Se atribuye al almirante peruano Juan Ribaudo la autoría del proyecto de construir un gran puerto en la costa del país. Para ello, se dio a la tarea de buscar el sitio más adecuado y eligió un terreno en el pequeño puerto de pescadores de Chancay ubicado 70 Km. al norte de Lima. En 2011, el grupo Volcan se interesó en el mismo, creando la empresa Terminales Portuarios Chancay que a la muerte de Ribaudo adquirió el 100% de la empresa. A partir de entonces, Volcan se abocó a buscar un socio estratégico y en 2019 hizo una alianza con la empresa estatal china Cosco Shipping que obtuvo del 60% de participación por US$225 millones. El conglomerado designó a otro almirante, Carlos Tejada Mera como gerente general adjunto del proyecto y al vicealmirante Gonzalo Ríos Polastri como gerente de operaciones de la empresa.
Esta alianza, establecida por capitales chinos y peruanos con la Armada de ese país, ha sido clave para garantizar la estabilidad del proceso. Aunque la fuerza naval del Perú es absolutamente cofrade de Estados Unidos, los marinos no han tenido ningún inconveniente en establecer un acuerdo del más alto nivel con la empresa china. Es parte del pragmatismo y de la desideologización de la política internacional tras el fin de la guerra fría. Para China, ha significado resguardar el proyecto ante ataques que pudieran venir de los sectores más recalcitrantemente pro estadounidenses de la sociedad peruana.
Chancay es la primera inversión portuaria de China en Latinoamérica, que será operada directamente por una empresa propia. Para Perú, significa la posibilidad de desahogar el Callao, principal puerto del país, operando carga que viene desde el norte, el sur y la sierra. Este megapuerto se transformará en la principal puerta de entrada de China y de Asia a América del Sur y funcionará como un hub para el comercio desde y hacia Ecuador, Chile y Colombia. Así mismo, la posibilidad de conexión con los variados proyectos de corredores bioceánicos podrían comunicar más fácilmente a los países americanos del Atlántico Sur con el Pacífico, generando un impacto geopolítico local, nacional y regional innegable. Por ejemplo, Chancay podría integrar a Perú con el parque industrial de Manaos, lo cual le permite mejorar su conectividad con todo con el Mercosur.