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viernes, 19 de agosto de 2016

Migración y deportes: la hipocresía de los países ricos


Las investigaciones científicas han demostrado que los seres humanos se han desplazado a lo largo y ancho del planeta desde que se conoce su existencia en el mismo. Es una de sus condiciones naturales, tal vez una de las más importantes y trascendentes. Lo particular han sido los estudios que se han hecho a partir de las circunstancias en que se produjeron y las repercusiones en términos políticos, económicos, sociales y culturales que han tenido en sus diferentes contextos a través de la historia. Los instrumentos que los poderosos utilizaron en cada etapa, signan su validez o repudio según sea el caso.

La creación de Estados nacionales en Europa a partir del siglo XVII y la expansión por la fuerza de las monarquías del viejo continente, creo regímenes coloniales que dividieron pueblos, alteraron tradiciones, culturas y costumbres, además de violentar fronteras donde existían y establecerlas donde no las había.  El colonialismo creó nuevos países en los que se impusieron las usanzas, cultura, religión e idioma de las metrópolis. Sin embargo,  a pesar del esfuerzo por imponer una lógica universal eurocéntrica, en cada rincón del globo, los pueblos avasallados, enfrentaron, -en virtud de su mayor o menor potencia cultural y de su fuerza civilizatoria- la propagación maligna que se les impuso  a través  de esta avalancha, dada en llamarse modernidad.

El siglo XIX impuso una aceleración del proceso colonial a través de la ocupación de territorios y la reducción de los pueblos, utilizando para ello cualquier instrumento que los poderes europeos tuvieran a su alcance. Por supuesto, este “nuevo acontecimiento” iba a tener impactos significativos en los movimientos poblacionales que durante aproximadamente un siglo y medio hicieron que el planeta se fuera construyendo demográficamente de otra manera. Además, la intrusión de Estados Unidos como potencia que desde finales del siglo XIX pugnaba por ganarse un espacio en el concierto de los países que tomaban las decisiones, mientas que de forma similar, Rusia aspiró a lo mismo desde principios del siglo XX, –aunque desde otra perspectiva ideológica-, y la ubicación geográfica de ambos actores, fuera de la Europa Occidental irrumpió en la estructura política del planeta durante la segunda mitad de la pasada centuria, estableciendo una nueva lógica a partir, -sobre todo- de la ilimitada expansión de la economía estadounidense, lo cual instauró expresiones inéditas de los desplazamientos humanos.

En tiempos más recientes (desde finales del siglo XX), este proceso generó indudables transformaciones identitarias, que han conllevado entre otras cosas a la cuasi desaparición de ciertas “homogeneidades”, las innovaciones en la creación de políticas públicas en materia de educación y cultura y a profundas mutaciones en las estructuras de la sociedad y la economía.

Estados Unidos y Europa se han visto sometidos, casi desde los mismos comienzos del siglo XXI  a una serie de sucesos que han puesto en evidencia el fracaso de sus políticas migratorias: incremento de acciones violentas, manifestaciones crecientes de inmigrantes afectados por decisiones gubernamentales, exclusión de las minorías y exacerbación del racismo, el chovinismo y la xenofobia, todo lo cual ha sido acentuado por la suposición mecánica de que un inmigrante es un terrorista potencial a la luz de la política de “guerra al terrorismo” inaugurada por el Presidente Bush después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.

La ola humana de migrantes proveniente de los países del Oriente Medio, que se calcula en alrededor de 18 millones de ciudadanos indocumentados llegados a territorio europeo, antes de la “primavera árabe” y el comienzo de la guerra en Siria han cambiado para siempre la perspectiva del quehacer gubernamental de los países de Europa, haciendo de este tema  una prioridad en la discusión para la toma de decisiones políticas y económicas. A mediados de la década pasada, se calculaba que Palestina, Turquía, Marruecos y Egipto tenían cada uno dos millones y medio de ciudadanos viviendo en Europa, así mismo, la cifra alcanza a un millón para Argelia y medio millón para Túnez y Líbano según cifras que aporta el reconocido antropólogo e investigador mexicano Andrés Fábregas Puig. La guerra en Siria, el surgimiento del Estado Islámico, la expansión de Al Qaeda, todo bajo paraguas y visto bueno occidental ha venido a incrementar a niveles alarmantes estas cifras.

Sin embargo, revisando alguna información, encontramos que en Estados Unidos la cifra más alta  a la que llegó el número de migrantes indocumentados fue de 12,2 millones en 2007, lo cual representaba el 4 % de su población, Italia, recibió 167 mil inmigrantes en 2014 según Euronews. Por su parte datos oficiales de la Unión Europea señalan  que en 2013 todos los países que la conforman recibieron 3.4 millones, aunque en el mismo año salieron de ella, 2.8 millones, incluyendo ciudadanos de un país de la Unión que se trasladaron a otro. Los mayores receptores fueron Alemania con 693 mil dentro de una población total de alrededor de 80 millones, es decir menos del 1% y Reino Unido con 526 mil en una población de 58 millones es decir un poco más del 1%. Al mirar estas cifras no se entiende el escándalo que han armado a fin de tratar de encontrar respuestas para un problema que ellos mismos han creado. Solo desde una visión racista y xenófoba que ha incubado en las élites del poder y la política puede explicarse la histeria frente a un problema que como hemos explicado es tan antiguo como la humanidad misma. ¿Qué hubiera pasado si -como Venezuela-,  recibieran a 6 millones de migrantes, de una población total de alrededor de 30 millones, es decir el 20 % de la población (solo contando a los colombianos) que han llegado al país por un problema que Venezuela no generó y que responde exclusivamente a las paupérrimas condiciones de vida del país vecino, la guerra interna, la delincuencia organizada y el paramilitarismo?. ¿Acaso el Presidente Chávez pidió ayuda internacional para concederle a esos inmigrantes todos los derechos sociales con que cuentan los ciudadanos nacidos en el país, incluyendo, salud y educación enteramente gratuita y posibilidad de obtener una vivienda digna en igualdad de condiciones que los venezolanos?

Pero, en realidad lo que motivó esta nota, es la consumación ante miles de millones de ciudadanos de todo el mundo de un acto que devela la mayor hipocresía que jamás se podría haber esperado de los “dueños del planeta”. La inauguración de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro mostraron  el desfile de una delegación de migrantes que compitieron bajo las banderas del Comité Olímpico Internacional (COI), decenas de litros de lágrimas se derramaron por tal “acto de humanidad” que se insertaba en un supuesto espíritu olímpico. Espíritu que por cierto, borró del juramento inicial de los juegos la palabra Patria, que se utilizó por primera vez en Amberes 1920, cuando los deportistas se comprometían  “…por el honor de nuestra patria y por la gloria del deporte” para mutarla  a “por la gloria del deporte y el honor de nuestros equipos” que se usa ahora, por supuesto, en el proceso de mercantilización del deporte que tiende a olvidar los valores insuflados al olimpismo por el Barón de Coubertin y que son expresión del verdadero espíritu que debería primar en los Juegos.

Lo risible de esta delegación de migrantes (seguramente inventada para darse golpes de pecho por los mafiosos que dirigen el deporte mundial) es que cuando comenzaron los eventos, se pudo observar por ejemplo, al equipo de futbol de Suecia compuesto por tres deportistas de origen africano y cuatro árabes, o a una jugadora alemana de tenis de mesa de origen chino, recibiendo instrucciones… en mandarín de su técnica también alemana, y de origen chino. Así mismo, un ucraniano de origen croata  que competía en el mismo deporte con un bosnio que representaba a Eslovenia. Vimos a un pesista mexicano de origen cubano, a un voleibolista ruso participando por Italia y a Pedroso una cubana que también compitió por Italia en 400 mts. con vallas. No dejó de sorprenderme la judoca alemana de apellido Vargas, la futbolista de Dinamarca, en cuyo dorsal pudo leerse “Gómez” y el pesista Robles de Estados Unidos, así como el atleta británico de 400 mts. de apellido no muy inglés Uhorhogu, y al voleibolista italiano Egoru, negros ambos como sus ancestros evidentemente venidos de África.

                                     
Pero, lo que rebasó todo umbral de ironía y descaro  respecto del origen de los atletas y la inmoralidad que conlleva esta mirada sobre los inmigrantes es que de la delegación de Bahréin compuesta por 35 deportistas, 10 nacieron en Kenia, 7 en Etiopía, 6 en Nigeria, 3 en Marruecos, 2 en Jamaica, 1 en Rusia y solo 6 en su país. Este caso, no es más que un vulgar robo de talentos por parte de una monarquía corrupta y desvergonzada.



No tengo duda que si los migrantes, o los hijos de migrantes hubieran integrado una sola delegación, ésta sería la más numerosa de todas las que participaron y posiblemente la que mayor cantidad de medallas hubiera obtenido. Mientras los gobiernos reprimen brutalmente la emigración, y tratan de impedirla por la fuerza, se vanaglorian por los éxitos que sus naciones obtienen a través de estos talentos que independientemente del país por el que compitieron son expresión de lo mejor de esta humanidad diversa y multicultural que tiene todo el derecho de desplazarse a donde quiera por el sueño de una vida mejor.  También son expresión de lo peor del capitalismo putrefacto y decadente que lamentablemente ha transformado al deporte en un negocio y a los atletas en mercancía.

sábado, 13 de agosto de 2016

Fidel. Noventa años. II


La semana pasada explicábamos a través de un ejemplo, cómo la capacidad de Fidel le permitió diseñar acciones combativas sin jamás haber estado en el terreno de las operaciones, así como tener la visión para predecir las acciones estratégicas que Somoza (asesorado por Estados Unidos) iba a perfilar, a fin de derrotarlas en el terreno bélico, el de la política y el de las relaciones internacionales, lo que le habilitó para construir una amplia alianza de países con gobiernos de distinto signo que coadyuvaron a la derrota de la dictadura. En el artículo mencionado señalé que al referirse a los combatientes internacionalistas, la valoración que Fidel hizo del cumplimiento de la misión es contundente. En su libro “La paz en Colombia” expuso que “´…escribieron una página imborrable en la historia de América Latina, tarea que prosiguió después de la victoria, junto al esfuerzo solidario e irrestricto de nuestro país`”.

Fidel realizó su primer viaje a Nicaragua al conmemorarse el primer aniversario de la Revolución Sandinista en julio de 1980. Allí cumplió una nutrida agenda de trabajo y de visitas. Nosotros ya teníamos un año en el país y conocíamos bastante bien la capital Managua, en ese entonces una ciudad de 340 mil habitantes. Aunque por mis responsabilidades, me tocó trabajar directamente en el plan de cobertura antiaérea del evento, la mayoría de mis compañeros fueron convocados para participar como personal de apoyo a la seguridad del Comandante. Fidel quiso conocer el Parque Nacional Volcán Masaya, cuya entrada está ubicada en el Km. 23 de la carretera de Managua a Masaya. La seguridad se desplegó a lo largo de toda la vía desde Managua hasta el Parque. Al regreso, los compañeros se mantenían en sus puestos y fueron alertados que el Comandante volvía a Managua, pero justo en el momento en que salía de la instalación y cuando debía tomar hacia el norte en dirección a la capital, la caravana torció al sur en dirección a Masaya, cundiendo el desconcierto y la sorpresa. Algunos intentaron indagar qué había ocurrido, y la respuesta que recibieron fue que había sido una decisión de último minuto del Comandante. Si algún grupo terrorista o al servicio de oscuras fuerzas contrarrevolucionarias había preparado alguna acción contra la vida de Fidel, se quedó con los preparativos hechos. En ese momento, entendí que el jefe de seguridad de Fidel era él mismo, y que obedecía a un instinto y una sagacidad que se había formado y solidificado después de veinte años de lucha frontal contra el imperio más poderoso del mundo que había puesto todos los recursos humanos, tecnológicos y financieros a su alcance para hacerlo desaparecer físicamente: se contabilizan más de 600 intentos de asesinato de Fidel a través de la historia. Estar vivo y llegar a su noventa cumpleaños en sí mismo es una victoria del pueblo cubano, de sus órganos de seguridad y del propio Fidel que crearon eficientes mecanismos para evitar que el gobierno de Estados Unidos, sus agencias y los terroristas a sueldo fracasaran en sus intentos criminales. Fidel logró como David que el Goliat imperial no fuera capaz de apartarlo del camino de lucha trazado que es un ejemplo para todos los hombres y mujeres dignos del planeta.

Algunos años después, en 1986, estando de visita en la Habana, junto a otros dos compañeros fui invitado a una jornada de pesca submarina por el Comandante Fidel Castro. Fuimos trasladados a una zona del sur de la isla donde nos encontramos con Fidel. Al día siguiente de nuestra llegada, después de un frugal desayuno dado la actividad que habríamos de realizar nos dirigimos en una pequeña lancha al lugar donde volví a practicar un deporte después de 15 años, lo cual no dejaba de preocuparme. Durante el trayecto de alrededor de 20 minutos, Fidel iba ensimismado en la lectura de un voluminoso libro.

Al llegar al lugar previamente elegido, uno de mis compañeros, Juan y yo nos lanzamos al mar, Fidel había sido el primero en hacerlo. Juan era buzo profesional y no tardó en sumergirse a la misma profundidad que Fidel, cosa que yo no pude hacer. Debo haber bajado unos 5 o 6 metros y en esa zona me dediqué a buscar algunos ejemplares que no me hicieran quedar tan mal en comparación con mis dos avezados “colegas”. Fidel estaba pronto a cumplir 60 años, y su estado físico era envidiable, se mantenía durante largos minutos en el mar y a una profundidad que debía rondar los 12 metros, solo con máscara y aletas para nadar. Sin embargo, llegó un momento en que decidí que había sido suficiente por ese día y volví a la lancha. Me vi obligado a aguardar que Fidel y Juan concluyeran la faena antes de regresar a tierra firme. La espera no fue corta. En algún momento, comencé a dar vueltas por la lancha y me acerqué al pequeño cubículo de unos 6 metros cuadrados donde había una silla en la que Fidel había estado leyendo durante el viaje. Había varios libros. Fue imposible contener mi curiosidad y tomé el texto que estaba más arriba, estaba lleno de anotaciones y se encontraba marcado mucho más adelante de la mitad, su título en inglés “Biotechnology”. Primera vez que veía esa palabra, de la cual ni siquiera tenía conocimiento en castellano. Para no mostrar mi curiosidad y mucho menos mi ignorancia, no pregunté a nadie de qué se trataba.

El domingo en la tarde regresamos a La Habana, pero la respuesta a mi inquietud la vine a tener apenas el martes siguiente. Ese día, 1° de julio de 1986 fue inaugurado por Fidel, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Cuba, una de las joyas principales de la ciencia cubana, el cual en 30 años ha desarrollado, a pesar del criminal bloqueo estadounidense que impide la obtención de los insumos y la tecnología necesaria, una amplia gama de investigaciones de alto nivel, las cuales puestas al servicio de los ciudadanos cubanos y de muchos países del mundo, han servido para elevar sus niveles de salud y vida digna. Los años han sido testigos de la voluntad personal de Fidel para desarrollar la ciencia y la tecnología, en particular como apoyo a la salud, haciendo extraordinarios esfuerzos financieros que han llevado a transformar a Cuba en un faro en el horizonte de los países en vías de desarrollo, lo cual le permite mostrar índices solo comparables con los de los países más ricos del planeta. El CIGB contribuye al diagnóstico, prevención y tratamiento de casi 30 enfermedades, a través de la producción de una serie de vacunas y otros compuestos, algunos de ellos únicos en el mundo. 

Fui testigo “involuntario” del esfuerzo personal de Fidel por conocer del tema en el momento previo al de la puesta en marcha del CIGB y prepararse para hacer una presentación a Cuba y al mundo del futuro que se iniciaba. En silencio disfruté ese día mientras escuchaba su discurso en el que concretaba lo que había sido la concreción de una visión clarividente del futuro de Cuba, - trazado en los primeros años de la Revolución- a través de la promoción de la biotecnología como una de las principales industrias del futuro desarrollo del país.

En esa época se debatía mucho respecto de la lucha contra las dictaduras y el retorno a la democracia en América Latina. Los gobiernos represores aliados de Estados Unidos habían fenecido en Brasil, Argentina y Uruguay. Chile se estremecía a través de las gigantescas jornadas de lucha de su pueblo en contra del gobierno fascista de Pinochet. Una noche conversamos sobre ese tema con Fidel, propugnábamos una salida revolucionaria a la dictadura. Como siempre, él hacía muchas preguntas, guardando información en su cerebro privilegiado, pero no emitía opinión alguna. Los que participábamos de la reunión anhelábamos conocer su discernimiento al respecto. Fidel era muy mesurado cuando conversaba con revolucionarios de otros países y evitaba formular sentencias terminantes si no se le consultaba directamente respecto a un tema. 

Nosotros insistimos en querer conocer su sentir. Muy tarde, ya en la madrugada dijo “Nadie más que yo quisiera una salida revolucionaria para la tragedia de Chile, pero lo imprescindible es evitar mayores sufrimientos al pueblo chileno, Hay que impedir que sus hijos sigan siendo asesinados, torturados y desaparecidos. No es revolucionario prolongar la agonía de un pueblo, esperando encontrar las mejores condiciones para un triunfo revolucionario” y finalizó “…los revolucionarios chilenos deberían seguir haciendo el esfuerzo que hacen, y hacer su mayor contribución para el fin de la dictadura que es lo inmediatamente necesario”.

No se trata de valorar qué está primero, si el humanista o el revolucionario, un revolucionario verdadero es ante todo profundamente humanista y Fidel nos señalaba que había que tener la grandeza suficiente para hacer avanzar la humanidad, incluso si ello significara que los objetivos propuestos no son alcanzables en el corto plazo. 

Habría muchas otras cosas que contar, muchas otras anécdotas que como dije al comienzo, retratan a un personaje superior, pero el espacio es limitado y no es posible hacerlo como se quisiera. Sirvan estos modestos recuerdos para dar a conocer algunas facetas de este hombre que superó la vida para entrar a la historia como líder de un pueblo digno y heroico al cual condujo mil veces a la victoria.

viernes, 5 de agosto de 2016

Fidel. Noventa años. I



He tenido la extraordinaria oportunidad de transitar a través de la vida en circunstancias inusitadas, lejos de cualquier protagonismo, y en condiciones de disfrute pleno, vivir con pasión los avatares de una existencia marcada por el devenir que señaló el ejemplo de mis padres y su propio derrotero en las luchas por hacer un aporte para la transformación del mundo en un lugar en el que los ciudadanos vivan en condiciones de equidad y libertad.

Eso me llevó a conocer la Cuba de Fidel y hoy cuando estamos a solo días de conmemorar el inicio de su décima década de existencia, vienen a la memoria algunos recuerdos, que sin magnificencia alguna ni grandilocuencias innecesarias, fueron construyendo en mí, la imagen del personaje a través de vivencias directas e indirectas que coadyuvaron a extraer la esencia de un ser humano, que se fue erigiendo en paradigma de la resistencia, el honor, la dignidad, la inteligencia y la valentía a la que se aspiraba, a fin de tener la solvencia y la fortaleza necesaria para superar los escollos y hacer de la vida, un espacio útil y provechoso para los que nos rodean y para la sociedad, a pesar de las feroces arremetidas imperiales que nos ha tocado sufrir en todas las latitudes y en todos los tiempos.

Era octubre de 1976, un grupo de combatientes latinoamericanos cursábamos estudios superiores militares en la Escuela de Artillería de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba (FAR), Comandante Camilo Cienfuegos, ubicada en ese entonces en la fortaleza de La Cabaña en La Habana. Era momento de pruebas finales, habíamos concluido la mayor parte de ellas, pero faltaban “los exámenes estatales” que tomaba una comisión del Alto Mando. Eran sumamente difíciles, por lo que el estudio se desarrollaba con el mismo nivel de intensidad que generaba esa dificultad. El más espinoso de todos era el de táctica y estaba pautado para el día sábado 16. Todo marchaba sin contratiempos hasta que el 6 de octubre, un avión de Cubana de Aviación fue hecho explotar en pleno vuelo con todos sus pasajeros a bordo (la mayoría de ellos, jóvenes deportistas) y tripulantes, en las cercanías de Barbados. La acción terrorista organizada por el gobierno de Estados Unidos y ejecutada por Luis Posada Carriles y otros agentes al servicio de la CIA, causó estupor, dolor e impotencia en el pueblo cubano. Se decidió que el funeral público en la Plaza de la Revolución se realizara el 15 de octubre, (el día antes de nuestro examen). Unánimemente, solicitamos ir a la Plaza, algunos opinaron que se debía pedir una posposición de la fecha, pero la mayoría lo rechazó. A pesar del dolor que nos embargaba, era imposible abstraerse de un sufrimiento colectivo jamás vivido. 

El viernes 15 ante una plaza abarrotada por un pueblo sobrecogido por la consternación que significaba el sacrifico de decenas de inocentes, Fidel hizo un discurso que interpretó como tal vez nunca el sentir popular y concluyó diciendo “No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!”. Ese día comencé a entender que estaba ante un hombre de una estirpe superior, de un ser invencible, cuando solo su convicción, era capaz de levantar a un pueblo herido y hacer temblar con la fuerza de su verbo fulgurante al más poderoso imperio del planeta. Ese día entendí que el pueblo cubano jamás iba a ser derrotado y que la potencia de su quehacer se iba a manifestar más que por sus riquezas materiales, por la fortaleza de su conciencia, que encarnaba el liderazgo de Fidel. 

Desde el mismo momento de nuestra graduación comenzamos a hacer la práctica, mientras solicitábamos que se nos incorporara a las misiones internacionalistas que Cuba a través de sus fuerzas armadas cumplía en Angola o Etiopía, sin embargo tales requerimientos chocaban con la idea de Fidel, que una y otra vez nos hizo saber, que no era el momento y que ya llegaría una oportunidad en que las circunstancias harían más propicia la participación de combatientes no cubanos. Esa posibilidad se hizo patente a mediados de 1979, cuando emanaban los últimos estertores de la dictadura somocista. Nos consultaron si estábamos dispuestos a constituir un contingente que apoyara las acciones que desarrollaba el FSLN en la ofensiva final.

Antes de partir a Nicaragua, Fidel nos informó sobre la situación política y militar en Nicaragua. Nos dijo que el FSLN se había unificado lo que permitió idear un solo plan insurreccional. Nos dio detalles sobre la ubicación de los frentes de guerra y las misiones más generales de cada uno de ellos en el marco de una ofensiva final que debía terminar solo con el fin de la dictadura. Después de esto, pasó a la misión concreta para el contingente que salía. Dijo que íbamos al Frente Sur, que operaba en la frontera con Costa Rica, el cual debía incursionar en una pequeña franja de territorio que iba desde el Lago de Nicaragua hasta el Océano Pacífico. En un artículo que escribí en julio de 2009, para conmemorar el 30 aniversario de esa gesta, relataba de la siguiente forma esa reunión con Fidel: “Explicó que hasta ahora habían sido infructuosas las acciones para consolidar ese frente y que los combatientes nicaragüenses con mucha valentía y heroísmo habían tenido que retirarse a Costa Rica desde donde se preparaba un nuevo ataque a territorio nicaragüense, pero esta vez sobre la Carretera Panamericana a partir del puesto fronterizo de Peñas Blancas”

Más adelante “… nos señaló con firmeza que nuestra misión consistía en apoyar a las columnas guerrilleras sandinistas para mantenerse en el territorio ocupado, que una vez dentro del territorio nicaragüense, se debía profundizar la ofensiva lo más que se pudiera sin correr el riesgo de que un ataque por la retaguardia de nuestras fuerzas pudiera “cortar” el frente en dos con el riesgo del aniquilamiento del mismo. Que una vez ocupadas las posiciones, debíamos pasar a formas de guerra regular, manifestada a través de la consolidación de una línea de trincheras que se debía mantener a cualquier costo”.

Y concluía en esa ocasión “Nos explicó que era necesario aumentar la potencia de fuego para impedir o desestimar cualquier intento enemigo de recuperar sus posiciones y crear condiciones para -si la situación táctica lo permitía- avanzar en la ampliación de la ´cabeza de puente` conquistada. Comprendimos la urgencia del envío de artilleros al Frente Sur”. Todo esto fue decisivo para el fin de la guerra y con ella el ocaso de la dictadura somocista.

Así lo estimó Justiniano Pérez, último Comandante de la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EEBI) la fuerza élite de Somoza, cuyo contingente mayor actuaba precisamente en el Frente Sur. En un libro de su autoría Pérez reconoció que “Las operaciones en el Frente Sur se prolongaron por 6 semanas: todo el mes de junio y las dos semanas de julio antes de la partida del “Jefe”. La historia del Frente Sur es triste para la Guardia Nacional (GN) por que (sic) representa el fracaso del éxito. Fue el único y último lugar de Nicaragua donde se pudo aglutinar una fuerza táctica organizada apresuradamente con elementos de diferentes unidades, especialmente del Batallón Blindado y la EEBI y donde se pudo coordinar un apoyo aéreo efectivo para fines del reabastecimiento y emplear por primera vez en Nicaragua, del teléfono inalámbrico” y finaliza afirmando que “ El Frente Sur resume sin lugar a dudas, el éxtasis y la agonía; la confianza y la resignación de una pequeña fuerza que representaba lo mejor de una institución en su postrimería. Llegó a ser la “crema y nata” de lo que la GN pudo llegar a tener y en consecuencia, con lo mejor de lo mejor en un solo lugar, el resto del país quedó desprotegido por que (sic) no había autosuficiencia en ningún lado. Esta portátil de la GN quedó empantanada en la zona sur, mientras el resto del país sin posibilidad de auxilio, caía paso a paso. Un éxito táctico, convertido en derrota estratégica. Una trampa mortal”.

Ni más ni menos, que lo que Fidel nos había dicho antes de salir a la zona de combate, lo cual esboza la genialidad en la conjunción de su pensamiento operativo y estratégico.

viernes, 29 de julio de 2016

El deporte y la política si están relacionados. La sanción a los deportistas rusos.



La opción de Rusia de reasumir su papel como potencia mundial garante de la paz, la estabilidad y el equilibrio en el planeta vino a trastocar los planes imperiales hegemónicos. Después que en 2011, su pasividad diera rienda suelta a la furia occidental contra Libia, permitiendo la destrucción del país y la vanagloria estadounidense por el asesinato de Muamar Gadafi, Rusia entendió que no podía dejar en manos de otras potencias la posibilidad de contraer decisiones unilaterales en el planeta. Por esto, ha tomado una irrestricta posición de apoyo a la soberanía siria en contra del terrorismo financiado y apoyado por las monarquías suníes, Turquía y la OTAN, así mismo ha respondido con firmeza a las acciones encaminadas a la expansión de la OTAN hacia el este, incluso llegando a fomentar y concretar un golpe de Estado en Ucrania para instalar un gobierno proclive a sus intereses, el cual a cambio, aceptó asimilarse a las acciones guerreristas y agresivas de la OTAN.

La respuesta no se hizo esperar, se puso en marcha una gran campaña mediática encaminada a demonizar a Rusia, unida a sanciones económicas que intentan aislar al gigante euro asiático y que por supuesto, además de afectar a este país, tienen efectos en Europa, no en Estados Unidos. Sin embargo, tales prácticas fracasaron. Las acciones mediáticas occidentales tienen un defecto, sus diatribas se basan en falsedades fácilmente desmontables, mientras que Occidente no ha podido desarmar los argumentos que emiten los medios de comunicación rusos y sus voceros, los cuales, de manera expedita pueden ser comprobables por la opinión pública. De allí los grandes recursos financieros que las economías occidentales tienen presupuestados para contrarrestar la información que Moscú da a conocer a fin de hacer llegar sus puntos de vista a los más recónditos lugares del planeta.

La economía rusa, efectivamente ha sido golpeada, pero ya en este año 2016 ha quedado claro que fue capaz de resistir el golpe, sus autoridades han informado que en 2017 se va a estabilizar y en 2018 va a volver a crecer. Recientemente, el influyente diario londinense Financial Times afirmó que el Presidente Putin ha logrado “un juego de defensa sorprendentemente tranquilo y eficaz” en el manejo de la economía. En un artículo escrito en este periódico, Ruchir Sharma, alto ejecutivo del banco Morgan Stanley, recuerda que la economía rusa tuvo una fuerte caída en 2014 por la abrupta baja de los precios del petróleo, lo cual provocó una disminución considerable del PIB entre 2013 y 2016. Sin embargo, las oportunas medidas tomadas por el gobierno han hecho que la economía comience a reaccionar positivamente, esperando una inflación del 6% para este año después trepó hasta 15% en 2015, todo esto sin afectar el empleo, garantizando la estabilidad económica del país, según la opinión de Sharma.

Pues bien, agotados estos expedientes y ante el indudable fracaso de su política, ahora Occidente y en particular Estados Unidos acudieron, -en el umbral de una nueva Olimpiada- a la infundada acusación de que todos los deportistas rusos recurren a artimañas anti deportivas para obtener sus logros. De todos es sabido que el deporte, hace algunos años, dejó de ser aquello que soñó el inspirador de los juegos olímpicos Pierre de Coubertin, quien pensó que bajo el influjo de la unión y la hermandad, el deporte sin ánimo de lucro y sólo por el deseo de conseguir la gloria, serviría como instrumento para la paz y la amistad entre los pueblos.

Hoy, el deporte es un negocio más, en el que el fraude, la corrupción, el blanqueo de dinero y la obligación de ganar hacen que dirigentes y deportistas, piensen más en obtener la victoria en la competencia por cualquier vía y lucro de las formas más avezadas y contrarias a la ley, que mantener el espíritu que forjó el Barón de Coubertin.

Estados Unidos se dio a la tarea de encontrar puntos débiles al interior del aparato deportivo ruso para montar un entramado que pone en entredicho al conjunto de deportistas de ese país, como si no se supiera que en todos o en casi todos los países y competencias hay personas que, –al igual que en la vida misma- pretenden burlar la ley y, en este caso, violentar los nobles objetivos de competir. Pero, de ahí, a acusar a todos los deportistas de un país y al país mismo, de planear un método que lo lleve a obtener victorias de manera ilegal, sólo puede provenir de mentes enfermas o, tener un claro objetivo político en el contexto que se ha referido con anterioridad.

A nadie se le ocurrió afirmar que en el mundial de futbol de 1994, cuando Diego Armando Maradona fue sancionado por el uso de sustancias prohibidas, todos los futbolistas argentinos y toda Argentina habían incurrido en esa práctica. Tampoco podría decirse lo mismo al observar las sanciones contra quien fuera considerado el mejor ciclista de la historia, el estadounidense Lance Armstrong, despojado de todos sus títulos por uso continuo de sustancias estupefacientes. Eso no involucró ni podía involucrar a todos los extraordinarios deportistas de ese país, ni siquiera a sus más destacados ciclistas como  George Hincapie, Greg LeMond, Christopher Horner, Christian Vandevelde o el activo Tejay Van Garderen, tampoco a los miembros del equipo Discovery Channel por el que competía Armstrong. ¿Puede alguien decir acaso que todos los jugadores de beisbol de las Grandes Ligas de Estados Unidos cometen fraude porque algunos de ellos utilizan estas sustancias prohibidas? ¿Se podría acusar a la organización de este deporte o a todos los practicantes del mismo en Estados Unidos por el continuado uso por una minoría de ellos, de componentes no permitidos que año con año se siguen descubriendo? ¿A alguien se le ha ocurrido que la sanción aplicada a María Sharapova pueda ser extendida a todas las tenistas rusas? La respuesta en todos los casos es No. 

En el caso que nos compete se trata de hechos aislados, no hay ninguna prueba que demuestre que haya habido premeditación de parte de las autoridades rusas para cometer fraude. Ninguno de sus mejores atletas están involucrados en las acusaciones que hace la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés), ¿por qué entonces, acusarlos a todos?¿ por qué si la decisión de la IAAF (que incluye también a Kenia) no es política, los grandes medios de comunicación ni siquiera hacen mención de este último país?.

En el trasfondo de la decisión que si es política está el presidente de la IAAF, el británico Sebastian Coe que además de haber sido un brillante atleta, doble campeón olímpico, fue miembro del parlamento de su país en representación del derechista Partido Conservador, el mismo de Margaret Thatcher y David Cameron, los mejores socios de Estados Unidos en todas sus tropelías por el mundo. Pero, no sólo eso, Coe ha sido durante 38 años Embajador de la transnacional estadounidense Nike, de la que recibe un salario anual de 142.000 euros, por lo cual fue acusado de conflicto de intereses y se vio obligado a rendir declaraciones ante el parlamento británico, sobre todo después de la concesión del Mundial de Atletismo de 2021, a la ciudad estadounidense de Oregon, sede principal de Nike. Se desconoce si Coe renunció a “ese trabajo” para dedicarse plenamente a la IAAF.

Lo peor no es eso, según una nota de la agencia de noticias Associated Press (AP), fechada el 23 de enero de este año, el gobierno británico ordenó a sus embajadores en todo el mundo presionar a los líderes del atletismo para que votaran por Coe en la elección presidencial de la IAAF. Si el deporte está ajeno a la política como dicen algunos, ¿qué intereses podría tener el poderoso servicio exterior británico en hacer presión para que uno de los suyos, que además es un político conservador, fuera elegido para la más alta autoridad del atletismo mundial? El descaro y la hipocresía de estas instituciones queda patente cuando la AP también informa que la propia IAAF, manifestó que “estaba encantada de que el gobierno británico ayudara a Coe”. El ministro de deportes de la oposición laborista Clive Efford, dijo al respecto que el gobierno de Cameron no debió ejercer presión a favor de Coe y describió la acción como "estúpida y grosera". Por su parte, el ex ministro de deportes, Hugh Robertson, quien trabajó en la campaña de Coe para la presidencia de la IAAF, hizo uso de toda su influencia para intervenir en la elección. En un correo electrónico en el que se quejaba por la lentitud del servicio diplomático británico ante la tarea encomendada y con un tono de suma desesperación advirtió: "Dejaremos caer a Seb".

La IAAF que no es una institución que pueda mostrar un pasado de limpieza y pulcritud gerencial ha guardado silencio ante estos escándalos. La pregunta de rigor sería, si en este contexto, la acusación contra los deportistas rusos, además de tener un claro objetivo político, no es en realidad una cortina de humo para ocultar la corrupción que envuelve la elección y el desempeño de su autoridad máxima y la búsqueda con esta acción, del apoyo necesario de los poderosos para salvar su investidura y su muy dudosa reputación.

A todas estas, el gobierno de Rusia en nombre de su Ministro de Deportes ha manifestado claramente que su país apoya totalmente al Comité Olímpico Internacional (COI) “Rusia es y será socio del movimiento olímpico internacional. Estamos únicamente por el deporte limpio, por la protección a los atletas que se ganan sus resultados con un trabajo honesto". El COI abrió las puertas a la participación de atletas rusos que no hayan dado positivo en las pruebas anti dopaje, tal como se hace con cualquier federación y país del mundo y aceptando el error que puedan haber cometido algunos atletas manifestó con precisión que “"Nosotros, como un país que ha sido culpado de algunas cosas, no nos vamos a hacer los ofendidos". Aunque no haya tenido tanta reseña en los medios de comunicación, vale decir que similar declaración ha hecho el presidente de la federación keniata de atletismo, Jackson Tuwei, al referirse a la posibilidad de que los extraordinarios corredores de medio fondo, fondo y maratón de su país puedan ser excluidos de la cita de Río de Janeiro.

viernes, 22 de julio de 2016

Uribe o una compulsiva obsesión de oponerse a la paz.



El pasado 18 de julio, la Corte Constitucional de Colombia aprobó la celebración de un plebiscito como mecanismo de refrendación de la paz acordada entre el gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) en la mesa de diálogo de La Habana.

Después de casi ocho horas de debate, la ponencia del magistrado Luis Ernesto Vargas a favor de la validación de la consulta consiguió el aval de la mayoría de los miembros del alto tribunal. La presidenta de la Corte, María Victoria Calle se dirigió al país y a la opinión pública para dejar patente que declaraba “ajustado a la Constitución el título del proyecto (de ley examinado) con la condición de que se interprete que el acuerdo final es una decisión política y la refrendación a la cual alude (…) no implica por sí misma una incorporación de lo acordado en el articulado de la Constitución y el ordenamiento jurídico colombiano”. 

De esta manera, luego del acuerdo final entre las partes, serán los ciudadanos colombianos quienes legitimen o no todo lo consensuado en la capital cubana, previo a la fase de implementación. Posteriormente a la firma del Acuerdo, el presidente Santos deberá informar al Congreso su intención de convocar al plebiscito. Simultáneamente, deberá dar a conocer el contenido final del mismo. A continuación, el Congreso tendrá un mes como máximo para pronunciarse. Si el Senado y la Cámara de Representantes lo rechaza por mayoría de los asistentes, el Presidente podrá convocar al plebiscito.

La votación debe realizarse en un lapso comprendido entre uno y cuatro meses a partir de la fecha en que el Congreso reciba el informe del Presidente. En él, podrán participar también los colombianos residentes en el exterior, a través de los consulados. Para que los acuerdos de paz sean aprobados, los votos por el Sí deben superar el umbral del 13% del censo electoral (una cifra que ronda los 4 millones 300 mil votos) y ganarle al No.

El plebiscito no podrá coincidir con otra elección y en la campaña que se haga a favor de una u otra opción no se puede incorporar contenidos que promuevan a un partido o movimiento político, un grupo significativo de ciudadanos, o que se relacionen con la promoción de candidaturas de elección popular.

La decisión aprobada a través del plebiscito será de obligatorio cumplimiento. Si la votación es favorable, el Presidente está impelido a implementar los Acuerdos de Paz. Si la votación no es favorable, está obligado a no implementarlos. Sin embargo, este resultado es solo vinculante para el Presidente, lo cual significa que otros poderes como el Congreso podrían idear mecanismos para implementar los acuerdos. Así mismo, debe dejarse en claro que, incluso si hubiera una votación mayoritaria a favor del No, esto no significa que el pueblo colombiano refuta la paz, sino que lo que se estaría rechazando es el contenido de los acuerdos, por lo que se vería afectada su implementación.

Es muy importante esclarecer este último aspecto, porque como en toda votación en los marcos del modelo político imperante, intervienen factores que pudieran influir en la decisión de los ciudadanos a partir del desarrollo de campañas infundadas, ficciones impúdicas, fabricación de falsas verdades y construcción de quimeras, solo teniendo grandes recursos financieros que permitan hacerlo. Estas acciones son parte intrínseca de eso que se llama democracia representativa. Aunque suene extraño, sobre todo para aquellos lectores que no son colombianos, millones de ciudadanos votarán en contra, lo cual podría conducir a pensar que se trata de personas masoquistas, deseosos de continuar la guerra de más de 50 años que ha causado alrededor de 220 mil muertos, casi 6 millones de desplazados y 25 mil desaparecidos.

Nada más falso, sólo significaría que mentes criminales que han usufructuado de la guerra y construido pingües fortunas con ella, necesitan de la misma para mantener el “negocio” por lo que estarían dispuestos a invertir lo que sea necesario para revertir el proceso desarrollado en La Habana y el que se adelanta con similares características con el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Al frente de sus huestes, el ex presidente Álvaro Uribe Vélez es el líder de las fuerzas que pretenden detener la historia. Ni siquiera Pinochet, se negó a realizar un referéndum que detuviera la guerra que él mismo librara contra el pueblo chileno.

En su locura irracional de confrontación con el gobierno, el ex presidente, hábil en el arte de manipular la palabra señaló que “La palabra paz queda herida por un gobierno que ha engañado al pueblo y manipulado las normas jurídicas para cambiar la Constitución al antojo del grupo terrorista, que con aprobación oficial somete a las instituciones en lugar de someterse a ellas”. Lo dice el mismo personaje que compró legisladores para cambiar la Constitución, de manera de permitir su reelección. El caso que involucró a la ex parlamentaria Yidis Medina es de público conocimiento en Colombia, por el cual la representante fue juzgada y condenada, significando -según sus mismas palabras- el quiebre de la historia del país. Pero, la inmoralidad de Uribe, el afán de protagonismo y su odio llega a niveles tan inusitados que contradice criterios propios sobre la paz expresados por él en octubre de 2004. Según recuerda la revista Semana de Bogotá en su número 1782, en esa ocasión, siendo presidente, el ahora senador expresó que “Si un acuerdo de paz aprueba que los guerrilleros de las FARC vayan al Congreso, hay que remover el obstáculo constitucional que lo impide, porque hoy el ordenamiento jurídico prohíbe la amnistía y el indulto para los delitos atroces. Entonces, en un acuerdo de paz con las guerrillas, ese cambio habría que llevarlo a efecto constitucional para que puedan ir al Congreso por el bien de la patria”. Esto me recuerda cuando en los juegos infantiles, no se hace lo que desea el niño que es dueño de la pelota y su decisión es llevarse el balón e interrumpir el juego.­­

En una opinión más reciente, al hacer alusión a la decisión del Tribunal Constitucional de Colombia, Uribe manifestó que: “Así la Corte lo haya declarado constitucional, eso es ilegítimo y yo creo que todos estamos de acuerdo en que es ilegítimo”. Durante un programa de radio, el ex presidente consideró que el hecho de “haber bajado el umbral (de participación) del 50 al 13 % es una trampa del Gobierno, pero el Gobierno y el Congreso pueden hacer eso porque infortunadamente la Constitución del 91 no definió el umbral”. Todo lo cual da a entender que el ex presidente cree que si las leyes no se han hecho a su medida, no tienen validez jurídica alguna.

Al sostener su obsesiva y enfermiza opción a favor de perturbar el camino de la paz, el ex mandatario prometió seguir oponiéndose a los acuerdos de paz firmados entre el gobierno y las FARC en La Habana y atacó nuevamente los textos aprobados, bajo el argumento de que otorgan una gran “impunidad” a la guerrilla. A su vez, opinó que los acuerdos significaban un peligro en el futuro próximo toda vez que al ser firmados, las zonas de concentración de las FARC serán “enclaves socialistas”, lo que, según él, afectaría a la economía colombiana.

La “mentalidad desordenada” de Uribe se ve reflejada ante las decisiones tomadas por su propio partido, el Centro Democrático, que le llevaron nuevamente a contradecirse ante la avasalladora realidad de la opinión pública nacional e internacional obligándolo a flexibilizar su opinión, pero intentando vender cara su derrota, al intentar imponer condiciones para dar su apoyo al proceso. En una reunión sostenida por esa colectividad, sin aceptar que en términos de la paz, el país va caminando por una ruta distinta a la de él, Uribe manifestó que ““Nosotros queremos desde aquí preguntarles al Gobierno y a las FARC si están dispuestos a reabrir capítulos, como el capítulo de la impunidad, el capítulo de la elegibilidad y a tener en cuenta unas observaciones del Centro Democrático”. Sin embargo, el uribismo, aún no decide si su rechazo a la paz, -ante la inevitable realización del referéndum- se va a manifestar por votar en contra o abstenerse.

jueves, 14 de julio de 2016

Brexit


Es ineludible hablar sobre el Brexit. Posiblemente no ha habido otro hecho de impacto internacional tan trascendente y de tanta controversia como éste en lo que va de siglo, ríos de tinta se han derramado para explicar, conjeturar o emitir predicciones acerca de causas, implicaciones y consecuencias para Gran Bretaña, Europa y el mundo. La verdad, no quisiera ser parte de eso, entre otras cosas porque el hecho resulta tan complejo de analizar que siento temor de formular ideas equivocadas, más llevadas por el sentimiento que por la razón, por lo que en vez de aportar a la comprensión del fenómeno, más bien podrían llevar a profundizar cierta confusión, -que al menos yo tengo- para estudiar un proceso, que solo está comenzando y que me temo, tendrá repercusiones impensables aún, en este momento en que apenas “calienta motores”.

Sin embargo, debo decir que hay dos cosas que me quedan claras: la primera es que la única moneda que no se debilitó, al contrario se fortaleció después de la decisión del pueblo británico el pasado 23 de junio, fue el dólar y lo segundo es que al mismo tiempo que Gran Bretaña decidía su salida de la Unión Europea, se preparaba para fortalecer su membrecía en la OTAN. En este sentido, fuentes vinculadas a la OTAN han dicho que en la próxima reunión cumbre que la organización bélica occidental celebrará durante este mes de julio en Varsovia se reafirmará la “vocación atlantista” del Reino Unido. Ese ha sido el objetivo públicamente manifiesto de Estados Unidos y así lo ha dado a conocer el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg quien ha manifestado que el Reino Unido le ha asegurado “que mantendrá su compromiso con la defensa de la estabilidad occidental y no pondrá en peligro los planes conjuntos de la UE y la OTAN”.

De manera que en términos de control y hegemonía global, el Brexit lejos de debilitar el poder imperial lo ha fortalecido con una moneda más sólida y un componente militar reforzado. Ese es un primer punto de vista. Sin embargo, la confusión (por lo menos la mía) viene dada por la “extraña” similitud de opiniones venidas desde los más disimiles ámbitos del espectro político que parecieran coincidir en “saludar” la decisión de la mayoría de los votantes británicos. 

Veamos. Uno de los candidatos presidenciales de la derecha estadounidense, Donald Trump, al celebrar los resultados del Brexit afirmó: “Dije que esto iba a pasar y es algo grande. Están enfadados por las fronteras, por las personas que llegan al país y se quedan, están enfadados por muchas cosas”. Por otras razones coincidió con él, el candidato liberal en las internas del Partido Demócrata Bernie Sanders: “No está funcionando en Estados Unidos para todos, no está funcionando en Reino Unido para todos”.

Por su parte, la líder de la extrema derecha francesa Marine Le Pen expuso que tal y como ha estado pidiendo desde hace años “ahora es necesario el mismo referéndum en Francia y en los países de la Unión Europea”. Estando de acuerdo con los resultados, el presidente ruso Vladimir Putin lo ve con una óptica diferente: "Se entiende por qué ha pasado esto. Primero, a nadie le gusta alimentar y financiar a las economías más débiles, mantener a otros Estados, a pueblos enteros". De alguna manera, el reconocido analista internacional argentino Atilio Borón, coincide con Sanders cuando expresa que: “Esta Europa de las clases dominantes, burocrática y empresarial es la que recibió un mazazo brutal desde el Reino Unido y no hay razón alguna para lamentarse por ello”.

Vistas así las cosas, quizá valga reconocer que como atestigua el Doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Florencia Umberto Mazzei, esto no es un problema de derechas o izquierdas, porque en el fondo lo que se debatía durante las discusiones sobre el Brexit era referido a “la invasión de inmigrantes, mantenimiento de niveles de bienestar [y] la capacidad de Gran Bretaña para controlar su propia economía”. A este respecto, los votantes sabían que los inmigrantes vienen de zonas de guerra creadas por la OTAN, que a su vez han invadido países a partir de las decisiones de Obama y la señora Clinton. Esto es lo que permite entender porque el líder del partido Laborista Jeremy Corbyn mantuviera una posición ambigua respecto de si valía la pena o no salirse de Europa, con lo cual terminó armonizando con Nigel Farage, dirigente máximo del Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP), el gran ganador del evento comicial del 23 de junio.

Las primeras consecuencias son internas, aparte del ya publicitado desplome de la libra esterlina a sus niveles más bajos desde 1985, la mayor amenaza es política, cuando dos de las tres colonias que conforman junto a Inglaterra el Reino Unido, amenazan con la Independencia. El presidente honorífico del partido republicano norirlandés Sinn Féin, Declan Kearney hizo pública su adhesión a la convocatoria de un referéndum sobre la unidad de Irlanda Así mismo, Sammy Wilson, diputado del Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte ha celebrado los resultados del Brexit y ha señalado que los irlandeses no se han dejado intimidar por los políticos ingleses. En Escocia fueron más lejos, después de­­ su apoyo a la permanencia en Europa, la jefa de Gobierno Nicola Sturgeon se apresuró a viajar a Bruselas , para hacer patente la voluntad mayoritaria de los escoceses, quienes antes deberán hacer un nuevo referéndum independentista, para separarse del Reino Unido. Los líderes europeos se reunieron con la mandataria escocesa cuyas opiniones y demandas fueron escuchadas “con atención”, cuando paradójicamente hace un año y medio, en septiembre de 2014, cuando se realizó el anterior referéndum, Bruselas amenazó a Escocia con no admitirle si se separaba del Reino Unido.

Creo que lo que ha habido es una mezcla de opiniones e intenciones, por una parte, el rechazo y repudio de amplios sectores de la población molestos por la pérdida creciente de beneficios sociales, sobre todo en educación y salud que han conllevado a un aumento de la pobreza y el desempleo por la aplicación de políticas de austeridad y reformas fiscales y económicas que solo favorecen a los sectores financieros vinculados al gran capital, para lo cual se ha creado una burocracia eficiente que solo sirve a esos intereses, no a los de los pueblos.

Así mismo, una política exterior dependiente de Estados Unidos, que ha involucrado a Europa en guerras que no le conciernen, llevando a que sean los habitantes del Viejo Continente quienes paguen las consecuencias en forma de respuestas terroristas, que han debilitado la seguridad interna y la confianza de los ciudadanos en los mecanismos creados para salvaguardar su vida. 

Es claro que Estados Unidos ha apostado al debilitamiento de la Unión Europea, de la cual no forma parte y a la que visualiza como un competidor económico, mientras que hace su mayor esfuerzo en el fortalecimiento de la OTAN, de la cual si es integrante y la maneja a su antojo. La salida de Gran Bretaña de la Unión Europea, -tal como dijimos al comienzo- no altera en lo más mínimo el proceso de subordinación de Europa a Estados Unidos, sobre todo en los planes anti rusos de la OTAN en su ambición de extenderse al este.

Pero, por otro lado, también se manifestó un claro interés de culpar de la crisis -generada en 2008 en Estados Unidos, pero que se extendió con fuerza a Europa- a los emigrantes que afloran del desplazamiento que han producido las guerras de la OTAN. En el trasfondo, al igual que al final de la primera guerra mundial, cuando surgió el nazismo y posteriormente, cuando éste llegó al poder en 1933, en medio de la más profunda crisis capitalista que se había conocido en la historia, se imponen fuerzas xenófobas y racistas, tras lo cual de encubre la incapacidad del sistema capitalista para generar un ambiente de paz en el planeta, en el que todos los ciudadanos puedan vivir en armonía con sus pares, con su entorno y con la naturaleza. 

Por rechazo al sistema o por miedo de lo que pueda pasar ante la incapacidad de ese mismo sistema para ofrecer respuestas satisfactorias, se ha consumado el Brexit y se seguirán produciendo conmociones sociales de distinto tipo porque el problema global y en particular el de Europa son coyunturales, ni finalizaron con el 23 de junio, responden a causas profundas que surgen de la inequidad, la injusticia y la exclusión.  

martes, 28 de junio de 2016

De un uruguayo a otro uruguayo. Una historia de genuflexiones


En 1956, Cuando Pepe Mujica daba sus primeros pasos en la política de la mano de Enrique Erro, diputado del Partido Nacional (el mismo de Luis Almagro), otro uruguayo, José Antonio Mora, considerado independiente, pero muy cercano al Partido Colorado (la otra rama de la oligarquía uruguaya), fue elegido Secretario General de la OEA. Duró 12 años en el cargo, de manera tal que sino fue el artífice, al menos, asumió con fervor la responsabilidad de ser el ejecutor principal de la política colonial de Estados Unidos en la organización, a fin de conducirla a la decisión de marginar a Cuba de la misma y, unos años después, al apoyo y justificación de la intervención militar de Estados Unidos en República Dominicana en 1965. 

Cincuenta y un años, después otro uruguayo actuando igualmente como Secretario General del ministerio de colonias derrama “lágrimas de cocodrilo” intentando un desagravio que no fue. Una tibia declaración fue la respuesta que tuvo el presidente dominicano Danilo Medina a su solicitud de “una resolución de desagravio a la República Dominicana por el rol desempeñado por la OEA durante la Revolución de Abril de 1965”. Alguien de buena fe podría pensar que esa resolución si se aprobó y el Secretario General Almagro cumplió su rol de promocionarla a partir de la petición del jefe de Estado quisqueyano. Nada más falso. El gobierno dominicano exhortó al reconocimiento del proceso histórico vivido por su país en la segunda mitad del siglo XX y específicamente en 1965, así como de las acciones que “en ese marco ejecutó la Organización de Estados Americanos (OEA), que produjeron perturbación y luto y una indignación todavía presente en la población”.

Se estaba refiriendo a la intervención militar de 42.000 marines de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que desembarcaron en ese país para apoyar a los militares de derecha que derrocaron al presidente constitucional Juan Bosch quien sido elegido por el pueblo en los comicios de 1962. Nada de defensa de la democracia, nada de proteger vidas amenazadas de norteamericanos, nada de salvaguardar instituciones y empresas estadounidenses. Una simple y vulgar invasión a sangre y fuego para asesinar y reprimir a los miles de obreros, estudiantes y militares constitucionalistas que habían rechazado el golpe de Estado y bajo el mando del Coronel Francisco Caamaño Deñó se proponían reinstalar al presidente Bosch y al gobierno legítimo en el poder que le habían dado los votos.

Después de la invasión, cuando la masacre ya había comenzado, en medio de la férrea resistencia del pueblo dominicano y los militares constitucionalistas, el presidente estadounidense Lyndon B. Johnson se dirigió a la OEA para denunciar “el peligro comunista que significaba Caamaño”, pidiendo medidas colectivas y el despacho de una fuerza multinacional que permitiera “maquillar” la intervención, dándole carácter multilateral. La OEA aprobó las medidas colectivas, y varios países enviaron tropas a fin de cumplir con las órdenes recibidas desde la Casa Blanca.

Juan Bosch, quien además de presidente de su país, fue uno de los más relevantes intelectuales latinoamericanos del Siglo XX, en su libro “El pentagonismo, sustituto del imperialismo”, lo relata de la siguiente forma: “Se ha querido presentar la historia de la intervención norteamericana en la República Dominicana como un modelo de acción internacional bienhechora; pero la realidad es muy diferente. Es una dolorosa historia de abusos, de asesinatos y de terror que se ha mantenido silenciada mediante el control mundial de las noticias. Bastarán unos pocos datos para que se entrevea la verdad: desde las 9 de la mañana del 15 de junio de 1965 hasta las 10 de la mañana del día siguiente, sin una hora de descanso ni de día ni de noche la ciudad de Santo Domingo fue bombardeada por la fuerza de ocupación de los Estados Unidos. En esas 25 horas de bombardeo los hospitales no daban abasto para atender a los cuerpos desgarrados por los morteros pentagonistas”

Y agrega el insigne dominicano, “Hasta ahora no se ha dicho la verdad sobre el caso dominicano, pero se dirá a su tiempo”. Por esta verdad, el presidente Medina y su gobierno, cincuenta y un años después reclamaban que la OEA admitiera su responsabilidad histórica por haber dado su respaldo a acciones bélicas que contrastaban con los enunciados de su propia Carta. El contenido de la demanda dominicana exponía que la OEA expresara “al pueblo dominicano su pesar por haber respaldado, en 1965, la invasión de su territorio y el atropello de su soberanía”, así mismo solicitaba a la organización continental “su comprensión, pedir disculpas por el error histórico cometido y a la vez condolerse por las víctimas ocasionadas, asumiendo el compromiso de trabajar en procura de que acciones semejantes no se repitan en el futuro".

En la pusilánime declaración aprobada por la OEA hay una total omisión de que hubo una invasión militar de Estados Unidos y de aquellos países gobernados por dictadores de derecha como Brasil, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Paraguay, así como la muy democrática Costa Rica que entre todos enviaron 1.748 soldados de la OEA para servir de “comparsa” a la 82ª División Aerotransportada de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. De la misma manera no aparece la más mínima mención al aval dado por la OEA a la invasión en 1965. Una falta de respeto al pueblo dominicano y una vergüenza más, para esta estructuralmente desvergonzada organización.

Lágrimas de cocodrilo. Si, lagrimas de cocodrilo cuando solo ocho días después el Secretario General de la OEA convoca a una reunión para hacer lo mismo que su compatriota 51 años antes, sólo que ahora peor. En República Dominicana la OEA actuó después de producida la invasión a fin de avalarla; ahora, Almagro pretende dar una fianza a la intervención antes que la misma se haya realizado, es decir, va más allá, también quiere ser promotor de la misma. La declaración sobre Republica Dominicana aprobada en Santo Domingo en medio de los “trastornos digestivos” que le produce a algunos países latinoamericanos la presencia del representante de Estados Unidos, se atrevió en el punto 3 de su parte resolutiva a “Reafirmar los principios del derecho internacional, de la Carta de las Naciones Unidas y de la Carta de la OEA”. Sin embargo, pareciera que para Almagro, el derecho internacional dejó de ser algo importante que se deba respetar. 

Pero mientras ese mismo día 23 de junio en Washington, Almagro actuando como garante de la guerra, protagonizaba su aberrante acto de incitación al conflicto en Venezuela, en la todavía bloqueada Cuba, otros países latinoamericanos, incluyendo a Venezuela, actuando como garantes de la paz eran testigos de la firma del histórico acuerdo del cese bilateral y definitivo al fuego entre el gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Curiosamente, a un evento de tanta trascendencia histórica para Colombia y para toda América Latina, la OEA no fue invitada, como si lo hicieron las partes a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) la que se hizo presente a través de su presidencia pro tempore ocupado por el primer mandatario dominicano.

Así, la firma de la paz en Colombia se hizo bajo las banderas de Bolívar, con la presencia de la CELAC, hija de su ideario y en la Cuba libre y enhiesta después de más de medio siglo de resistencia, mientras que la declaración de guerra contra Venezuela, se consumó en Washington, bajo el paraguas protector de Monroe, que utilizaba para ello, una vez más a su engendro mal concebido y mal parido como todo lo que se fecunda y viene a la vida el odio y repugnancia que Estados Unidos tiene a los pueblos latinoamericanos y caribeños

Como todo país, Uruguay también tiene malos hijos, pero los verdaderos orientales, los del pueblo profundo amante de la paz y la libertad, los herderos de Artigas y Lavalleja, de Sendic, Seregni y Arismendi, de Benedetti y Galeano, de Viglietti y Zitarrosa, que tanto le han dado a ese, su terruño pequeño gigante y a toda la América Latina, prevalecerán siempre en la memoria y en la historia de esta Patria Grande.