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jueves, 19 de agosto de 2021

Repercusiones regionales y globales de la derrota de Estados Unidos en Afganistán

                     


La llegada al poder de los talibán en Afganistán, no solo marca la derrota de Estados Unidos en la guerra más larga de su historia, más importante aún es que pone formal colofón al intento estadounidense de implantar un sistema internacional unipolar tras los atentados terroristas en ese país el 11 de septiembre de 2001.Este hecho motivó que la administración estadounidense declarara la guerra al terrorismo y a todos los países que protegieran a terroristas, en lo que denominó “Operación Libertad Duradera”, señalando a Osama Bin Laden como el principal sospechoso de los ataques y al gobierno talibán de Afganistán, como su protector. Tal decisión estableció el riesgo de que la agresión de Estados Unidos pudiera extenderse (como efectivamente ocurrió) a otros países de Asia Central, Asia Occidental e incluso el norte de África utilizando el subterfugio del “terrorismo islámico” como instrumento.

Tal decisión condujo a trascendentes cambios en el sistema internacional. En el trasfondo, Washington trataba de definir a su favor la disyuntiva entre un mundo multipolar y uno unipolar que se resolvió a favor de este último. Estados Unidos emergió como única potencia mundial con el apoyo de todos para luchar contra el nuevo "comunismo" ahora denominado "terrorismo". Las declaraciones de Bush del 11 y 12 de septiembre de 2001 y sobre todo la del día 20 de septiembre de ese año son -al igual que la Declaración Monroe y el Destino Manifiesto del siglo XIX y las 14 medidas de Wilson en el XX- el elemento ordenador y de principios de la política exterior de Estados Unidos para el siglo actual.

Lo que podríamos denominar Doctrina Bush de política exterior de Estados Unidos se caracterizó entre otras cosas por las siguientes definiciones: La utilización de cualquier arma de guerra que sea necesaria; la prolongación en el tiempo de las operaciones militares; la obligación de los países de asumir una postura ante la decisión de Estados Unidos que no dejaba espacios a posiciones alternativas: “Cualquier nación, en cualquier lugar, tiene ahora que tomar una decisión: o están con nosotros o están con el terrorismo” dijo Bush. Era la definición de un mundo falsamente bipolar. Los nuevos polos serían Estados Unidos y el terrorismo. Ante la imposibilidad de estar con el terrorismo lo que hizo fue imponer por primera vez en la historia un mundo unipolar.

sábado, 30 de marzo de 2019

El inevitable declive estratégico de Estados Unidos II


En la introducción de su libro “Auge y caída de las grandes potencias”, el historiador británico Paul Kennedy expone que su investigación refiere a la interacción entre economía y estrategia en la medida que las potencias luchan por aumentar su riqueza y poder para “llegar a ser (o por seguir siendo) ricos y fuertes”. Kennedy explica que en los últimos cinco siglos, la victoria y el éxito de cualquier poder planetario o el desplome de otro, ha sido consecuencia de largas luchas en el terreno militar, pero de la misma manera, en el desarrollo de estos fenómenos contradictorios ha ejercido gran influencia el uso más o menos eficaz de los recursos económicos y productivos del Estado en el momento de la contienda bélica de una parte, y de otra, la forma en que la economía de ese Estado había optimizado o declinado en relación con la de otras potencias que también han ejercido liderazgo en el período precedente. 

En el marco de las relaciones internacionales, los especialistas no se han puesto de acuerdo en cuanto a la periodización posterior al fin de la guerra fría y el mundo bipolar. Como he dicho en otras ocasiones, después de la desaparición de la Unión Soviética, el mundo vivió durante los últimos años del siglo pasado una década de caos en que pugnaron la intención de Estados Unidos de imponer un mundo unipolar y el interés de la mayoría de la humanidad de avanzar hacia un sistema multipolar de cooperación y paz. Esta contradicción solo pudo resolverse a favor de la potencia norteamericana tras las acciones terroristas del 11 de septiembre de 2001, que permitieron a Estados Unidos forzar la unipolaridad. Todo comenzó a marchar acorde los compases de la orquesta que se dirigía desde Washington hasta que la crisis económica y financiera que estalló en 2008 paralizó esa historia que según Fukuyama había llegado a su fin.