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domingo, 11 de agosto de 2024

Algunos elementos de análisis de las elecciones en Estados Unidos.

 


Las próximas elecciones en Estados Unidos deben ser vistas en el marco de algunos hechos que señalan cambios importantes en la dinámica política y que de no ser considerados, podrían generar confusión en el análisis, toda vez que se está produciendo un solapamiento de ideas o corrientes de pensamiento. Este escenario obliga a entender a Estados Unidos -de forma cada vez más necesaria- como un actor heterogéneo en el que coexisten diversas fuerzas contradictorias que defienden intereses diversos.

Esto se manifiesta, por ejemplo, en asuntos como libertad de expresión y funcionamiento de los medios de comunicación y prensa en el que se están produciendo cambios muy profundos que tienen enorme influencia en las elecciones. Así mismo, influye en los debates sobre el comportamiento de los medios de comunicación que son asumidos hoy por los demócratas liberales como si fuera un precepto inamovible de su propuesta. Por ello, los medios dan espacio a demócratas en contra y a favor de la guerra tras una supuesta libertad de expresión que en realidad oculta que los medios han perdido su condición de “entes autónomos” de cualquier control desde el momento que respaldan posiciones políticas en una u otra dirección.

En esa medida todo el mundo en estados Unidos sabe que The New York Times favorece a los demócratas y el Washington Post a los republicanos. Es la versión estadounidense de “libertad de expresión” para encubrir que ambos soportan a facciones distintas del poder.

La asunción por parte de Trump de un discurso contra la guerra en Ucrania produce un desdoblamiento político de la sociedad, difícil de comprender porque las consignas y los mitos han construido la idea de que los demócratas han sido los sostenedores del orden liberal y los republicanos los exponentes del conservadurismo. Y pudiéndose aceptar que en algún momento del pasado eso pudo ser cierto, hoy ya no es así. De cara a las elecciones, esta situación nos obliga a un análisis más profundo de lo que está ocurriendo en Estados Unidos para entender las alianzas que se producen y comprender quien realmente asumirá el poder en el futuro próximo.

jueves, 1 de agosto de 2024

Venezuela: Bitácora de una nueva victoria

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La elección presidencial ha concluido. Fueron largas jornadas de extrema tensión en las que el pueblo venezolano fue sometido a fuertes campañas de presión sicológica acompañada de un enorme apoyo financiero y mediático a la oposición que incluyó una acción de terrorismo digital contra el Consejo Nacional Electoral(CNE) impidiendo dar resultados definitivos en el plazo estipulado y generando nerviosismo en la ciudadanía que los esperaba.

Hoy, a pesar de lo que transmiten los medios transnacionales de la información que muestran un país incendiado con un presidente huyendo y una fuerza armada fracturada, el país vive una calma bastante extendida. La desesperación de la derecha internacional y de la media canalla se manifiesta en el hecho de que tienen que recurrir a imágenes falsas y descontextualizadas ocurridas en otros momentos e incluso en otros países. Personas que alguien podría considerar decentes y que han ocupado altos cargos en sus países, han recurrido a la mentira de forma impúdica y desvergonzada para mostrar una verdad falsa y trucada.

La misma noche del domingo, ya en la madrugada del lunes, el presidente Maduro llamó a construir una amplia alianza política que permita ensanchar la base social de apoyo del chavismo. Igualmente, instó a los empresarios y empresarias del país a articular una alianza entre el sector público y privado, para avanzar hacia un modelo de gestión “revolucionario, socialista y con ética nacionalista”.

No puede ser de otra forma cuando se ha verificado la continuidad en la disminución de la votación histórica del chavismo en las tres elecciones que Maduro ha ganado (2013, 2018 y 2024). Creo que el pueblo le ha dado una nueva oportunidad al presidente, pero esta podría ser la última si no se resuelven problemas básicos que aquejan a la población, sobre todo en los sectores más humildes. En su nuevo período, el presidente tendrá que combatir la ineficiencia administrativa y la corrupción y, solucionar tres problemas que mantienen un clima de molestia en la ciudadanía: los bajos salarios, la carencia de servicios públicos (luz, agua, gas, teléfonos y salud entre los más problemáticos) en algunas regiones del país y las insuficiencias en el abastecimiento con combustible para la población.