Nota de la periodista Verónica Díaz Hung, periódico Cuatro F Nº 22, basada en el contenido del panel "Cumbre de las Américas, balance y perspectivas" organizado por el Comité de Formación de la Mesa MAC-Cantv, y la Red de Medios Multimedia, del martes 23 de abril de 2015.
Cómo se explica
que mientras el presidente Barack Obama se acerca a Cuba y trata de legalizar
la situación de los migrantes en Estados Unidos, haya emitido una orden
ejecutiva decretando una emergencia nacional ante la “amenaza inusual y
extraordinaria” que significa la República Bolivariana de Venezuela, y tras el
rotundo rechazo a esta medida reconozca que no se trata de una “amenaza” y sin
embargo, no derogue el decreto. “Estamos ante un presidente débil, que no
manda, por lo que tenemos que ser
capaces de discernir entre la responsabilidad del imperialismo, que es nuestro
enemigo, y aunque Obama es el jefe y debe responder por todo lo que ocurre, no
siempre es el que decide”. Así lo señaló Sergio Rodríguez Gelfenstein, durante
el Foro “Cumbre de las Américas: balance y perspectivas”, organizado por el
Comité de Formación de la mesa MAC-Cantv y la Red Multimedia de Medios
Alternativos, que se realizó en los espacios de PDVSA La Estancia. El analista,
graduado en Relaciones Internacionales de la Universidad Central de Venezuela,
explicó que estamos ante un imperio con múltiples caras, cuyas contradicciones
se están manifestando en el caso de Venezuela.
Preparativos de guerra.
La antesala a la
VII Cumbre de las Américas parecía más los preparativos de una guerra que los
de un encuentro fraterno. El experto prefirió llamarla “Cumbre de la OEA más
Cuba”, porque hasta que no esté Puerto Rico, no la considera una verdadera
Cumbre de las Américas. Expuso que a finales de 2014 el presidente Obama trató
de solucionar dos problemas fundamentales que tiene en su relación con América
Latina, por lo que el 3 de diciembre envió al Congreso de Estados Unidos una
iniciativa de ley sobre migración para resolver el estatus de unos 6 millones
de migrantes en Estados Unidos. Acotó que la propuesta de Obama no es una gran
solución, porque el problema de los migrantes surge de una injusticia
estructural ante un norte desarrollado y un sur pobre, subdesarrollado, mapa
que fue creado por los intereses coloniales, porque así como se hicieron
grandes inversiones para la expoliación no se han hecho grandes inversiones
para la reparación. Posteriormente, el 17 de diciembre Obama anunció el inicio
de la normalización de las relaciones con Cuba, una demanda unánime de toda
América Latina y el Caribe, que había sido ignorada durante los 50 años de este
largo bloqueo, que solo cuenta con el apoyo de Israel. Todo esto ocurrió porque
el presidente norteamericano trataba de tirar una alfombra roja que lo llevara
victorioso a una cumbre en Panamá, mientras que accionaba su estrategia de
guerra para retomar el control de sus colonias insurrectas.
Divididos
Desde el año
pasado el vicepresidente Joe Biden comenzó a acercarse a los países del
Caricom, advirtiéndoles que no siguieran apostando a Petrocaribe, porque al
gobierno de Nicolás Maduro “le quedaba poco”. “Era un chantaje, una amenaza
directa a los jefes de Estado”. Luego
Biden se reunió con los países de Centroamérica (Honduras, Guatemala y
El Salvador) en el mismo tono.
Obteniendo la reactivación y el fortalecimiento de la Base Militar de
Palmerola en Honduras, que fue la utilizada para secuestrar al presidente
Manuel Zelaya. Luego emitirían la orden ejecutiva contra Venezuela el 9 de marzo. “¿Usted cree
que el objetivo es Venezuela? No. Venezuela es un objetivo intermedio en la
búsqueda de un objetivo superior: dividir a América Latina”. Por eso Obama
antes de llegar a Panamá fue a Jamaica el 9 de abril y se reunió con los
miembros de Caricom, ofreciéndoles 20 millones de dólares. Si estimamos que los
ciudadanos de Caricom son 19 millones, esto significa que le tocaba 1,1 dólar a
cada uno para resolver su problema energético, cuando la cooperación con Petrocaribe
alcanza los 600 millones de dólares. “¿Por qué se reúnen con los países
pequeños? ¿Por qué no hablaron con Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Perú,
México?”. Explicó que prefirieron reunirse con países cuyo único grado de
independencia se los da Petrocaribe, donde Venezuela coopera sin pedir instalar
una base militar, sin intervenir su Constitución, ni su economía, porque
pretendían que Latinoamérica y el Caribe llegara a la Cumbre de Panamá
dividida”. Y aunque pudo haber habido algún presidente débil que lo aceptara,
se toparon con que Nuestra América ya no les pertenece. Por eso la señora
Roberta Jacobson se manifestó
decepcionada.
Un Sur unido.
Explicó que la estrategia de Obama se
enmarcaba en una dinámica global, ya que en el 2014 se había producido un incremento sustancial
de las relaciones de América Latina y el Caribe con China, Rusia ¿Usted cree
que el objetivo es Venezuela? No.
Venezuela es un objetivo intermedio en la búsqueda de un objetivo superior:
dividir a América Latina y el Caribe”Sergio Rodríguez Gelfenstein propone
organizarnos en bloque para negociar con los Estados Unidos.e, incluso, con la
Unión Europea (UE). El año pasado los mandatarios de Rusia y China, Vladímir
Putin y Xi Jinping, en el marco de los BRICS hicieron visitas a la región. Y
hubo un hecho muy significativo, el encuentro de China con los países de la
Celac, que condujo a que en enero de
este año se realizara en Beiging un Foro
China- Celac, porque el gran país asiático no tiene ningún inconveniente de
negociar con América Latina como bloque. Rusia también se reúne con la Celac y
nos reconoce como bloque, e incluso se produjo un encuentro Unión Europea-
Celac, lo que, en cambio, no ha ocurrido con Estados Unidos. Sergio Rodríguez
propone que los Estados Unidos reconozca a Latinoamérica y el Caribe como
bloque. Y advirtió que las cumbres de la OEA son antibolivarianas, ya que
responden a la idea Panamericana de Monroe, contraria desde su surgimiento al
pensamiento de Bolívar, que evolucionaría con José Martí al concepto de
“Nuestra América”.
Las distintas caras del imperio
Pero ¿por qué
Obama tiene estos gestos con Cuba y los migrantes, mientras que el 18 de
diciembre lanza el primer decreto contra Venezuela? Sergio Rodríguez
explica que no hay un sólo Estados Unidos,
por eso hay que tratar de entender cuál es el que está actuando, cuál está
decidiendo. Explica que esto ha ocurrido siempre. “El Pentágono, los
militares, el Departamento de Estado, la
CIA, el Ejecutivo, el Congreso, cada uno tiene su dinámica”. No obstante, hasta
hoy había actuado un Ejecutivo fuerte. Explica que en Estados Unidos se habla
de la administración Obama, Bush, Clinton, porque los presidentes en ese país son
administradores de los grandes intereses transnacionales, entre los que destacan
el poder mediático, farmacéutico, alimentos, y el complejo militar industrial,
que son los que financian las campañas electorales y deciden quién será el
presidente de los Estados Unidos. Expone que en esta administración estamos
ante un presidente extremadamente débil, y sustenta su teoría con cuatro
ejemplos de cómo se manifiesta la gran debilidad de Obama. Hace un año y medio
Obama dijo que Estados Unidos comenzaría a dar ayuda humanitaria a Siria y que
no se involucraría en este conflicto en términos bélicos. Y luego se supo que
el Pentágono había enviado armamento a la oposición armada. “¿El presidente de
Estados Unidos no sabía sobre estos envíos?”, se pregunta. Esta debilidad
también se evidenció cuando el presidente Obama anunció que sería deseable un
proceso de diálogo entre Israel y Palestina para avanzar hacia la construcción
de una situación de estabilidad en esa región del planeta. Y luego se conoció
que EE.UU había vendido 300 millones de dólares en cohetes a Israel. Por otra
parte, Rodríguez Gelfenstein maneja la
hipótesis de que Obama se enteró del
golpe de Estado en Honduras cuando ya estaba en proceso, ya que el verdadero
autor intelectual fue el Departamento de Estado, vinculado a Roger Noriega y
Otto Reich, en representación de la ultraderecha de los Estados Unidos. También
expuso como un signo de debilidad las declaraciones de la subsecretaria de
estado, Victoria Nuland, que emitió hace más de un año en torno a la situación
de Ucrania, las cuales eran distintas a lo expuesto por Obama en torno a ese
tema. Tampoco Obama emergió como un presidente fuerte cuando el Congreso
recibió al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pese a que el
mandatario no lo había invitado.
No siempre las gana
EE.UU en estos
últimos 15 años no las ha ganado todas. En Iraq se tuvieron que retirar y dejar
un gobierno “enemigo” de mayoría chiita y aliado de Irán. En Afganistán el
movimiento talibán ha pasado a la ofensiva para expulsar al invasor
estadounidense. “El terror que ellos crearon se les devolvió”. En Siria llevan
cuatro años de guerra y no han podido derrocar al presidente Bashar
al-Asad. En Ucrania se han profundizado
las contradicciones entre algunos países de Europa y los Estados Unidos.
Mientras que en América Latina en los últimos 15 años han padecido la derrota
del ALCA, la creación de Unasur y de la Celac, la ALBA, Petrocaribe, entre
otras. También la constitución de los BRICS, que hoy son una alternativa
política y económica a nivel global, representa un retroceso del poder
imperial. Mientras que el incremento de los vínculos entre China y Rusia, han
transformado a estas dos potencias globales en un poder alternativo. Cita
además el fortalecimiento de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS)
que a partir de una alianza entre Rusia y China ha aglutinado a una serie de
países del Asia. Se trata de una organización que va desde China hasta la
frontera con Europa, lo que en términos territoriales representa la alianza más
amplia de todo el planeta. Y se acaba de
crear el Banco Asiático de Inversiones en Infraestructura como una alternativa
al Banco Mundial, al cual ya se han unido 20 países, incluidos importantes
aliados de EE.UU como Australia, Corea
del Sur e, incluso, Inglaterra. El
imperio norteamericano enfrenta los problemas que significan la acelerada
desdolarización de la economía mundial. También cita entre las recientes
derrotas de EE.UU en lo que va de siglo, el triunfo de Alexis Tsipras en
Grecia, que genera dentro de la OTAN y de la UE un modelo alternativo rebelde.
La cumbre, otro fracaso
Y aunque el Departamento de Estado pensó que con
el decreto contra Venezuela llegaría a la Cumbre de las Américas con un Sur
dividido, para retomar el control de su patio trasero, se toparon con que el
86% de los venezolanos rechazó la medida y 33 países pidieron que se derogara
la orden ejecutiva contra Venezuela. “Ni a nivel interno, ni internacionalmente
EE.UU logró sus objetivos”, recalcó el experto. “Para mi la Cumbre tiene tres
hechos importantes, que es lo que nos permite decir que fue histórica”. Enumera
entre estos sucesos trascendentales, la
Cumbre de los Pueblos, que sí logró emitir una declaración final, porque
nuestros pueblos se conocen, se entienden, se encuentran, tienen problemas
comunes y -lo más importante- tienen soluciones comunes. Segundo hecho: la
presencia de Cuba. Hoy Cuba se ha ganado un espacio por la heroica lucha de su
pueblo. Y el tercer acontecimiento fue la contundencia de los jefes de Estado,
en particular de los países pequeños, lo que generó la huida de Obama, a tal
punto que se demoró la foto oficial porque no sabían si iba a regresar.
Finalmente llegó por un costado y nadie se acercó saludarlo y él tampoco hizo
un esfuerzo por saludar a nadie. “Es la primera vez que el presidente del
imperio no está en la primera fila y al centro. Y eso es una expresión de lo
que ocurre en la región”. No obstante,
al finalizar la Cumbre comenzó el manejo mediático, porque aunque EE.UU fue el
gran anacronismo de este encuentro, los grandes medios transnacionales esa misma noche comenzaron a transmitir que
no había habido declaración final por culpa de la intransigencia y el
radicalismo de Venezuela, que “contrastaba” con el gran civismo del presidente
Raúl Castro. “Esa es la nueva modalidad, ponernos a pelear con los cubanos”.
Expuso que no hubo declaración final por la falta acuerdo en torno a la
Malvinas, ni a Puerto Rico, porque EE.UU no aceptó que la salud es un derecho
de todos, ni un inciso en contra del armamentismo en la región. Tampoco aceptó
que se rechazara el espionaje electrónico. “Nosotros no tenemos nada en común
con ese país. No digo que nos tenemos que organizar en contra de Estados
Unidos, debemos organizarnos -como lo predicó Simón Bolívar- sin EE.UU”.
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