Al contrario de lo que podría suponerse y lo que nos han enseñado, la historia no es una suma de fechas, de líderes y lugares. Esos hitos son solo instrumentos metodológicos usados por los académicos para ordenar su estudio. La historia es continua y permanente. Es verdad que nos reunimos para conmemorar aquellas fechas que señalan jalones en el devenir de la construcción de las sociedades y los Estados. Pero si creyéramos que son solo algunos héroes los que deben ocupar un lugar en la historia, estaríamos negando el papel protagónico de los pueblos como principales hacedores de esta.
Nunca en los últimos 200 años,
los pueblos han dejado de luchar, nunca en 200 años el pueblo boliviano ha
dejado de luchar y si nos reunimos hoy aquí es porque queremos rendir merecido
homenaje al pueblo boliviano en su larga lucha por la independencia y la
libertad cuando se cumplen 200 años de creada la república. Especial realce
tiene para nosotros, venezolanos y venezolanas esta efeméride, sabiendo que los
dos más grandes hombres nacidos en esta tierra tuvieron un lugar privilegiado
en este hecho histórico que es motivo de orgullo y esplendor para la
venezolanidad.
El gran estadista que era,
incluso en las más difíciles condiciones de la guerra, no abandonaba sus
responsabilidades políticas y económicas y sobre todo las internacionales. Pero
ahora, imbuido de la necesidad de construir la gran nación de naciones que
había soñado, comprendió que el esfuerzo principal debía ponerse en la
diplomacia.