“No es verdad la muerte
cuando se
ha cumplido bien la obra de la vida”
José
Martí
Hiere si
quieres herir
que el
golpe aguardo sereno
pues yo
en cambio te condeno
al
tormento de vivir
¿A dónde
podrás huir
que no te
alcance el castigo?
Buscarás
en vano abrigo
otros
montes, otras playas
y a donde
quiera que vayas
irá tu
crimen contigo
Epígrafe
Jesús
Orta Ruiz
El Indio
Naborí
Mataron a José Martí y la lucha del pueblo cubano no se detuvo, mataron al general Augusto C. Sandino y años después al comandante Carlos Fonseca y la lucha del pueblo nicaragüense no se detuvo, mataron a Yasser Arafat y la lucha del pueblo palestino no se detuvo, no está demostrado, pero existe la hipótesis de que mataron al comandante Hugo Chávez y la lucha del pueblo venezolano no se detuvo. ¿Creen que por haber matado a Hasán Nasralá la lucha de la resistencia anti sionista en el Asia Occidental se va a detener? Suponer eso es subestimar a los pueblos, creer que la lucha depende de una personalidad o incluso de un dirigente. Claro que la pérdida de un líder es dura y dolorosa, pero jamás la historia de la lucha por la independencia y la libertad se ha detenido por eso.
Está demostrado que Israel es un engendro imperialista y que el sionismo se sostiene por el aval que Estados Unidos y Europa le dan para cometer sus crímenes. Pero también es cierto que el mayor triunfo del imperialismo y el sionismo –y en eso radica la causa fundamental de su éxito- es haber logrado mantener dividido al mundo islámico y musulmán, impidiendo la unidad necesaria para combatir al enemigo sionista. Hasta el 7 de octubre del año pasado, algunos países árabes incluso habían firmado los acuerdos de Abraham e iniciado la “normalización” de las relaciones con Israel. Antes, en 1978 se firmaron los acuerdos de Camp David y en 1993 los de Oslo. Más recientemente, al desatar la mal llamada “primavera árabe”, al golpear al eje de la resistencia a fin de destruirlo, el imperialismo y el sionismo apuntaban a la desunión.
Son más de 45 años de esfuerzo de Estados Unidos por buscar acuerdos parciales que paralicen la lucha del pueblo palestino y de los países que resisten. Nunca un pueblo firme y tenaz y sus líderes, han firmado acuerdo alguno con la entidad sionista. Hoy, una vez más queda claro que la identidad religiosa y la nacional tienen un carácter subordinado cuando de defender los intereses de clase se trata. Por eso, algunos países y líderes árabes y musulmanes se quedan en la retórica de “volver a Al Quds” y “rechazar” las matanzas sionistas, mientras en realidad buscan aliarse -y hasta hacer negocios con ellos- a través de Estados que buscan unificarlos para detener el impulso liberador de la resistencia.
300 millones de árabes y 1500 millones de musulmanes no han sido capaces de unirse para enfrentar al sionismo que en Israel configuran una población de 6.9 millones de judíos (y no todos son sionistas). La división, los intereses de monarquías medievales corruptas y su deseo de subordinarse y servir a Estados Unidos y a Occidente permiten esta situación en la que Israel puede actuar a sus anchas violentando el derecho internacional y la Carta de la ONU. Llegará el día en que los pueblos de la región le reclamen a sus élites los titubeos y las dudas al enfrentar al sionismo. Y cuando ese día llegue, todo cambiará.