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sábado, 1 de octubre de 2016

Yo soñé con aviones, que nublaban el día…


“Yo soñé con aviones que nublaban el día, justo cuando la gente más cantaba y reía, más cantaba y reía”, vocalizó Silvio Rodríguez en “Sueño de una noche de verano”. Esta canción vino a mi memoria cuando los aviones caza israelitas K-Fir (cachorro de león en hebreo), rompieron la barrera del sonido en la majestuosa tarde de Cartagena de Indias, interrumpiendo el discurso que hacía el Comandante de las Farc Rodrigo Londoño (Timochenko), tras la firma del Acuerdo de Paz entre esa organización guerrillera y el gobierno de Colombia, el pasado lunes 26 de septiembre. El presidente Santos también fue interrumpido, pero por la melodiosa música de la Novena Sinfonía de Beethoven y la letra del “Himno de la Alegría” entonado por niñas y niños colombianos.

El que sabe de símbolos y de mensajes subliminales, podrá comprender en toda su dimensión lo que estas “parálisis” de ambos discursos significan. Fue, ni más ni menos el preámbulo de lo que vendrá, tras el Acuerdo. Una oligarquía que no dejará de hacer sentir su poder y unas Farc que como dijo Timochenko, de ahora en adelante utilizará como única arma la palabra. También es simbólico que ese día de paz, dos de los principales “portaviones” militares de Estados Unidos: Colombia e Israel se hayan dado la mano para ensuciar el límpido cielo cartagenero cuando se anunciaba la paz. 

Nadie en su sano juicio podrá negar la majestuosidad del evento, ni la significación para Colombia, América Latina y el mundo que éste tuvo. Sólo mentes enfermizas como las del ex presidente Álvaro Uribe y las del recién destituido procurador, Alejandro Ordoñez y sus seguidores llamando ese día a apagar los televisores para no ver “la firma del acuerdo mediante el cual se le entregaba el país a los comunistas”, puede ocultar la magnitud y la dimensión de esta fecha memorable en la que los colombianos “más cantaban y reían”. En el colmo de su paroxismo demencial, Uribe, al referirse al referéndum popular que ratificará o no este Acuerdo, dijo que si llegara a ganar el Sí, Colombia se transformará en una nueva Venezuela.

Uribe, más que nadie sabe del esfuerzo de Venezuela y en particular del Comandante Chávez para que estas negociaciones se llevaran adelante, no se abandonaran y llegaran a buen término. El 5 de agosto de 2007 la entonces senadora Piedad Córdoba le solicitó al presidente venezolano­­­ que apoyara un acuerdo humanitario para Colombia. Como lo relato en mi libro “Colombia, pintando adioses a la guerra”, “…la respuesta del presidente Chávez fue inmediata, ´…en el caso de Colombia estamos dispuestos a hacer lo que podamos hacer, en el camino de la paz`, pero alertó acerca de la necesidad de abrir los caminos para ello y expuso su eterna visión bolivariana al proponer el involucramiento de Unasur en la solución del conflicto al preguntarse ´…si somos la Unión Suramericana por qué no pudiéramos discutir` (acerca del acuerdo humanitario)”. 

Más allá de ese hecho sabido, ya se comienzan a conocer detalles inéditos del proceso de negociaciones para la paz. En un libro próximo a ser publicado, Timochenko refiere que cuando ya las conversaciones habían comenzado y se produjo el ataque en el que murió el Comandante General de las FARC, Alfonso Cano, el más ferviente partidario y promotor de la paz dentro de la organización guerrillera, su primera reacción fue abandonar la mesa de negociaciones. Reconoció que fue el Comandante Hugo Chávez quien le recomendó que no lo hiciera, insistiéndole en la necesidad de la paz para el pueblo colombiano. De manera que no ha sido desde Venezuela de donde han salido los espíritus guerreristas, Venezuela jamás ha financiado un Plan Colombia contra los campesinos y el pueblo del país vecino.

Pero, volviendo al acto del lunes 26, en él se pudo observar un esperpéntico show de la oligarquía colombiana impolutamente vestida de blanco como el color de su piel, que celebraba la posibilidad de poner en pleno funcionamiento el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, así como avanzar hacia niveles jamás antes alcanzados en el desarrollo de capacidades productivas de un país con un potencial gigantesco, en el que las riquezas están lejos de ser distribuidas equitativamente. Se frotaban las manos ante los nuevos ingresos que avizoran. Las víctimas del conflicto, estaban en el lugar más alejado del escenario y el pueblo colombiano completamente ausente del evento. En una zona de mayoría negra como es el Caribe colombiano, aparte de las Alabaoras de Bojayá, los negros fueron excluidos de la celebración. Pareciera ser un preludio que muestra quiénes serán beneficiados por esta paz y a quiénes se pretende marginar de ellas. El espectro del fin de la Guerra de Independencia en 1830 se repite, sin que nadie ponga­­ en duda lo trascendente que ésta tuvo en la historia. 

Ese día, pudimos escuchar dos discursos dialécticamente contradictorios sobre la paz y sobre el futuro. Timochenko, hizo un recorrido histórico que recordó las causas profundas del conflicto, sus palabras siempre tuvieron en el centro al sufrido pueblo colombiano y las demandas sociales no resueltas con la firma del Acuerdo. Por el contrario, Santos, más preocupado de la posteridad y del Premio Nobel de La Paz y sin poder olvidar quien es hoy su enemigo principal, al parecer se sintió obligado a hablarle al ex presidente Uribe y hacer campaña por el Si para el plebiscito del domingo 2. Sólo él sabrá porque renunció a hacer un discurso escrito como lo ameritaba la ocasión, para improvisar una alocución electorera, que lo alejó de su condición de estadista.

Los peores temores no tardaron en hacerse presente. Tan solo dos días después del evento, el miércoles 28, el Fiscal General de Colombia, Néstor Humberto Martínez pasando por encima del Acuerdo amenazó a los miembros de las Farc con ser investigados “…por la justicia ordinaria en caso de seguir cometiendo delitos después de la entrada en vigencia del acuerdo final”. La frase “seguir cometiendo delitos” deja entrever una aseveración que fue discutida y resuelta en el punto referido a la justicia transicional del Acuerdo. Deben saber los miembros de las Farc, que estos serán los nuevos enemigos a vencer “utilizando la palabra como única arma”. 

Es cierto que el objetivo de la toma del poder, que llevó a las Farc a la lucha armada, no se logró, pero también es cierto que el objetivo del Estado, que era la derrota militar de la guerrilla tampoco se consiguió. Esta no fue una negociación entre un vencedor y un vencido, sino entre dos fuerzas políticas que decidieron seguir buscando sus objetivos en el terreno de la democracia representativa. Las caras de los “blanquitos” sentados en las primeras filas del evento de Cartagena parecían no entender esto, como tampoco parecen comprenderlo, los que creen que la lucha armada es una forma perpetua de combate, aunque pasen más de cinco décadas sin que se puedan obtener los objetivos. Para criticar a las Farc, hay que meterse en la montaña y vivir los rigores de la selva, bajo el acoso militar de un Estado que fue apoyado indiscriminadamente por la mayor potencia económica y militar del planeta. Y no los pudieron vencer!!!!!.

Aquel que crea que estas palabras entrañan pesimismo y una visión negativa del Acuerdo les debo decir que en fecha tan lejana como el 1° de febrero del año 2000 escribí que “Desconocemos el curso que tomen las conversaciones de paz y la forma que adquieran las mismas. En particular para el pueblo venezolano y su gobierno el conflicto colombiano lo afecta directamente. El proceso de reconocimiento de las FARC y del ELN dentro y fuera de Colombia es inevitable y necesario para que las partes puedan asumir deberes y derechos contractuales que garanticen internacionalmente la consecución y posterior cumplimiento de la ley y lo que es más importante, darle al pueblo colombiano una paz permanente y duradera”. He sido y soy un profundo convencido de que se ha seguido el camino correcto y me congratulo de que así haya sido, pero la convicción no me permite obnubilar la razón que obliga a estar alerta, sobre todo después que en Brasil hemos aprendido que la democracia representativa sirve para todo, incluso para derrocar presidentes, paradójicamente elegidos democráticamente. 

Recuerdo haber conversado sobre el tema de la paz en Colombia con el comandante Chávez, una calurosa tarde de mayo de 2006, cuando nos dirigíamos a la Sierra de Perijá donde habría de tenderse el primer tramo del gasoducto entre Venezuela y Colombia con la presencia del Presidente Uribe. Por eso, tengo la fortuna de haber conocido de primera mano, su pensamiento en este ámbito, su visión estratégica y su profunda convicción bolivariana. Espero que algún día la historia sin mezquindades, recoja con justeza, su aporte a esta conquista para Colombia y para toda América Latina y el Caribe. 

Ahora vienen los nuevos retos, los dejo planteados en forma de pregunta, tal vez como preámbulo de nuevos escritos: ¿cómo avanzarán las conversaciones con el ELN sin cuyo acuerdo, no es posible hablar de paz completa?, ¿Qué pasará con las siete bases militares de Estados Unidos instaladas en suelo colombiano para luchar contra la guerrilla, ahora que ésta depuso las armas?, ¿Qué actitud asumirá el Estado colombiano y sus fuerzas armadas ante la existencia y actividad creciente del paramilitarismo, verdadera amenaza a la paz y la democracia en su territorio y en el de los países vecinos?, y yendo un poco más lejos, ¿Qué hará el putrefacto Estado monárquico español, ante la propuesta de ETA de seguir el ejemplo colombiano?. 

Con Silvio me pregunto “¿Cuánto de pesadilla quedará todavía, quedará todavía?”.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Un viento que viene de fuera: Estados Unidos amenaza a China


La situación internacional actual se ha visto matizada por una actitud hipócrita del presidente de Estados Unidos, que promueve mayor incertidumbre en el sistema y que sólo puede ser causada por un alto nivel de debilidad o por la estupidez sin límites de un mandatario mediocre. Un eventual triunfo de Hillary Clinton en las próximas elecciones de noviembre, volverá a Estados Unidos a la tradición republicana, de agresividad frontal, agresión e injerencia sin cortapisas que ya conocimos con Nixon, Reagan y los Bush, padre e hijo. Atrás quedará la condición farsante del profesor de Harvard, quien es de los que “tira la piedra y esconde la mano”. 

En el colmo de su desfachatez ha afirmado recientemente que “la paz en Colombia fue una prioridad de su gobierno”, como si no hubiera existido el Plan Colombia, instrumento para favorecer a los carteles de la droga no controlados por la DEA que producen y transportan los estupefacientes necesarios para mantener idiotizados a los jóvenes estadounidenses, a fin de hacerlos más “moldeables” al sistema y de paso, inyectarle un flujo importante de dinero al sistema financiero de su país, evitando así un probable colapso. De la misma manera, sin ruborizarse, dijo que era necesaria la creación de un Estado palestino independiente, al mismo tiempo que llegaba a un acuerdo para aportar 38 mil millones dólares en “ayuda” militar a la entidad sionista en un lapso de 10 años. ¡Qué forma tan extraña de cooperar con la creación de un Estado palestino!

Finalmente en el colmo de su paroxismo fulero y mendaz, llegó a un acuerdo con Rusia y con el legítimo gobierno sirio para gestar un cese al fuego en la guerra en ese devastado país, pero a los pocos días lo boicotea, ordenando un ataque contra las fuerzas armadas sirias que significó la muerte de 62 soldados inermes ante el “fuego amigo”. De la misma manera, bajo su protección, oscuras fuerzas terroristas bombardearon un convoy que transportaba ayuda humanitaria de la ONU. Resultado: cese del alto al fuego y cese de la ayuda humanitaria de la ONU. ¿A quién puede interesar eso? Solo a esas mismas organizaciones terroristas que bajo el influjo y contando con el soporte de las “heroicas” fuerzas armadas de Estados Unidos pasaron a la ofensiva en Alepo, en momentos en que estaban en una situación de franca debilidad en el terreno de las acciones bélicas y también en el ámbito político y diplomático. Sólo una mente perversa y perturbada es capaz de diseñar estas acciones y al mismo tiempo engañar al mundo con una retórica dulcificada y ambigua.

No obstante, mientras todo esto ocurre, siguen sucediendo hechos preocupantes en la región más explosiva del planeta: el Mar del Sur de China, donde se juega la real estabilidad estratégica global y donde Estados Unidos ha hecho presencia para intentar presionar a China, quien apuesta a ser primer poder económico del mundo, sin apelar a la fuerza militar, la intervención, la injerencia y la guerra, rompiendo cualquier paradigma construido en ese sentido a través de la historia. Sin embargo, el gigante asiático se ha visto obligado a desplegar todo su potencial militar defensivo a fin de disuadir a Estados Unidos de su presencia beligerante en un área muy distante de su territorio y muy cercano a las costas de China.

En semanas recientes, varias vicisitudes, poco mencionadas, pusieron la región y el planeta en una situación de extrema tensión. Desde que en 2011, el presidente Obama declarara que esta centuria sería el “siglo asiático de Estados Unidos” sus fuerzas armadas han incrementado la presencia naval y marítima en la región de Asia y el Pacífico, calculándose que en breve plazo mantendrá el 60% de sus fuerzas navales y aéreas en esta región.

Todo esto ocurre en un contexto en el cual Estados Unidos continúa desarrollando iniciativas militares en la zona. La estrategia norteamericana para una guerra con China, conocida como Air Sea Battle, incluye ataques masivos aéreos y con misiles contra su territorio unido a un bloqueo naval de las rutas comerciales por las que China importa suministros de energía y materias primas de Oriente Medio y África, a fin de dañar gravemente su economía. Al mismo tiempo, Washington fortalece la relación con sus aliados Japón, Australia, Filipinas y otros con el fin de cercar a China mediante un sistema de bases y acuerdos militares. Todo esto, sin embargo, crea un peligro real de un conflicto devastador entre ambos países. Para ello Estados Unidos está dispuesto a todo, incluso a que el presidente de Filipinas Rodrigo Duterte, caracterizara a Obama como “hijo de puta” sin que hubiera ninguna reacción por parte de éste o de su gobierno, lo cual hizo evidente que la “necesidad de contener” a China, acepta cualquier barbaridad.

En ese marco, usando el manido recurso de “cometer un error y después pedir perdón” como ha ocurrido recientemente en Siria, la Armada de Taiwán lanzó un misil supersónico desde una base naval, matando a una persona e hiriendo a otras tres. El misil fue lanzado en dirección de la República Popular China, impactando contra un barco pesquero frente a las islas Penghu. Este tipo de misiles tiene un alcance de unos 300 kilómetros suficientes para llegar hasta la costa china en la provincia de Fujian. El vuelo del proyectil terminó a los 75 kilómetros, por lo que no llegó a entrar en el territorio nacional chino sobre el estrecho de Formosa. Evidentemente, Estados Unidos intentaba probar la disposición combativa de la defensa china, usando para ello al gobierno títere de Taiwán. 

Ya en octubre de 2015, la Marina estadounidense llevó a cabo varias maniobras navales dentro de las 12 millas náuticas alrededor de islotes chinos en el Mar de la China Meridional. En junio de este año, dos portaaviones norteamericanos y sus grupos de asalto realizaron unos ejercicios que simulaban un choque armado con China, lo cual trajo como respuesta el mayor despliegue de las fuerzas armadas chinas en un simulacro de defensa en sus costas meridionales entre los días 5 al 11 de Julio, utilizando para ello dos destructores lanzamisiles y una fragata. Estos ejercicios, tuvieron lugar en un área de unos 100.000 km2, y son, sin duda, una clara advertencia a Estados Unidos en contra de más provocaciones en las inmediaciones de las islas chinas. Así mismo, este mes de septiembre China y Rusia realizaron gigantescas maniobras navales en la zona.

De esta forma, se está dando respuesta al alarde de poder estadounidense que llegó a desplegar hasta ocho navíos en la región incluyendo dos portaaviones, dos cruceros y cuatro destructores. Así mismo, el 16 de agosto, China se convirtió en el primer país del mundo en lanzar al espacio un satélite con capacidad para la comunicación cuántica, la cual “está basada en cambios del estado de las partículas subatómicas a través de los cuales se puede establecer un sistema de transmisión de datos muy rápido e imposible de interceptar o manipular, algo que podría tener importantes usos tanto militares como civiles” según el experto militar ruso, Vasili Kashin. En la práctica, esta tecnología anularía toda capacidad de espionaje satelital norteamericano sobre territorio de China, dándole a ésta una ventaja superlativa en la guerra electrónica.

Así mismo, China ha hecho saber que no siente temor ante la agresividad estadounidense en la cercanía de su territorio. El veterano diplomático chino y Presidente de la Universidad de Jinan, Dai Bingguo, ha afirmado que "Beijing no se dejará intimidar aunque Estados Unidos envíe diez portaviones". Por su parte, Yang Yujun, portavoz del Ministerio de Defensa chino ha sido más enfático:"Algunos países, especialmente de fuera de la región, vienen con variados pretextos para ocultar sus propios intereses en un intento de provocar y generar problemas: esto supone una amenaza a la paz de la zona". El portavoz militar ha afirmado que los problemas del mar del Sur de China atañen solo a los países de la región y que Beijing está trabajando con ellos para resolverlos, pero esos esfuerzos se ven entorpecidos por "un viento que viene de fuera". ¿Es un tifón? ¿Es un tornado? No lo sabemos, pero sí sabemos que viene de fuera; en cuanto sus barcos dejen sus provocaciones en el mar, tendremos más paz y seguridad". Como dice el evangelio cristiano “El que tenga oídos, que escuche”.

domingo, 18 de septiembre de 2016

Las nuevas realidades del sistema internacional II


La semana pasada hablábamos del G-20 y los esfuerzos en la búsqueda de un consenso que ayudara a mantener los equilibrios del sistema internacional entre las potencias. Al finalizar el cónclave el presidente chino, anfitrión de la reunión, afirmó que”…se planea construir una economía mundial más inclusiva para promover el desarrollo incluyente y coordinado a fin de que los logros del G-20 puedan beneficiar a todo el mundo. Desde la mirada a este discurso, una reflexión positiva apuntaría a reconocer que un encuentro de líderes mundiales que apunta a la disminución de la contaminación global y a fortalecer la economía global debería ser bien recibida por todos los hombres y mujeres de buena voluntad, sin embargo, los ciudadanos deben saber a qué precio se consigue esto. Solo voy a dar a conocer algunas perlas que se han dicho en eventos recientes para que cada quien saque sus conclusiones:

1. Moscú y Riad están dispuestos a intensificar el diálogo, lo que podría nivelar sus discrepancias actuales acerca del conflicto en Siria, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. "Ambas partes manifestaron el interés por elevar las relaciones bilaterales a un nivel más avanzado en el ámbito económico, comercial, de inversión y político", señaló el portavoz del Kremlin, al comentar un encuentro que el presidente ruso, Vladímir Putin, sostuvo con el príncipe heredero sustituto de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salmán, el principal promotor del apoyo a las organizaciones terroristas en Siria y responsable directo de la invasión a Yemen. El príncipe señaló que el reino saudí prioriza la cooperación con Rusia. "Queremos poner en marcha la rueda de la cooperación económica y no solo asegurarnos de que sigue girando, sino lograr que sea más rápido que ahora", dijo en palabras citadas por la página web del Kremlin.

Todo esto ocurre cuando el filósofo y lingüista estadounidense Noam Chomsky denuncia que Occidente se ha hecho de la “vista gorda” frente a los desmanes de Arabia Saudí. Chomsky afirmó que Estados Unidos. y sus aliados están perfectamente enterados del apoyo que la monarquía wahabita proporciona a grupos terroristas. Según el intelectual estadounidense, “Estados Unidos, Reino Unido y Francia saben que Arabia Saudí está utilizando dinero para aumentar su influencia en la región” Desde su punto de vista, el régimen de Riad, en particular, estimula a organizaciones extremistas de Oriente Medio como el Estado Islámico y el Frente Al Nusra” (el cual cambió de nombre para intentar eludir su carácter terrorista). Afirma que "Occidente, con Estados Unidos a la cabeza, son perfectamente conscientes de que la monarquía árabe, con los bolsillos repletos de dinero, busca ampliar su dominio e influencia en la región, pero no dice nada".

2. Previo a su viaje a Rusia, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan comentó que "Será una visita histórica, un nuevo comienzo. En las conversaciones con mi amigo Vladímir, creo que se abrirá una nueva página en las relaciones bilaterales". Cabe destacar que Rusia es uno de los pocos países que ha apoyado a Erdogán y se ha abstenido de criticar la involución democrática que ha seguido a la asonada militar desde el pasado 15 de julio. Tampoco se ha referido al genocidio kurdo, que emula la tradición turca de hace un siglo cuando exterminaron a millones de armenios. Es pasmoso el silencio de las potencias ante la invasión turca a Siria, bajo el subterfugio de luchar contra ISIS, lo que en realidad oculta el apoyo para que el aspirante a nuevo sultán otomano actúe con total impunidad en su proyecto de limpieza étnica.  


3. "Estoy muy feliz de visitar China por primera vez desde que asumiera oficialmente el cargo de presidente", dijo el “primer mandatario” de Brasil, Michel Temer, el 3 de septiembre en Hangzhou, durante una entrevista con Diario del Pueblo. El 31 de agosto, el presidente Temer asumió oficialmente su cargo. Esa misma noche, su delegación partió hacia China, “lo que demuestra la importancia que Brasil le concede a China y a la Cumbre del G20 de ese año”, según declaraciones del golpista que actúa como presidente de Brasil. El 2 de septiembre, el presidente Xi Jinping utilizó el término "viejo amigo" para describir su relación con el presidente Temer cuando se encontraron de nuevo. En este sentido, Temer dijo: "Creo que el término "viejo amigo” que utilizó el presidente Xi Jinping tiene dos significados; por un lado se refiere a las sólidas relaciones entre China y Brasil; en segundo el presidente Xi se ha reunido en numerosas ocasiones conmigo".

4. El ministro de Defensa del gobierno de Mauricio Macri, Julio Martínez, se pronunció, durante una reunión con su homólogo ruso, Serguéi Shoigú, por profundizar las relaciones con Rusia en materia de defensa. Respecto de la historia de las relaciones diplomáticas entre Argentina y Rusia afirmó que "… debemos profundizarlas y convertirlas en resultados, en alguna relación bilateral profunda, productiva, de cooperación en temas de defensa, en temas de operaciones de paz, los temas que tienen que ver también con las emergencias, y demás temas que en épocas de paz nuestras Fuerzas Armadas tienen que cumplir, y lo vamos a hacer, lo estamos haciendo y creemos que hay un campo importante para transitar junto a usted", dijo el ministro. Martínez reafirmó que "las relaciones que hoy tenemos, en cuanto a la transferencia de tecnología y cooperación en ámbito militar y producción para la defensa, deben ser profundizadas, deben avanzar".

Por su parte, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, afirmó que Moscú está dispuesto a fomentar las relaciones con Buenos Aires en el terreno militar "Estamos satisfechos de que la parte argentina esté dispuesta a ampliar los vínculos en el ámbito militar, y por nuestra parte estamos dispuestos a contribuir al máximo a reforzar la interacción, en particular sobre la base del acuerdo interdepartamental ruso-argentino de cooperación militar que firmamos en 2014", declaró el ministro. Shoigú destacó que Argentina es para Rusia "un socio prometedor en América Latina". "Nuestros países tienen una relación histórica de amistad basada en el respeto mutuo y la confianza. Su visita a Moscú es una clara prueba de ello", dijo a Martínez.

Hace dos años publiqué mi libro “La Balanza de Poder. Las razones del equilibrio del sistema internacional”. Ahí argumenté con varios estudios de caso que el mundo avanzaba hacia una falsa multipolaridad, porque en realidad lo que estaba ocurriendo era un proceso de construcción de equilibrios que aseguraran a las potencias, garantizar un espacio de influencia en función de sus intereses nacionales. Dije que estos podrían coincidir o no con lo de algún país subdesarrollado y que en esa medida se podrían crear alianzas transitorias que debían ser utilizadas para la lucha contra la pobreza y el avance hacia un modelo de desarrollo sostenido, pero que lo único que permitiría a América Latina y el Caribe tener presencia en el mundo global era avanzar hacia su integración. De ahí el supremo esfuerzo de Estados Unidos por impedirlo. Cuando observamos que los representantes de América Latina en el G-20 son el México del violador de derechos humanos y plagiario Peña Nieto, la Argentina del neoliberal Macri y el Brasil del golpista Temer, los cuales son recibidos en gloria y majestad por los líderes globales, podría afirmarse sin ninguna duda que la política y la ética han muerto como vehículo prioritario de las relaciones internacionales, mientras se imponen los intereses económicos, lamentablemente no los de la mayoría de ciudadanos, sino los de las élites. La vida pareciera estar demostrando que la sobrevivencia depende del pragmatismo, del abandono de principios y que la victoria obedece a quien se adapta a estas condiciones. Está en manos de los pueblos romper esta lógica maligna y gestar una democracia real tanto en el ámbito local como en el internacional. 

domingo, 11 de septiembre de 2016

Las nuevas realidades del sistema internacional I

Si afirmo que la guerra fría finalizó y el mundo bipolar caducó no estaré diciendo ninguna novedad, todos coincidirán con esa aseveración. El problema comienza a surgir cuando se discute qué tipo de sistema internacional ha sustituido al que feneció el siglo pasado. Lo cierto es que en los últimos 25 años el mundo no se ha podido poner de acuerdo para estructurar un modelo que sea ventajoso para llevar adelante los más preciados anhelos de la humanidad: vivir en paz, utilizar los recursos para el desarrollo, eliminar el hambre, evitar las epidemias, lograr el acceso universal al agua e impedir el proceso continuo de destrucción del planeta, entre otros. Nadie podrá dudar que el capitalismo fracasó en hacer un planeta vivible solucionando esas elementales demandas para la vida humana.

Es común escuchar que tras la imposibilidad de Estados Unidos por implantar un sistema unipolar, avanzamos hacia la construcción de uno multipolar, lo cual es parcialmente cierto toda vez que se ha ampliado la distribución del poder en el sistema internacional. Sin embargo, el problema de fondo es que sea cual sea la estructura política del globo, la misma sigue siendo injusta, sobre todo porque su característica primordial es la exclusión de la mayoría de la población.

Y así será mientras Estados Unidos sea la principal potencia militar y económica del planeta. La multipolaridad deseable para los latinoamericanos y caribeños sería aquella en la que podamos participar a través de un bloque propio en la estructura de poder mundial. En ello, también Estados Unidos ha hecho lo imposible por impedirlo, sobre todo en los últimos 15 años cuando se había avanzado más en esa dirección. Por ello, la integración de América Latina y el Caribe es la más débil y la que menos ha evolucionado en el mundo, incluso por detrás de Asia o África. Si en aquellas regiones, el factor ideológico dejó de tener importancia para las relaciones internacionales, en América Latina, 25 años después del fin de la guerra fría, Estados Unidos sigue estimulando su validez a nivel regional.

Decía que la existencia de un mundo multipolar es parcialmente cierta porque su existencia supone bloques de poder en conflicto, es decir la lucha por el poder existe en medio de la no aceptación del papel relevante que otro actor pueda tener y se lucha por el desgaste del rival como potencia planetaria. En realidad lo que observamos es una tendencia al equilibrio, dada la imposibilidad de un actor de imponerse sobre otro. En esa medida, aunque el conflicto es retórico, lo real es la cooperación y la búsqueda de los acuerdos. Eso sería muy sano para el planeta si efectivamente condujera a la paz y a evitar la destrucción del medio ambiente. Lamentablemente no es así, porque el equilibrio de los poderosos, se sustenta en la exclusión de la mayoría.

En ese contexto, como decía antes, a pesar que Estados Unidos nos sigue imponiendo el factor ideológico como eje articulador de las relaciones internacionales, los poderosos prescindieron de esa condición y ahora imponen una lógica basada en los intereses nacionales, alejados de principios y donde el “sálvese quien pueda” es la norma del comportamiento de los gobiernos, sea cual sea su orientación política o ideológica. Casi la totalidad de los países han comenzado a adoptar tal conducta, donde la ética ha dejado de ser un valor que se imponga en el ámbito internacional.

La cercanía (subordinación en algunos casos) de un país del sur a una u otra potencia jamás será garantía de salvaguarda frente a la agresión imperial. Las amistades son coyunturales y sujetas a los vaivenes del poder y a los intereses tácticos de las potencias, así como a los equilibrios necesarios para hacer valer esos intereses. La reciente Cumbre del G-20 celebrada en China es una expresión clara de esta tendencia.

Previo a ese evento, se realizó en la ciudad rusa de Vladivostok, el Foro Económico de Oriente. En tal evento, se concretó una reunión entre el presidente de ese país Vladimir Putin y su homóloga surcoreana, Park Geun-hye.

Refiriéndose a la república Popular Democrática de Corea, Putin afirmó "… que nuestros países no aceptarán el autoproclamado estatus nuclear de Pyongyang". Tras el apoyo recibido, la presidenta surcoreana Park fue enfática al decir "Es muy importante resolver cuanto antes el problema nuclear norcoreano, que representa la mayor amenaza a la seguridad en esta región". Nada se habló de la verdadera amenaza para la península coreana y para toda la región que es la presencia de un contingente de más de 30 mil soldados estadounidenses, acompañados de misiles, barcos y aviones que alteran la correlación de fuerzas militares en la península y que están estacionados ahí desde muchas décadas antes que se iniciara el programa nuclear norcoreano. Por otro lado, si se trata de programas militares nucleares no autorizados, por qué no se dice nada respecto del de Israel que significa una amenaza permanente, bajo protección de Estados Unidos, a toda la región del Medio oriente y el norte de África. La ley debería aplicarse para todos por igual o, ¿es que acaso hay un acuerdo secreto entre las potencias en ese sentido?.

En el mismo evento, y a pesar de profundas contradicciones por el diferendo territorial en las islas Kuriles, Rusia y Japón empezaron a evaluar una asociación económica, “lo que es algo positivo porque en el ámbito político existen muchas diferencias””, según la opinión de Dmitri Streltsov, director de Estudios Orientales del Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú quien agregó que ”…la visita de Putin a Japón, la cual ha sido aplazada en varias ocasiones, se realizará en diciembre conforme a lo previsto”. Es evidente que a diferencia del pasado, hoy, las contradicciones políticas no son óbice para estrechar las relaciones económicas.

La tendencia se mantuvo y profundizó durante la Cumbre del G-20 que se inició en días posteriores en China. En ese ámbito, mientras las tensiones entre Estados Unidos y el gigante asiático se incrementan por la actitud militar injerencista de la potencia norteamericana en el mar de la China Meridional, los presidentes de los dos países anunciaron la ratificación de ambos del Acuerdo de París sobre cambio climático, dándole al mundo un respiro de alivio en ese sentido si es que lo llegaran a cumplir, toda vez que entre ambos producen el 40% de las emisiones contaminantes globales, mientras que se necesitan que los causantes de hasta un 55% de las mismas y 55 países lo ratifiquen para que entre en vigor.

En el evento, donde hubo un llamado del presidente chino a poner la política en segundo plano y preocuparse más de la búsqueda de beneficios económicos que puedan ser accesibles para los países subdesarrollados, se realizaron innumerables reuniones bilaterales que parecían superar las tensiones de una conflictividad mundial, signada por la guerra en Siria, el diferendo en Ucrania, la agresividad imperial de Estados Unidos en América Latina y el Caribe, el desmembramiento del estado de bienestar en Europa, así como las amenazas desintegradoras al interior de la Unión Europea y la incapacidad del viejo continente por detener las olas de migrantes que huyen de guerras creadas por ellos mismos. (CONTINUARÁ)

sábado, 3 de septiembre de 2016

Brasil y Venezuela. Entendiendo el problema del poder


 
















La semana política de América Latina estuvo signada por trascendentes eventos de carácter contradictorio. Por una parte, el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia llegaron a un compromiso para el cese definitivo del fuego, lo cual allana el camino para que los Acuerdos de La Habana puedan seguir avanzando hacia su implementación. Así mismo, en Cuba, específicamente, la ciudad de Santa Clara, la misma que recibió alborozada el 1° de enero de 1959 al Comandante Ernesto Che Guevara, ahora acogió el primer vuelo comercial directo de Estados Unidos a la isla antillana.

Pero los acontecimientos que coparon el universo informativo fueron el fallido intento de la oposición venezolana de “toma de Caracas”, y sobre todo la destitución ilegítima de la presidenta Dilma Rousseff por el senado brasileño.

Estos sucesos son indudable expresión paradójica del sentido dialéctico de la historia que nos muestra que su desarrollo no es lineal y que está sujeta a condiciones objetivas y subjetivas que indican su rumbo, ritmo y devenir. Brasil y Venezuela nos señalan algunas experiencias que vale la pena rescatar de cara al futuro. Esbocé algunas ideas al respecto en artículo publicado durante la primera semana de mayo de este año, pero ante la consumación de hechos que transformaron el acontecer histórico, vale la pena volver a ellos.

Decía en aquella ocasión ( y me disculpan por repetirlo) que: “Las nociones de respeto a la pluralidad, soberanía popular, representación, vocación de servicio, honorabilidad y honestidad administrativa entre otras, vinculadas al quehacer cotidiano de la democracia y la política han sido sustituidos por discernimientos de carácter económico como costo-beneficio, intereses personales, posibilidades de obtener ganancias y poder, lobbies empresariales, financiamiento de campañas y recuperación de la inversión, que han hecho que el discurso con el que durante siglos nos han atiborrado el sentimiento y la razón, no sea más que verborrea barata o dicho en buen castellano, masturbaciones mentales para capturar incautos.

Los sucesos de Brasil demuestran fehacientemente que el poder político está desapareciendo para dar paso a la dictadura de las empresas, los mercados y los poderosos que tienen capacidad de comprar cualquier cosa, incluyendo a los políticos, la mayoría de los cuales no parecen tener problemas en ponerse precios en el mercado. En esa medida, también como lo señala la experiencia brasileña, los partidos políticos han sido desplazados por los medios de comunicación (en particular la cadena Globo) como los creadores de la agenda”­­­.

Ahora, una vez que definitivamente Dilma ha sido desplazada de la presidencia, mientras que el gobierno de Venezuela resiste brutales embates de una oposición que se ha visto obligada a ceder el liderazgo a la Embajada de Estados Unidos, la cual, cansada de despilfarrar dinero ha impuesto una línea de conducta más acorde a sus intereses estratégicos, vale la pena debatir sobre democracia, poder y gobierno.

¿Qué clase de democracia puede ser aquella en la que 61 individuos, entre los cuales 41, son potenciales delincuentes pueden torcer la voluntad de 54 millones de electores? Esto vulnera su propio concepto: “gobierno del pueblo”. Por eso, hay que aclarar, -y esta situación lo ha hecho- que la democracia no es un problema de números ni de mayorías, eso es retórica barata. Es un problema de poder. Es lo que le permite al presidente de Estados Unidos ejercer su cargo a pesar de ser elegido por menos del 25 % de los ciudadanos en edad de ejercer el voto, lo cual nadie se atreve a cuestionar.

El golpe de Estado que se ha consumado en Brasil, mientras la mayoría de los gobiernos “democráticos” de la región se hacen de la “vista gorda” y ante el cual, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) -supongo que en nombre de la OEA- solo ha expresado “preocupación”, no es otra cosa que muestra viva de la anti-democracia, el instrumento mediante el cual la oligarquía se propone recomponer un resultado electoral que le ha sido adverso en cuatro comicios presidenciales continuos, en los que supuestamente el pueblo manifestó su voluntad. Para las élites de poder, estas no son más que patrañas, en las que se pueden defecar cuando quieren.

De esa manera, se entronizan gobiernos neoliberales que excluyen a la mayoría de la población, a fin de maximizar ganancias para las grandes empresas locales y transnacionales a los cuales se entregará el país con total impunidad. Este modelo de democracia representativa que tiene su origen ­­en los planteamientos del filósofo inglés John Locke, adquiere su dimensión actual a mediados del siglo pasado cuando se concibe la democracia no como un objetivo a lograr, sino como un método de elección y legitimación de autoridades, mediante la competencia de élites que dirimen sus diferencias en paz y con un electorado preferiblemente indiferente y despreocupado de la política. Esta teoría de democracia de carácter elitista es la que se ha impuesto en Occidente y en la mayor parte del mundo. Los ciudadanos están ajenos a la toma de decisiones, por lo que no son sujeto de la política, sino objeto de las decisiones de las élites.

Este concepto de democracia en el que está formada la clase política dirigente de América Latina, se expresa de forma práctica en el desprecio por los pueblos y en su impertérrita voluntad de pasar por encima de ella, cuando la misma no le sirve a sus intereses. De ahí, que los recientes golpes de Estado en Honduras, Paraguay y ahora Brasil no sean más que la continuidad de procesos democráticos que se han hecho caducar, ahora no utilizando a las fuerzas armadas, sino al parlamento como ejecutor de las operaciones. El resultado es el mismo: la burla de la voluntad popular.

Pero, no se trata de llorar, finalmente el imperio y sus adláteres latinoamericanos siguen el mismo guión desde hace siglos. Si tienen algo claro, es cómo defender sus intereses. Hoy, el problema es que lamentablemente las izquierdas le facilitan su trabajo, cuando una vez instalados en el gobierno, se cometen errores que desmovilizan al pueblo, alejándose de quienes los eligieron. Peor aún, suponen que hacer alianzas con sus enemigos de clase, les va a facilitar el trabajo, sin entender que las oligarquías no van por migajas, sino por todo el poder. En esas condiciones, en años recientes y estando en el gobierno, algunas izquierdas, entre las que lamentablemente destaca el PT de Brasil se han transformado en los grandes defensores del Estado capitalista y la democracia representativa, sin entender que llegar al gobierno es solo un paso para tomar el poder y entregarlo al pueblo. Que ese sea un proceso largo, de muchos años, tal vez siglos de duración, es otra cosa, pero solo teniendo claridad del objetivo estratégico se pueden hacer concesiones de carácter táctico. Es un problema de hegemonía y de entender cuál es el problema cardinal, que es el del poder.

Es lo que no entendió el PT en Brasil y están comenzando a entender los chavistas en Venezuela. Dilma y Lula pensaron que por haber llegado al gobierno, habían obtenido el poder, cuando en realidad los instrumentos de coerción del Estado: Fuerzas Armadas, policía y Poder Judicial, siguieron siempre en manos de sus opositores, y ahora, son los que derrocaron a Dilma. Es lo que permite que Maduro y los chavistas sigan en el gobierno. La oposición, -como quedó demostrado el pasado jueves 1° de septiembre- no lo ha logrado entender. En Venezuela, la oposición no tuvo sus 61 senadores y aunque movilizaron miles de ciudadanos, no logran entender –como si lo ha hecho la Embajada de Estados Unidos- que el problema no es numérico porque la democracia, –repito- no es un problema de números, es de poder.

Habiendo movilizado decenas de miles de ciudadanos no lograron ninguno de sus objetivos políticos: no pudieron llegar a Miraflores para desatar un show mediático que iba a ser transmitido al mundo por las grandes corporaciones de la comunicación global; no pudieron desatar la violencia como método de hacer política porque la misma fue desactivada por las agencias de seguridad del gobierno en los días previos; no pudieron liberarse de la ambigüedad respecto de su voluntad violentista, porque tienen dudas de su propia capacidad de conducción; no pudieron quebrar a las fuerzas armadas, ni siquiera a un sector de ellas o a algún oficial de alto rango; finalmente no pudieron derrocar al gobierno. Esto fue lo que la élite que dirige la oposición prometió a sus militantes y eso fue lo que no pudo cumplir. De ahí el desasosiego, la frustración y la rabia manifestada en la noche.


El gobierno de Venezuela utilizando los instrumentos de poder que la Constitución le concede, desactivó todo intento golpista, impidiendo así que el expediente Brasil no pudiera ser usado en Caracas.

Mientras estas cosas ocurren en Brasil, y cuándo la guerra en Colombia parece estar concluyendo porque, por una parte los objetivos políticos de la guerrilla no pudieron ser conseguidos por vía armada y por otra, el gobierno entendió que no iba a lograr ganar la guerra en el terreno militar y decidieron recurrir a la democracia representativa para dirimir sus diferencias, las oligarquías en otras latitudes pretenden empujar a los pueblos a tener que apelar a otros medios para hacer respetar su voluntad.

No quisiera que ello aconteciera, pero para mi desdicha, esta situación me hizo recordar el poema “¡Izquierda, marchen!” escrito por el poeta ruso Vladimir Maiakovsky en 1932:

                                                    ¡Adelante! ¡Marchemos! ¡Marchemos!
                                                        ¡Basta ya de frases y de parches!
                                                       ¡Hay que poner fin a la frivolidad!
                                                   ¡Tiene la palabra el Camarada Máuser*!

*Fusil insigne del ejército alemán desde finales del siglo XIX y hasta la Segunda Guerra Mundial

viernes, 19 de agosto de 2016

Migración y deportes: la hipocresía de los países ricos


Las investigaciones científicas han demostrado que los seres humanos se han desplazado a lo largo y ancho del planeta desde que se conoce su existencia en el mismo. Es una de sus condiciones naturales, tal vez una de las más importantes y trascendentes. Lo particular han sido los estudios que se han hecho a partir de las circunstancias en que se produjeron y las repercusiones en términos políticos, económicos, sociales y culturales que han tenido en sus diferentes contextos a través de la historia. Los instrumentos que los poderosos utilizaron en cada etapa, signan su validez o repudio según sea el caso.

La creación de Estados nacionales en Europa a partir del siglo XVII y la expansión por la fuerza de las monarquías del viejo continente, creo regímenes coloniales que dividieron pueblos, alteraron tradiciones, culturas y costumbres, además de violentar fronteras donde existían y establecerlas donde no las había.  El colonialismo creó nuevos países en los que se impusieron las usanzas, cultura, religión e idioma de las metrópolis. Sin embargo,  a pesar del esfuerzo por imponer una lógica universal eurocéntrica, en cada rincón del globo, los pueblos avasallados, enfrentaron, -en virtud de su mayor o menor potencia cultural y de su fuerza civilizatoria- la propagación maligna que se les impuso  a través  de esta avalancha, dada en llamarse modernidad.

El siglo XIX impuso una aceleración del proceso colonial a través de la ocupación de territorios y la reducción de los pueblos, utilizando para ello cualquier instrumento que los poderes europeos tuvieran a su alcance. Por supuesto, este “nuevo acontecimiento” iba a tener impactos significativos en los movimientos poblacionales que durante aproximadamente un siglo y medio hicieron que el planeta se fuera construyendo demográficamente de otra manera. Además, la intrusión de Estados Unidos como potencia que desde finales del siglo XIX pugnaba por ganarse un espacio en el concierto de los países que tomaban las decisiones, mientas que de forma similar, Rusia aspiró a lo mismo desde principios del siglo XX, –aunque desde otra perspectiva ideológica-, y la ubicación geográfica de ambos actores, fuera de la Europa Occidental irrumpió en la estructura política del planeta durante la segunda mitad de la pasada centuria, estableciendo una nueva lógica a partir, -sobre todo- de la ilimitada expansión de la economía estadounidense, lo cual instauró expresiones inéditas de los desplazamientos humanos.

En tiempos más recientes (desde finales del siglo XX), este proceso generó indudables transformaciones identitarias, que han conllevado entre otras cosas a la cuasi desaparición de ciertas “homogeneidades”, las innovaciones en la creación de políticas públicas en materia de educación y cultura y a profundas mutaciones en las estructuras de la sociedad y la economía.

Estados Unidos y Europa se han visto sometidos, casi desde los mismos comienzos del siglo XXI  a una serie de sucesos que han puesto en evidencia el fracaso de sus políticas migratorias: incremento de acciones violentas, manifestaciones crecientes de inmigrantes afectados por decisiones gubernamentales, exclusión de las minorías y exacerbación del racismo, el chovinismo y la xenofobia, todo lo cual ha sido acentuado por la suposición mecánica de que un inmigrante es un terrorista potencial a la luz de la política de “guerra al terrorismo” inaugurada por el Presidente Bush después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

La ola humana de migrantes proveniente de los países del Oriente Medio, que se calcula en alrededor de 18 millones de ciudadanos indocumentados llegados a territorio europeo, antes de la “primavera árabe” y el comienzo de la guerra en Siria han cambiado para siempre la perspectiva del quehacer gubernamental de los países de Europa, haciendo de este tema  una prioridad en la discusión para la toma de decisiones políticas y económicas. A mediados de la década pasada, se calculaba que Palestina, Turquía, Marruecos y Egipto tenían cada uno dos millones y medio de ciudadanos viviendo en Europa, así mismo, la cifra alcanza a un millón para Argelia y medio millón para Túnez y Líbano según cifras que aporta el reconocido antropólogo e investigador mexicano Andrés Fábregas Puig. La guerra en Siria, el surgimiento del Estado Islámico, la expansión de Al Qaeda, todo bajo paraguas y visto bueno occidental ha venido a incrementar a niveles alarmantes estas cifras.

Sin embargo, revisando alguna información, encontramos que en Estados Unidos la cifra más alta  a la que llegó el número de migrantes indocumentados fue de 12,2 millones en 2007, lo cual representaba el 4 % de su población, Italia, recibió 167 mil inmigrantes en 2014 según Euronews. Por su parte datos oficiales de la Unión Europea señalan  que en 2013 todos los países que la conforman recibieron 3.4 millones, aunque en el mismo año salieron de ella, 2.8 millones, incluyendo ciudadanos de un país de la Unión que se trasladaron a otro. Los mayores receptores fueron Alemania con 693 mil dentro de una población total de alrededor de 80 millones, es decir menos del 1% y Reino Unido con 526 mil en una población de 58 millones es decir un poco más del 1%. Al mirar estas cifras no se entiende el escándalo que han armado a fin de tratar de encontrar respuestas para un problema que ellos mismos han creado. Solo desde una visión racista y xenófoba que ha incubado en las élites del poder y la política puede explicarse la histeria frente a un problema que como hemos explicado es tan antiguo como la humanidad misma. ¿Qué hubiera pasado si -como Venezuela-,  recibieran a 6 millones de migrantes, de una población total de alrededor de 30 millones, es decir el 20 % de la población (solo contando a los colombianos) que han llegado al país por un problema que Venezuela no generó y que responde exclusivamente a las paupérrimas condiciones de vida del país vecino, la guerra interna, la delincuencia organizada y el paramilitarismo?. ¿Acaso el Presidente Chávez pidió ayuda internacional para concederle a esos inmigrantes todos los derechos sociales con que cuentan los ciudadanos nacidos en el país, incluyendo, salud y educación enteramente gratuita y posibilidad de obtener una vivienda digna en igualdad de condiciones que los venezolanos?

Pero, en realidad lo que motivó esta nota, es la consumación ante miles de millones de ciudadanos de todo el mundo de un acto que devela la mayor hipocresía que jamás se podría haber esperado de los “dueños del planeta”. La inauguración de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro mostraron  el desfile de una delegación de migrantes que compitieron bajo las banderas del Comité Olímpico Internacional (COI), decenas de litros de lágrimas se derramaron por tal “acto de humanidad” que se insertaba en un supuesto espíritu olímpico. Espíritu que por cierto, borró del juramento inicial de los juegos la palabra Patria, que se utilizó por primera vez en Amberes 1920, cuando los deportistas se comprometían  “…por el honor de nuestra patria y por la gloria del deporte” para mutarla  a “por la gloria del deporte y el honor de nuestros equipos” que se usa ahora, por supuesto, en el proceso de mercantilización del deporte que tiende a olvidar los valores insuflados al olimpismo por el Barón de Coubertin y que son expresión del verdadero espíritu que debería primar en los Juegos.

Lo risible de esta delegación de migrantes (seguramente inventada para darse golpes de pecho por los mafiosos que dirigen el deporte mundial) es que cuando comenzaron los eventos, se pudo observar por ejemplo, al equipo de futbol de Suecia compuesto por tres deportistas de origen africano y cuatro árabes, o a una jugadora alemana de tenis de mesa de origen chino, recibiendo instrucciones… en mandarín de su técnica también alemana, y de origen chino. Así mismo, un ucraniano de origen croata  que competía en el mismo deporte con un bosnio que representaba a Eslovenia. Vimos a un pesista mexicano de origen cubano, a un voleibolista ruso participando por Italia y a Pedroso una cubana que también compitió por Italia en 400 mts. con vallas. No dejó de sorprenderme la judoca alemana de apellido Vargas, la futbolista de Dinamarca, en cuyo dorsal pudo leerse “Gómez” y el pesista Robles de Estados Unidos, así como el atleta británico de 400 mts. de apellido no muy inglés Uhorhogu, y al voleibolista italiano Egoru, negros ambos como sus ancestros evidentemente venidos de África.

                                     
Pero, lo que rebasó todo umbral de ironía y descaro  respecto del origen de los atletas y la inmoralidad que conlleva esta mirada sobre los inmigrantes es que de la delegación de Bahréin compuesta por 35 deportistas, 10 nacieron en Kenia, 7 en Etiopía, 6 en Nigeria, 3 en Marruecos, 2 en Jamaica, 1 en Rusia y solo 6 en su país. Este caso, no es más que un vulgar robo de talentos por parte de una monarquía corrupta y desvergonzada.



No tengo duda que si los migrantes, o los hijos de migrantes hubieran integrado una sola delegación, ésta sería la más numerosa de todas las que participaron y posiblemente la que mayor cantidad de medallas hubiera obtenido. Mientras los gobiernos reprimen brutalmente la emigración, y tratan de impedirla por la fuerza, se vanaglorian por los éxitos que sus naciones obtienen a través de estos talentos que independientemente del país por el que compitieron son expresión de lo mejor de esta humanidad diversa y multicultural que tiene todo el derecho de desplazarse a donde quiera por el sueño de una vida mejor.  También son expresión de lo peor del capitalismo putrefacto y decadente que lamentablemente ha transformado al deporte en un negocio y a los atletas en mercancía.

sábado, 13 de agosto de 2016

Fidel. Noventa años. II


La semana pasada explicábamos a través de un ejemplo, cómo la capacidad de Fidel le permitió diseñar acciones combativas sin jamás haber estado en el terreno de las operaciones, así como tener la visión para predecir las acciones estratégicas que Somoza (asesorado por Estados Unidos) iba a perfilar, a fin de derrotarlas en el terreno bélico, el de la política y el de las relaciones internacionales, lo que le habilitó para construir una amplia alianza de países con gobiernos de distinto signo que coadyuvaron a la derrota de la dictadura. En el artículo mencionado señalé que al referirse a los combatientes internacionalistas, la valoración que Fidel hizo del cumplimiento de la misión es contundente. En su libro “La paz en Colombia” expuso que “´…escribieron una página imborrable en la historia de América Latina, tarea que prosiguió después de la victoria, junto al esfuerzo solidario e irrestricto de nuestro país`”.

Fidel realizó su primer viaje a Nicaragua al conmemorarse el primer aniversario de la Revolución Sandinista en julio de 1980. Allí cumplió una nutrida agenda de trabajo y de visitas. Nosotros ya teníamos un año en el país y conocíamos bastante bien la capital Managua, en ese entonces una ciudad de 340 mil habitantes. Aunque por mis responsabilidades, me tocó trabajar directamente en el plan de cobertura antiaérea del evento, la mayoría de mis compañeros fueron convocados para participar como personal de apoyo a la seguridad del Comandante. Fidel quiso conocer el Parque Nacional Volcán Masaya, cuya entrada está ubicada en el Km. 23 de la carretera de Managua a Masaya. La seguridad se desplegó a lo largo de toda la vía desde Managua hasta el Parque. Al regreso, los compañeros se mantenían en sus puestos y fueron alertados que el Comandante volvía a Managua, pero justo en el momento en que salía de la instalación y cuando debía tomar hacia el norte en dirección a la capital, la caravana torció al sur en dirección a Masaya, cundiendo el desconcierto y la sorpresa. Algunos intentaron indagar qué había ocurrido, y la respuesta que recibieron fue que había sido una decisión de último minuto del Comandante. Si algún grupo terrorista o al servicio de oscuras fuerzas contrarrevolucionarias había preparado alguna acción contra la vida de Fidel, se quedó con los preparativos hechos. En ese momento, entendí que el jefe de seguridad de Fidel era él mismo, y que obedecía a un instinto y una sagacidad que se había formado y solidificado después de veinte años de lucha frontal contra el imperio más poderoso del mundo que había puesto todos los recursos humanos, tecnológicos y financieros a su alcance para hacerlo desaparecer físicamente: se contabilizan más de 600 intentos de asesinato de Fidel a través de la historia. Estar vivo y llegar a su noventa cumpleaños en sí mismo es una victoria del pueblo cubano, de sus órganos de seguridad y del propio Fidel que crearon eficientes mecanismos para evitar que el gobierno de Estados Unidos, sus agencias y los terroristas a sueldo fracasaran en sus intentos criminales. Fidel logró como David que el Goliat imperial no fuera capaz de apartarlo del camino de lucha trazado que es un ejemplo para todos los hombres y mujeres dignos del planeta.

Algunos años después, en 1986, estando de visita en la Habana, junto a otros dos compañeros fui invitado a una jornada de pesca submarina por el Comandante Fidel Castro. Fuimos trasladados a una zona del sur de la isla donde nos encontramos con Fidel. Al día siguiente de nuestra llegada, después de un frugal desayuno dado la actividad que habríamos de realizar nos dirigimos en una pequeña lancha al lugar donde volví a practicar un deporte después de 15 años, lo cual no dejaba de preocuparme. Durante el trayecto de alrededor de 20 minutos, Fidel iba ensimismado en la lectura de un voluminoso libro.

Al llegar al lugar previamente elegido, uno de mis compañeros, Juan y yo nos lanzamos al mar, Fidel había sido el primero en hacerlo. Juan era buzo profesional y no tardó en sumergirse a la misma profundidad que Fidel, cosa que yo no pude hacer. Debo haber bajado unos 5 o 6 metros y en esa zona me dediqué a buscar algunos ejemplares que no me hicieran quedar tan mal en comparación con mis dos avezados “colegas”. Fidel estaba pronto a cumplir 60 años, y su estado físico era envidiable, se mantenía durante largos minutos en el mar y a una profundidad que debía rondar los 12 metros, solo con máscara y aletas para nadar. Sin embargo, llegó un momento en que decidí que había sido suficiente por ese día y volví a la lancha. Me vi obligado a aguardar que Fidel y Juan concluyeran la faena antes de regresar a tierra firme. La espera no fue corta. En algún momento, comencé a dar vueltas por la lancha y me acerqué al pequeño cubículo de unos 6 metros cuadrados donde había una silla en la que Fidel había estado leyendo durante el viaje. Había varios libros. Fue imposible contener mi curiosidad y tomé el texto que estaba más arriba, estaba lleno de anotaciones y se encontraba marcado mucho más adelante de la mitad, su título en inglés “Biotechnology”. Primera vez que veía esa palabra, de la cual ni siquiera tenía conocimiento en castellano. Para no mostrar mi curiosidad y mucho menos mi ignorancia, no pregunté a nadie de qué se trataba.

El domingo en la tarde regresamos a La Habana, pero la respuesta a mi inquietud la vine a tener apenas el martes siguiente. Ese día, 1° de julio de 1986 fue inaugurado por Fidel, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Cuba, una de las joyas principales de la ciencia cubana, el cual en 30 años ha desarrollado, a pesar del criminal bloqueo estadounidense que impide la obtención de los insumos y la tecnología necesaria, una amplia gama de investigaciones de alto nivel, las cuales puestas al servicio de los ciudadanos cubanos y de muchos países del mundo, han servido para elevar sus niveles de salud y vida digna. Los años han sido testigos de la voluntad personal de Fidel para desarrollar la ciencia y la tecnología, en particular como apoyo a la salud, haciendo extraordinarios esfuerzos financieros que han llevado a transformar a Cuba en un faro en el horizonte de los países en vías de desarrollo, lo cual le permite mostrar índices solo comparables con los de los países más ricos del planeta. El CIGB contribuye al diagnóstico, prevención y tratamiento de casi 30 enfermedades, a través de la producción de una serie de vacunas y otros compuestos, algunos de ellos únicos en el mundo. 

Fui testigo “involuntario” del esfuerzo personal de Fidel por conocer del tema en el momento previo al de la puesta en marcha del CIGB y prepararse para hacer una presentación a Cuba y al mundo del futuro que se iniciaba. En silencio disfruté ese día mientras escuchaba su discurso en el que concretaba lo que había sido la concreción de una visión clarividente del futuro de Cuba, - trazado en los primeros años de la Revolución- a través de la promoción de la biotecnología como una de las principales industrias del futuro desarrollo del país.

En esa época se debatía mucho respecto de la lucha contra las dictaduras y el retorno a la democracia en América Latina. Los gobiernos represores aliados de Estados Unidos habían fenecido en Brasil, Argentina y Uruguay. Chile se estremecía a través de las gigantescas jornadas de lucha de su pueblo en contra del gobierno fascista de Pinochet. Una noche conversamos sobre ese tema con Fidel, propugnábamos una salida revolucionaria a la dictadura. Como siempre, él hacía muchas preguntas, guardando información en su cerebro privilegiado, pero no emitía opinión alguna. Los que participábamos de la reunión anhelábamos conocer su discernimiento al respecto. Fidel era muy mesurado cuando conversaba con revolucionarios de otros países y evitaba formular sentencias terminantes si no se le consultaba directamente respecto a un tema. 

Nosotros insistimos en querer conocer su sentir. Muy tarde, ya en la madrugada dijo “Nadie más que yo quisiera una salida revolucionaria para la tragedia de Chile, pero lo imprescindible es evitar mayores sufrimientos al pueblo chileno, Hay que impedir que sus hijos sigan siendo asesinados, torturados y desaparecidos. No es revolucionario prolongar la agonía de un pueblo, esperando encontrar las mejores condiciones para un triunfo revolucionario” y finalizó “…los revolucionarios chilenos deberían seguir haciendo el esfuerzo que hacen, y hacer su mayor contribución para el fin de la dictadura que es lo inmediatamente necesario”.

No se trata de valorar qué está primero, si el humanista o el revolucionario, un revolucionario verdadero es ante todo profundamente humanista y Fidel nos señalaba que había que tener la grandeza suficiente para hacer avanzar la humanidad, incluso si ello significara que los objetivos propuestos no son alcanzables en el corto plazo. 

Habría muchas otras cosas que contar, muchas otras anécdotas que como dije al comienzo, retratan a un personaje superior, pero el espacio es limitado y no es posible hacerlo como se quisiera. Sirvan estos modestos recuerdos para dar a conocer algunas facetas de este hombre que superó la vida para entrar a la historia como líder de un pueblo digno y heroico al cual condujo mil veces a la victoria.