Durante estos días se debería estar conmemorando el bicentenario del intercambio epistolar entre el Libertador Simón Bolívar y el diplomático estadounidense Juan Bautista Irvine. Además del anecdotario vinculado al hecho histórico y a la coyuntura en la que se produjo el intercambio, me parece que lo más resaltante es el manejo que Bolívar le da al debate, haciendo gala de gran erudición, profundo conocimiento del derecho internacional, la historia, la economía, la política y las artes militares. Es notorio que a través del tiempo se ha resaltado el papel del Libertador como jefe militar, estratega, y conductor de batallas que sellaron la independencia de Sudamérica del colonialismo español, pero poco conocemos de su capacidad de liderazgo político, de estadista y mucho menos su extraordinaria capacidad para lidiar con los hechos internacionales, su manejo de la administración del gobierno en esta área y las decisiones que tuvo que tomar en materia de política exterior. Es de mi opinión que algunos de los asuntos que están ocurriendo en la actualidad son explicables a la luz de las decisiones que Bolívar tomó en esos meses, por lo que creo que este intercambio de misivas con Irvine es fundacional de la política exterior de Venezuela.
Actividades Académicas
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sábado, 22 de septiembre de 2018
sábado, 15 de septiembre de 2018
¿Qué tan universales son los derechos humanos?
Un diputado chileno de origen croata, pero cuyo apellido en inglés es el nombre de un ácido que se usa como antiséptico hizo una declaración que pone de relieve su amargo carácter reflejo de su acidez, aunque su punto de vista no alude a la condición antiséptica que le permitiría evitar la infección; al contrario, extendiendo la putrefacción que le caracteriza cuando a temas internacionales se refiere y haciendo gala de la ignorancia que pasea con aires de grandeza, el tal parlamentario puso sobre el tapete la discusión la universalidad de los derechos humanos.
De verdad es un tema interesante y complejo, porque en si mismo niega el carácter multicultural, multiétnico y diverso de la humanidad. Vale preguntarse si es posible lograr la universalidad de algo, por una forma distinta a la imposición y sin que medie la utilización de la fuerza por los más poderosos. En años recientes, el poderío militar, financiero y cultural avasallante del que hacen gala los omnipotentes señoríos del planeta han pretendido por vía mediática (con bastante éxito), universalizar hábitos alimenticios, uso de vestuarios, costumbres y comportamientos. Así el Big Mac se ha convertido en comida universal, así como la coca cola en bebida consumida en todas las latitudes y longitudes del planeta, los “blue jeans” y las “chemises” en la ropa de “todos” y la celebración de Halloween en algo ineludible para las clases medias de buena parte de la tierra. Ha sido tal el impacto que han causado estas prácticas que el lema central del XVIII Congreso del Partido Comunista de China celebrado en octubre de 2012 fue “Hacia la seguridad cultural”, lo cual conllevó un esfuerzo superior del país a fin de salvaguardar sus costumbres, su cultura y sus hábitos de vida. Por cierto, China lo puede hacer por la fortaleza de su civilización milenaria y porque puede oponer su poder económico al poder económico universalizador.
domingo, 9 de septiembre de 2018
Las damas trogloditas de Trump
Al intentar resucitar la doctrina Monroe como instrumento para desarrollar su política exterior hacia América Latina, el gobierno de Donald Trump pretende retrotraer la historia para colocarla en el mismo lugar que estaba en 1823 cuando dicho paradigma fue enunciado por el presidente estadounidense James Monroe, bajo la premisa de que América era para los americanos. Aunque el mundo ha cambiado y ya hoy no es Gran Bretaña el enemigo que amenaza la hegemonía estadounidense en la región, el gobierno de Estados Unidos sigue visualizando adversarios que le ponen obstáculos para controlar sin corta pisas la única región del mundo en la que aún conserva amplios espacios de dominio, sobre todo a partir de los últimos tres años.
El ex secretario de Estado Rex Tillerson puso el tema sobre el tapete al “denunciar” la creciente presencia de China y Rusia, bajo el argumento de que solo Estados Unidos es amigo natural de los países latinoamericanos y caribeños. En el discurso que hiciera el 1° de febrero en la Universidad de Texas en Austin, fue de la opinión que la Doctrina Monroe era “tan relevante hoy como lo fue el día de su escritura”, agregando más adelante, -al mencionar a China y Rusia- que “América Latina no necesita nuevos poderes imperiales”.
sábado, 1 de septiembre de 2018
Salvar la salud. Una nueva operación encubierta del Pentágono en Colombia.
La semana pasada escribí sobre la instalación del barco hospital USNS Comfort de la marina de guerra de Estados Unidos en Colombia, utilizado el trasnochado subterfugio de ayuda humanitaria, en este caso a Venezuela como instrumento para justificar una intervención militar, que ha sido tradicional en la política exterior de Estados Unidos.
Posteriormente, me quedé pensando si la misión del barco no persigue además objetivos ocultos y disimulados a fin de “echar una mano” a la atribulada sociedad colombiana, precisamente en uno de los aspectos que está más afectada: el de la salud, toda vez que se ha transformado en práctica que los gobiernos destinen mayor cantidad de recursos a la guerra que a las necesidades de la ciudadanía.
En esa medida, la visita del Comfort podría ser muy beneficioso para Colombia habida cuenta que el propio ministro de salud del gobierno anterior, Alejandro Gaviria ya en 2016 había diagnosticado que el país vivía una crisis de la salud, motivada en un déficit que él cuantificaba entre 350 y 650 millones de dólares aproximadamente. Las Empresas Prestadoras de Salud (EPS) instituciones privadas que “brindan” servicios de esa índole, presentaban a la fecha un déficit de 1.7 mil millones de dólares, mientras que el presupuesto aprobado para el año 2017 en esa materia, fue apenas de 260 millones de dólares. Así, el ministro se vanagloriaba de que, a pesar de la incertidumbre, el sector se seguía expandiendo, pues la demanda de servicios y las prestaciones crecían permanentemente. Claro, cuando él hablaba del sector, estaba refiriéndose a estas empresas privadas que lucran con la salud del pueblo, con el favor del gobierno.