Así se llama un libro de los investigadores colombianos León Valencia y Ariel Ávila de la Fundación Paz y Reconciliación de Bogotá, publicado en marzo de este año por Ediciones B y en el que también escriben otros acreditados estudiosos del país vecino.
Este pareciera ser el tema más importante que avizora el futuro de Colombia, por lo que en torno al mismo, girará el acontecer político y se medirá la efectividad de la democracia y la viabilidad de los acuerdos que se han discutido entre el gobierno y las FARC y los que se comenzaron a debatir entre la instancia gubernamental y el ELN.
En el prólogo del libro, bajo el título “No cometer errores del pasado” se señalan los cinco pasos que durante este año 2016, llevarán a los prolegómenos del postconflicto. Son ellos, la firma del acuerdo de paz, la concentración de las FARC en diversos lugares del país y el inicio del cese definitivo de las hostilidades, la refrendación de los acuerdos mediante votación ciudadana, la conversión de los acuerdos en leyes y decretos por parte del presidente Santos y la dejación de las armas por parte de las FARC.
Llevar estos pasos a su cumplimiento exitoso será la preocupación más importante de los colombianos en lo que resta del año y durante los que están por venir. Como dicen los autores, este libro intenta dar respuestas a las preguntas que inquietan y preocupan a millones de ciudadanos: “qué hacer después del desarme, dónde hacerlo, cómo hacerlo y cuáles son las responsabilidades del estado y la sociedad”.
Los siete autores de los seis ensayos que componen la publicación anuncian que contaban con muchas “señales” respecto de la comprensión por parte de las Farc en relación a su aceptación de que no podrían obtener una victoria militar en el conflicto interno que aqueja a Colombia desde hace más de 50 años, eso los llevaría a la vía de la política y a la admisión de la necesidad de su participación en el sistema democrático que el país se ha dado, como espacio para dar a conocer sus puntos de vista en relación a la solución de los grandes problemas que agobian a su país, aportando soluciones en los marcos legales existentes.
De igual manera, -siempre según la opinión de los autores- habían cosechado también algunas “señales” en torno a la visión del presidente Santos, quien había percibido que después del gran esfuerzo del Estado por aplicar la política de Seguridad Democrática, eje del gobierno del presidente Álvaro Uribe, no había sido posible lograr la derrota militar, ni el aniquilamiento de la guerrilla, mucho menos su rendición, a pesar que había sido debilitada sin que ello significara la posibilidad de mermar absolutamente su capacidad combativa. Haberse planteado ese objetivo a perpetuidad, iba a conducir a un enfrentamiento de largo plazo que continuaría destruyendo la base económica y social del país, sin que necesariamente ello diera seguridades respecto del fin de la confrontación.
Valencia, Ávila y el resto de investigadores que produjeron esta importante obra llegaron a la conclusión que esta confluencia de percepciones llevaría necesariamente a un diálogo que permitiría una negociación que daría paso al fin del conflicto. Esta convicción es la que los persuadió de la exigencia de trazar pautas para el proceso que sobrevendrá a la firma de los acuerdos de paz.
Consideran que aunque la historia de Colombia ha sido pródiga en firmar acuerdos de paz, ninguno de ellos ha asegurado el fin de la violencia política, en gran medida porque no se han articulado acciones encaminadas a garantizar la estabilidad en los territorios donde se ha desarrollado la guerra ni se le ha dado participación efectiva a todos los actores involucrados en el conflicto, los cuales más temprano que tarde han retomado la senda del enfrentamiento.
El libro aporta elementos que permiten afirmar que ahora que las Farc ha manifestado de manera muy firme y contundente su apuesta por la paz, se ha abierto una oportunidad trascendente para culminar el conflicto y reducir ostensiblemente los niveles de violencia que por muchos años ha vivido Colombia. En esa medida, esbozan una propuesta de intervención de “corto, mediano y largo plazo para construir Estado, mercados legales e instituciones que nos permitan conjurar la tentación de seguir en la confrontación”, en 281 municipios de todo el país en que ha estado la guerrilla (tanto de las FARC como del ELN) en los últimos 30 años según una clasificación hecha por el equipo de estudiosos de la Fundación Paz y Reconciliación después de casi una década de investigación. Además, han establecido otros 300 municipios en los que igualmente existen economías ilegales y grupos surgidos posteriormente a la desmovilización paramilitar, los que han ido configurando “organizaciones criminales de tipo urbano”. Para estos territorios los autores del libro proponen un “tratamiento especial”.
El reto no será menor, por una parte, la guerrilla tiene poco conocimiento del funcionamiento del Estado, así como éste conoce escasamente la actividad de los grupos insurgentes. En esa medida, este libro viene a ser un aporte para acercar posiciones que permitan en los hechos construir una paz estable para Colombia.
Tal como afirman los autores que con su nombre prestigian esta publicación, la obra mostrará realidades que pueden servir a las dos partes negociadoras para ampliar y mejorar su conocimiento de la otra, así como el contexto en que ambas manejaban el funcionamiento de los territorios en los que ejercían el poder.
En la misma tónica del libro, cual es la realización de un debate que conduzca a la búsqueda de consensos, así como a la ampliación del conocimiento respecto de los avances del proceso de paz, haciendo pedagogía para el momento posterior a la firma de los acuerdos de paz, se realizó el pasado jueves 9 de junio en Caracas, el Seminario Internacional “Los colombianos en Nuestra América también construyen paz”, organizado por la Fundación para una Nueva Vida (Funuvida) de Colombia y auspiciada por la Fundación Constituyente XXI de Chile y el Centro de Estudios Global AZ de Venezuela.
Con una amplia participación de ciudadanos colombianos residentes en Venezuela, así como jóvenes estudiantes de varias universidades de la capital del país, la actividad contó con dos partes. La primera de ellas estuvo constituido por un panel en el que dieron a conocer su opinión sobre el tema Anayansi Acevedo, en nombre de la Fundación Acción Global por los Derechos Humanos de Venezuela; Xoan Noya, Secretario de Relaciones Internacionales de la Juventud del PSUV; Miguel Ángel Trinidad, experto de la OEA en Seguimiento, Verificación y Reinserción de ex combatientes; Luis Eduardo Celis, sociólogo, analista e investigador de la Fundación Paz y Reconciliación de Colombia; Esteban Silva presidente de la Fundación Constituyente XXI de Chile y Alejandro Toro, presidente de Funuvida de Colombia quien cerró este primer componente del evento con emotivas palabras testimoniales respecto del horror de la guerra, así como la necesidad de además de poner fin a la misma y garantizar que nunca se vuelva a repetir.
Posteriormente, los participantes se incorporaron a cuatro mesas de trabajo que debatieron sobre garantía de retorno a las regiones, propuestas para una paz estable y duradera con justicia social, el papel de la comunidad internacional en el proceso y el papel de los medios en el post conflicto, elaborando sendas conclusiones recogidas en documentos que fueron entregados a Funuvida para su sistematización y divulgación. En resumen una fructífera y exitosa jornada de concientización y apoyo a la paz en Colombia.
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