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jueves, 30 de mayo de 2024

Luchar por la paz. Evitar la 3ra, Guerra Mundial

 


Varios lectores me han escrito para preguntarme si una tercera guerra mundial es inminente e inevitable. Aunque nunca ha desaparecido el dilema planteado al inaugurarse la era nuclear tras el lanzamiento de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945, hoy se ha puesto sobre el tapete, más que nunca antes en los últimos 80 años, la preocupación de los ciudadanos en diversas latitudes y longitudes del planeta.

Lo cierto es que aquel viejo adagio de que no se conoce como empezará la tercera guerra mundial, pero si se sabe que la cuarta comenzará con palos y piedras, cobra plena validez. La racionalidad que ha indicado -desde 1945- que una nueva guerra mundial, necesariamente conducirá a la utilización de armas atómicas, significando muy probablemente el fin de la especie humana sobre el planeta, ha inducido a una racionalidad que ha compelido a evitar tal tipo de conflagración. Durante la guerra fría primó una lógica de contención mutua que permitió mantener al mundo alejado de tal posibilidad.

Pero el fin de esa atapa, la desaparición de la Unión Soviética y del mundo bipolar y el desenfrenado triunfalismo desatado en Occidente tras aquella idea de que “la historia había finalizado”, ha llevado al mundo a una fase de escepticismo que ha ido escalando en la medida del fracaso del capitalismo como instrumento para generar estabilidad y desarrollo en el planeta. Por el contrario, se ha encaminado a la humanidad a una era en la que parecieran estar manifestándose los prolegómenos del final de la hegemonía occidental y de Estados Unidos, su principal representante.

Todo ello expone una situación de elevada incertidumbre en la medida que Estados Unidos -como ha sido natural en el pasado con otras potencias- resiste su declive y lo hace con los instrumentos que tiene a su alcance, el principal de los cuales es su poderío militar utilizado como herramienta de amenaza, chantaje, agresión, intervención, guerra, conflicto, asesinato y muerte.

Uno puede suponer que finalmente se impondrá la racionalidad y el fantasma destructivo de una guerra termonuclear no llegue a ocurrir. Lamentablemente, las señales que se envían desde Occidente en ese sentido no son alentadoras. En el horizonte del liderazgo estadounidense y europeo, se observa un panorama de mediocridad, estulticia e ignorancia que a veces asusta. Estas “cualidades” vistas en su conjunto son las que el profesor Sergei A. Karaganov, presidente honorario del Consejo de Política Exterior y de Defensa de Rusia, denomina “parasitismo estratégico”, caracterizado por la pérdida de las élites occidentales de los sentidos de la historia y de la autopreservación.

jueves, 23 de mayo de 2024

Claroscuros de una semana en Irán


La semana pasada fui designado por el ministerio de cultura de Venezuela para representar a nuestro país en la 35ª. Feria Internacional del Libro de Teherán. En esta ocasión, la delegación venezolana estuvo dirigida por Omar Rangel, presidente de Monte Ávila Ediciones Latinoamericanas. En mi caso, asistí al evento en calidad de escritor de esa prestigiosa editorial venezolana.


En la segunda participación de Venezuela en la Feria Internacional del Libro de Teherán, fuimos objeto de múltiples atenciones por parte de la Fundación Omar Khayyam adscrita al ministerio de cultura del país sede quien actuó como anfitrión de nuestra delegación. Además de la presencia con una muestra expositiva de 68 títulos, la delegación venezolana tuvo encuentros con otras instancias de la cultura y la academia del país persa.

Así, fuimos recibidos por los profesores y estudiantes del Departamento de Estudios Latinoamericanos y del Centro de Estudios Hispánicos en la Facultad de Estudios Mundiales de la Universidad de Teherán donde sostuvimos un infrecuente intercambio en el que los asistentes se interesaron por el contexto de América Latina y en especial por Venezuela. También tuvimos un original debate en la sede del periódico ANA, institución privada que se caracteriza por informar sobre las áreas académicas, de ciencia y tecnología e innovación.

Venezuela, junto a otros 16 países y 60 editoriales, formó parte de la avanzada internacional en la Feria. En lo personal fue muy interesante saludar y en la medida del idioma, intercambiar con editores, libreros y autores de países tan lejanos como Yemen (país invitado de la Feria), Omán, Emiratos Árabes, Catar, Pakistán, Kazajistán y Kirguistán entre otros. También conversamos con representantes de Siria, Líbano, Rusia y Vietnam, países más conocidos por nosotros. A Venezuela junto con México le correspondió representar a América Latina en la exposición de libros escritos en español.

Con el lema “Leamos y creemos” la feria se realizó durante 11 días en la Gran Mezquita Mosalla del Imam Khomeini, un enorme complejo religioso cultural aún en construcción pero que cuando esté totalmente concluido tendrá una extensión de más de 20 km², con un centro cultural y turístico, una universidad, un seminario, un centro comercial, y un estacionamiento para 20.000 vehículos. Con más de 2.700 editoriales, la Feria Internacional del Libro de Teherán es un evento considerado como el más prestigiado y grande en el área cultural de todo el Asia Occidental. La pujante industria editorial iraní publica anualmente alrededor de 115 mil títulos por cerca de 5.000 editoriales.

Especial y conmovedora sorpresa significó para nosotros conocer de manera directa la gran cantidad de jóvenes y hasta niños interesados en estudiar y aprender español. Con una interminable continuidad de asistentes, decenas de ciudadanos de todas las edades y géneros se acercaban a nuestro stand para ver nuestros libros, intercambiar opiniones o simplemente saber de Venezuela y dar a conocer sus impresiones. Particularmente emocionante fue saber cómo el nombre de Venezuela se vinculaba de manera inmediata con el Comandante Hugo Chávez, por quien el pueblo iraní profesa un especial respeto y admiración que no ocultan en el diálogo.

jueves, 9 de mayo de 2024

Alba. Propuesta de futuro para América Latina y el Caribe



Hace dos semanas, se celebró en Caracas la XXIII Cumbre de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América -Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP). Dos lectores por separado me escribieron para preguntarme si no iba a escribir sobre ese acontecimiento. Casualmente, unos días después la Secretaría General de la ALBA que tiene su sede aquí en Caracas, me invitó a dar una ponencia en el seminario “La unidad latinoamericana y caribeña frente a la geopolítica imperial”. El texto que sigue a continuación es una versión resumida de dicha ponencia en la que intento hacer un aporte para la construcción de esta idea y de esta alianza.



Hablar de la ALBA obliga a hacer un análisis retrospectivo que nos dé las pautas del surgimiento de esta propuesta. Para ello, voy a regresar un poco para entender el contexto histórico, en que se desarrollaron las luchas de Bolívar, para estudiar su legado, que hoy tiene presencia, porque arropados bajo las ideas de Bolívar es que se puede construir hoy una alternativa al neoliberalismo.

La historia de Nuestra América independiente es la historia de la confrontación entre dos ideas: la monroista y la bolivariana. James Monroe diseñó una política exterior para Estados Unidos que en primera instancia se proponía alejar –en interés propio- a los europeos de América. Asumieron que América era una región destinada por Dios para ser dominada por Estados Unidos. De ahí viene la política del “Destino Manifiesto” A esa idea de Monroe que expuso en diciembre del año 1823 en un discurso ante el Congreso de Estados Unidos, Bolívar respondió casi inmediatamente. Se vivía un momento de culminación de las luchas de Independencia, y en 1824, dos días antes de la Batalla de Ayacucho, hizo un llamamiento para que los países independientes se reunieran en Panamá, en un Congreso donde se iban a sentar las bases de la unidad latinoamericana.

A partir de entonces, Estados Unidos empieza a construir su idea de la integración la idea panamericana, que se sustenta en su hegemonía sobre la región. A esta idea se opuso la propuesta bolivariana que plantea que “Nuestra América”, como posteriormente la llamó Martí en una visión más amplia, debía construir su propia identidad y hacer su propio proceso de integración. Esta contradicción aún hoy no está resuelta.

sábado, 4 de mayo de 2024

A 70 años de la batalla de Dien Bien Phu: la contribución de Vietnam a la lucha anticolonial



El próximo 7 de mayo se conmemorará el septuagésimo aniversario de la victoria del pueblo vietnamita en la batalla de Dien Bien Phu que dio al traste con el poder colonial francés en toda la península indochina. Esta batalla, junto a la guerra de independencia de Argelia concluida en 1962 y la batalla de Cuito Cuanavale finalizada en noviembre de 1988 por la acción conjunta de las fuerzas cubano-angolanas en el sur de este país, significaron las derrotas más contundentes propinadas al poder colonial europeo en la segunda mitad del siglo XX.

En diciembre de 1953, el presidente Ho Chi Minh, envió un mensaje a los cuadros y combatientes del Frente de Dien Bien Phu. En ella les decía que tenían la misión de marchar hacia ese lugar donde se emplazaba un fuerte contingente francés al que debían aniquilar a fin de ampliar la resistencia y liberar a los compatriotas que aún sufrían el yugo del enemigo.

En su misiva, el presidente Ho recordaba los grandes éxitos obtenidos y las brillantes victorias de ese Frente. Ahora, después de las campañas de educación política e instrucción militar, habían conseguido nuevos progresos. En esa situación, debían combatir con mayor valentía y a pesar de las dificultades, tenían que imponer su convicción inquebrantable en la victoria.

Dien Bien Phu es una ciudad ubicada en el valle Muong Thanh en medio de una zona montañosa al noroeste de Vietnam, a unos 320 Km de Hanoi. Es la capital de la provincia de Dien Bien y está situada a unos 35 Km de la frontera con Laos. El valle de Muong Thanh está rodeado por una región de selvas, campos de arroz y lagos.

                               Presidente Ho Chi Minh

Dos meses antes de la carta del presidente Ho a los combatientes, en octubre, el general Vo Nguyen Giap fue citado al Cuartel General del Alto Mando donde residía el presidente Ho, para discutir el plan militar de la campaña invierno primavera 1953-54. El Cuartel general se encontraba en la aldea de Khuoi Tat en la provincia Thai Nguyen al noreste del país. Además del presidente Ho, en la reunión participaron Truong Chinh y Pham Van Dong, ambos miembros del Buró Político del Partido Comunista de Vietnam (PCV) y el general Hoang Van Thai. En enero, el general Giap fue designado comandante en jefe del Frente de Dien Bien Phu mientras que el general Hoang Van Thai fue nombrado jefe de Estado Mayor de ese Frente.

Desde mayo, el ejército francés de ocupación tenía un nuevo jefe: el general Henri Navarre que se caracterizaba por su intensa actividad y una brutalidad sin límites contra la población civil. Su plan consistía en concentrar una enorme fuerza móvil sin precedentes en Vietnam que sumaba a su propuesta de pacificación del sur del país, evitando una confrontación en la región septentrional, fronteriza con China. Los franceses se planteaban mantenerse a la ofensiva, propinando golpes en la retaguardia a fin de inmovilizar y desgastar al ejército popular de Vietnam. El Plan Navarre elaborado y financiado en conjunto con el Pentágono estadounidense tenía como objetivo aniquilar en 18 meses al principal contingente militar vietnamita y transformar el país en colonia y base militar de Francia y Estados Unidos.