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martes, 28 de diciembre de 2021

Con todo respeto Atilio Borón: no votaré por Boric


Habló, o mejor dicho escribió, el gran Atilio Borón. No sólo hizo un artículo en el que sintiéndose –como siempre- poseedor único de la sacro santa verdad que emana de su conocimiento, y en el que no deja espacio a que se pueda pensar diferente, so pena de acusaciones y adjetivaciones de cualquier dimensión para los que osamos pensar diferente. También ha enviado mensajes inquisitorios a algunos amigos, consultándoles sobre el escrito en el que yo simplemente daba mi opinión sobre las próximas elecciones en Chile. Tal ha sido su furia que hasta se ha permitido utilizar a Simón Bolívar para justificar su apoyo a Gabriel Boric en la segunda vuelta de las elecciones chilenas. Es muy viejo eso de descontextualizar para desinformar.

Debo decir sin embargo, que te agradezco por decir lo que para mí -un imberbe en estas lides), es un cumplido viniendo de alguien como tú, cuando afirmas que has aprendido tanto de mis “sofisticados análisis sobre la realidad internacional”.

Pero de todas maneras Atilio, ¿Por qué gastas pólvora en alguien tan insignificante como yo? No soy el enemigo. Pensar distinto a ti, no me debería hacer blanco de tu irritación. En el mismo momento que tú estudiabas en la Universidad de Harvard, en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, yo lo hacía en la Escuela de Artillería de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR) en La Habana. Entonces, es normal que pensemos diferente, provenimos de escuelas distintas. Cuando tú te hiciste doctor, yo me hice artillero a mucha honra.

viernes, 17 de diciembre de 2021

De Venezuela a Chile. De Caldera a Boric. Un solo Chávez y un solo Salvador


 
La situación actual de Chile se me hace cada vez más asombrosamente similar a la de comienzos de la década de los 90 del siglo pasado en Venezuela. En ese instante, aquí –al igual que en Chile hoy- se vivían 30 años de pos dictadura. Los dos países –en su momento- fueron presentados como “modelo de democracia a seguir” y “ejemplo para el mundo” a partir del “éxito” del sistema de democracia representativa bipartidista en el que la economía se puso al servicio de un sector minoritario de la población.

“No son treinta pesos, son treinta años” hubieran podido exclamar las decenas de miles de manifestantes que protagonizaron el “caracazo” del 27 y 28 de febrero de 1989, movimiento popular de protesta que se expresó en forma masiva como expresión del rechazo a las medidas de corte neoliberal implementadas por el presidente Carlos Andrés Pérez. En el quinto mayor productor y exportador de petróleo del mundo, había un 51% de pobreza. El destino de Pérez (contumaz corrupto como quedó demostrado pocos años después) y de la falsa democracia, quedaron sellados para siempre. Miles de muertos y desaparecidos -hasta hoy- fueron la respuesta del gobierno a la vibrante acción popular

Pero ambas situaciones también tienen diferencias, una de ellas muy relevante. Ante el clamor multitudinario de la ciudadanía y la reprobación del sistema ante la inactividad, pasividad y complicidad de los políticos, un grupo de militares patriotas, atentos a la situación creada, produjeron dos alzamientos durante el año 1992 para manifestar su apoyo al sentir popular. El primero de ellos, realizado el 4 de febrero bajo la conducción de Hugo Chávez Frías, un desconocido teniente coronel de Fuerzas Especiales, elevó el espíritu de lucha, señaló un camino distinto y colocó a Chávez en el pedestal de las futuras batallas que habrían de sobrevenir. Como nunca antes en la historia de Venezuela un líder asumió la responsabilidad por un fracaso, pero esta vez, la derrota “por ahora” del movimiento le imprimió un derrotero de victoria a lo que ese día había significado una derrota.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Una nueva diplomacia para China


El VI Pleno del XIX Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) culminado recientemente en Beijing, oficializó una nueva política que está en marcha en el país asiático. Tal vez lo más importante haya sido que -más allá de que observadores interesados o escépticos no lo quieran ver- se ha cerrado el debate en torno a la pregunta de: ¿Hacia dónde va China?.

Si no fuera así, sería válido preguntarse por qué tanto nerviosismo en las capitales occidentales frente a lo que tardíamente han constatado en relación a que los avances económicos, tecnológicos, científicos, sociales y de defensa de China, apuntan a solidificar y hacer indestructible el sistema socialista e irreversible su construcción. El mismo objetivo de Estados Unidos cuando se propuso destruir la Unión Soviética, no podrá ser replicado en China.

Tarde también ha sido el descubrimiento de que la utilización por China de exitosos métodos de administración capitalista y la atracción de recursos financieros y tecnológicos de Occidente, tenía contenido táctico mientras luchaba por salir del subdesarrollo y la pobreza para crear un mejor nivel de vida a los ciudadanos, basamento imprescindible para avanzar hacia la construcción del socialismo. Es lo que está echando raíces ahora y el VI Pleno es un punto de inflexión en este sentido.