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viernes, 26 de enero de 2024

La fusión del marxismo y la filosofía antigua en la gestión del gobierno actual de China


La revolución china triunfante en 1949 introdujo nuevas variables para la construcción de un pensamiento propio. Su filosofía, que surgió a partir de los siglos VI y V a.C. tuvo en Confucio y Laozi sus principales aunque no únicos exponentes. Desde ese momento, la larga historia china está preñada de novedosas investigaciones y opiniones en búsqueda de la sabiduría, el valor de la vida en sociedad, la importancia de las relaciones humanas y los valores morales para sostenerla. De ello y de muchos otros elementos se compone el pensamiento filosófico antiguo de China.

El siglo XX supuso la introducción de la filosofía occidental, en particular de las ideas de Marx, Engels y Lenin, que interpretadas por Mao Zedong de acuerdo a la idiosincrasia propia, originó un particular paradigma que dio soporte al inicio de la construcción del socialismo en China. Casi a finales del siglo pasado, el máximo dirigente nacional Deng Xiaoping fusionó el pensamiento tradicional chino con las ideas marxistas leninistas y los aportes de Mao, introduciendo además algunas doctrinas arraigadas en Occidente para crear un novedoso cuerpo de conceptos que –sin tener parangón con otra creencia o teoría– soportan el ideario actual de China, sobre el cual está edificado el potencial de la sociedad de cara al futuro.

El marxismo-leninismo, el ideario del presidente Mao, la religión budista y hasta siete escuelas filosóficas propias se han imbricado para construir un pensamiento peculiar y autóctono. Una de esas escuelas, con gran influencia en la actualidad es la de los legalistas. Los antecedentes del pensamiento legalista en la antigua China vienen dados por los estudios del maestro Guan Zhong durante el siglo VII (a.C.) quien formuló soluciones prácticas para la realización de un buen gobierno, temática que se convirtió en eje de las propuestas de subsecuentes seguidores de esta escuela.

martes, 23 de enero de 2024

Despedida a Piedad Córdoba

                         

En el año 2000, mientras realizaba una investigación sobre el Plan Colombia, bastante desconocido hasta ese momento en Venezuela, descubrí un documento entregado por la para mi desconocida senadora Piedad Córdoba a la Dirección nacional del Partido Liberal. En ese entonces , Piedad era presidenta de la Comisión de Derechos humanos del Senado. En el documento, basándose en el Artículo 341 de la Constitución colombiana, denunciaba la inconstitucionalidad del Plan Colombia.

Me impresionó la valentía, la verticalidad, la profundidad y la rectitud de aquella desconocida parlamentaria colombiana y comencé a seguir su trayectoria. Lejos estaba de saber que muy pronto la conocería y tendría la oportunidad en forma directa de percibir esas cualidades.

Llegué a admirar su integridad y su fortaleza, sus férreas convicciones ajenas a toda superficialidad y a todo interés de coyuntura. Creía en la paz, en los derechos humanos para todos y en la democracia y se volcó en cuerpo y alma a su defensa y a su promoción, de verdad, sin matices, sin cálculos.
Era demasiado para sus enemigos, que eran muchos pero no la pudieron amilanar, no la pudieron destruir, nunca la pudieron vencer, jamás lograron que se arrepintiera. Citando a Silvio Rodríguez diríamos que era una “necia”.

Su partida a la inmortalidad nos deja un vacío que será difícil llenar pero los pueblos en su infinita sabiduría, sabrán parir nuevas Piedad, que continúen su vida y su obra. José Martí dijo: “La Muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida”. Piedad no ha muerto, se multiplicará en cada éxito, en cada victoria del pueblo colombiano, de los pueblos de Nuestra América.

Hasta la Victoria. Siempre!!! querida Piedad, hermana, compañera, amiga.

Sergio Rodríguez Gelfenstein

Caracas, 22 de enero de 2024

viernes, 19 de enero de 2024

Nicaragua. ¿Quiénes son los traidores a la Patria?

                                              



Al general Augusto C. Sandino
cuando nos acercamos al 90 aniversario
de su partida a la inmortalidad.

Nicaragua ha debido luchar en defensa de su soberanía casi desde el mismo momento en que se constituyó como república independiente. Desde la invasión británica de 1847 a su costa Caribe, y al año siguiente a San Juan y la isla del Tigre en el Golfo de Fonseca como expresión de la pugna con Estados Unidos para apoderarse de la estratégica región, pasando por las tres expediciones del filibustero estadounidense William Walker entre 1855 y 1860 para establecer una dictadura personal en el territorio nacional hasta el intento de golpe de Estado de 2018, Nicaragua ha debido encarar una larga lista de invasiones y amenazas a su soberanía.

Al comenzar el siglo XX, en 1909, en el marco de la política del “Gran Garrote” y la “Diplomacia del Dólar”, el presidente estadounidense William Taft propició un golpe de Estado contra el mandatario nacionalista José Santos Zelaya. En ese contexto, Estados Unidos ocupó Nicaragua en 1912 imponiéndole cuatro años después el tratado Bryan-Chamorro que era expresión de un virtual protectorado sobre la nación centroamericana. Las tropas yankis permanecieron en el territorio nacional por 21 años hasta que el pueblo nicaragüense liderado por el general Augusto C. Sandino los derrotó militarmente y los expulsó del país.

Sandino fue traicionado y asesinado en 1934, tras lo cual Washington instaló en Managua una brutal dictadura dinástica encabezada por Anastasio Somoza y sus hijos que fue defenestrada por la lucha del pueblo nicaragüense conducido por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) el 19 de julio de 1979.

jueves, 11 de enero de 2024

¡Yemen! Un pueblo indomable (II)


Los medios transnacionales de la comunicación han sembrado la idea de que los hutíes actúan bajo la influencia del Gobierno de Irán. Aunque ni Irán ni los hutíes han negado su pertenencia a un eje de resistencia al imperialismo, el colonialismo y el sionismo que también incorpora a fuerzas políticas del Líbano, Siria, Bahréin y de la propia Palestina, simplificar la ecuación a una relación de “subordinación” no deja de ser superficial y banal, habida cuenta del propio historial de lucha del pueblo yemení.

En Asia Occidental, la creciente agresividad de Israel y la presencia intervencionista de Estados Unidos han ido polarizando la situación política. El reciente acuerdo de Irán para dirimir diferencias con Arabia Saudí, así como otros convenimientos que han acercado a Egipto y Turquía, Catar y Arabia Saudí entre otros -después de años de distanciamiento- sumado a la propia paralización de la guerra en Yemen, apuntan al debilitamiento del polo imperialista-sionista y el fortalecimiento de la resistencia.

En este contexto, por historia y por ubicación geográfica, el papel de Yemen y del movimiento hutí es determinante. Vale decir que Ansarolá nunca ha ocultado su relación con Irán. Los une su común pertenencia a la rama chií del islam. Tanto el fundador del movimiento Ansarolá como su hermano, que lo dirige hoy, pasaron parte de su vida en Qom (Irán), formándose política e ideológicamente, al mismo tiempo que estudiaban la corriente chií, sustentada en la idea de que la sucesión legítima de Mahoma corresponde a los descendientes de su yerno Alí por oposición a los suníes que piensan que los sucesores de Mahoma debían ser los compañeros del profeta. Suní viene de “Ahl al-Sunna", que se traduce como "la gente de la tradición" y chií proviene de “Chiat Ali”, que significa "el partido de Ali”.

viernes, 5 de enero de 2024

¡Yemen. Un pueblo indomable! (I)

 

En 2015, Yemen, un país desconocido para muchos en Occidente, inició una guerra en defensa de su soberanía que estaba siendo amenazada por una alianza intervencionista liderada por Arabia Saudí. El pueblo yemení tuvo que pagar con la vida de casi 400 mil de sus hijos para mantener su independencia. Muchas personas se han preguntado cómo ha sido posible que un país considerado el más pobre de Asia occidental haya sido capaz de resistir y vencer a una coalición formada por algunos de los países más ricos del planeta.

Aunque el conflicto se ha prolongado por casi una década, parece haber llegado a una situación que podría llevar a un posible cese del mismo. Si bien se mantiene una situación tensa y acciones bélicas de diferente índole, ha habido una reducción de las acciones militares en los últimos meses. Ya no es una guerra total, pero tampoco ha llegado la paz. Bajo mediación de China, Arabia Saudí e Irán se reconciliaron, allanando el camino para la superación de varios conflictos en el Asia Occidental y el norte de África. Aparentemente, el de Yemen es uno de ellos.

Ahora, tras la invasión israelí a Gaza, Yemen, junto al movimiento libanés Hezbollah y otras fuerzas revolucionarias árabes y musulmanas han asumido un papel activo en solidaridad con Palestina. Una vez más, Yemen ha sorprendido a todos al tomar decisiones que no solo tienen impacto local, también regional y global. De nuevo, el mundo se ha preguntado cómo ha sido posible que ello ocurriera. En dos entregas, voy a dar a conocer algunos elementos que le permitan a los lectores conocer a Yemen, saber de la histórica lucha y el heroísmo de su pueblo a fin de ayudar a entender el alcance y la dimensión de la decisión yemení de apoyar con todos los recursos a su alcance la justa lucha del pueblo palestino.