Hay
quien dice que la política y el deporte no tienen nada que ver. Se ha querido
separar el deporte de la política sin entender que todo el impacto social que la
actividad física -no sólo realizada como competencia- u otras actividades de
recreación y disfrute tienen, cuando su aplicación masiva genera resultados
individuales para quien la practica y, colectivos para el ente, llámese equipo
o país que la promueve. Ni siquiera la práctica privada del deporte, con todas
las repercusiones que genera, ha impedido que éste pueda ser apartado del
fervor de un atleta que se pone una camiseta para defender a su equipo, mucho
más cuando le toca representar a su
nación.
Lo
cierto es que el decursar de las últimas semanas nos ha señalado una
relación interesante entre política y
deporte que tiene que ver con nuestra propia historia y la identidad que marca
nuestra condición de latinoamericanos y caribeños.
A
la brutal, insultante y grosera reacción del gobierno de la derecha del Reino
de España contra Argentina y su mandataria Cristina Fernández por la decisión
soberana de recuperar para su nación la empresa petrolera YPF, los hijos de San
Martín han respondido deleitando a la afición española cuando dos de sus mejores
entrenadores, Diego Simeone y Marcelo Bielsa, llevaron a sus clubes Atlético de
Madrid y Athletic de Bilbao a disputar la final de la Copa UEFA ganada por el
primero con hermosos goles sudamericanos, el colombiano Radamel Falcao en par de ocasiones
y el brasileño Diego en una.
Así
mismo, a la constante y agresiva actitud de la monarquía británica que ocupa
desde hace casi dos siglos las Islas Malvinas y otros territorios insulares
argentinos en contra de la voluntad de su pueblo, nuevamente la nación austral
reparte felicidades cuando después de 44 años el equipo de futbol Manchester
City ganó la Liga Premier de ese país
con goles argentinos de Pablo Zabaleta y Sergio Agüero, en el último minuto de
un juego que en caso de haber ganado, no podrían haber obtenido el título
Los
venezolanos no queríamos ser menos. En propio territorio español, el piloto
Pastor Maldonado ganó su primera carrera de Fórmula 1 contando entre sus
auspiciadores al gobierno venezolano y su empresa petrolera PDVSA. Si política
y deporte no están relacionados, me pregunto el por qué la diputada de la ultra
derecha ante la Asamblea Nacional de Venezuela María Corina Machado afirmó que
se debía quitar el patrocinio a Maldonado. Así mismo, quisiera saber porqué el
diario fascista español El País a través del periodista “deportivo” Manuel
Serrás cuestiona a su vez el mismo financiamiento de PDVSA al orgullo venezolano. Me gustaría preguntar si la
Machado o el tal Serrás han emitido alguna opinión respecto al “patrocinio” del
gobierno español por 6 mil millones de euros al quebrado Banco Bankia que ha
sumido en la incertidumbre a más de 10 millones de clientes
No
sé si habrá relación entre política y deportes, pero mientras el gobierno
venezolano patrocina deportistas, el de España prefiere salvar bancos y eso…es
política, sólo que la nuestra genera disfrute y diversión y la de “allá”
verdadera zozobra.
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