El pasado 14 de diciembre, un día después de escribir la primera parte de este trabajo, se dio a conocer que el Senado de Estados Unidos aprobó el proyecto de Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés), instrumento que establece los gastos y políticas del Departamento de Defensa del país, facultando al Pentágono un gasto récord de 886 mil millones de dólares para el año fiscal 2024.
Ahora, la iniciativa será considerada por la Cámara de Representantes. El documento, contempla erogaciones como la compra de buques, municiones y aviones, así como ayuda militar a Ucrania y medidas encaminadas a contrarrestar la influencia de China en el Pacífico. No obstante, esta cifra es falsa pues en realidad, es mucho mayor.
Durante décadas, investigadores independientes han afirmado que el gasto militar real de Estados Unidos es aproximadamente el doble del oficialmente reconocido . En 2022, el gasto militar real de Estados Unidos alcanzó los 1,537 billones de dólares, duplicando el que se informó públicamente de 877 mil millones de dólares. Estos datos son informadas a partir de cifras de la Oficina de Administración y Presupuesto de Estados Unidos (OMB).
Pero ellas encaran una trampa porque adolecen de dos deficiencias importantes. En primer lugar, las cifras proporcionadas por la OMB con respecto al “gasto de defensa” son sustancialmente más bajas que las proporcionadas en las Cuentas Nacionales de Ingreso y Producto (NIPA) de Estados Unidos, la fuente más completa y definitiva sobre el ingreso y el gasto nacional del país al punto que es la base total de análisis de la economía estadounidense.