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sábado, 25 de julio de 2015

Colombia. Por fin, pareciera estar triunfando la paz


Desde hace muchos años, he insistido en que la paz es un imperativo para Colombia y para toda América Latina. A través de escritos, conferencias y charlas he expuesto algunas ideas al respecto. Mi experiencia en el conocimiento y estudio de los procesos de paz en Centroamérica en la década de los 80 aportan a mi convicción de que este es el mejor camino para avanzar en la cimentación de una correlación de fuerzas que permita construir espacios de poder y participación popular que, a su vez, conduzcan a un proceso de liberación definitiva de los pueblos. En esa medida, pienso que en esta etapa, la lucha armada en América Latina está agotada y que serán las oligarquías y el imperialismo en su denodado esfuerzo por cerrar los caminos de la democracia, los que pudieran abrir espacio nuevamente a la alternativa de la violencia. Ninguna persona sensata puede hacer valer la lucha armada como fin y no como medio de obtener los objetivos propuestos cuando se han cerrado los espacios de debate y participación democrática y cuando la represión de los poderes oligárquicos no admiten otra opción de futuro.

Cualquiera que haya conocido la guerra en sus entrañas, sobre todo cuando ésta se prolonga indefinidamente, podrá constatar las deformaciones que se producen en uno y otro bando, -sea cual sea la orientación política sobre la que se actúa- en la medida que la conflagración bélica, genera comportamientos humanos ajenos a su estructura fisiológica y psicológica. La guerra no es un hecho natural, sino expresión de una situación que se origina cuando se han agotado los medios pacíficos para dirimir las controversias. En el caso de las guerras civiles, la imposición de conductas políticas por vía de la fuerza por parte de quienes ostentan el poder, ha sido la causa más común de su inicio. 

Ese es el caso de Colombia, un conflicto surgido en el marco de la guerra fría, pero que eclosiona a partir de la coacción del bipartidismo liberal-conservador hacia sectores campesinos pobres que se organizan para defender su tierra, está en la raíz del conflicto. Las Fuerzas Armadas que fueron creadas, - como en todos los países- para defender la soberanía del pueblo, se ha utilizado con objetivos distintos por parte de la oligarquía. Cuando esto ocurre continuamente durante más de 50 años, se degradan de manera relevante los métodos, los principios, los valores y las formas de actuación en un combate para el que teóricamente no fueron preparadas. Otro tanto ocurre con las fuerzas subversivas, cuando la guerra se prolonga indefinidamente sin obtener los objetivos trazados. El conflicto y su forma de actuar en él, se transforma en un círculo vicioso del que es muy difícil salir sin que se vislumbren ni en el mediano ni en el largo plazo, la posibilidad real de obtener la victoria.

Escribo estas líneas, hoy 24 de julio, cuando se conmemoran 232 años del natalicio del Libertador Simón Bolívar. Tal vez, valgan sus palabras para testimoniar el espanto que le producía la guerra. El 27 de mayo de 1815 en carta que dirige desde Kingston, Jamaica a Sir Richard Wellesley le dice “Provincias enteras están convertidos en desiertos; otros son teatros espantosos de una anarquía sanguinaria. Las pasiones se han excitado por todos los estímulos, el fanatismo ha volcanizado las cabezas, y el exterminio será el resultado de estos elementos desorganizadores”, y agrega a continuación, “Yo vi, mi amigo, la llama devoradora que consume rápidamente a mi desgraciado país. No pudiéndola apagar, después de haber hecho inauditos e innumerables esfuerzos, me he salido a dar la alarma al mundo, a implorar auxilios, a anunciar a la Gran Bretaña y a la humanidad toda, que una gran parte de su especie va a fenecer, y que la más bella mitad de la tierra será desolada”.

En Colombia, país bolivariano, pareciera que las fuerzas que hoy se confrontan han llegado a comprender que era necesario “implorar auxilios” y evitar que sigan feneciendo sus ciudadanos y que no debe continuar la desolación en sus tierras. Han aceptado la negociación y desde hace dos años se han sentado en La Habana a buscar los caminos de la paz. El tránsito por este sendero no ha sido fácil de recorrer, fuerzas extremistas interesadas se han esmerado en poner cortapisas a las conversaciones y a los acuerdos que se han ido logrando. En particular, el ex presidente Álvaro Uribe ha volcado toda su furia guerrerista para impedir el arreglo necesario. Tras él, los “perros de la guerra” que han hecho de ésta, un negocio multimillonario se aferran a la imposibilidad de lograr el fin del conflicto.

Pero, las partes han perseverado a las mil y una provocaciones que han surgido en el trayecto. Las Farc perdieron en combate al Comandante Alfonso Cano, su máximo jefe, pero en una acto de madurez política que los enaltece no se pararon de la mesa de negociaciones. La despiadada oposición de Uribe al fin de la guerra, y la debilidad que a ratos ha mostrado el Presidente Santos hizo que al comienzo negociara equivocadamente como si lo hiciera con un enemigo derrotado. Sus asesores le recomendaron la continuidad de las acciones bélicas mientras se conversaba en La Habana. Pero, el presidente de Colombia debe entender que este no es el juicio de Nüremeberg, su camino debería ser el de Esquipulas y Chapultepec, que sirvieron para que las fuerzas enfrentadas militarmente en Nicaragua y El Salvador, concurrieran exitosamente a la mesa de negociaciones y concluyeran sendos acuerdos de paz que han desterrado de esos países la posibilidad de la guerra como forma de hacer política. Así mismo, las permanentes declaraciones que ponen plazos y fechas para el logro de la paz no ayudan en el proceso que se adelanta en La Habana. Al respecto, en un artículo titulado ”Colombia, la paz no debería tener plazos” publicado en agosto de 2013 señalaba que “El afán permanente de poner plazo al fin de las mismas,(las conversaciones de paz) da cuenta de una visión cortoplacista de cara a la solución de un conflicto ancestral. Como habitualmente apunta el Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de los Andes en Mérida, Vladimir Aguilar, los tiempos políticos no siempre coinciden con los tiempos electorales. En este caso, es más que patente tal aseveración. Suponer que una conflagración de 50 años debe terminar antes de las próximas elecciones y que la reelección del presidente Santos es más importante que finalizar con el desangre de un país es no tener altura de miras ni comportarse como un estadista. La guerra debe terminar, a la paz no se le debe poner plazos”. Eso podría estar ocurriendo hoy nuevamente de cara a las elecciones de autoridades locales de octubre, en las que el tema de la paz pareciera querer utilizarse como propaganda de campaña. 

Al comenzar este año, los primeros días de enero, a fin de encarar esta etapa del proceso de negociación de la mejor forma para sus intereses, el presidente Santos se reunió durante varios días a puertas cerradas con asesores internacionales expertos en negociación. Participaron del cónclave, el profesor de la Universidad de Harvard (EEUU) William Ury y el ex guerrillero del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador, hoy al servicio del Departamento de Estado, Joaquín Villalobos. También acudieron el exjefe de gabinete británico Jonathan Powell, responsable del acuerdo de paz en Irlanda del Norte y el ex canciller israelí Shlomo Ben Ami, arquitecto de los acuerdos de Camp David entre Israel y Palestina.

Sin embargo, diversos incidentes han mostrado la ambigüedad y los titubeos de Santos, evidentemente presionado por factores de poder que le piden “firmeza” y celeridad en la negociación. Así mismo, ha sido receptivo de las influencias de los que rechazan de plano al proceso. Se avanza no exento de dificultades y amenazas. Las Farc han perseverado en su decisión de un cese unilateral de las acciones, lo cual ha comenzado a calar en la opinión pública llevando al gobierno a un acuerdo para iniciar el desminado de los territorios en conflicto. El alto al fuego comenzó el 20 de julio. En esa dirección, el gobierno ha anunciado el “desescalamiento” del conflicto, a partir de la misma fecha, todo lo cual coadyuva en el adelanto de las negociaciones.

De la misma manera, el pasado miércoles 22 de julio, Naciones Unidas anunció que enviará un equipo de expertos a Cuba para apoyar el proceso de paz. El secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Políticos, Jeffrey Feltman, visitó Bogotá, con el objetivo de “…comunicar en nombre del secretario general, Ban Ki Moon, el firme respaldo de la ONU al proceso de paz y su compromiso de brindar cualquier tipo de apoyo que las partes necesiten para un resultado exitoso”.

Estas evidencias conducen a suponer que el proceso de paz ahora si ha entrado en camino derecho. Las presiones de los enemigos del diálogo han quedado sepultadas. A pesar que las mentes putrefactas de Uribe y sus adláteres siguen apostando por la guerra y la confrontación, la voluntad de paz del pueblo colombiano pareciera estar imponiéndose.

domingo, 19 de julio de 2015

Irán, resistencia y confianza en la victoria.


El 11 de febrero de 1979, el pueblo iraní irrumpió en el palacio imperial que había ocupado el Sha Mohammed Reza Pahlevi. Después de casi dos años de continuas manifestaciones en su contra, el mayor sátrapa del Medio Oriente había huido. Con su fuga, Estados Unidos había perdido su principal bastión en la región y el mejor aliado que poseía en ella para su lucha contra la Unión Soviética. 

El modelo implantado por la revolución islámica, -desde un principio- se tornó contrario a Occidente, generando verdadero fervor entre los pueblos de la región. El país persa, ahora liberado de las ataduras monárquicas inició un camino de desarrollo y prosperidad que se sustentó no sólo en la explotación petrolera, su principal producto de exportación, sino que incluyó la industria, la agricultura y la electricidad a partir de avances tecnológicos surgidos de su propio talento científico. Eso le permitió aumentar su prestigio, consiguiendo dar promoción a la visión chiita del islam que profesa desde el año 1501.

Esta situación, vino a cambiar la correlación de fuerzas en toda la región. Por primera vez en la historia moderna, las monarquías sunitas, en primer lugar la gobernante en Arabia Saudita comenzó a percibir un resquebrajamiento de su hegemonía entre los países musulmanes y árabes, lo cual vino a transformar para siempre el conflicto milenario “árabe-israelí”, surgido artificialmente como un subproducto de la guerra fría a partir del el siglo XX. La presión de Occidente y en particular de Estados Unidos condujo al acercamiento de los otrora ”enemigos”. Desaparecida la Unión Soviética, principal apoyo de los pueblos árabes en su lucha por la auto determinación, Israel y las monarquías sunitas comenzaron a “cantar en el mismo coro” bajo la batuta de Estados Unidos, dejando a los palestinos a su suerte, como rehenes visibles de una situación neocolonial. 

En esas condiciones, Irán asumió como nunca antes, la responsabilidad principal de apoyar al pueblo palestino y a otros países de la región que vivían bajo la permanente amenaza del Estado sionista, el cual actuando sin contemplaciones, bajo el alero protector de Occidente cometía toda clase de desmanes en países vecinos. Esto hizo que el natural rechazo cultivado por las potencias occidentales contra Irán se acrecentara aún más, toda vez que éste se transformó en el principal escollo para las aventuras imperiales de Estados Unidos en la región. Así, en enero de 2002, el presidente George W. Bush expuso que Irán, junto a Irak y la República Popular de Corea configuraban lo que denominó “el eje del mal” y se propuso exterminarlo. Ese fue el origen de la invasión a Irak del año 2003, suponiendo la existencia de armas nucleares en poder del gobierno de ese país árabe, todo lo que resultó una nueva mentira del gobierno de Estados Unidos, lo cual ya es habitual como se demostró posteriormente.


En septiembre de ese mismo año 2003, el gobierno iraní anunció la construcción de un primer reactor nuclear como parte de su programa de desarrollo de la industria eléctrica. Este fue el argumento utilizado por Estados Unidos para tomar una serie de medidas de restricción de la economía y el comercio de la nación persa. El gobierno iraní aceptó el ingreso de inspectores de la ONU, quienes certificaron que el programa atómico de ese país no perseguía fines militares. Sin embargo, la agresión ya estaba en marcha. En junio de 2004 un grupo de inspectores británicos, franceses y alemanes elaboraron un documento en el que denunciaban que Teherán no había cooperado en la investigación sobre su programa nuclear. Aunque el mismo fue utilizado como base para afirmar que Irán desplegaba un programa secreto de desarrollo de armas nucleares, el documento ni siquiera fue enviado al Consejo de Seguridad (CS) de la ONU por la Organización Internacional de energía Atómica (OIEA), limitándose a emitir algunas recomendaciones que Irán debía cumplir en fecha establecida.

A fin de evitar el recrudecimiento del conflicto, Irán decidió suspender, -en noviembre de 2004- la mayor parte de su programa de enriquecimiento de uranio, siguiendo las recomendaciones de los organismos internacionales. A pesar que en enero de 2005 el gobierno permitió una inspección a una importante instalación militar, la que,-según Estados Unidos- jugaba un papel determinante en el proceso de construcción del armamento nuclear, Bush no estaba dispuesto en soltar el dogal que aprisionaba al país del Medio Oriente.

En esas condiciones, en las elecciones presidenciales de junio de 2005, obtuvo la victoria Mahmoud Ahmadinejad con un aplastante 61,8% de los votos. Siguiendo un clamor popular, Teherán anunció la reanudación de su programa nuclear pacífico, lo que llevó a que en 2006, la OIEA, -organismo que nunca en su historia ha realizado inspecciones a las instalaciones nucleares de Israel y jamás ha elaborado un dictamen sobre la ilegal posesión de armas atómicas por parte del Estado sionista- denunciara a Irán ante el Consejo de Seguridad de la ONU. El 23 de diciembre, éste emite la resolución 1737 que impone sanciones a Irán. Posteriormente, el 24 de marzo de 2007 (a través de la resolución 1747) y el 3 de marzo de 2008 el CS impone nuevas sanciones.

Durante el año 2010 y tras constatar la imposibilidad de obligar a Irán por vía de la amenaza y el chantaje, surgen una serie de iniciativas para resolver el conflicto a través de negociaciones. El propio presidente Obama se ofrece a dialogar con Irán, así mismo se llega a un acuerdo entre la potencia norteamericana y China para cooperar en el marco de la ONU en la búsqueda de un procedimiento pacífico del diferendo. El 12 de abril de ese año, el Pentágono aseguró que Irán no tenía capacidad para construir armas nucleares, develando con esto el carácter político de las sanciones y las intimidaciones contra Irán. La propuesta más exitosa para encontrar una salida provino de la decisión conjunta del presidente de Brasil Lula Da Silva y el primer ministro de Turquía, Recep Tayyip Erdogan quienes obtuvieron un compromiso de Irán para encontrar una solución negociada al conflicto. Esta iniciativa fue rechazada por el Consejo de Seguridad, toda vez que dejaba en evidencia su incapacidad como parte interesada en encontrar una salida aceptable para todas las partes.

Durante todo este período la máquina mediática había operado con fuerza para demonizar a Irán como peligro para la paz mundial. Así mismo, el proceso de sanciones se fue incrementando, particularmente a partir del año 2012 cuando las mismas se endurecen niveles jamás alcanzados, al tomarse medidas sin precedentes en este ámbito. Durante estos años, Irán aceptó visitas de los inspectores de la ONU en enero de 2011, enero, febrero y mayo de 2012.

Antes, en noviembre de 2011 fue divulgado por el Washington Post un informe en el que se aseguraba que Irán estaba a punto de conseguir el arma nuclear. Esto generó aprestos bélicos de ambas partes al llevarse la situación a un estado de tensión nunca antes visto. El 10 de noviembre el líder supremo iraní Alí Jamenei advirtió que su país respondería “con puño de hierro” ante cualquier agresión. Vale decir que informes de este tipo han sido habituales durante los últimos 12 años. La infamia mediática apostaba y apuesta al conflicto obteniendo pingües ganancias de la posibilidad del mismo y la creación de un estado de tensión global que favorezca el incremento en la venta de armas.

El 19 de septiembre de 2013, el nuevo presidente de Irán, Hasan Rohani, aseguró en una entrevista en NBC News que "Irán no desarrollará armas nucleares bajo ninguna circunstancia" y que buscaría resolver el conflicto con Occidente. Estas declaraciones allanaron el camino para el inicio de negociaciones, que se iniciaron el 15 de octubre de ese año y concluyeron con un acuerdo el pasado 14 de julio.

A diferencia de lo ocurrido con Grecia, Occidente no le pudo “quebrar el brazo” (utilizando palabras del presidente Obama) a Irán. La resistencia, la fortaleza de espíritu y su convicción en la victoria, después de 12 años de asedio y amenazas han logrado sembrar un olivo para la paz de la región y del planeta. Se ha hecho sin menoscabar la dignidad del pueblo y sin aceptar intromisiones a su soberanía. El gobierno y la diplomacia iraní han demostrado que se pueden obtener triunfos, incluso al oponerse a los designios de los poderes mundiales, cuando se tienen prístinos objetivos estratégicos y una confianza plena en la capacidad de resistencia de los ciudadanos que hoy celebran con júbilo este laurel.

sábado, 11 de julio de 2015

Grecia en la encrucijada o las veleidades de la señora Merkel.


En una conferencia de prensa ofrecida por los primeros mandatarios de Venezuela, Portugal y Cuba que conformaban la troika que en ese momento daban conducción a la VIII Cumbre Iberoamericana en Oporto, Portugal, el 18 de octubre de 1998 el Comandante Fidel Castro, preguntaba “¿Hablaste de dictadura económica?¿ y cómo vas a calificar las funciones y el papel del Banco Central Europeo, absolutamente independiente en materia de algo tan decisivo como son las tasas de interés que han manejado todos los gobiernos de Europa, por parte de funcionarios que no los eligió nadie, que no sacaron un solo voto en ninguna parte y que tienen más poder que cualquier gobierno, porque están asociados al inmenso poder de la política económica?”

Esta reflexión en forma de pregunta vino a mi recuerdo al observar los recientes acontecimientos en Grecia. Los mismos tienen una repercusión inmediata para el pueblo griego y para Europa, pero sus ramificaciones y efectos tendrán indudables consecuencias para todo el planeta.

Mucho se ha hablado del tema en los últimos días, sobre todo después de la avasallante victoria del pueblo griego en el referéndum convocado por su gobierno para fijar posición respecto de la situación existente en el país. Resulta casi inverosímil que a pesar de las propias recomendaciones del Fondo Monetario Internacional a favor de la reestructuración de la deuda, de las intenciones de Estados Unidos por evitar que la situación griega sea el preludio de una crisis financiera global de incalculables dimensiones, de las opiniones a favor de la negociación de Italia y en menor medida de Francia que muestra sus dos caras como ha sido la característica de sus actuaciones en política internacional en los últimos años, siga prevaleciendo la opinión unilateral de Alemania en el momento de tomar decisiones. Si algo ha quedado claro con la crisis griega es que Europa no existe. Europa es Alemania y un grupo de Estados satélites de cuya órbita ha tratado de escapar Grecia. De ahí la colérica furia del imperio germano y su nueva führer.



En julio de 2012, el entonces Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Timothy Geithner visitó en Alemania al ministro de Hacienda, Wolfgang Schäuble. En sus memorias, Gethner refiere con asombro las opiniones de su colega germano: “Al mismo tiempo, un Grexit sería lo bastante traumático como para asustar al resto de Europa para que entregara más soberanía a una unión fiscal y bancaria más fuerte. La razón era que dejar que Grecia se quemara facilitaría construir una Europa más fuerte con un cortafuegos más creíble”. Este hecho ocurrió hace tres años. Desde entonces se preparaba el golpe contra Grecia.

Parecieran olvidarse el gobierno germano y sus adláteres que después de provocar dos veces la destrucción de Europa y de regiones importantes del planeta durante el siglo XX, Alemania logró recuperarse gracias a la ayuda financiera -proveniente básicamente de Estados Unidos- que generó una deuda que nunca pagaron. Al respecto el renombrado economista francés Thomas Piketty afirmó que “Lo que Alemania está haciendo hoy, insistiendo en que los Estados sigan en la penuria bajo los mecanismos que el propio Berlín está ignorando, socava la democracia europea. Alemania es realmente el mejor ejemplo de un país que nunca ha pagado su deuda externa. Ni después de la Primera Guerra Mundial ni después de la Segunda. No está en condiciones de dar lecciones a otros países”. Piketty recordó que el Acuerdo de Londres de 1953, anuló más de un 60% de la deuda externa alemana acumulada tras las dos guerras y reestructuró sus deudas internas. Al terminar la Segunda Guerra Mundial en 1945, la deuda de Berlín se posicionó en más del 200% de su PIB, sin embargo una década más tarde la deuda pública de Alemania Occidental era de menos de un 20%. “Nunca hubiéramos logrado esta reducción increíblemente rápida de la deuda con la disciplina fiscal que hoy recomendamos a Grecia”, subrayó el economista francés.

Culpar a los trabajadores griegos de la situación creada es como hacer cargar al pueblo alemán la responsabilidad de los desmanes cometidos por las hordas nazis en los países ocupados. Sin embargo, al igual que Hitler, pareciera que hoy la señora Merkel pretende exterminar poblaciones enteras, aunque ha descubierto que lo puede hacer sin necesidad de utilizar tanques y aviones, sin recurrir a la SS o a la opresión física y la tortura.

La victoria del NO en el referéndum ha irritado aún más al establishment europeo que pretende apelar a la confrontación con el gobierno griego ubicándolo como intransigente. La amenaza de expulsión de Grecia del euro y de la Unión Europea, las limitaciones para obtener liquidez y las exigencias del Fondo Europeo de Apoyo Financiero exigiendo la devolución inmediata de sus préstamos serán el nuevo wehrmacht que utilizarán las instituciones financieras que actúan como el moderno ejército de choque de la señora Merkel. El hipócrita desempeño de estos funcionarios sin rostro al servicio del nuevo reich alemán se manifiesta en la doblez en el cumplimiento de sus funciones cuando se trata de salvar grandes empresas transnacionales o bancos, a diferencia de lo que hacen cuando actúan contra gobiernos que representan a sus pueblos. El dimitido ministro de economía y finanzas griego, Yanis Varufakis lo explicaba de la siguiente manera:”General Motors. Hoy es una compañía que va bien. ¿Por qué? Porque cuando General Motors fue declarada insolvente en 2009, su deuda se reestructuró y eso le permitió obtener beneficios y pagar sus deudas. Eso es lo que queremos. Nosotros no pedimos ninguna locura, ninguna cosa rara, ninguna medida de izquierda radical. Pedimos algo que en el mundo de las empresas y las finanzas se hace todo el tiempo. Cuando una compañía está en apuros, va al banco y pide que le reestructuren sus deudas. Los bancos lo hacen, la compañía de ese modo se recupera y el propio banco cobra su dinero. Eso es lo que nosotros pedimos.”

Pero la crisis griega tiene otras repercusiones de carácter más amplio. La eventual expulsión de Grecia del euro podría desatar una reacción en cadena, toda vez que debilitaría la confianza en la zona euro con consecuencias inmediatas en los mercados financieros que podrían emigrar a otras regiones. Es lo que Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional quieren evitar.

La continuidad de la aplicación de las políticas de austeridad –que han sido rechazadas hasta por el Papa Francisco- podría significar el inicio de una crisis política que cuestione la democracia como sistema. El furibundo ataque de las instituciones y los políticos de la derecha conservadora y social demócrata europea en contra de uno de los más elementales principios de la democracia cual es consultar al pueblo, ha sido rechazado y refutado e incluso ridiculizado por las huestes merkelianas, tal vez soñando con la prepotencia y la soberbia fascista como método de la política.

Los resultados del referéndum griego, tienen el valor de ser expresión de la resistencia y de la voluntad de un pueblo que no se arrodilló ante la amenaza, la mentira y los intentos de avasallamiento. Así como Hitler tuvo su Stalingrado, Merkel tuvo su 5 de julio, pero al igual que los pueblos de la Unión Soviética tuvieron que combatir dos años más para extirpar la barbarie nazi, el pueblo griego, todavía debe pasar otras pruebas en el camino de su resurrección. Los acreedores no han bajado la guardia después del domingo. A pesar que el gobierno griego ha flexibilizado sus posiciones y ha cedido en algunas de sus decisiones iniciales, los organismos financieros siguen sin atender dichas propuestas. Lo que no lograron en las urnas, lo pretenden lograr a través de la fuerza y el chantaje. La democracia es una palabra que utilizan solo cuando les conviene.

El domingo 12 de julio, Europa decidirá o no la expulsión de Grecia, salvo que el primer ministro griego Alexis Tsipras acepte continuar aplicando los planes de austeridad. Lo único que recibirá a cambio es un “después veremos la cuestión de la sustentabilidad de la deuda” de parte de la señora Merkel que viene acompañada del recordatorio que la cancelación de la deuda está prohibida por los estatutos que rigen el funcionamiento de la Unión Europea.

Tal vez haya que recordar nuevamente a Fidel Castro cuando en la clausura del V Congreso de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) el 28 de septiembre de 1998 expresó que “…aunque lo hagan, lo más que lograrían es posponer la crisis un tiempo; se volvería a repetir y se volverá a agravar con más fuerza todavía. Tendría que volar el Fondo Monetario completo, todo el sistema financiero que se ha establecido; tendría que volar en pedazos el orden económico mundial que han impuesto, inventar algo que salve lo que más se quiere del capitalismo; pero lo actual no puede sostenerse, tiene que cambiar. Por lo pronto hay que ir bastante más lejos si quieren evitar una catástrofe inminente. Ya lo está reclamando bastante gente, cada vez más gente. No se pueden seguir exigiendo las reglas, las normas, las barbaridades que se están exigiendo a los gobiernos y a los pueblos; son inviables económica y políticamente, e insoportables desde el punto de vista humano”.

miércoles, 8 de julio de 2015

Strategic firmness and tactical flexibility in diplomacy with Guyana


Published by Agencia Venezolana de Noticias - AVN

Caracas, 01 Jul. AVN.- The Venezuelan territory usurped by Britain unfairly and arbitrarily through the 1899 Paris Arbitration Award has not been recognized or accepted by any Venezuelan government since then.

From the historical point of view the possession of all the territory –today in reclamation– by Spain since the fifteenth century is undeniable and recognized by all existing powers at the time. The Republic of Venezuela, created in 1810, inherited the territory that until then was the Captaincy General of Venezuela. In 1648, by the Peace Treaty of Münster, the Dutch Republic had recognized that territories between the Orinoco and Essequibo rivers were Spanish giving shape to the Spanish Guyana. Spain, meanwhile recognized the Dutch sovereignty of the eastern Guyana, which was subsequently ceded to Britain by a treaty signed by British and Dutch governments in 1814, this included a territory of 20,000 miles east of the Essequibo River.

Although since the late sixteenth century Great Britain had taken Spanish and Dutch territories in America, it is from 1814 when it began its aggressive and hostile policy of westward expansion under its sovereignty in Guyana. Thus, the original 20,000 miles in their possession, were expanded to 60,000 in the mid-nineteenth century, 76,000 in 1855 up to 109,000 miles. It should be recalled that Britain was the main colonial power and exercised its unhindered hegemony in the world through force, aggression and subjugation.

In this context, Venezuela permanently protested the arrogant and expansionist attitude of Britain and asked in 1897 to evacuate the area in conflict. The British response through its ambassador in Caracas, F. R. Saint John was defiant and threatening. Earlier in 1895, the government of Venezuela, –citing the Monroe Doctrine– had asked the United States to intercede in the conflict. For this reason, in 1896 the United States and Great Britain started talks on the border dispute. This led in 1897 to establish a treaty of arbitration.

United States managed to impose arbitration conditions absolutely harmful for Venezuela and favorable to Britain. The weakness of the Venezuelan government could not prevent such rules. It is this arbitration which in 1899, regardless of international law, in breach of the rules it had set up and without Venezuela being able to present their arguments, ruled against the oil country legitimizing the encroachment. The true extent of the looting became known many years later.

In 1949 it was released a memorandum written by American lawyer Severo Mallet-Prevost who had acted as junior counsels for Venezuela in the Arbitral Tribunal's hearing. It's worth pointing out that, all the "representatives" of Venezuela in the arbitration, headed by former President Benjamin Harrison were also Americans. In the document, published after his death, Mallet-Prevost recognized that the 1899 Award was the result of a political deal between Britain and Russia, agreed outside the rule of international law that made an arbitrary delineation of the border. It was notable that two of the five judges who ruled were British, two Americans and one from Russia, who were presumed neutral.

This demonstrates the corrupt nature of the award and is the reason why no Venezuelan government has recognized it. In 1951, at the Fourth Meeting of Consultation of Foreign Ministers of the OAS, Venezuela raised the issue of nullity of the 1899 Award and its claim to western Essequibo. From that moment, the country made permanent efforts to seek international recognition for its position, rejecting the legal validity of the Award and stressing the need for negotiations for a peaceful solution to the dispute. In 1966, Britain finally agreed to start negotiations with Venezuela, reaching the Geneva Agreement on February 17, 1966. This agreement was recognized by Guyana at the moment of its independence on May 26 of that year.

Venezuela recognized Guyana's independence, reserving its historical claims, and thus recognizing the sovereignty of the new state from the east of the midline of the Essequibo River from its source to its mouth in the Atlantic Ocean.

Over time, this dispute has remained on friendly terms and within the framework of international law, regardless of the governments that have taken place in both countries. As has been demonstrated, Venezuela holds the historical and legal right.

Continuing the tradition of Venezuelan diplomacy, to manage conflict within the principle of peaceful settlement of disputes, Commander Hugo Chavez put the emphasis on the interests of the peoples of both countries, insisting on friendly terms that characterize relations between Venezuela and Guyana, and on the supreme goals of the Latin American and Caribbean integration.

Recently, the first warning sign altering this situation occurred when Guyana abandoned to continue the process of the Good Officer, appointed by the United Nations. This was a clear indication by the Guyanese government to take the conflict by another route. That is unfortunately the case. For the first time in history, the border dispute was the subject of a electoral campaign, sparking a furious anti-Venezuela nationalism, appropriately used by the candidate who is now Prime Minister.

The concession to Exxon Mobil is part of the logic of escalating the conflict to put Venezuela on the dock. The company, acting under protection of powerful transnational economic and political interests has chosen to serve as a beachhead of a new interventionist escalation against Venezuela. It is the same method of the declaration of Venezuela as a threat issued by President Obama on March 9 that evidently failed. However, this case is more delicate because it tests deeper balances of Latin American and Caribbean integration and the efforts that have led to create UNASUR, CELAC and Petrocaribe.

The escalation seeks to establish the notion that Venezuela is an aggressor country. This is contrary to the March 9 order, because while it declared Venezuela a threat against the United States, in this case, if Venezuela was forced to take measures to defend its sovereignty over territorial waters in dispute, it would be "proof" of their "manifest aggressive will against a small country like Guyana".

Again, as in the order of March 9, the immediate target is Venezuela, but the ultimate goal is to destroy the integration process. It is intended to test everything that has been built with great effort on integration matters. Transnational companies of disinformation immediately have started yelling about "aggressive spirit of Venezuela".

In this context, the creation of the Operating Zones of Integral Maritime and Insular Defense, or Zodimain, has raised "concern" on our western flank. In this regard, Colombian President Juan Manuel Santos said that "... we are currently studying this decree, we have submitted it to the negotiating committee we have set up many years ago with Venezuela and of course, if we find something that affects us, we will send a diplomatic protest immediately. But right now we are studying the decree and its impact on Colombia."

To add "more fuel to the fire," the Colombian media have been quick to announce that "according to consulted international experts" Venezuela's decree creating the Western Zodimain is not valid because "the decree unilaterally sets the maritime delimitation between Colombia and Venezuela, which has not happened in any country, except for Guyana, who protested and holds a current dispute under mediation by a delegate of the UN" and finish off stating that "in the case with Colombia –because the other operating zones created by decree affect countries like Guyana, Suriname and France–, they unilaterally set the maritime boundary between the two countries, which is unprecedented." If we expected escalation of the conflict, here it is. The mention of France, a NATO country and permanent member of UN Security Council is not free.

Again, Venezuelan diplomacy must be vigilant and with the utmost responsibility to prevent imperial armies from obtaining benefits of the stimulus of contradictions that perfectly can be maintained in the field of negotiation and friendly relations between sister nations. As always, the strategic firmness must be accompanied by the tactical flexibility that leads to good results, avoiding the much desired conflict by the imperial monster.

Sergio Rodriguez Gelfenstein AVN 01/07/2015 18:29

viernes, 3 de julio de 2015

China, una hegemonía distinta para el sistema internacional del siglo XXI


El siglo XXI ha transcurrido en el marco de una situación de conflicto permanente y creciente. Contrario a lo que se podía suponer al concluir la guerra fría cuando se auguró el “fin de la historia” y sobre todo, a partir de los hechos posteriores al 11 de septiembre de 2001 que permitieron a Estados Unidos establecer un sistema internacional unipolar, bajo la falsa premisa de que “o están con nosotros o están con el terrorismo”. El mundo en fecha tan temprana como el año 2008 comenzó a mostrar signos de crisis que no consintieron consolidar tal unipolaridad.

En esas condiciones, la República Popular China (RPCh) emergió como una potencia actuante y relevante en el concierto global. El desarrollo de su economía, con un crecimiento sostenido de alrededor del 8% anual durante más de 10 años, la ha llevado a evolucionar hasta llegar a estar muy cerca de su establecimiento como primera potencia mundial.

Sin embargo, este proceso de transformación, se produce a partir de un comportamiento internacional que se basa en una opinión independiente respecto de los problemas del planeta. Su objetivo diplomático radica en defender la paz mundial y crear un ambiente pacífico que le permita su desarrollo. Se opone a la hegemonía de un país o alianza de países y a la aplicación de acciones de fuerza. Su política exterior se propone desarrollar relaciones con todos los países independientemente de cuál sea la orientación ideológica de su gobierno o el sistema social imperante. Prioriza las relaciones con los países en vías de desarrollo y con sus vecinos, lo cual constituye la piedra angular de su quehacer en el ámbito exterior. El fin primordial de sus relaciones internacionales es construir un nuevo orden económico-político internacional.

Particular importancia ha tenido el manejo de sus vínculos con otros centros de poder mundial. La apertura que inició Deng Xiaoping fue continuada por los presidentes Jiang Zemin, Hu Jintao hasta el actual mandatario Xi Jinping. Según éste "China es un león dormido”. Hoy, el león se ha despertado. "Pero es agradable, pacífico y civilizado" añadiendo que "China no creará problemas, pero tampoco tiene miedo a los problemas".

En este marco, durante un discurso en el Colegio de Europa en Bruselas, el 1° de abril de 2014, al referirse al conflicto en Ucrania, Xi dijo que "Para cualquier país en el mundo, el pasado siempre es la clave para el presente y el presente siempre está enraizado en el pasado. Sólo cuando sabemos de dónde ha venido un país, podríamos posiblemente entender por qué ese país es lo que es hoy, y sólo entonces podríamos darnos cuenta en qué dirección se dirige"

Con respecto a Europa, China, se ha planteado la posibilidad de desarrollar los vínculos bilaterales y consentir en el fortalecimiento de la cooperación internacional en materia de paz y seguridad. Al respecto Xi dijo que "Los sensatos buscan el terreno común, mientras que los insensatos se aferran a las diferencias". 

Al participar en la III Cumbre de Seguridad Nuclear que se celebró en La Haya del 24 al 25 de marzo de 2014, el presidente chino quiso dar prueba del compromiso de su país para mejorar la seguridad universal. Fue también una manifestación de la importancia que el gobierno chino concede a la seguridad nuclear y a la seguridad internacional en su conjunto. El país asiático se ha propuesto elevar su perfil de seguridad nuclear entendiendo su creciente fuerza nacional e influencia internacional sobre los principales temas de la agenda, sabiendo que éste es uno de los más trascendentales.

En otro ámbito, China ha establecido ciertos parámetros que fundamentan el comportamiento internacional de la potencia asiática. En ese sentido, ha recalcado la diversidad de las civilizaciones que componen el espectro planetario y ha destacado la necesidad de “ los intercambios y el aprendizaje mutuo entre civilizaciones". Según el presidente Xi, estos no deben construirse sobre el elogio o el menosprecio exclusivos de una civilización en particular. Enfatizó que las civilizaciones son iguales y todas tienen fortalezas y defectos, pero ninguna debe ser considerada superior a otra. 

En un discurso pronunciado en la sede de la Unesco en París, el 27 de marzo del año pasado, el presidente chino desmontó la hipótesis occidental esbozada por el historiador británico Arnold J.Toynbee, y desarrollada por el politólogo estadounidense Samuel Huntington quien en 1993 imaginó una idea de futuro basada en el choque de civilizaciones como escenario de conflicto más probable para el siglo XXI. Xi expuso que el elemento central de las relaciones entre civilizaciones debe ser la inclusividad basada en el intercambio y el aprendizaje mutuo. Dijo que "Si todas las civilizaciones pueden defender la inclusividad, el llamado 'choque de civilizaciones' quedará descartado y la armonía de las civilizaciones se convertirá en realidad". Expuso que lo que su país busca “el Sueño Chino” que según él, “puede lograrse a través del desarrollo equilibrado y el refuerzo mutuo del progreso material y cultural", por lo que "el pueblo chino alentará cambios creativos y un desarrollo innovador de la civilización china de conformidad con el progreso de la época".

Con respecto a Estados Unidos, a pesar de las tensiones permanentes en las relaciones bilaterales, en perspectiva de la visita del mandatario chino a Washington durante el próximo mes de septiembre, Xi formuló importantes propuestas para impulsar aún más un nuevo tipo de relación entre las dos grandes potencias. Según el gobierno del gigante asiático, ambas partes deben implementar con seriedad el consenso alcanzado para respetar mutuamente sus intereses fundamentales y principales preocupaciones, explorar activamente la cooperación pragmática en varios terrenos, tratar adecuadamente las diferencias y los temas sensibles, entre otros aspectos.

Respecto de la situación en la península coreana, China hizo saber a Estados Unidos que se adhiere a los principios de la desnuclearización y la solución pacífica a través del diálogo y las negociaciones, para mantener la paz y la estabilidad en la península. De igual manera expresó sus esperanzas de que todas las partes concernientes ejerzan la contención, eviten la retórica y las acciones irritantes y mantengan conjuntamente la paz y la estabilidad en la península. Así mismo con relación a Irán y las conversaciones sobre el tema nuclear, China, espera que las partes concernientes mantengan siempre presente la situación integral, muestren flexibilidad y logren un acuerdo completo lo más pronto posible.

La República Popular China se propone construir un mundo armonioso, en el que exista una paz duradera y la prosperidad común de los pueblos. En ese sentido, China sostiene que un mundo armonioso debe ser democrático, amistoso, justo e inclusivo. Para ello, el gobierno cree que se debe perseverar en la democracia y la igualdad para alcanzar la cooperación y la coordinación; perseverar en la armonía y la confianza mutua para realizar la seguridad común; perseverar en la equidad y el beneficio mutuo para lograr el desarrollo común y perseverar en la tolerancia y la apertura para lograr el diálogo de civilizaciones.

A partir de estos principios, es válido preguntarse si avanzamos o no hacia una etapa de las relaciones internacionales caracterizadas por la transformación de China en primera potencia mundial, si esto así fuera, debemos establecer a partir de qué características se impondrá la nueva hegemonía y si ello significará un cambio paradigmático en las relaciones internacionales, las cuales tendrán su eje en el equilibrio, no el conflicto por parte de la nueva potencia hegemónica, si nos atenemos a su historia, sus preceptos filosóficos y sobre todo a las características de su proyecto estratégico.