar que no estamos en la guerra fría cuando en el marco de un sistema internacional bipolar, las victorias de uno significaban derrotas del otro y viceversa. De ahí que el hecho de retomar el diálogo y la negociación como métodos de tramitación de las controversias, debe ser saludado y aplaudido.


Previo al encuentro propiamente tal de los presidentes, hubo una serie de asuntos de carácter simbólico que fueron creando una atmósfera positiva para este. En primer lugar, la decisión del presidente Putin de hacer una escala en la ciudad de Magadán en el extremo oriente ruso para rendir homenaje a los “Héroes de Alsibe” (Alaska-Siberia), pilotos soviéticos y estadounidenses que cooperaron durante la 2da. Guerra Mundial, enviaba una señal amistosa horas antes de la reunión. Putin depositó una ofrenda floral en el monumento a la cooperación de los dos países para enfrentar el expansionismo japonés en el Pacífico y el Asia Oriental durante la conflagración de mediados del siglo XX.

Putin voló 11 horas y atravesó 8 husos horarios para llegar a Magadán y estuvo listo para llegar a Anchorage -ciudad de Alaska donde se desarrollaría la reunión- casi simultáneamente con Trump. Ya estaba más cerca. Magadán y Anchorage están a cuatro horas de vuelo. Trump también hizo lo suyo. Voló 8 horas desde Washington y, como anfitrión, llegó un poco más temprano que su invitado. Sin que fuera necesario, ordenó a su protocolo desplegar una alfombra roja, símbolo de majestuosidad y también sin que el ceremonial lo indicara, esperó a su colega ruso en la propia loza del aeropuerto. Se había creado un ambiente de confianza y armonía que contrastaba con la tirantez y el espíritu confrontacional del pasado reciente.

domingo, 17 de agosto de 2025

A 80 años de la liberación de la República Popular Democrática de Corea (RPDC)

  


En 1905 Japón invadió Corea y en 1910 anexó sus territorios por la fuerza, poniendo fin a la dinastía Yi. Japón utilizó a Corea como proveedora de alimentos y fuente de mano de obra barata. El “tratado” de anexión, en realidad una humillante imposición, en su artículo 1 establecía que: “Su Majestad el Emperador de Corea concede completa y definitivamente toda su soberanía sobre todo el territorio coreano a Su Majestad el Emperador de Japón”.

Los empresarios japoneses se instalaron en la península, en particular en el norte y crearon condiciones que le facilitaran la extracción de su riqueza. Vale decir que el país tenía grandes reservas de metales no ferrosos, oro, plata, cobre y carbón, y también era un importante productor de madera, alimentos y ganado. Eso permitió que durante estos años, el norte del país se desarrollara industrialmente a fin de servir para los afanes guerreristas y expansionistas nipones.

La ocupación japonesa oprimió al pueblo coreano impidiéndole usar su lengua propia e incluso estableciendo la obligatoriedad de introducir los nombres y apellidos de la forma usada en Japón. Dos millones de ciudadanos coreanos fueron obligados a trasladarse a Corea, la mayoría de ellos para realizar trabajos forzados. Así mismo, los japoneses cometieron innumerables crímenes de guerra. Los pobladores que se negaron a acogerse a la administración nipona o que proporcionaron ayuda a los resistentes, eran cruelmente castigados, a menudo con la ejecución inmediata, violaciones, trabajos forzados, el saqueo, o la muerte por hambre.

Según archivos desclasificados, Japón experimentó las primeras armas biológicas en varios países asiáticos, incluyendo Corea a través del Escuadrón 731, una instalación secreta de experimentación médica con seres humanos vivos. Por otro lado, se calcula que hasta 200 mil mujeres​ asiáticas, fueron obligadas a prostituirse. Apenas en 2005, sesenta años después del final de la guerra, la monarquía y el gobierno nipón pidieron perdón por “el daño y sufrimiento" causados por su país en Asia en tiempos de la II Guerra Mundial. Una disculpa tardía y tenue si se considera que los asesinos siguen recibiendo el reconocimiento de las autoridades que no dejan de reivindicar “su obra”. Se suele hablar de la barbarie nazi en Europa, pero la japonesa en Asia y el Pacífico no fue menor y en algunas casos, hasta la superó.

jueves, 7 de agosto de 2025

Discurso de orden en la Sesión Solemne de la Asamblea Nacional de Venezuela en conmemoración del bicentenario de la creación de Bolivia


Al contrario de lo que podría suponerse y lo que nos han enseñado, la historia no es una suma de fechas, de líderes y lugares. Esos hitos son solo instrumentos metodológicos usados por los académicos para ordenar su estudio. La historia es continua y permanente. Es verdad que nos reunimos para conmemorar aquellas fechas que señalan jalones en el devenir de la construcción de las sociedades y los Estados. Pero si creyéramos que son solo algunos héroes los que deben ocupar un lugar en la historia, estaríamos negando el papel protagónico de los pueblos como principales hacedores de esta.

Nunca en los últimos 200 años, los pueblos han dejado de luchar, nunca en 200 años el pueblo boliviano ha dejado de luchar y si nos reunimos hoy aquí es porque queremos rendir merecido homenaje al pueblo boliviano en su larga lucha por la independencia y la libertad cuando se cumplen 200 años de creada la república. Especial realce tiene para nosotros, venezolanos y venezolanas esta efeméride, sabiendo que los dos más grandes hombres nacidos en esta tierra tuvieron un lugar privilegiado en este hecho histórico que es motivo de orgullo y esplendor para la venezolanidad.

La batalla de Ayacucho marcó el fin del imperio español en América del Sur, pero el pensamiento del Libertador volaba mucho más lejos. En su mirada, aún quedaban tareas por cumplir. Así se lo hace saber al Congreso Constituyente del Perú en la sesión solemne del 10 de febrero de 1824, al conmemorarse el primer aniversario de su dictadura constitucional. Tras informar de su gestión a los representantes del pueblo y dejar instalado formalmente el Congreso de la república, informa que sus responsabilidades ahora estaban en rendir el Callao y contribuir a la libertad del Alto Perú después de lo cual regresaría a Colombia a informar a los diputados de su país acerca del cumplimiento de su misión en el Perú, su independencia y la gloria del Ejército Libertador.

El gran estadista que era, incluso en las más difíciles condiciones de la guerra, no abandonaba sus responsabilidades políticas y económicas y sobre todo las internacionales. Pero ahora, imbuido de la necesidad de construir la gran nación de naciones que había soñado, comprendió que el esfuerzo principal debía ponerse en la diplomacia.

miércoles, 30 de julio de 2025

Venezuela y Estados Unidos ¿Han mejorado las relaciones?



El gobierno de Venezuela y el de Estados Unidos han logrado estabilizar una línea de comunicación permanente. Ello se debe más a definiciones de orden interno en Estados Unidos que a un mejoramiento real de los vínculos entre los dos países. Finalmente, en Estados Unidos se está imponiendo la pragmática propuesta MAGA (Make American Great Again) frente a la ideológica de los neoconservadores liderados por Marco Rubio.

La situación internacional y la aceptación de que China es el enemigo principal de Washington ha ido ganando espacios en la cúpula del poder estadounidense llevando a una buena parte del liderazgo de la administración a entender esta situación, obligando a los neoconservadores y a Marco Rubio a ceder.

Su política de máxima presión (que en Venezuela hoy solo sostiene el grupo de María Corina Machado), ha fracasado. La producción y exportación de petróleo se ha estabilizado e incluso ha crecido un poco por encima del millón de barriles diarios. En gran medida eso ha sido posible gracias al apoyo de China que parece asumir una posición más activa en cuanto a sus vínculos económicos y comerciales con Venezuela elevando las compras de petróleo y llenando el vacío que había dejado la suspensión de las licencias especiales otorgadas a Chevron para operar en Venezuela a pesar de las sanciones. Mientras la política estadounidense orientada al derrocamiento del presidente Nicolás Maduro sigue naufragando en Venezuela, la mirada estratégica del presidente Xi Jinping se terminó imponiendo al cortoplacismo y al mero interés de lucro de los empresarios chinos.


En este contexto, la liberación de 252 migrantes venezolanos que fueron detenidos en Estados Unidos y enviados a una cárcel en El Salvador ha sido expresión pública de un aparente mejoramiento de las relaciones. En realidad lo que ha ocurrido es un mejoramiento de la comunicación. Si no fuera así, no tendría porque seguirse vinculando al gobierno de Venezuela con la delincuencia organizada y el narcotráfico que sigue presente en la mirada y en la retórica política del Departamento de Estado.

jueves, 24 de julio de 2025

¿Qué está pasando en Siria…y en el Asia Occidental?

  


A Carlos Pereyra Mele,
profesor y maestro.
Uno de los más agudos y brillantes estudiosos de la geopolítica
que se nos fue ayer, antes de tiempo.
¡Hasta siempre Maestro!


Como se ha hecho habitual, paradójicamente los grandes medios corporativos trasnacionales de la información… se están dedicando a la desinformación. Esta aseveración es especialmente aberrante cuando se habla de los acontecimientos en Asia Occidental. Aunque la tergiversación de los hechos es una práctica cotidiana, en la actualidad esta situación es atroz cuando se trata de reconstruir las vicisitudes y las acciones que están sucediendo en la región desde hace dos años y medio.

En los últimos días, los hechos en Siria cubren el espectro informativo sobre la región. Como si el genocidio en Palestina o la agresión permanente contra el Líbano y la retórica belicista contra sus vecinos se hubiera detenido, como un todo único, la falsificación de los hechos oculta el verdadero trasfondo del asunto.


La situación geográfica de Siria y su ubicación a medio camino en el cruce de pueblos y civilizaciones ha hecho que a través de la historia sea una joya invaluable para quienes aspiran con hacerse del control de la región. La presencia de pueblos diferenciados en algunas zonas del país ha establecido áreas tradicionales de influencia de corrientes, líderes y tribus con identidad, cultura e historia propias. Así por ejemplo, los kurdos se ubican al norte, los drusos al sureste, los alauitas en la costa del Mediterráneo y los sunitas en el sector central.

Esta situación que había sido estabilizada sin grandes conflictos durante el gobierno de Bashar el-Assad, fue destruida por la intervención extranjera que, estimulando diferencias sectarias y religiosas en favor de sus intereses, generaron la división y con ello, la desaparición de tal seguridad sustentada en el equilibrio.

Más allá de cuál ha sido y cuál será la dinámica interna en Siria, tres poderes extranjeros han jugado sus cartas para generar la situación actual: Israel, Estados Unidos (con Francia como apéndice) y Turquía.