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martes, 23 de abril de 2013

Una vez más Estados Unidos, España y la OEA…



La actitud de la oposición golpista después de finalizado el  proceso eleccionario del domingo pasado en Venezuela, se inscribe en la política desestabilizadora de Estados Unidos en el continente que ha sido avalada por los sectores más retrógrados de la derecha europea.

Para Venezuela, no es algo nuevo, casi desde el mismo momento en que Hugo Chávez asumió la conducción del Estado, la potencia norteamericana ha puesto en juego todos sus instrumentos de intervención para producir una regresión que le devuelva el poder a la oligarquía que había puesto a su disposición la riqueza del país, en primera instancia  el petróleo y la energía. En esa medida, Estados unidos ha estado detrás del golpe de Estado y el sabotaje petrolero de 2002 y una vez fracasadas ambas intentonas, puso a disposición de la oposición venezolana recursos financieros,  mediáticos y hasta paramilitares colombianos  en la búsqueda de derrocar al gobierno constitucional de la República.

Hoy, envalentonado nuevamente por el apoyo estadounidense y español, el candidato Capriles recurre a un expediente de violencia que busca conquistar por la fuerza el triunfo que no pudo obtener en las urnas.

Sin embargo, los actores internacionales han hecho caso omiso de la intentona y han expresado apoyo al gobierno y al Estado venezolano y reconocimiento a Nicolás Maduro como presidente para el período 2013-2019. Unasur (con la excepción del suspendido Paraguay) y Celac en la misma situación, han actuado acorde a los principios de dichas organizaciones, han respetado el veredicto que han emitido las autoridades electorales del país reconociendo públicamente al nuevo presidente y enviando a sus embajadores al acto que certifica su victoria.

La actitud contraria ha provenido de manera primordial de Estados Unidos y España y de la decadente Europa. Por su parte, la decisión en igual sentido de la OEA se inscribe en la recurrente actitud de su Secretario General  quien para conservar su cargo debe seguir los dictados de Estados Unidos. Hay que recordar que el señor Insulza forma parte de la misma coalición de gobierno de Ricardo lagos, presidente chileno que avaló el golpe de Estado de 2002.

Venezuela libra hoy una nueva batalla, América latina y el Caribe le han dado su apoyo y potencias relevantes en el escenario internacional como Rusia y China también lo han hecho. La oposición de estados Unidos, España y el secretario general de la OEA revelan la validez de esta lucha y la justeza de la misma.

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