Vistas de página en total

domingo, 30 de octubre de 2011

Juan Bosch. A 10 años de su partida


Este 1° de noviembre recordamos los primeros 10 años de la desaparición física de uno de los grandes prohombres de Nuestra América, el doctor Juan Bosch. Se podría hablar de Bosch y perpetuarlo desde múltiples facetas de su tan fructífera vida, sin embargo, en esta ocasión vale rememorar algunos aspectos de su pensamiento internacional.

Bosch vivió largos 91 años en los que le tocó transitar todo el período de guerra fría, esto lo llevó a entrar en profundas contradicciones con las políticas anti comunistas propugnadas desde Estados Unidos. Sólo en ese marco de guerra fría se puede explicar el golpe militar que derrocó su gobierno democrático y la posterior invasión estadounidense a su patria, la República Dominicana. Bosch no sólo se limitó a denunciar los atropellos de Estados Unidos en su país sino que hostigó con su prosa mordaz y aguda pluma  la actitud imperialista de Estados Unidos en el sudeste de Asia y el Medio Oriente y sobre todo en América Latina donde  fue un defensor consecuente de la Revolución cubana hasta sus últimos días.

Fue candidato a Secretario General de Naciones Unidas  y juez del tribunal Internacional de Crímenes de Guerra que investigó las transgresiones cometidas por las Fuerzas Armadas de Estados Unidos en Vietnam, que “eran mucho más grandes, más espantosos, más crueles que los que habían cometido los alemanes y los italianos en Europa y los japoneses en Asia durante la segunda guerra mundial”

Finalmente quisiera destacar dos aspectos del discurso de Juan Bosch que cobran validez por la actualidad de su enunciado.  En Caracas, en marzo de 1979  en una reunión de ex presidentes latinoamericanos para discutir sobre la democracia en América Latina al referirse a la condición intervencionista de Estados Unidos expresó “… no estoy hablando de la intervención económica ni de la intervención cultural sino de la intervención militar, que es la más burda, la más grosera y la que más fácilmente ven los ojos de los pueblos del mundo”.

Años después, al explicar la crisis política en el mundo explicaba que quien paga los ingentes gastos militares de Estados Unidos es el gobierno “que está obligado a presentarle a su pueblo un argumento que justifique los gastos billonarios que hace año tras año para mantener en su país y en el exterior cantidades gigantescas de soldados, de aviones y buques, de cohetes nucleares y  de servicios de información que debido al nivel de desarrollo tecnológico a que han llegado los países más avanzados, consumen cantidades enormes de dinero”

Hoy, cuando los Estados canallas se sienten autorizados por la débil legalidad internacional o por la fuerza de su poderío bélico a actuar contra cualquier país del mundo, la enseñanza, el ejemplo de vida y la obra de Juan Bosch conservan plena fuerza y vigor para los pueblos del sur que tienen y tendrán en él un paradigma para la lucha y para la acción liberadora.

lunes, 24 de octubre de 2011

La victoria de Cristina.


Al escribir estas líneas es la 1 y media de la madrugada del lunes 24 de octubre en Buenos Aires y se ha consumado la aplastante victoria electoral de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al obtener casi el 54% de los sufragios de los argentinos. No sólo fue re elegida en su cargo sino que además, su agrupación política, el Frente para la Victoria obtuvo 8 de 9 gobernaciones provinciales en juego y el quórum necesario de 129 diputados y 37 senadores para controlar ambas cámaras del Congreso.

La presidenta Fernández obtuvo una de las más altas votaciones alcanzadas por un candidato/a a presidente/a en la historia, sacando más de 35 puntos porcentuales a su más cercano contendiente, el socialista Hermes Binner, dejando –dicho sea de paso- al candidato de la derecha en tercer lugar con un miserable 11%.

Entre los datos a considerar cuando se realizan los cómputos finales del evento electoral está la importante presencia de los jóvenes kirchneristas agrupados en La Cámpora que han obtenido al menos 10 diputados, los que sumados a la numerosa representación que tienen en otros cargos del gobierno y del Estado, así como de conducción y dirección de las organizaciones sociales dan cuenta de un movimiento que se prepara para mantener en el tiempo la estrategia elaborada por Néstor Kirchner a quien Cristina en su discurso de festejo en la tradicional Plaza de Mayo llamó “el fundador de esta victoria” y para que no hubiera equívocos destacó que “…sin él, sin su coraje y sin las cosas que se atrevió, hubiera sido imposible llegar hasta aquí. Jamás dejó sus convicciones mientras tuvo aliento”, y agregó: “no hablo de él como marido, que nadie se equivoque”. Los jóvenes que se agolpaban multitudinariamente en la madrugada bonaerense lo validaban: “Soy argentino, soy soldado del Pingüino”.

Para América Latina y el Caribe y en particular para el sur de nuestro continente este triunfo significa la posibilidad de dar continuidad a las políticas de integración en las que Néstor Kirchner primero, y Cristina Fernández después, han jugado un papel relevante en cada una de las instancias que se han ido creando para construir un espacio alternativo de acercamiento y participación en el desarrollo, la independencia y la defensa de la soberanía al margen de los dictados imperiales.

Es menester recordar en un día de victoria como éste que fue en Argentina en aquellas memorables jornadas de noviembre de 2005, hace casi 6 años cuando el engendro imperial llamado ALCA pasó a mejor vida por el empuje de los pueblos de la región y sus presidentes.
Hoy, también el pueblo argentino refrendó con su voto la voluntad integracionista de su presidenta, para que su gobierno siga jugando un papel apreciable en el acercamiento con sus hermanos de América Latina y el Caribe y para que el poderío económico de Argentina, su prestigio internacional y su talante democrático sean uno de los ejes sobre el cual gire la unidad de nuestros pueblos.

domingo, 16 de octubre de 2011

¿Mentiras verdaderas o verdades mentirosas?


En la rueda de prensa posterior al extraordinario triunfo  de Venezuela sobre Argentina en la ronda clasificatoria para la Copa Mundial Brasil 2014, las declaraciones del victorioso Director Técnico de Venezuela César Farías, fueron puestas en segundo plano por una cadena internacional de televisión para escuchar las palabras de un derrotado jugador argentino que daba explicaciones insulsas sobre su fracaso. Más tarde, otro canal deportivo de alcance mundial al hacer un resumen de los 10 los mejores goles de la jornada futbolística no incluyó el hermoso tanto de Fernando Amorebieta quien en condiciones muy difíciles “clavó” el balón en la portería argentina.

Hace unas semanas, durante la celebración de la Copa América en Argentina, el periodista  David Faitelson, conocido en México por creerse dueño absoluto de la verdad y, en esa medida repudiado por jugadores, técnicos e hinchas la emprendió con insultos contra Venezuela por haber derrotado a Chile y con ello clasificarse para las semifinales de la Copa América.

Hay que ser ciego y/o idiota para no darse cuenta de la importante progresión del futbol venezolano, sin embargo las grandes cadenas internacionales de comunicación -también en el futbol- imponen su verdad, cierran sus espacios a los países emergentes e insultan a los que osan alterar el orden establecido por las mafias que dirigen el futbol mundial como repetidas veces lo ha denunciado Diego Armando Maradona.

Días antes, el Presidente Hugo Chávez tuvo que informar a los medios de comunicación que no estaba muerto, fue evidente que no hablaba desde el más allá sino desde el palacio presidencial de Miraflores. Se había transmitido insistentemente que el presidente vivía sus últimas horas en este planeta.

Durante esa misma jornada, otro estadista, el vicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera, tuvo que desmentir ante la prensa que -sin contar con evidencias-, algunos medios informaron que había muerto un bebé en acciones policiales contra la marcha indígena. Dijo que esos medios, abrieron su edición con un titular con letras en rojo “en el que poco más sale la sangre del bebé”.

Remarcó que esos medios, tras haberse equivocado, publicaron al día siguiente una corrección en una pequeña columna, en el intento de reparar un error. “No soy abogado, pero ese hecho es un delito. No se puede abusar de esa manera de algo noble como es la actividad periodística” dijo García Linera.

Ahora, el gobierno de Estados Unidos inventa un supuesto ataque planeado por Irán en la capital de ese país, mientras tanto protege en su territorio al conocido terrorista Luis Posada Carriles y a quienes en septiembre de 1976 en esa misma ciudad asesinaron a Orlando Letelier, canciller y ministro de defensa del gobierno del presidente Allende. ¿Quién puede creer que Estados Unidos quiera proteger a su pueblo, cuando los terroristas viven en el país y son protegidos por su gobierno?

Pero lo creen, los medios se encargan de eso, dicen verdades mentirosas y fabrican mentiras que pretenden hacer verdaderas.

domingo, 9 de octubre de 2011

Los dardos apuntan contra Pakistán




Contrario a lo que se podía suponer, todos los indicios apuntan a que el próximo golpe de Estados Unidos y la OTAN no será en Siria o Irán. Los dardos ahora están enfilados contra Pakistán, otrora gran aliado de Estados Unidos en el Asia Central. En esa decisión podemos adivinar causas de origen coyuntural y otras que tienen que ver con las contradicciones entre las potencias en el escenario global.

El presidente Obama acuñó la  idea de llamar el escenario de guerra de esa región como Af-Pak. Con ello ha pretendido legitimar la superación del conflicto en territorio afgano al situarlo simultáneamente en el de Pakistán. El resentimiento causado por Estados Unidos en  ese país por las violaciones constantes a su soberanía y los miles de civiles asesinados por los aviones sin pilotos llamados zánganos, vino a tener su colofón con el asesinato de Osama Bin Laden  en ese país sin que las autoridades del mismo supieran de  su realización.

En la preparación de ese teatro de operaciones, Estados Unidos intenta hacer olvidar a al Qaeda, al asesinar a su líder y, en otro contexto aliarse con ellos en Libia, para derrocar a Gaddafi y lograr el nombramiento de Abdelhakim Belhaj, -miembro de esa organización y hasta hace poco uno de los terroristas más buscados del mundo- como jefe militar de Trípoli.

La máquina de propaganda gringa ha transformado a los Haqqani en los nuevos “terroristas más buscados”. Esta red, aunque afgana opera en territorio pakistaní y al igual que Al Qaeda fue creada por la CIA para combatir la ocupación soviética en los años  80 del siglo pasado. El gobierno estadounidense se ha apresurado a informar que opera bajo el manto y la protección de la agencia pakistaní de inteligencia, lo cual –de por sí- es una aseveración sumamente explosiva.

En ese contexto, el gobierno pakistaní ha sido puesto entre la espada y la pared y hoy está obligado a decidir entre una alianza con Estados Unidos y la pérdida de piso político interno ante el creciente desprestigio que este país tiene entre los pakistaníes. Se agrega que Estados Unidos ha fortalecido sus relaciones con  India, enemigo tradicional de Pakistán, al que incluso le ha ofrecido su apoyo para que acceda a un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU.

Colocado en ese trance, el gobierno pakistaní ha vuelto la cara hacia China, que lo considera un aliado en el ajedrez estratégico de la región. China ha ofrecido su contribución al país, interesados por su “seguridad nacional y la estabilidad regional” como afirmó el ministro de Seguridad Pública Meng Jianzhu en visita a Rawalpindi.  Para China la frontera con Pakistán es tema de preocupación permanente, dados los vínculos entre los talibanes afganos con presencia en Pakistán y los separatistas musulmanes uyhedines que operan en la región de Xinjiang, al oeste de China.

Hay que estar atentos porque hasta ahora sólo hemos visto las primeras jugadas en este complicado tablero mundial que al parecer tendrá en Pakistán su próximo capítulo violento. 

domingo, 2 de octubre de 2011

La mascota negra de Wall Street

Es sabido que la política imperial de Estados Unidos se gesta desde las grandes empresas transnacionales y en particular desde el Complejo Militar Industrial. En esa medida, la función presidencial se circunscribe a administrar la actividad gubernamental -acorde los intereses de esas empresas- a fin de maximizar las ganancias para ellas.

Sin embargo, cada presidente trata de gestar una impronta que señale la especificidad de su gestión y por ende, que lo diferencie del resto. De ahí que la personalidad del presidente de Estados Unidos y sus características individuales influyen en su gestión y, en tanto hablamos de la mayor potencia mundial, ejerce -por cierto- influencia en todo el planeta.

Bill Clinton fue un presidente instruido, culto. Según la prestigiosa Universidad George Washington de la capital estadounidense que desde finales del siglo XIX ha hecho un estudio del índice de coeficiente intelectual de los presidentes estadounidenses, Clinton ha sido el más inteligente entre todos sus colegas. Es conocido el relato que hizo Gabriel García Márquez de su conversación con él, cuando el Premio Nobel fue gratamente impresionado por el conocimiento del ex presidente estadounidense sobre América Latina y su literatura. Si el presidente Chávez le hubiera querido regalar el libro “Las Venas Abiertas de América Latina” de Eduardo Galiano, es muy probable que le habría comentado que ya había leído tan importante obra.

A Clinton lo sustituyó George Bush, el presidente más bruto que ha tenido Estados Unidos según el mismo estudio de la Universidad George Washington. Su proverbial ignorancia, su gran capacidad de decir cosas incongruentes, sus innumerables frases sin sentido y su superficialidad rayana en la estupidez al hacer uso de la historia, signaron su gestión. Eso es público y de todos conocido.

Barack Obama es el término medio. Es un estúpido ilustrado. Nadie puede dudar de su excelente formación académica en las universidades de Columbia y Harvard, lo que lo llevó a dictar cátedra en la Universidad de Chicago. Cuesta entonces, entender cómo es posible que teniendo los conocimientos que tiene, pueda manejarse con tamaña desfachatez al manejar elementos de carácter histórico, político y del derecho internacional en la principal tribuna del mundo.

Sólo tiene explicación cuando se comprende que habla desde la prepotencia que le da dirigir la mayor potencia militar del planeta, desde la soberbia del poder imperial y desde la bobería del que no tiene la razón y la pretende imponer por vía de la fuerza, la amenaza y el chantaje. 
Por eso, repito, es un estúpido ilustrado.

Por eso, tal vez, sólo pase a la historia, como “La mascota negra de Wall Street” tal como lo llamó Cornel West prestigiado filósofo, escritor y profesor de la Universidad de Princeton.
No me vayan a acusar de racista. West es negro e imparte clases en el Centro de Estudios Afroamericanos de dicha universidad. No hay porque dudar que sabe lo que dice.

domingo, 25 de septiembre de 2011

La ONU ha muerto


A través de la historia, el fin de una guerra siempre ha traído nuevos repartos territoriales en distintas partes del mundo y con ello un sistema internacional que responde a la lógica de los vencedores. En nuestro entorno inmediato Trinidad que fue española terminó siendo inglesa y Curazao, que era una posesión inglesa pasó a la historia como holandesa.

En el pasado más reciente, el fin de la primera guerra mundial vio nacer a la Sociedad de Naciones como organización donde se debían dirimir las controversias entre los países. Asimismo, al concluir la segunda guerra mundial se creó la Organización de Naciones Unidas (ONU) como instrumento para garantizar la paz en el planeta ante la devastación que las dos grandes guerras del siglo XX habían causado y sobre todo, para controlar la amenaza anunciada al mundo por Estados Unidos al lanzar innecesariamente las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki cuando la guerra ya había terminado. Antes 5 países se reservaron el derecho de decidir por el resto del mundo generando una contradicción que aún hoy no se resuelve: la que existe entre el carácter democrático de la Asamblea General y el autoritario y dictatorial del Consejo de Seguridad.

Más aún, 20 años después del final de la guerra fría, el mundo no ha tomado nota de la situación internacional creada para dar origen a una nueva organización con una lógica distinta que considere los actores internacionales emergentes y sobre todo, una nueva agenda de cooperación y paz que ponga en el centro los graves problemas que aquejan a la humanidad.

Los acontecimientos de los últimos años signados por una unipolaridad cerrada entre 2001 hasta 2008 y la transición hacia una situación de balance de poder ante la debilidad económica y financiera de Estados Unidos desde esa fecha dan cuenta de una ONU inoperante y plegado a la voluntad de los Estados canallas.

La resolución unánime de condena a Irán por la supuesta intención de construir armas atómicas contrasta la existencia de las mismas en países como Israel, India y Pakistán, que poseen la común característica de estar entre los mayores compradores de armas a los países productores que son básicamente los miembros permanentes del Consejo de Seguridad.

La aprobación, también unánime de las potencias para autorizar -a través de la resolución 1973- lo que derivó en el bombardeo indiscriminado a las ciudades libias y el asesinato de miles de ciudadanos, dan cuenta de una organización que ya no es garante de la paz sino promotora de la guerra. Igual hecho ocurrió durante los recientes acontecimientos en Costa de Marfil, donde el propio Secretario General de la ONU dio órdenes a los Cascos Azules de involucrarse militarmente bajo órdenes de las FF.AA francesas que invadieron el país africano.

Finalmente, el anunciado veto de Estados Unidos al ingreso de Palestina a la organización como Estado con plenos derechos, no lleva más que a decir que la ONU ha muerto.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Guerra avisada no mata soldados

El escenario internacional actual nos envuelve en un marco de impunidad, agresión e inoperancia de las instituciones. Las normas de derecho internacional son violentadas, el Secretario General de la ONU actúa desembozadamente al servicio de los Estados canallas y las más elementales normas de convivencia internacional son avasalladas por el peso de la fuerza militar que no se detiene ante el respeto a los principios de soberanía,  no injerencia en asuntos internos de otros estados y libre determinación de los pueblos.

En ese contexto hay que ser demasiado inocente para suponer que es una casualidad que en menos de una semana se hayan realizado cuatro agresivos ataques diplomáticos de Estados Unidos contra Venezuela.

La escalada comenzó el día 9 cuando  la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC por sus siglas en inglés), adscrita al Departamento del Tesoro, catalogó como “narcotraficantes y terroristas” al General Clíver Alcalá Cordones, al diputado Freddy Bernal, al ex Amílcar Figueroa, diputado y al oficial del ejército Ramón Madriz”. Por supuesto no presentó prueba alguna en contra de estos ciudadanos venezolanos.

El viernes 16 la Corte Interamericana de Derechos Humanos emitió una sentencia en el caso del dirigente de ultra derecha Leopoldo López, quien fue inhabilitado por la Contraloría General de la República, para ejercer cargos en la administración pública por haber incurrido en hechos de corrupción. La Corte es una de las instituciones que forma parte de esa entelequia que se llama sistema interamericano, y ha servido por más de 60 años como parapeto jurídico para las agresiones de Estados Unidos en el continente.

El mismo día se dio a conocer el “Informe anual de Estados Unidos sobre libertad de culto,”  en el cual se establece la “preocupación” de Estados Unidos porque los grupos que critican al Gobierno de Venezuela “están sujetos a acoso e intimidación”. Según la Secretaria de Estado Hillary Clinton, los países que han sido señalados en el informe “estarán sujetos a sanciones del Departamento de Estado”. Cerró la semana las declaraciones del “siempre presente” Roger Noriega que acusó al presidente Chávez -con el poder que le dan las armas del Pentágono y la CIA- de proteger narcotraficantes.

Sólo debemos recordar que a Salvador Allende se le acusó de querer establecer el comunismo para organizar y financiar un golpe de estado en su contra, al gobierno de Afganistán de proteger a Osama Bin Laden para invadir ese país y causar miles de víctimas civiles, a Saddam Hussein de poseer armas nucleares para apoderarse de las riquezas petrolíferas de Irak y a Gaddafi de violar los derechos humanos para bombardear inmisericordemente a la población civil libia.

Todos sabemos que Estados Unidos no necesita argumentos ni preceptos legales para invadir otros países, violentar su soberanía y apoderarse de sus recursos. La historia nos da innumerables pruebas en ese sentido. Pero, ahora –en medio de su debilidad económica – necesita de otros instrumentos. Por ello usa a la OTAN, azuza a otros países, busca alianzas internacionales, utiliza el Consejo de Seguridad  de la ONU  y se vale de los medios de comunicación para transmitir sus falsas verdades.

Las evidencias están a la vista y por ahí dicen que “guerra avisada no mata soldados”.