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miércoles, 28 de diciembre de 2022

¿Hasta cuándo?

El mundo está involucionando. La barbarie se impone. Una serie de valores, principios y comportamientos que la humanidad había aceptado como válidos -a pesar que los mismos son expresión de las sociedades de clases antagónicas- y que buena parte de esa misma humanidad los considere “normales”, están siendo avasallados, maltratados y excluidos de la cotidianidad de la vida.

Las noticias en este sentido son apabullantes. Ya va siendo natural que las fuerzas armadas de Ucrania con el apoyo de la OTAN, bombardeen hospitales, jardines infantiles y parques de diversiones. Las informaciones de la prensa libre traen la noticia de que uno de los proyectiles lanzados por el ejército neonazi, impactó en la sala de pediatría del centro hospitalario causando muertos y heridos. Todo ello con las armas de la “ayuda humanitaria” de Europa y Estados Unidos. Otro tanto ocurre en Palestina donde el ejército sionista asesina niños con total impunidad

Todos los argumentos que se utilizan para enviar armas a Ucrania y para apoyar a la entidad sionista, son los mismos que justifican las medidas coercitivas unilaterales contra Venezuela, Cuba, Nicaragua y otros países. Se ha llegado al colmo de la indecencia y la ausencia de escrúpulos. La carencia de cualquier tipo de ética los lleva a evidenciar, sin ninguna impudicia, crímenes de lesa humanidad que afectan la vida y conducen a la muerte de decenas de miles de ciudadanos. No les importa inyectar dinero y armamento al gobierno nazi de Ucrania y al sionista de Israel que vienen a ser lo mismo.

Durante el pasado mes de noviembre, un proyecto de resolución presentado en la ONU para rechazar la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas, fue aprobado por la inmensa mayoría de los países del planeta pero rechazado por Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia, Nueva Zelanda, Gran Bretaña y la Unión Europea. En otras palabras, estos países consideran que el nazismo debería ser exaltado como valor universal. Tal vez sea esta la explicación de su apoyo irrestricto al régimen nazi de Ucrania.

jueves, 15 de diciembre de 2022

Perú: todo está en la historia

                 

La clase política peruana ha sido desde siempre poseedora de una intrínseca doblez que la caracteriza y la modela. La traición está en sus genes desde tiempos inmemoriales. Ya en la época de la conquista y la colonia se comenzó a verificar la felonía que aún hoy es parte de su cotidianidad.

Francisco de Pizarro, el que traicionó a Atahualpa, a su vez fue burlado por su secuaz Diego de Almagro, el padre, cuyo vástago del mismo nombre, fue vendido gde la misma manera por Cristóbal Vaca de Castro en 1541. Gonzalo Pizarro, hermano de Francisco llegó incluso a rebelarse contra la corona española que lo cobijaba, desarrollando una guerra de 4 años contra sus monarcas.

A comienzos del siglo XIX, tras el desembarco del General José de San Martín en el sur del país en septiembre de 1820, el jefe español, general José de la Serna traicionó al virrey Joaquín de la Pezuela derrocándolo y auto designándose virrey del Perú. El propio San Martín fue intrigado por la clase política limeña que llegó incluso a cometer el abominable asesinato de su lugarteniente Bernardo de Monteagudo.