Este
1° de noviembre recordamos los primeros 10 años de la desaparición física de
uno de los grandes prohombres de Nuestra América, el doctor Juan Bosch. Se
podría hablar de Bosch y perpetuarlo desde múltiples facetas de su tan
fructífera vida, sin embargo, en esta ocasión vale rememorar algunos aspectos
de su pensamiento internacional.
Bosch
vivió largos 91 años en los que le tocó transitar todo el período de guerra
fría, esto lo llevó a entrar en profundas contradicciones con las políticas
anti comunistas propugnadas desde Estados Unidos. Sólo en ese marco de guerra
fría se puede explicar el golpe militar que derrocó su gobierno democrático y
la posterior invasión estadounidense a su patria, la República Dominicana. Bosch
no sólo se limitó a denunciar los atropellos de Estados Unidos en su país sino
que hostigó con su prosa mordaz y aguda pluma
la actitud imperialista de Estados Unidos en el sudeste de Asia y el
Medio Oriente y sobre todo en América Latina donde fue un defensor consecuente de la Revolución
cubana hasta sus últimos días.
Fue
candidato a Secretario General de Naciones Unidas y juez del tribunal Internacional de Crímenes
de Guerra que investigó las transgresiones cometidas por las Fuerzas Armadas de
Estados Unidos en Vietnam, que “eran mucho más grandes, más espantosos, más
crueles que los que habían cometido los alemanes y los italianos en Europa y
los japoneses en Asia durante la segunda guerra mundial”
Finalmente
quisiera destacar dos aspectos del discurso de Juan Bosch que cobran validez
por la actualidad de su enunciado. En
Caracas, en marzo de 1979 en una reunión
de ex presidentes latinoamericanos para discutir sobre la democracia en América
Latina al referirse a la condición intervencionista de Estados Unidos expresó
“… no estoy hablando de la intervención económica ni de la intervención
cultural sino de la intervención militar, que es la más burda, la más grosera y
la que más fácilmente ven los ojos de los pueblos del mundo”.
Años
después, al explicar la crisis política en el mundo explicaba que quien paga
los ingentes gastos militares de Estados Unidos es el gobierno “que está obligado
a presentarle a su pueblo un argumento que justifique los gastos billonarios
que hace año tras año para mantener en su país y en el exterior cantidades
gigantescas de soldados, de aviones y buques, de cohetes nucleares y de servicios de información que debido al
nivel de desarrollo tecnológico a que han llegado los países más avanzados,
consumen cantidades enormes de dinero”
Hoy,
cuando los Estados canallas se sienten autorizados por la débil legalidad
internacional o por la fuerza de su poderío bélico a actuar contra cualquier país
del mundo, la enseñanza, el ejemplo de vida y la obra de Juan Bosch conservan
plena fuerza y vigor para los pueblos del sur que tienen y tendrán en él un
paradigma para la lucha y para la acción liberadora.