Es muy probable que los leales lectores de esta columna pensaban que esta semana iba a escribir acerca de las repercusiones de la agresión de Israel y Estados Unidos sobre Irán. Yo también creí que era necesario hacerlo pero después de leer el brillante artículo de Fernando Esteche en PIA Global bajo el título “Reflexiones apuradas sobre el alto el fuego en la guerra contra Irán”, no tengo nada que decir, no le agregaría ni le quitaría una coma. Además de felicitar a Fernando, quisiera recomendar su lectura. Ver link al final de este artículo.
En estas circunstancias, recurro a otro tema de suma importancia sobre el que vengo insistiendo hace muchos años. Por eso me place haber coincidido -aunque sea en parte- con el presidente Nicolás Maduro cuando en su programa “Con Maduro+” del pasado lunes 30 de junio se refiriera al mismo. Dijo el presidente que “frente a los horrendos crímenes del sionismo la ONU ´está rebasada, superada por esta situación… no vale nada la ONU, no vale medio`. Agregó que esto llevará al organismo multilateral al colapso y que cuando eso suceda ´los países que estamos impulsando este mundo multipolar, estaremos refundando la ONU`”.
Pido excusas a los lectores por no ser original, pero en esta ocasión voy a poner sobre la mesa algunas ideas pretéritas que podrían reforzar la opinión del presidente. En fecha tan lejana como el 25 de septiembre de 2011 escribí un corto artículo titulado “La ONU ha muerto” en el que decía: “A través de la historia, el fin de una guerra siempre ha traído nuevos repartos territoriales en distintas partes del mundo y con ello un sistema internacional que responde a la lógica de los vencedores. En nuestro entorno inmediato, Trinidad que fue española terminó siendo inglesa y Curazao, que era una posesión inglesa pasó a la historia como holandesa.
En el pasado más reciente, el fin de la primera guerra mundial vio nacer a la Sociedad de Naciones como organización donde se debían dirimir las controversias entre los países. Asimismo, al concluir la segunda guerra mundial se creó la Organización de Naciones Unidas (ONU) como instrumento para garantizar la paz en el planeta ante la devastación que las dos grandes guerras del siglo XX habían causado y sobre todo, para controlar la amenaza anunciada al mundo por Estados Unidos al lanzar innecesariamente las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki cuando la guerra ya había terminado. Antes, 5 países se reservaron el derecho de decidir por el resto del mundo generando una contradicción que aún hoy no se resuelve: la del carácter democrático de la Asamblea General y el autoritario y dictatorial del Consejo de Seguridad.